Alexander Kuprin

Reconsiderando Alexander Kuprin


 
 1. La espontaneidad de Kuprin (1870-1938) fue proverbial. No tenía una ideología concreta, como le ocurría a Chejov, pero sus intuiciones sobre la humanidad eran sagaces. Informó sobre diversos oficios con detalles valiosos. En El Duelo (1905) pinta una guarnición provinciana donde un joven oficial idealista intenta encontrar una explicación a la vida. Kuprin se fue en 1923 a París pero no consiguió enrraizar y volvió a Rusia en 1937. Pinta la fantasía en El Jardín de la Virgen y vuelve a un realismo en sus narraciones muchas veces fotográficas.
 2. Intenta huir a toda costa de Tolstoy y Dostoyevski.
 3. Busca una salida al exterior un aroma internacional. En La Fosa de las Muchachas pinta la vida de unas pobres chicas prostitutas. En El Fondo de los Bosques parece seguir a Turgenev.
 4. Se une a las ideas de Gorki.
 5. El Capitán Ribnikov (1906) insiste en ese mundo militar. Intenta imitar a Kiplin y Jack London y se queda en un escritor que también escapa de Ivan Bunin.
 6. Su época en París queda dibujada en Aluno Oficial así como  en El Gallo de Oro o Jeanette.
 7. El Dios Implacable es uno de sus mejores relatos. Admira el método narrativo para contar la decadencia moral del ingeniero Borov. Su camino hacia la muerte tiene una aureola de inmolación ritual. El Brazalete de Rubies insiste en este mismo modo de escribir, ágil y dinámico, que sería felicitado por Tolstoy por su talento explosivo.
 8. Uno de los más bellos relatos breves, Un Idilio, nos lleva a Kiev donde nos pinta el tenebroso ambiente de una mugrienta pensión. El rio Dnieper da un especial aroma de esperanza al texto: El protagonista va a vivir en aquella atmósfera una inesperada historia de amor y todo ello queda narrado con una especial belleza.
 9. Su método es realista. El rio Dnieper es "azul y amenazador" y lo vemos con claridad y nada sucede que nos conmueva en exceso, como ocurre con tantos relatos de Chejov.
10. Un modo de ver la realidad directo y seco que parece intentar salir de los métodos ambiciosos de los grandes maestros y acercarse a una escritura "experimental" y nueva.
11. Kuprin obtuvo en 1890 el grado de oficial y su escritura tiene cierto ritmo militar como una perpetua contienda.
12. Un arte de resquicios narrativos.
13. Las descripciones se enhebran de modo admirable en unos diálogos que sólo Lermontov podría mejorar.
14. Un arte minucioso y dulce donde todo queda explicado sin buscar un nivel intelectual ni político.
15. El vacio de narrar sin una intención escondida.
16. Un arte descriptivo y seco que recuerda a Hemingway.
17. Se mueve bajo un destino absurdo y un "dios implacable".
18. Un arte que no llegó a la novela sino que se queda en breves relatos, excepto algunos ejemplos donde ambiciona mayores dimensiones.
19. Un mundo cerrado sobre si mismo que huye del teatro.
20. Que se esconde en su misma esencia de narrar sin pretensiones. Un autor que debe ser reconsiderado y considerado con mayor atención.


©2001, Cándido Pérez Gállego.
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Creada: 22/02/2000 Última Actualización: 17/01/2001