Henning Mankell


Henning Mankell nació en Estocolmo, Suecia, en 1948. Inició su carrera literaria en los años setenta como dramaturgo y en la actualidad es director del Teatro Avenida de Maputo (Mozambique). Ha publicado cerca de veinte novelas, además de obras de teatro y narraciones infantiles. Sin embargo, lo que le ha convertido en un autor de fama mundial, con cifras de ventas millonarias, es la serie de novelas protagonizada por el inspector Wallander, traducida a veintitrés idiomas y con varios de sus tÌtulos convertidos en series televisivas. Tusquets Editores inició su publicación en el año 2000 con La quinta mujer, a la que siguieron Asesinos sin rostro y La falsa pista (Andanzas 408, 431 y 456). Esta última recibió el más prestigioso premio del género, el Macallan Gold Dagger a la mejor novela negra publicada en Gran Bretaña en el año 2000. Comedia infantil, la primera de un extraordinario ciclo africano, recibió el premio de novela otorgado por Sveriges Radio P1 y nos descubrió otra faceta muy distinta de Mankell. En 1998 se estrenó en Suecia la película basada en esta novela.


 
Kurt Wallander atraviesa uno de los momentos más sombríos de su vida personal (sus relaciones familiares son un desastre, está ganando peso, bebe mucho y duerme poco) cuando tiene que ponerse al frente de la investigación del asesinato de un apacible matrimonio de ancianos, en una granja de Lenarp. El marido ha sido horriblemente torturado y la mujer muere estrangulada poco a poco, con el tiempo justo de pronunciar antes de morir la palabra "extranjero". Kurt Wallander y sus colegas deberán enfrentarse no sólo a un asesino muy especial, que tiene la sangre fría de alimentar a los caballos del establo después del crimen, sino a una comunidad irascible, presa de insospechados prejuicios raciales. Wallander sabe de sobra que la pacifica apariencia de algunas personas oculta a veces un auténtico monstruo, de modo que no se hace ilusiones acerca de la sociedad en la que vive.


En Suecia nadie recuerda un verano tan caluroso como el de 1994. Mientras la gente sigue con pasión los partidos finales del Campeonato Mundial de Fútbol, el inspector Kurt Wallander se dispone a iniciar unas cortas vacaciones. Sin embargo, la tranquilidad de la provincia de Escania se ve truncada cuando una muchacha, posiblemente extranjera, se suicida quemándose a lo bonzo. Wallander y su equipo tratan de averiguar la identidad de la chica y los motivos de esa trágica decisión; pero los sustos no han hecho más que empezar, pues un brutal asesino en serie ha comenzado su macabra actividad. Las primeras víctimas son un antiguo ministro de Justicia, un adinerado marchante de arte y un ladronzuelo de poca monta. Sin que pueda sospecharlo, la pista a la que Wallander se aferra para detener esta carnicería, le conducirá a las altas esferas de la política, y pondrá seriamente en peligro su vida y la de sus allegados.

 


 
La placidez habitual de la ciudad sueca de Ystad se ve rota, cuando, con cierto intervalo de tiempo, tres hombres aparecen salvajemente asesinados. Las victimas llevaban una vida sosegada y tranquila, dedicadas a la ornitología, el cultivo de orquídeas y la poesía, lo cual hace aún más incomprensible el casi insoportable sadismo de que han sido objeto. Durante la investigación del caso, el inspector de policia Kurt Wallander - un hombre vulnerable y con aires de antihéroe, pero con la perspicacia que otorga un fino olfato - descubre que no sólo debe enfrentarse a un asesino de una temible inteligencia, que sin duda rivaliza con la suya, sino que éste parece guiarse por un sanguinario y turbio deseo de venganza. Cuando por fin Wallander cree estar tras la buena pista, una serie de atroces descubrimientos en el pasado de las victimas provoca un inesperado vuelco en la investigación.


