Doce cuentos de Andersen contados por dos viejos verdes

de Javier Tomeo

ISBN: 84-9832-053-4


 

Javier Tomeo introduce a dos viejos tertulianos en el mundo de las hadas en esta novela ácida y tierna a la vez, desencantada y optimista. La propuesta es que ambos se cuenten cuentos de Andersen para rejuvenecer, pero la realidad pronto hace su aparición.... Desencantados, críticos, mordaces, algo verdes y picantes, descreídos y en ocasiones irreverentes, don Heriberto y don Servando, dos ancianos tertulianos que ya han pasado de los ochenta y se reúnen en el Casino de su pequeño pueblo para hablar de política, emprenden en esta novela una curiosa terapia. Su plan es dejar de comentar la realidad para contarse cuentos de Andersen con la esperanza de rejuvenecer y recuperar la vitalidad y el optimismo perdidos. Empiezan con Los cisnes salvajes, un canto a la esperanza y a la fuerza del amor y poco a poco van entrando en el juego con El gran Klaus y el pequeño Klaus y El elfo de las rosas que, sin embargo, introducen algunos temas inquietantes. Alcanzan su máximo momento de gloria cuando leen "¡Es Cierto!" sobre cómo se extienden los rumores, y empiezan a decaer irremisiblemente con El abeto que les lleva a evocar el destino final de todo lo que está vivo. Parecen revivir e ilusionarse de nuevo con El patito feo, hasta que, inevitablemente, surge el tema de la nostalgia, del tiempo perdido, sobre todo hablando de política, y de la imposibilidad de recuperarlo. Cada vez menos convencidos de la efectividad de su terapia, reflexionan sobre la soledad y lo efímero de las relaciones en El hombre de nieve y sobre el egoísmo y lo que han dado al mundo en El caracol y el rosal.

Y es que los cuentos de hadas pueden ser más duros que la propia realidad. Una entrañable y lúcida novela sobre el inevitable devenir del paso de los años y el valor de la amistad, que conjuga los cuentos de Andersen, algunos muy populares otros menos conocidos, con los comentarios de los dos ancianos: entrañables, divertidos, irónicos, picantes o pesimistas, pero en todo caso, siempre certeros.