La presencia en Alcoi del Hospital Sueco-Noruego
es consecuencia de la ayuda humanitaria que los trabajadores
suecos y noruegos dispensaron a la República española
durante la pasada guerra civil, traducida en envíos de
ropa, medicinas, alimentos, creación de orfanatos y ayuda
sanitaria.
Gracias a este altruismo se instaló,
en un magnífico edificio que había sido diseñado
para albergar la Escuela Industrial de Alcoi, un hospital de
sangre que estuvo regentado por médicos y enfermeros de
estos países, hasta que se hizo cargo del servicio el
afamado doctor Manuel Bastos Ansart.
Finalizada la contienda, y para dar cabida
a la población reclusa que aumentaba día a día,
el Gobierno de Franco decidió utilizar los sótanos
del Sueco como cárcel, hasta que, con los años
el magno edificio recuperó la utilidad para la que había
sido diseñado: la enseñanza.
Con el paso del tiempo este gesto de solidaridad
que tuvieron miles de rostros anónimos con el pueblo español
se desvaneció como las huellas en la nieve. El presente
libro pretende recuperar una parte de ese camino, de esa desmemoria
histórica, y recordar a esos ciudadanos escandinavos que
se sintieron solidarios con el pueblo español, así
como a los médicos y enfermeras que pasaron por el Hospital
Sueco de Alcoi en tiempo de guerra.
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