Notas de la Directora Julie Taymor para su película Titus Andronicus

por

Julie Taymor

Fox Searchlight Pictures y Clear Blue Sky Productions presentan en asociación con el Overseas Filmgroup, "Titus," el debut cinematográfico como directora de Julie Taymor, quien también escribió el guión. Producida por Jody Patton, Conchita, Airoldi y Julie Taymor y como productores ejecutivos Paul G. Allen, las estrellas cinematográficas y ganadores de un premio de la Academia Anthony Hopkins y Jessica Lange, así como también Alan Cumming, Colm Feore, James Frain, Laura Fraser, Harry Lennix, Angus Macfadyen, Matthew Rhys y Jonathan Rhys Meyers. Ellen Little, Robbie Little y Stephen K. Bannon son coproductores ejecutivos.

Taymor, ganadora de un Emmy y un OBIE además de ganar dos premios Tony por la versión de Broadway de "El Rey León", puso primero en escena su versión de "Titus Andronicus" en 1995 para el público teatral de New York que quedó fascinado por la fusión surrealista y el mareo temporal de costumbres y el escenario de muchas épocas. Esta tragedia cómica comienza con el gran general romano, Titus Andronicus (Anthony Hopkins), volviendo victorioso a casa después de una larga y brutal guerra con los godos. Su primer acto consiste en sacrificar de manera ritual al hijo mayor de la reina goda, Tamora (Jessica Lange), su prisionera. Pero cuando el corrupto Saturninus (Alan Cumming) es coronado emperador y hace sorprendentemente a Tamora su reina, una nueva batalla comienza como resultado de que Tamora, y más tarde Titus, representan una historia de doble venganza.

Para llevar su visión a la pantalla, Taymor ha reunido un equipo creativo de mucho talento en el que se incluyen al cinco veces candidato por el diseño de producción al premio de la Academia  Dante Ferretti ("Kundun," "The Adventures of Baron Münchhausen"), la ganadora de dos Oscar al mejor diseño de vestuario Milena Canonero ("Chariots of Fire," "A Clockwork Orange"), al compositor Elliot Goldenthal dos veces candidato al premio de la academia ("Interview with the Vampire," "The Butcher Boy"), el director de fotografía Luciano Tovoli ("Reversal of Fortune," "Before and After") y a Francoise Bonnot ganador de un Oscar por el mejor montaje ("Missing," "The Year of the Dragon").

Notas del Director

Por favor nota para antes de leer o ver la película: se revelan puntos importantes del argumentoen la siguiente introducción

Durante siglos, "Titus Andronicus," la primera tragedia de Shakespeare, ha sido el tema de un debate acalorado. Considerada su obra más exitosa en su día, el siglo cortés, antes del nuestro, causó escándalo por la yuxtaposición de drama acrecentado, violencia despiadada y comedia negra del absurdo. Precisamente son estas características las que me fascinaron y me convencieron de que la obra era perfecta para adaptarla al cine, hablando directamente a nuestro tiempo; un tiempo cuyo público se alimenta diariamente de escándalos sexuales de la prensa amarilla, violaciones en pandillas por grupos de adolescentes, matanzas en los institutos y los detalles privados del proceso por asesinato de una celebridad. Al igual que un tiempo donde el racismo, la limpieza étnica y el genocidio casi han cesado de escandalizar al ser tan comunes y aparentemente inevitables. Nuestra industria del espectáculo contribuye a los detalles gráficos de asesinatos, violaciones y maldad, todavía es raro encontrar una película que no sólo refleje los sucesos oscuros sino que aparezcan dentro, probando y desafiando nuestras creencias fundamentales de moralidad y justicia. Para "Titus", no es una historia ordenada y segura, donde el bien triunfa sobre el mal, sino una en la que a través del horror despiadado, la innegable poesía de la tragedia humana emerge en plena fuerza, demandando que examinemos la raíz misma de la violencia y juzguemos sus diversos actos.

