Qué y Donde

5/6/89

 

Alfonso Herráiz y Concha Prada, en la Universidad

Dos propuestas fotográficas

Una serie de circunstancias -de las que debo ser culpable, al menos en parte- han hecho que me alejara un tanto del panorama fotográfico. Y bien que lo siento, porque siempre he creído que se trata de un campo creativo visual de singulares posibilidades, como cualquier otro procedimiento de expresión artística, llámese pintura, grabado, escultura, diserto, etcétera. Sin embargo, no sé por qué extraña secuela, se procura que la fotografía sea un cosmos al margen del conjunto de las artes visuales al que pertenece por derecho propio. Un grave error que, de no superarse aquí y ahora, podría traer lamentables consecuencias. No obstante, pese a esa pretendida marginación, la fotografía va abriéndose camino en los espacios expositivos que contemplan la actividad artística globalmente.

Este es el caso que ahora -y no es la primera vez- brinda la sala del viejo edificio universitario de la calle de la Nave, donde puede contemplarse una doble colección fotográfica, firmada por dos jóvenes autores: Alfonso Herráiz y Concha Prada.

Alfonso Herráiz (Cuenca, 1961) consiguió el Premio Senyera, en el último certamen convocado por el Ayuntamiento de Valencia. Estudiante de la Facultad de Bellas Artes, parece haber optado por la fotografía como medio de expresión. Exhibe dieciséis trabajos realizados en color. Compone sus imágenes mediante la suma de dos fotografías. El contraste posibilita una sugerente lectura. Se trata, lógicamente, de una fórmula más, ya utilizada anteriormente, tanto en pintura como en fotografía (recuérdese a Rafael Navarro, por ejemplo), que me parece muy licito que Herráiz utilice para, sus propios fines.

Concha Prada (Zamora, 1963), cuya tarea ya ha merecido el reconocimiento en certámenes juveniles internacionales (Bolonia, Valencia, Turín), se manifiesta en blanco y negro, buscan-

"René and Georgette Magritte with their Dog After the War" de Alfonso Herráiz

do un cierto clima, con el misterio de la iluminación reducida, en una dinámica quizá de cinematográfica evocación, corno puede sugerir su serie de secuencias. Da la sensación de que cuenta con un cierto anhelo de intimidad, intentado en la serie de autorretratos, y de juegos de escalas, caso quizá evidente en Luna nueva. Y en conjunto, una intención por obtener imágenes insólitas, en buena parte realizadas sobre espacio urbano.

Junto con la de John Baldesari esta exposición de la Universidad me ha permitido reanimar mí interés hacia la fotografía, ese campo creativo que, como apuntaba al principio tenía un tanto olvidado de un tiempo a esta parte. Habrá que recuperar ese tiempo perdido. La fotografía y sus creadores bien lo merecen.