En una ciudad portuaria africana, un hombre solitario contempla el panorama nocturno desde el tejado de un teatro. A sus pies, en un sucio colchón, yace moribundo un niño escuálido y maltrecho al que ha recogido herido y ha llevado hasta allí. Nelio, niño de la calle y profeta, posee a los diez años la sensatez y la sabiduría de un anciano. ¿Quién es este niño en realidad? ¿Quién le disparó a bocajarro sobre aquel escenario desierto? ¿Y por qué lo hizo? Durante nueve noches de agonía, Nelio relata la historia de su vida al hombre que lo atiende, consciente de que morirá cuando acabe su narración. Es una historia estremecedora y fascinante, que comienza el día en que Nelio llega a la ciudad huyendo de una tremenda catástrofe. Su relato nos conduce por los entresijos de un paisaje de belleza, barbarie y rebeldía. En su conciencia de niño cobra vida una imagen de nuestro tiempo que permanecerá indeleble para nosotros.

 


 
Una fría mañana de febrero llega un bote salvavidas a la costa sueca arrastrado por la corriente. Dentro encuentran los cadáveres de dos hombres que, como confirma el inspector Wallander, han sido asesinados hace días. Aquejado de estrés y de intensos dolores de pecho, con remordimientos por su anciano padre y sin haber encajado bien la separación de su mujer, Kurt Wallander, una vez abierta la investigación, debe hacer de tripas corazón y posponer sus buenos propósitos de cuidarse más. Al averiguarse que los dos hombres asesinados eran letones, Wallander no tiene más remedio que viajar a Riga, donde se introduce en los ambientes más corruptos, gobernados por bandas criminales. En medio de ese ambiente tan sórdido, a Wallander sólo le faltaba conocer a Baiba Liepa. Intriga, amor y conflictos de toda índole se apoderan entonces de su vida.


Una tarde de la primavera de 1992, la joven agente inmobiliaria Louise Åkerblom es brutalmente asesinada en una solitaria y apartada granja de Escania. Un caso difícil para la policía, pues, a primera vista, no hay un móvil claro, y todo parece indicar que la muchacha sólo vio algo que no debía ver. Una vez más, Kurt Wallander tiene que dejar de lado sus problemas personales (la soledad, la incomunicación con su hija adolescente o el agrio carácter de su anciano padre) y tratar de encajar las piezas del tremendo puzzle. Paralelamente, en la lejana Sudáfrica, una organización de extrema derecha, decidida a dinamitar el proceso antiapartheid, planea asesinar a algún dirigente político y sumir al país en el caos. Para ello contrata los servicios de un asesino a sueldo, que, ayudado por un antiguo miembro del KGB, comienza la preparación del atentado en Suecia, muy cerca de Ystad.

 


 
El abogado Torstensson conduce inquieto su vehículo a lo largo de una carretera solitaria. Es noche cerrada y el hombre mira constantemente por el espejo retrovisor, tratando de descubrir si le persigue algún coche. De repente, delante de él, ve una silla plantada en medio del asfalto, y en ella, un muñeco del tamaño de un ser humano. Es otoño y la niebla ha ido arrastrándose hasta las laderas de Brösap. Torstensson frena en seco y, aterrado, sale de su automóvil para ver de cerca la fantasmagórica aparición. Es lo último que hace en su vida. Muy poco después, Wallander se verá inmerso en un complicado caso de delincuencia económica de altos vuelos. Pero la sensación de estar luchando contra un enemigo intangible -un adinerado y autoritario mecenas-, la permanente sonrisa amenazadora del principal sospechoso y una vaga impresión de que su vida corre peligro pondrán a prueba la capacidad de reacción de Wallander.


