• José Celestino Mutis y Bosio (1732-1808)
Mutis nació en Cádiz en 1732. Estudió medicina en Sevilla, obteniendo el título en 1755. Marchó a Madrid donde estudió en el Jardín Botánico de Migas Calientes hasta 1760. Ese mismo año marchó a América para ocupar el puesto de médico del virrey del Nuevo Reino de Granada. En Bogotá obtuvo la cátedra de matemáticas.

Su relación con Linneo comenzó cuando le mandó un ejemplar de quina de Loja en 1764. Mantuvo correspondiencia con él hasta que murió. Esto le permitió penetrar en un círculo de comunicación internacional de botánica linneana. Aspiró a continuar la obra de Pehr Löfling describiendo la flora del Nuevo Mundo. No obstante, también se mostró crítico con los métodos del maestro y así lo manifestó en sus escritos.

Entre los años 1766 a 1770 fue destinado al Real de Minas de Montuosa, donde aplicó sus conocimientos a los métodos de producción de plata. De regreso a Bogotá se dedicó a ejercer la medicina y a dar calses privadas de historia natural.

En 1782 propuso realizar una expedición que comenzó en Mariquita, de forma que pudo simultanear las tareas botánicas con las operaciones mineras. La segunda fase de la expedición dio comienzo en 1791 con el traslado de la sede a Bogotá alcanzando su máximo desarrollo.

En los últimos años del siglo Mutis se dedicó a publicar sus trabajos sobre el género Cinchona. En estos momentos había en Europa una gran demanda de quina. Mantuvo una agria polémica con Ruíz y Pavón sobre la importancia de la planta y sobre la prioridad del descubrimiento. Atribuía la confusión que había sobre las quinas al hecho de que en Europa pensaban que se trataba de una sola planta. Él distinguió varios tipos: cuatro especies tenían valor terapéutico y tres carecían de efectos medicinales. Todas ellas estaban agrupadas en el género Cinchona.

Fue también un enérgico defensor de la vacuna jenneriana y esperaba que el gobierno financiara las campañas de inmunización. Mutis fue especialmente hábil buscando medios financieros para sus proyectos científicos. Contaba, en opinión de Humboldt, con una de las mejores bibliotecas sobre tema botánico. Se cree que si no hubiera sido por las convulsiones de la independencia hubiera creado una escuela científica de gran altura. Muchos de sus escritos son póstumos; a su muerte dejó todos sus trabajos y papeles desordenados que pasaron a manos del heredero, su sobrino Sinforoso.

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