• Andrés Laguna (1510-1559)
Laguna nació en Segovia sobre el 1510 y estudió dos años de artes en Salamanca. Se trasladó en 1530 a París donde se graduó en artes y cursó medicina. Se formó también en lenguas clásicas con helenistas y latinistas de prestigio. De regreso a España en 1536 mantuvo contactos con la Universidad de Alcalá aunque no llegara a ser titular de ninguna cátedra. Viajó a Inglaterra, vivió algún tiempo en los Paises Bajos y desde 1540 hasta 1545 residió en Metz como médico contratado por la ciudad. Entre los años 1545 y 1554 permaneció en Italia, recibiendo en Roma diversos honores concedidos por los papas Pablo III y Julio III. Estuvo en Venecia en casa del embajador Diego Hurtado de Mendoza, importante humanista y propietario de una de las mejores bibliotecas de la Europa de esta época. Regresó a España a finales de 1557 después de haber vivido de nuevo en los Paises Bajos durante tres años. Falleció, seguramente en Guadalajara, en 1559.
Laguna publicó un buen número de obras de tema literario, histórico, filosófico, político y médico. La más conocida fue su traducción castellana con comentarios, de la Materia médica, de Dioscórides. Su primera fuente fue la edición traducida al latín por Ruelle, impresa en Alcalá en 1518 bajo la supervisión de Nebrija y las clases del propio Ruelle, durante su estancia en París entre 1530 y 1536. Su primer intento fue Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum (Lyon, 1554), escrito para indicar los errores de Ruelle, según el cotejo de la traducción latina de su maestro con varios códices griegos. Concluyó este libro en Roma en 1553 y, un año más tarde, en una de sus visitas a Venecia, se ejecutaron los grabados en madera en el mismo lugar donde se realizaron los de las ediciones de Mattioli. El médico segoviano comprobó las descripciones de Dioscórides, herborizando en numerosas zonas de Europa y de las costas mediterráneas. La traducción es clara y precisa y los comentarios constituyen una riquísima fuente, no sólo para la botánica médica de la época, sino para otras actividades científicas y técnicas. El texto que nos ocupa fue impreso por vez primera en Amberes en 1555 y se reeditó veintidós veces hasta finales del siglo XVIII. Hemos de recordar que si bien se tradujeron, depuraron y difundieron gran cantidad de obras de Galeno, incluídas las de carácter terapéutico, las de Teofrasto y otros, la que más influyó en el Renacimiento europeo fue la de Dioscórides, de elevado caracter práctico, que mantuvo su vigencia a lo largo de los siglos medievales, tanto en griego como en árabe y latín. En el Renacimiento los primeros estudios de Dioscórides fueron casi exclusivamente de caracter filológico. Tomaron un camino distinto con P. Andrea Mattioli, el principal difusor de la obra en Europa y autor de la traducción latina más importante y de otra en italiano (1544) que fue reimpresa diecisiete veces. Mattioli rebasó los enfoques filológicos de sus predecesores comentando el texto con observaciones de primera mano recogidas durante años de herborización en las distintas áreas geográficas donde residió.
Respecto a la farmacoterapia siguió pensando que los cuatro elementos eran la base de la composición de todas las cosas. Su labor se desenvolvió dentro de las directrices señaladas por las autoridades clásicas y, como buen académico, se mostró escéptico respecto de las afirmaciones de los alquimistas y rechazó todo lo que parecía envuelto en algún secreto misterioso.
A pesar de esto Laguna incluyó referencias a productos americanos, aunque a veces lo hace de manera muy confusa. No podemos, sin embargo, buscar la precisión y la riqueza propias de un Gonzalo Fernández de Oviedo y otros naturalistas que estuvieron en Ultramar ni la de obras que aparecieron con posterioridad, como las de Monardes, Fragoso, Ximénez, etc.
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