 

La noche de San Juan, alguien, agazapado tras un matorral, contempla cómo se divierten unos jóvenes... Por esas mismas fechas, ajeno al drama que se fragua, el inspector Kurt Wallander regresa de sus vacaciones, y en agosto, ya metido en la rutina, empieza a acusar un extraño agotamiento que está a punto de costarle la vida en un accidente de tráfico. Cuando acude al médico, se lleva un buen susto al saber el diagnóstico. Para colmo, Svedberg, uno de sus colegas, no aparece a su vuelta de las vacaciones, y una madre presiona a los agentes para que busquen a su hija: hace ya más de un mes, la joven se marchó de viaje con unos amigos de manera imprevista, y todo indica que las postales que han enviado son falsas. Svedberg, que sigue sin dar señales de vida, ¿no estaba investigando esas desapariciones? Wallander no puede ni imaginar las incógnitas que le presentará este caso... ni los sangrientos crímenes que deberá resolver, «y cuanto antes», como le pide el fiscal.

 

 


 
Ystad, Suecia, otoño de 1997. Un hombre muere en extrañas circunstancias a las puertas de un cajero automático. Poco después, dos muchachas asesinan salvajemente a un taxista. Detenidas y trasladadas a la comisaría, las dos adolescentes sorprenden a todo el mundo con su agresividad y su indiferencia ante el crimen que han cometido. En un descuido de los agentes, una de ellas logra huir. Al día siguiente, un problema en el suministro eléctrico deja a oscuras gran parte de la región de Escania; cuando el técnico de mantenimiento acude a la estación transformadora, hará un descubrimiento aterrador. El inspector Kurt Wallander no lo tiene nada fácil: a las complejidades informáticas que acaban envolviendo las pesquisas, se suman los indicios de traición que el inspector descubre en su equipo de investigadores. Además, la casi insoportable soledad afectiva del protagonista hacen que se cuestione seriamente su continuidad como policía.


 

Todo el mundo tiene un pasado. Wallander, como se nos explica en este último libro de la serie, se remonta a veinte años atrás, cuando ni siquiera había entrado en Homicidios y era un joven agente despierto, lleno de ambiciones profesionales y con una vida privada que, ya entonces, hacía agua por todas partes. Los cinco relatos incluidos en La pirámide abarcan desde 1969 a 1989, justo antes del comienzo de la primera novela de la serie. En el primero de los relatos, un inexperto Wallander, con apenas veintiún años, se entromete en un aparente caso de suicidio y termina en el hospital con una cuchillada. En el segundo, es secuestrado por un exiliado sudafricano que acaba de cometer un asesinato. Y en el último tiene que rescatar a su padre de una comisaría de El Cairo, interrumpiendo una investigación doble sobre una misteriosa avioneta que se ha estrellado en la costa y sobre dos hermanas ancianas que han aparecido calcinadas y con disparos en la cabeza. Es éste un Wallander antes de Wallander: el lector de la serie encontrará aquí claves desconocidas hasta ahora del pasado del inspector, y el que no lo conozca está de enhorabuena: no podría tener mejor manera de introducirse en su mundo.

 


 
En diciembre de 1945, un avión británico aterriza en Buckenburg (Alemania) y de él desciende un hombre con una pequeña bolsa negra que se dirige a la prisión de Hamelin, donde están encerrados doce criminales de guerra alemanes: su misión consiste en ejecutar a esos peligrosos asesinos. Cincuenta y cuatro años después, en 1999, Herbert Molin, un policía sueco ya jubilado que vive apaciblemente en su granja, situada en el pueblecito de Härdjedalen, muere de manera brutal: literalmente, el asesino lo ha matado a latigazos; además, la policía descubre alrededor del cadáver huellas sanguinolentas muy extrañas, como si alguien hubiera ejecutado en torno a él unos pasos de baile. Un antiguo compañero de Molin, el joven Stefan Lindman, decide viajar a Härdjedalen para averiguar lo ocurrido, pese a que no está en muy buenas condiciones de salud. Sin embargo, poco a poco irá descubriendo misteriosas conexiones entre la muerte de Molin, los colaboracionistas durante la segunda guerra mundial y los grupos neonazis de la actualidad. Para Lindman ya no habrá marcha atrás: cada pista lo impedirá a seguir adelante para saber la verdad.


