Ann Tyler

Notas y escrituras. Relectura de El Turista accidental de Ann Tyler


1. “¿Cuál es el significado de una palabra? ¿A qué se parece su explicación?”, dice Wittgenstein y esta idea debemos acercarla hacia Beckett y su “mundo sin significados”. Incluso Kafka y hasta Thomas Bernhard. En Sartre, nada significa todo. Dice Levinas que el “conocer se puede convertir en aniquilamiento” y este camino lleva hacia Heidegger al proferir: ”El mundo proyectado por el ser en el mundo se revela como un refugio”. La búsqueda de “cobijo” (Freud) en la escritura. The Sheltering Skye de Paul Bowles como “hut” donde refugiarnos de la cultura americana insípida. Cobijo de Segismundo o Próspero. “Regreso al claustro materno” en el libro de María Lozano. Volver a casa en Thomas Wolfe. La búsqueda del “Dasein”, del “sentirnos arrojados” en el mundo.
2. The Accidental Tourist apareció en 1985. La autora vive en Baltimore y está casada con un psiquiatra. Ann Tyler tiene 54 años y ha escrito doce novelas. El centro de la obra radica en la ruptura matrimonial entre Sarah y su marido Macon Leary, que se dedica a hacer guías turísticas. Tuvieron un hijo, Ethan, que murió de modo absurdo en un asalto de unos ladrones a una hamburguesería. Ethan ha dejado su recuerdo en el perro “Edward” y así surgirá otra mujer –más joven y divertida y que tiene una guardería canina– que se llama Muriel y le cuidará. Buscar quien cuida nuestros recuerdos, nuestros hijos muertos. El tema del “ghost”, del ser perdido que aparece con insistencia y casi queda reemplazado por Edward, que es el ser vivo de aquella época matrimonial. Sarah simboliza la persona que nos deja. Muriel la que encontramos. Ethan murió con 12 años y se “reencarnará” en Alexander, hijo de esa misma edad de Muriel con su marido que ya murió.
3. Desde Ulysses de Joyce se forja la idea de “recuperar al niño perdido”, tema que hasta Shakespeare en The Tempest dibuja con primor.
4. Macon amará al hijo de Muriel como si fuera su hijo muerto.
5. Analizar en la vida quien nos deja y a quien dejamos. El tema de la ruptura matrimonial. Lo que queda. En este caso, el “hijo muerto” como una herida sangrante. Macon en su casa “apenas necesitaba pensar”. Su esposa Sarah le llamaba siempre “misterioso” y le reprocha que vive envuelto en la “maldad de la gente”. Esta ruptura matrimonial se ha desencadenado al año de la muerte de Ethan, “el hijo que nos mantenía unidos”. Muriel es “domadora de animales” y consigue “domar” a Edward y a Macon. Edward ha mordido a Macon y deberá ser mejor “educado”. La simbología del mundo animal en la obra. Para Macon, Sarah no le daba ganas de vivir. En cambio Muriel le da fortaleza, vigor y seguridad. El hijo de Muriel está delicado y es alérgico y Macon ve en este niño un “hijo”. Muriel es “chillona y caótica” y, frente al mutismo de Macon, “habla por los codos”. Sus vestidos son divertidos y juveniles y los de Sarah eran serios y grises. Ethan visita a su padre en sueños. El tema de la vuelta de lo muerto, del “apófrades” según Harold Bloom.
6. Resaltemos el arranque de la obra: “Habían pensado estar en la playa una semana pero ninguno de los dos tuvo ánimos y decidieron regresar antes”. El tema de volver a casa. Él “era un hombre alto, pálido, ojos grises y rubio”. Ella le dice en pleno coche que quiere separarse –“ahora que Ethan ha muerto”– y este símbolo conduce hacia la chica de “pelo rizado con una blusa de estilo campesino” y dice: “Mi especialidad son los perros que muerden”. Vive en un barrio inseguro. Podría ser el lugar de unión de ambas mujeres. Hay una brillante “anagnorisis” cuando desde un taxi Macon ve un muchacho que sería como su hijo si viviera: “Si Ethan no hubiera muerto, piensa Macon, ¿se habría convertido en una persona así?”. El tema de los muertos como vivos que vuelven, que Shakespeare expuso en The Winter’s Tale con la “resurrección” de Hermione.
7. Y el final esperanzador: “Y allí al borde de la acera estaba Muriel, rodeada de maletas, bolsas y cajas de cartón rebosantes de color rojo”. El tema de encontrar la mujer buscada y necesaria. El hijo perdido que sale a cada paso. “Cuando sonó el teléfono Ethan pareció surgir al otro lado”. Los muertos que acompañan la vida.
8. Resaltemos que Ann Tyler publicó su primera novela, If Morning Ever Comes, en 1964. Que le interesa el tema de las “posesiones terrestres”, motivo de otra obra de 1967. Que en Breathing Lessons (1988) toca el tema de un matrimonio haciendo una auténtica confesión de culpas mientras van en coche al funeral de una amiga que acaba de fallecer. Habla de las “navegaciones celestes” (1977) en otra ocasión y el tema de su primera novela, el “si llega a amanecer” se convierte en un símbolo de toda su obra. En aquella ocasión el tema de volver a verse tenía un significado mítico. Una autora admirable.
 



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Creada: 22/02/2000 Última Actualización: 11/03/2000