Guerras, sacrificios rituales, infanticidios, violaciones, torturas nihilistas, muertes por honor, suicidios, y venganzas: la voz feroz, cínica cruelmente ingeniosa del joven Shakespeare ha creado una disertación que condena sobre esta adicción y naturaleza básica de la humanidad. La gloria y la victoria de la guerra para una nación es el horror y la devastación de otra. Aunque en momentos discutiblemente discutibles, una vez una forma de violencia es aceptada y justificada, las compuertas están abiertas y las reverberaciones discurren en un ciclo vicioso sin final.

LOS PERSONAJES: TITUS, TAMORA Y AARON

El gran general Titus Andronicus es un protagonista fascinante y desconcertante. A primera vista, él podría ser nuestro Colin Powell o General Schwarzkopf. Los romanos, en su amor y reverencia por los victoriosos héroes de guerra, rogaron para que él se convirtiera en el emperador en un tiempo de caos. Es un hombre honrado, un padre estricto pero cariñoso que respeta las tradiciones y la ley, pero cuyo defecto fatal es, irónicamente, esta rigidez y poca habilidad para adaptarse al clima emocional que le rodea. Según el ritual religioso, Titus sacrifica despiadadamente al hijo mayor de la cautiva reina goda. Este primer acto es el catalizador del resto de los eventos que giran fuera de control. De gran héroe de guerra, Titus cae en una locura que rivaliza con la del Rey Lear. La armadura de su mundo se ve destrozada, Titus, en su demencia, finalmente es capaz de ver el mundo como realmente es. En una absurda escena agridulce y maravillosa, reconoce que la diosa de la justicia ha huido de la tierra, así que enrolla cartas alrededor de flechas, las dispara hacia los cielos, solicitando a los dioses que rectifiquen sus errores. Al final, Titus depone sus penas con venganza y en un acto final de justo castigo, este gran general se convierte en un pastelero imaginario, sirviendo a sus enemigos en forma de pasteles para ser devorados por su madre.

Tamora, la reina goda, podría ser la precursora de Lady Macbeth. De hecho, es mucho más comprensible psicológicamente y globalmente que la villana más famosa de Shakespeare. Vista primero como cautiva, presencia el brutal sacrificio de su hijo. Después, sus súplicas de clemencia caen en oídos sordos, grita con ardiente veneno, "Oh cruel, irreligious piety!" Desde este momento, aunque entendemos sus motivaciones y observamos con horror como la sed de venganza la transforma en la encarnada diosa de la venganza. A lo largo del camino, este extraordinario personaje nos mueve como una madre, nos seduce como una amante sexy y astuta y nos confunde con su brillante e ingenioso control como la poderosa emperatriz de Roma.

Aaron, el moro, es el esclavo, amante y cohorte en mal de Tamora. Quizás el personaje más inquietante y más contemporáneo de todos, Aaron comienza como un enigma. Su historia se revela mientras observamos impresionados su experta manipulación de los horribles asuntos. Su desagradable y apartable sentido del humor lo asocia por parte del público con Yago o con Ricardo III. Pero lo que lo separa de esos maliciosos villanos es que Aaron es negro. Shakespeare ha pintado un cuadro de racismo sin precedentes en sus otras obras. Las palabras de Aaron que reflejan su furia contra el intolerante mundo que le rodea, y las viles palabras que vomita para sí de otros, nos permite desprestigiar cómo y por qué se convierte en esta alma pecaminosa. Nihilista, ateo, frío y calculador, esta oscura figura emerge como el espejo de la imagen de Titus. Titus comienza como el hombre bueno, actuando con honor y un sentido moral. Aaron es el demonio ladino y sin conciencia que se revela en actos horribles de atrocidad sin conciencia. Pero al final, Titus convertido en cocinero parece mucho más un acto de Aaron por su crueldad y creatividad, mientras que Aaron, el solitario, se convierte en un padre cariñoso, preparado para sacrificarse a sí mismo por la vida de su hijo.

CONCEPTO ESTILÍSTICO

Al adaptar "Titus" a la pantalla, el desafío era mantener los contrastes y el ámbito de la visión de Shakespeare: su historia y lengua es inmediatamente poética y muy directa. Cambia entre gráfico, emociones viles y efímeras, revelaciones míticas. Aunque estaba comprometida en crear una película cuyo mundo estuviese localizado en un sentido de posibilidad y realidad, también estaba comprometida a las ideas que había formulado en el teatro que yuxtaponían imágenes estilizadas y naturales.

