Parménides

Apoyo Parménides





1. Antes de nada lo que escribe Parménides, esas geniales 155 líneas, son los restos de un poema. No es filosofía sino lírica y este debe ser el punto de partida: pensar lo que falta, hacer una filosofía de lo restante y pensar que “lo desconocido” es la mayor fuente de conocimiento. De este modo, pensando en lo “inventado”, se puede abordar un texto de bellas pretensiones poéticas que rompe con la dinámica de Heráclito, donde todo cambia para insertarse en un mundo de estatismo atroz. Todo está en un misterioso reposo. Y por si fuera poco, hay un mundo “restante” que es el origen de la perplejidad que nos da al leerlo. Estamos en el “todo lo que es”, sin la menor posibilidad de salir, de “mundo exterior”, de un Daseein que en Heidegger nos señalaba ámbitos extraños. Una situación de plenitud metafísica donde un cierto “estatismo agónico” nos mantiene sujetos al texto pese a que nos lleva una carroza veloz.
2. La primera parte del poema es el viaje.
3. Pues la escritura está siempre orientada.
4. El término del viaje es la diosa que marca el camino de la verdad para así acercarse al “Camino de las opiniones y de las apariencias”.
5. “El ser es y es imposible que no sea”. ¿Quién lo dice? ¿Acaso la Diosa está jugando a crear una metafísica hedonista? ¿Tiene sentido que en un bello viaje con ninfas hermosas se nos diga este postulado?. Pero incluso pensamos que es intolerable que todo esto se incorpore a un poema que nos recuerda a Rilke o T.S. Eliot y que nos abre a un mundo del “poema de ideas”, de tanta importancia en la lírica de todos los tiempos.
6. La poesía nos ayuda a decir “el ser es imposible que no sea”.
7. “El no-ser no es y es incluso imposible hablar de él”. Estamos en un juego de opuestos que se matiza con otra máxima excelsa: “Es lo mismo el ser que el pensar” y tras este periplo de divagaciones metafísicas nos encontramos en una aureola de reflexiones geniales que nos someten a un mundo de paradoja.
8. Tales conceptos acercan a la idea de que hay un único Ser, que es eterno e inmóvil y que no tiene principio ni tendrá fin: esta sensación de reposo conduce hacia un alejamiento de Heráclito, siempre dinámico.
9. Si estamos pensando que hemos topado de repente con una filosofía de raíces nítidas, donde el camino de la verdad es el que siguen los inmortales y en la que el camino de las apariencias es el ámbito constitutivo de los mortales,  este binarismo señala un mundo de ruptura donde este último camino sea como una “media res” entre el ser y el no ser.
10. Pues la doctrina de la verdad es la única auténtica.
11. El ser es como una esfera y estamos ante una cosmogonía.
12. El ser se constituye como el término y meta de la razón.
13. Incluso cuando nos dice que el “ser es”, significa “el ser es el ser”, que es como un lugar simbólico donde todo se congrega y funde en un magma único de pensamiento y que el “ser es” significa “el ser existe”.
14. El ser existe en cuanto poema.
15. El ser es en cuanto a un lenguaje lírico que se combina con una intención moral donde el tránsito hacia la verdad es la única teoría del comportamiento posible y necesario. La metafísica acaba de nacer de manos de la poesía. El no ser queda delimitado como un territorio ajeno a este programa de pensamiento positivo que se acaba de inaugurar.



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Creada: 22/02/2000 Última Actualización: 17/01/2001