Parménides Parménides y la ética de la situación
1. El tema de ir muy lejos. El símbolo de que nos conduzcan muy lejos. No saber a dónde nos estamos acercando hasta que una diosa bella nos tiende la mano. Una alegoría de la búsqueda de la feminidad como fuente de inspiración religiosa. Jamás la filosofía había hablado en un tono tan lírico y nunca había mezclado los pensamientos en la “literatura”. Nos llevan unos caballos, estamos en una cuádriga y vamos por el “camino de la diosa”, que es como una demarcación territorial restringida, pero la meta es “tan lejos como podrían alcanzar mis deseos”. El tema del “lejos” unido a la proximidad de la luz divina que una reina dimana. Las doncellas que nos acompañan son “las hijas del SOL”, como si se quisiera contrastar luz-tinieblas, en la línea de Heráclito, pero en Parménides no hay más contrastes que las esencias, la disyuntiva entre el ser y lo que es. He aquí su viaje interior.
2. Habla de las puertas de la noche y del día. El modo de entrar en el paraíso de la sabiduría. La voz de la Diosa es terminante y habla de que los únicos caminos del pensamiento son uno “que es y no es posible que no sea” y el otro “que no es y es necesario que no sea”.
3. “Lo que es” / “lo que no es” unidos a “lo posible” y “lo necesario”.
4. Lo que es está ya inscrito en el ser y por lo tanto no puede no ser. Y este axioma nos conduce hacia lo que no es y debe tener unas garantías totales de “no ser”. Lo que no es no será posible que sea. Este puede ser el axioma que se nos brinda.
5. Unidos a este “juego metafísico”, acercarnos a “lo mismo es pensar y ser”. Y tal alegoría nos lleva a este mundo de tautologías que el poeta o el filósofo, todavía no nos atrevemos a decirlo, está marcando con gran fragor. Si lo mismo es pensar y ser, en cambio no es lo mismo “lo que es y lo que no es”. He aquí el programa de la metafísica del autor.
6. “Es posible pensar que el ente es, porque es posible que sea, pero en cambio la nada nunca es posible que sea”. Ser/nada se funden en esta cadena de paradojas binarias donde se establece un nexo entre situaciones semánticas aparentemente obvias, pero que esconden una admirable profundidad metafísica.
7. Todo esto se lo va diciendo una bella mujer. Es como una doctrina femenina que se concede a un súbdito.
8. “No te dejaré pensar en lo que no es porque no puede pensarse en lo que no es”. Seguimos en un horizonte de consignas morales de comportamiento. Lo que es y lo que no es se mezclan con el mundo de “lo que es posible”, como si se quisiera establecer un modelo de relaciones entre distintas parcelas del ser y la nada.
9. “No encontrarás el pensar sin el ente”.
10. “El juicio es o no es”.
11. “No está permitido que el ente sea infinito”.
12. Hemos alcanzado un tono de orden, casi de proclama militar, a la que debemos doblegarnos. Hay un extraño hálito de “sacra conversacione”, en la que una mujer nos da las normas básicas para vivir y poder continuar así la existencia.
13. Se habla de una “reflexión” sobre la verdad. El viajero sigue escuchando.
14. Se habla del fuego y la noche, se sale al mundo exterior buscando un apoyo mitológico, “conocerás las obras deslumbrantes de la gran antorcha del sol”. Un poema que se vuelve contra sí mismo.
© 2001, Cándido Pérez Gállego
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Creada: 22/02/2000 Última Actualización: 17/01/2001