ESCENARIO COMO METÁFORA

La roma moderna construida sobre las ruinas de la Roma antigua, ofrece la perfecta estratificación para el escenario de la película. Quería mezclar y colisionar el tiempo, crear un período singular que yuxtapusiese elementos de los antiguos rituales bárbaros con una actitud y un estilo familiar y contemporáneo. A pesar de la recreación de Roma, 400 a.C., los escenarios de la película incluirían las ruinas de la villa de Hadrian, las termas de Caracalla, el Coliseo, etc., como son actualmente, con toda su belleza corroída, siglos de graffitis e historia horrible y fantasmagórica. Como contrapunto de la estructura clásica, Dante Ferreti, mi productor de diseño, me introdujo al E.U.R., el centro de gobierno de Mussolini, cuyo edificio principal es conocido como el "coliseo rectangular" debido a un sin número de arcos. Construido por Mussolini para recrear la gloria del antiguo imperio romano, esta surrealista -- casi futurista arquitectura era un escenario que perfectamente plasmaba la idea de la película.

Para encuadrar la narrativa, elegí una estructura arquitectónica para funcionar de una manera simbólica: el coliseo romano; el arquetípico teatro de la crueldad, donde la violencia como entretenimiento alcanza su cumbre.

La película se abre con un prólogo que resume el espectro de la "violencia" mientras se transforma, en cosa de segundos, del innocuo entretenimiento a la horrible realidad. Como el niño inocente que juega con sus soldados de juguete y lo intensifica en una explosión de bombas estruendosa y palpable, el chico cae a través de un urdimbre de tiempo como "Alicia en el país de las maravillas", derecho al Coliseo. De forma mágica, el soldado romano de juguete se forma de carne y sangre, cubierto en capas de tierra; Titus y sus ejércitos vuelven de la guerra con marcha triunfante en la arena. Las convenciones de la película están establecidas en cine: armaduras y armas arcaicas, motocicletas, tractores, tanques y macilentos carros de caballos, confortablemente mezclados como los juguetes de un niño en la mesa de la cocina. Como para los espectadores en las gradas, no hay nadie. Sólo el sonido de sus vítores, como si los fantasmas de los siglos pasados hubieran sido despertados. El chico toma su parte como Lucius, el nieto de Titus, y a través de sus ojos presenciamos esta leyenda de venganza y compasión.

Las Encrucijadas y el Pantano son dos ejemplos de como el escenario funciona como ideografía para la esencia temática de una escena.

Las Encrucijadas: En un punto determinado, Titus se da cuenta de que sus acciones han sido resultado de su responsabilidad por la ejecución potencial de sus propios hijos. Su conciencia le sitúa en una encrucijada en su vida, donde su visión del mundo comienza a desenredarse. Literaria y figuradamente, su armadura se ha ido, es vulnerable. Las encrucijadas físicas con sus ilimitados puntos de fuga subraya su estado de ánimo y su relación con su familia y con Roma.

El Pantano: Las palabras de Shakespeare lo sugieren del todo. "There stands the spring you have stained with mud "Speak, gentle niece, what stern ungentle hands Have lopped and hew'd and made thy body bare Of her two branches.

El pantano es una metáfora del rapto de Lavinia. Ella permanece abandonada, en un carbonizado y difuminado árbol, rodeada de aguas pantanosas que borbotean con manantiales de azufre. Donde una vez hubo manos ahora hay leña nudosa. El resultado es surrealista y poético, así mantengo mi visión de la obra y no caigo en la trampa del completo realismo. Hay un peligro en un retrato literal y gráfico de una imagen como el desmembramiento de Lavinia. Es fácil horrificar demasiado grotesco y puede eclipsar el mayor dibujo del evento.

IMAGINANDO LA VIOLENCIA

Mi inspiración vino del propio Shakespeare. El genio de su drama es que yuxtapone de forma muy directa, simple y visceral acciones con una inmensa y poética imagen verbal, no permitiendo ninguna dirección a excederse en cualquier acción gratuita o poetizando sentimentalmente. En contraste con el destino de Lavinia, la acción espantosa de la mano de Titus cortada por Aaron con un cuchillo de carnicero, es en una visión plena: el dolor, el grito, el lío de sangre, los trapos para tapar el desangramiento; toda cuestión de hechos y nada de imaginación. De principio a fin, en la película hay una tensión entre lo real y lo surrealista, lo poético y lo gráfico, de modo que esperanzadoramente permite que corra la adrenalina mientras el corazón y la mente son desafiados.

