 |
Recorriendo Escandinavia, Magda
Bandera se reconcilió con el profesor de ciencias
naturales que le torturaba para que creyera que en el norte de
los nortes el sol nunca se pone. Entre los fríos y los
musgos de la mítica Laponia, comprobó que la tundra
puede ser algo tan cotidiano como un olivar y los renos tan comunes
como las lagartijas. Y que es también en el Círculo
Polar Artico donde, por una vez, el éxtasis se alcanza
en el punto más álgido del frío, un misterio
del invierno que se llama aurora boreal. Según Magda,
los raíles parecen flotar sobre los lagos finlandeses,
sortean los fiordos noruegos y se adentran hasta los archipiélagos
lagos suecos. El mes de septiembre es la mejor época del
año para descubrir por qué las saunas se convirtieron
en sinónimo de relax, las aguas internacionales en codiciados
aguardientes y el síndrome de Estocolmo en una metáfora
de la vida. |