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Protagonistas de la revolución |
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Juan Manuel de Aréjula (1755-1830) nació el mes de junio de 1755 en el seno del matrimonio formado por Juán de Aréjula Burgos y Francisca Pruzet Badel en la localidad cordobesa de Lucena. El origen francés de su madre y la profesión de su padre, cirujano del Regimiento de Dragones de Edimburgo, fueron sin duda determinantes en la importancia que Francia y la Cirugía iban a tener en su carrera y en su vida. A los 17 años de edad fue aceptado como alumno del prestigioso Colegio de Cirugía de Cádiz. en 1775, tras haber permanecido apenas tres años en el colegio fue embarcado como practicante de cirugía en uno de los navíos-hospital enviados en apoyo del ejercito expedicionario de Argel. Tras esta primera y trágica experiencia, Aréjula volvió al Colegio en 1776 donde permaneció el tiempo justo para presentar su disertación, que versó sobre un asunto estrictamente quirúrgico, con la que pudo ser graduado y puesto de inmediato al servicio de la marina. La incorporación de cirujanos a los navíos de guerra se había hecho más urgente si cabe tras la entrada de España en el conflicto de la Guerra de Independencia de las colonias americanas, en 1779. Aréjula sirvió durante más de seis años como cirujano en las naves de la Armada española, en barcos mercantes o en los cuarteles instalados en las colonias de ultramar, donde tuvo que enfrentarse con la vertiente más práctica y sin duda más dura de su profesión. Finalizada la contienda, en 1783, el Cirujano Mayor fue encargado de realizar un balance de todos los miembros del Cuerpo de Cirujanos de la Armada, para evaluar las pérdidas y la disponibilidad de los supervivientes. Aréjula engrosó la lista de los que no podrían volver a navegar por motivos de salud. En agosto de ese mismo año desembarcó enfermo en Cádiz, diciendo así adiós a su vida de navegante, aunque no de viajero, pues el destino le deparaba todavía grandes travesías, en este caso por tierra y siguiendo nuevos rumbos. En efecto, una Real Orden de octubre de 1784 volvió a poner a nuestro cirujano en ruta, en esta ocasión con destino a París y con una misión bien diferente a las anteriores: perfeccionar sus conocimientos en química. Aréjula colaboró en los cursos de Fourcroy mientras éste preparaba junto a Lavoisier, Guyton de Morveau y Berthollet la publicación de la nueva nomenclatura. Aréjula pudo así asistir al surgimiento del proyecto de reforma terminológica y preparar su propio proyecto de traducción al castellano. A pesar de su cercanía, hubo quién sin necesidad de salir de España consiguió adelantársele. En efecto, Aréjula tuvo que de paralizar su proyecto al conocer la reciente publicación de la traducción castellana realizada por Pedro Gutierrez Bueno en Madrid. A pesar de ello, Aréjula no renunció a publicar separadamente la introducción de su frustrada traducción, que finalmente se convirtió en sus famosas y polémicas Reflexiones sobre la nueva nomenclatura química. En ellas, Aréjula planteó su visión de la reforma terminológica propuesta por los químicos franceses y sugirió algunos cambios sustanciales que podrían acomodarla mejor, tanto a sus propios principios teóricos como a las peculiaridades de la lengua española. Imágenes:
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