Los comulgantes (1962)

de Ingmar Bergman

Gunnar Björnstrand


Un pastor protestante realiza su trabajo litúrgico con la iglesia casi vacía. Está enfermo y solitario y el amor de la maestra Marta se ha vuelto para él una carga insoportable. Su vida está seca y sin sentido y cuando un campesino y su esposa vienen a pedirle un consejo es incapaz de ofrecer ninguna clase de ayuda. Poco después el campesino se suicida y Thomas, el pastor, se encuentra ante un abismo vacío que nada es capaz de llenar.

Los comulgantes describe unas cuantas horas de la vida del párroco luterano Thomas Ericsson. Son las horas en las cuales su fe se resquebraja. Lo que se resquebraja es el dios testamentario, egoísta y vengador en cuya fiel imagen Thomas se ha convertido en el transcurso de los años. En el mundo desnudo y desconsolado de Los comulgantes Dios está muerto, calla desde el comienzo de la película. Sólo que Thomas no se da cuenta de ello completamente.

Esta obra maestra ascética de Bergman, cuenta la historia de un hombre que quiere escaparse de la realidad en sus relaciones con Dios, ya que es incapaz de encontrar contacto con los seres humanos. Entonces sufre la más profunda derrota: incapaz de comunicarse con Dios o con los hombres, realiza los ritos de la fe, que para él han perdido todo sentido. Como David en Como en un espejo (Saasom i en spegel, 1961), Thomas es estéril, no puede dar nada de sí mismo: las preocupaciones de los otros no le llegan, la mirada se fija en su miserable yo. Bergman diseña un oscuro cosmos, en el cual nada parece estar en equilibrio y armonía. Y, sin embargo, las causas de la desesperación parecen estar en amenazas muy reales. El campesino Person ha seguido con atención los informes de los periódicos y tiene terror de la bomba atómica y de que la juventud en China sea incitada a grados tan terribles de agresividad y expansionismo (estamos a comienzos de los sesenta). Sin embargo el párroco lo deja solo con estos problemas. Esta conversación (o no conversación), es la escena clave de la película. El campesino, quien esperaba simpatía y consuelo, es abandonado a sí mismo de manera grotesca, ya que el párroco sólo sabe hablar en monólogo.

Ingmar Bergman es hijo de un párroco luterano, su juventud estuvo marcada por la inflexible dureza de este padre, quien castigaba y vigilaba incluso las cosas más pequeñas. Bergman elaboró en Los comulgantes muchos elementos autobiográficos. Su discusión sobre la fe va más allá del concepto dogmático de Dios. Por eso cita con frecuencia una frase de Eugene ONeill: un drama que no trata de las relaciones de los hombres con Dios no vale nada. El interpreta este dicho de un modo muy personal, uniéndolo con el hoy empleado con frecuencia de que todo arte es político. Al fin y al cabo en ambos casos se trata de algo ético. Medio narrativo fundamental de la película es su ascetismo visual. Bergman muestra al pastor en largos y atormentados planos durante el servicio religioso, primeros planos ante paredes blancas aíslan a los personajes, las estrechas sacristías en las que tiene lugar gran parte de la película parecen prisiones. El primer cuarto de hora de la película es un asombroso tour de force de exposición, con sólo una palabra (Gracias, de la señora Persson cuando Märta le ayuda a levantarse después de la comunión -está embarazada-) y el texto litúrgico, pero donde los personajes principales y los temas centrales quedan establecidos. Todo el desarrollo de la película está implícito en el primero de sus planos. El sentido de lo absurdo del cual tanto Thomas como los espectadores son concientes, es muy fuerte en toda la escena: el espectáculo de unos seres humanos llevando a cabo un ritual que no tiene significado para casi ninguno de ellos, incluyendo al pastor. Los comulgantes es una de las películas más severas y sin compromisos que se hayan hecho jamás.

© Luis Alberto Álvarez

 

 Los comulgantes (1962)

Nattvardsgästerna

Dirección y Guión: Ingmar Bergman

Fotografía: Sven Nykvist

Música: Cantos litúrgicos suecos y Johann Sebastian Bach

Producido por Svensk Filmindustri

Intérpretes:

Gunnar Björnstrand, Ingrid Thulin, Max von Sydow,

Allan Edwall, Elsa Ebbesen, Gunnel Lindblom.