Dentro de este crudo drama hay una constante que se refiere a la mitología griega y latina así como al simbolismo animal y natural. Vemos los dientes de la crueldad y entonces oímos que, "Roma no es sino un desierto de tigres . . ." A Lavinia, la hija de Titus, a menudo se le compara como una cierva, y la violación y mutilación que la vence es directamente paralela con la historia de Philomena en la Metamorfosis de Ovidio. Estas imágenes se convirtieron en algo bastante concreto en mi mente y parecían cruciales en la narración física de la historia. Motivos verbales se convertirían en visuales. La imagen de Lavinia, la cierva, siendo violada por Chiron y Demetrius, al mismo tiempo los hijos de Tamora y feroces tigres, tenía que ser realizada.

La idea de las "Penny Arcade Nightmares" fue concebida para retratar cómo los paisajes internos de la mente eran afectados por las acciones externas. Estas imágenes estilizadas similares a un haiku aparecen varias veces de principio a fin de la película poniendo en contrapunto los eventos reales de ensueño y de manera imaginaria. Ellos describen, en collages abstractos, fragmentos de memoria, las insondables capas de un evento violento, la inestable metamorfosis de lo humano, lo animal y lo divino. Al final de estas secuencias surrealistas, la línea entre ilusión y sustancia se convierte en borrosa. -La pesadilla cunde ... la locura se convierte en claridad y lo inimaginable se realiza.

La carnicería del banquete final, que refleja la abierta matanza en la mesa de cocina del chico, acaba con Lucius apuntando su pistola hacia el emperador Saturninus. Estamos en el decorado interior, el comedor de Titus. Con la reverberante ráfaga de disparos, la cámara hace rápidamente un zoom desde la mesa para revelar la escena entera, menos las paredes, ahora situadas en el centro del coliseo. Esta vez, las gradas están llenas de espectadores. Observando. Están en silencio. Somos nosotros.

El contrapunto de la oscura historia de venganza de Shakespeare es el viaje del niño desde la inocencia infantil a la presencia pasiva y finalmente el conocimiento, la sabiduría, la compasión y la elección. Conforme el drama llega a su fin, el joven Lucius toma al bebé de Aaron en sus brazos. Sosteniendo a su "enemigo", el joven Lucius comienza a moverse hacia el arco de salida del coliseo. Conforme camina, el infinito cielo nocturno dentro de este sencillo paisaje lentamente conduce al amanecer. El chico sigue moviéndose hacia la salida, hacia la promesa de la luz del día como si la redención fuera una posibilidad.

JULIE TAYMOR

Siguiendo su triunfo en Broadway con "El Rey león", Julie Taymor ha transformado su puesta en escena en 1995 de la primera tragedia de Shakespeare, "Titus Andronicus" en una obra sobre la que el respetado erudito Shakespiriano Jonathan Bate dice, "Titus está caracterizado por una atrevida combinación de alta tragedia y comedia negra, de patetismo y grotesquidad, de lenguaje de amor y espectáculo sangriento."

Un éxito de público en la época de Shakespeare. "Titus Andronicus" quedó desprestigiado en el siglo dieciocho -la época en que se reescribió "El Rey Lear" para darle un final feliz porque su mezcla de horror, patetismo e hilaridad espantosa no se correspondían con los cánones del gusto clásico, o de hecho a ninguna estética teatral desde las primeras tragedias de Grecia y Roma. La obra vuelve a sus orígenes en nuestro siglo, el siglo de Auschwitz y Beckett, comenzando con la marca de Peter Brook en la producción de 1995 con Laurence Olivier como Titus y Vivien Leigh como Lavinia. "Titus", escribió Brook, "es sobre la más moderna de las emociones -- sobre violencia, odio, crueldad, dolor..."

