Bo Widerberg


Bo Widerberg (1930-1997) se dio a conocer como escritor por sus fuertes críticas contra el cine de posguerra, especialmente contra Bergman, a quien acusaba de dedicarse a un mundo demasiado privado e introvertido y de ejercer una influencia opresiva sobre todo el cine sueco.

Widerberg, como muchos otros, renunció a la temática bergmaniana y se movió hacia temas de carácter más social; quería presentar conflictos generales a través de problemas individuales, siempre en su contexto social. En Barrio del cuervo (Kvarteret Korpen, 1963) describió de un modo realista la vida de una familia obrera durante los años de la Depresión, un retrato conmovedor de personajes realmente vivos y memorables. Volvió a la misma época en Ådalen 31 (1968), donde trata la matanza de algunos manifestantes durante la huelga de mineros de 1931. Siguió dando muestras de sus preocupaciones políticas en Joe Hill (1970), basada en la historia real de un emigrante sueco que se convirtió en un popular agitador socialista en América. Unos años antes obtuvo su consagración internacional con Elvira Madigan (1967), una película histórica sobre el amor y la muerte, de enorme sensualidad y belleza visual, una tragedia romántica de colores impresionistas. Su protagonista, Pia Degermark ganó el premio a la mejor actriz en Cannes.

El estilo de Widerberg es lírico e impresionista, a su atención por la pincelada exacta para crear ambientes, se une su capacidad de dar forma y nervio al drama. Ha ejercido una influencia profunda en el trabajo de los directores de los sesenta, tanto con su actitud crítica como formal. Nominado en dos ocasiones a los Oscars como director de mejor película extranjera, nos dejó antes de su muerte con La belleza de las cosas (Lust och fägring stor, 1995), un film tierno y trágico que trata sobre la pasión que surge entre un maestro y su alumno durante la Suecia de la Segunda Guerra Mundial.

© Martin Lexell (texto)

Johan Widerberg y Marika Lagercrantz en La belleza de las cosas (1995)