Peregrín Casanova Ciurana

Peregrín Casanova Ciurana

N. en Valencia en 1849. M. En Valencia en 1919.

Estudió medicina en Valencia y tuvo profesores de mentalidad conservadora como Gómez Alamá y Ferrer Viñerta, pero también los tuvo que fueron seguidores del darwinismo como Cisternas y Serrano Cañete, quienes le enseñaron historia natural y patología médica en la época de la revolución de 1868. En este periodo fue cuando se puso de moda el darwinismo. Realizó el doctorado en Madrid y allí se vio influido por las clases y la labor de Aureliano Maestre de San Juan, igual que le sucedió después a Cajal.

En Valencia, después de ganar las oposiciones, ocupó la cátedra de anatomía descriptiva y general que antes había sido de Gómez Alamá, por un periodo de más de cuarenta años. Su labor, así como sus publicaciones, cubrieron campos diversos de la medicina. Uno de los más conocidos fue precisamente el de la morfología. Siguió los cursos de Ernst Haeckel, con quien mantuvo una larga relación epistolar. En 1877 publicó el trabajo La morfología humana del porvenir, que puede considerarse como programático. En él, defiende la tesis de que "la ciencia anatómica del hombre", después de una fase descriptiva, había pasado a otra explicativa mediante leyes causales basadas en teorías evolucionistas como la ley biogenética fundamental.

A finales del mismo año apareció su libro La biología general, que ofrece una síntesis de los fundamentos teóricos de la morfología de acuerdo con las ideas de Haeckel, que integró en rigurosas revisiones sobre diferentes temas anatómicos. Sus trabajos en torno al tema continuaron y en 1882 publicó el que lleva por título El antropomorfismo ante la ciencia contemporánea, donde defiende posturas radicales que provocaron entonces una creciente hostilidad hacia su persona en los ambientes conservadores.
Debido a lo problemas anotados, Casanova se retiró a la enseñanza y a la práctica de la otorrinolaringología. Sus trabajos de anatomía, en cambio, continuaron recogiendo las novedades que se iban produciendo en el resto del mundo. Participó de forma destacada en el homenaje que los estudiantes de medicina de Valencia rindieron a Darwin en 1909, con motivo del aniversario de su nacimiento. Los actos tuvieron una amplia repercusión nacional y, de nuevo, se produjeron opiniones encontradas.
Respecto a la otorrinolaringología, cultivó de forma preferente la otología, cuya importancia destacó en un artículo de 1877 que lleva por título La importancia de los estudios otológicos. Fue el primero de una larga serie de trabajos sobre el tema publicados tanto en La Crónica Médica como en la Revista de especialidades médico-quirúrgicas. Abordó aspectos como: diagnóstico y tratamiento de la otorrea, pólipos auriculares y nasales, obstrucción auditiva psoriásica, perforaciones de la membrana del tímpano, diagnóstico de la angina diftérica, etc.



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