En 1978, en la localidad de Jonestown (Guyana), murieron todos los seguidores de una secta, liderada por un hombre llamado Jim Jones, en lo que parecía un suicidio colectivo; la noticia dio la vuelta al mundo en las primeras planas de todos los periódicos. En el año 2001, cuando ese terrible suceso ya ha caído en el olvido, Linda, la hija de Kurt Wallander, regresa a Ystad para, en unos días, iniciar su trabajo en la policía. Al tiempo que empiezan las desavenencias con su padre, Linda se integra en la vida cotidiana de Ystad y reanuda sus viejas amistades con dos jóvenes, Anna y Zebran. De pronto, Anna desaparece misteriosamente. Poco después, en los bosques de los alrededores de Ystad, Linda, junto a su padre, hace un descubrimiento aterrador: una cabeza de mujer, degollada, y dos manos unidas, seccionadas; del resto del cuerpo no hay el menor rastro. Y Anna sigue sin aparecer. Es el comienzo de un nuevo y trepidante caso al que se enfrentarán juntos Kurt Wallander y su hija Linda, quien, en el curso de la investigación, conocerá al agente Stefan Lindman (el protagonista de El retorno del profesor de baile), que le causará muy buena impresión.

 


 
En otoño de 2004, la arqueóloga sueca Louise Cantor, que dirige unas excavaciones en el Peloponeso, se dispone a regresar a su país por unos días para participar en un seminario sobre enterramientos en la Edad de Bronce. Arde en deseos de ver a su hijo Henrik, que vive en Estocolmo y al que planea visitar antes de volver a Grecia. La víspera de su partida, varios contratiempos la llevan a rememorar la ruptura con su ex marido, Aron Cantor, que la abandonó años atrás y ahora está en paradero desconocido. Ya en Suecia, decide ir a ver a su hijo pese a que éste no ha contestado a ninguna de sus llamadas en los últimos días. Cuando entra en el apartamento de Henrik, extrañamente silencioso, verá algo que tardará en asimilar: su hijo está muerto. Aunque los forenses dictaminan que se trata de un suicidio, Louise, decidida a averiguar por su cuenta los motivos de la muerte de su hijo, se lanza a un arriesgado periplo que le llevará de Australia a España, de Suecia a Mozambique. A medida que avanza en sus investigaciones, no sólo va descubriendo facetas desconocidas de su hijo, sino que también se abre paso por una oscura trama en la que están implicadas la embajada de Suecia en Mozambique, una organización en favor de los enfermos de sida en África y una importante industria farmacéutica.


En octubre de 1914, pocos meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial, el oficial de la Marina sueca Lars Tobiasson-Svartman recibe la orden de embarcar en el acorazado Svea para cumplir una misión secreta relacionada con las rutas de navegación. Hidrógrafo experto en medir las profundidades marinas, Lars es un hombre reservado y silencioso acostumbrado a guardar las distancias con los demás, incluso con su delicada mujer, Kristina, a quien ha dejado en Estocolmo. Siempre ha soñado con encontrar un lugar donde la plomada con que realiza sus mediciones no toque fondo, y sospecha que en ese viaje tal vez se cumpla su sueño. En el curso de la misión, mientras algunos roces con los tripulantes revelan que bajo sus pies empieza a abrirse una brecha, Lars descubre una pequeña isla, situada en medio de un archipiélago y habitada por una joven solitaria, de maneras rudas, llamada Sara Fredrika. Sin dejarse seducir por lo que podría ser un espejismo, Lars regresa a Estocolmo una vez acabada su tarea. Sin embargo, roto ya el frágil equilibrio en que vive, e incapaz de olvidar su encuentro con Sara Fredrika, decidirá volver como sea a la isla.

 


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