"Tal obra de Shakespeare pertenece al Renacimiento, y al mismo tiempo es de hecho más moderna," escribió el crítico y erudito Jan Kott en Shakespeare Our Contemporary después de ver la producción de Brook. Elogiado por críticos influyentes como Kenneth Tynan y Leslie Fiedler, la obra ha sido redescubierta por otros eruditos shakespirianos quienes ahora la ven como uno de los grandes experimentos del dramaturgo, y el proyecto de su trágica imaginación.

"Los personajes en "Titus" son muy complejos y tridimensionales." dice Taymor. "Hay diez principales, y cada uno de ellos es interesante. Mucho de lo de esta obra es la inspiración para las obras futuras de Shakespeare: ves a Lear en Titus, a Yago y Ricardo III en Aaron, a Lady Macbeth en Tamora."

Titus Andronicus, el gran general romano, vuelve a casa victorioso de una larga guerra contra los godos del norte durante la cual todos sus hijos menos los cuatro restantes mueren. Lucius, el hijo mayor, recuerda a Titus que parte del ritual de la victoria es el sacrificio humano de un prisionero enemigo. Titus elige al hijo mayor de Tamora, la reina de los godos, quien ha sido devuelta a Roma como cautiva con sus tres hijos y el moro, Aaron. Aunque Tamora suplica por la vida de su hijo, Titus lleva a cabo el ritual, no sin crueldad pero sin lo que él concibe como una devoción religiosa. Tamora y sus dos hijos restantes, Chiron y Demetrius, juran venganza. Con esto, comienza la historia de la doble venganza -- primero de Tamora y luego de Titus.

Para consternación de su familia y sus hijos, Titus fielmente apoya al nuevo emperador, el mimado y corrupto Saturninus, quien sorprende a todos tomando por esposa a la seductora Tamora -- un acto que choca y desconcierta a Titus y enfurece más a su familia, causando que el desorientado Titus mate a uno de sus propios hijos en la disputa. Ahora el enemigo está en una posición de poder y, a través de una tregua fingida por Tamora, la verdadera batalla comienza.

Durante una cacería en el bosque, Aaron, el moro, trama con Tamora y sus hijos, Chiron y Demetrius, asesinar a Bassianus, el hermano del emperador y el marido de la única hija de Titus, Lavinia, quien es llevada a la fuerza despiadadamente por los chicos. Aaron tiende una trampa a los dos hijos de Titus para que asesinen a Bassianus y, a pesar de los ruegos de Titus, el emperador los condena a ser ejecutados y ordena que Lucius, el hijo mayor de Titus, sea desterrado de Roma. Mientras Titus lamenta este terrible cambio de sucesos, su hermano, Marcus, le devuelve a la mutilada Lavinia.

Aaron aparece con el mensaje de que si Titus se corta su propia mano y se la envía al emperador, hará que sus hijos condenados vuelvan. Titus permite a Aaron que corte su mano, pero se da cuenta cómo ha sido cruelmente engañado cuando recibe como respuesta las cabezas cortadas de sus hijos. Jurando venganza, Titus envía su único hijo restante, el exiliado Lucius, a los godos para levantar un ejército contra el emperador romano. Cuando Lavinia encuentra la forma de escribir los nombres de Chiron y Demetrius en la arena, Titus continúa tramando su venganza.

Aaron le vuelve la espalda a Tamora cuando ella le pide que mate a su hijo que ha nacido en secreto -- Tamora y él han sido amantes todo el tiempo -- y escapa de Roma con su hijo, siendo sólo capturado por Lucius y los godos. En un esfuerzo por salvar a su hijo, Aaron confiesa todo a Lucius.

Para su familia y toda Roma, Titus aparece por su conducta excéntrica haberse vuelto completamente loco. Tamora está llena de alegría, pero Saturninus, insultado y ultrajado, demanda que el senado tome acciones contra Titus. Entonces oyen la mala noticia de que Lucius se está echando encima de Roma con un ejército de godos. Aunque Tamora trata de "engañar" a Titus, él es más listo que ella y captura a sus dos hijos, revelándoles cómo va a vengarse de su madre en la fiesta que está preparando.

La fiesta comienza, engañosamente cordial, extremadamente tensa. Y todos están presentes excepto Chiron y Demetrius...

La atrevida puesta en escena de "Titus Andronicus" que realiza Taymor viene a la pantalla transformada por el director en una experiencia totalmente cinematográfica, con escenarios elaborados y reales monumentos históricos a gran escala del imperio romano y de la época de Mussolini.

Como en la puesta en escena, Taymor concibe el vestuario para expresar las personalidades de los personajes y la naturaleza de los eventos más que para establecer el tiempo. Titus progresa de los antiguos trajes de batalla, completamente negros, a la chaqueta de Eisenhower, a un ancho sweater gris y unos holgados pantalones de pana, a un traje de felpa, para finalmente, su informe de cocinero, todo blanco. Mientras que Tamora podía haber salido de los años 1930, y Lavinia -- "la joya de Roma" -- es vestida como Grace Kelly. "Estas referencias no son literales," dice Taymor, "pero sugerentes, jugando con arquetipos."

"Mientras que el teatro permite un mínimo y emblemático acercamiento al decorado, utilizando la imaginación del público para llenar los huecos," dice Taymor, "el cine es un medio más literal, capaz y esperado para transportar al espectador a una variedad de lugares."

"En la producción teatral dirigí a los actores para encontrar un balance entre la aumentada coreografía y el naturalismo," dice Taymor, "en la película quería que hicieran sus personajes y sus acciones naturales sin sacrificar la poesía." De este modo, Taymor tuvo un período de ensayo de tres días antes de comenzar el rodaje, durante el cual el texto fue analizado minuciosamente y hecho tan cómodo como fuera posible para las lenguas de aquellos con poca o ninguna experiencia en Shakespeare. Tampoco era valioso permitir a los actores conseguir un sentido de la amplitud de los personajes.

Actuando el honorable pero profundamente defectuoso héroe, Anthony Hopkins. Se une a Jessica Lange como Tamora, quien es conducida a actos de terrible venganza por el sacrificio de su hijo por parte de Titus. Alan Cumming es Saturninus, el envidioso, heredero indeciso del trono, quien paga la lealtad de Titus con rencor y crueldad.

Harry Lennix es Aaron, uno de los villanos más fascinantes de Shakespeare -- el moro capturado que usa la codicia de Tamora y sus hijos para causar estragos entre sus enemigos, luego sufre una transformación tan inesperada como la de Titus. Jonathan Rhys Meyers y Matthew Rhys son los hijos de Tamora, Chiron y Demetrius, cuyos crímenes evocan una retribución feroz, y Laura Fraser es la hija de Titus, Lavinia, cuyo triste destino le hace reprochar su vida a los hombres cuyas acciones brutales conducen la historia.

Colm Feore es el hermano pequeño de Titus, el político Marcus, mientras que Angus Macfadyen es el hijo mayor de Titus, el guerreo Lucius. El recién llegado Osheen Jones es su hijo, el nieto de Titus, el joven Lucius -- el presenciador inocente de esta historia de justa y trágica venganza -- . James Frain es Bassianus, el decente hermano pequeño del emperador si escrúpulos, Saturninus.

El diseño de producción para la película es del cinco veces candidato a un premio de la Academia Dante Ferreti, los vestuarios son de Milena Canonero, ganadora de dos Oscar por "Barry Lyndon" y "Chariots of Fire." La cinematografía es de Luciano Tovoli, más conocido por su trabajo con Barbet Schroeder en "Reversal of Fortune" y "Single White Female," y el montaje es de Francoise Bonnot, quien ganó un Oscar por su trabajo en "Z" de Costa-Gavras y subsecuentemente colaboró con Costa-Gavras en "Missing" G y Michael Cimino en "The Year of the Dragon." La banda sonora es del frecuente colaborador en el teatro de Taymor, dos veces candidato a un premio de la Academia Elliot Goldenthal ("Interview with the Vampire," "Michael Collins"), cuyas otras películas incluyen mayores producciones de Hollywood como "A Time to Kill," "Batman Forever" y "Heat," y la más reciente "The Butcher Boy."
 

Traducción a cargo de Juan Pérez Moreno
Supervisada y corregida por Dr. Vicente Forés

Universidad de Valencia, España



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Última actualización : 27/10/2000
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