El cortometraje al alza

 Mira mi mundo de Jens Bangskjær

El cine danés goza de renombre internacional y su futuro promete ser aún más brillante si las expectativas levantadas por los jóvenes directores de cortometrajes llegan a cumplirse. Se viven tiempos de interés por el corto, lo que en buena parte se debe a Dansk Novellefilm, organización pública en cuya dirección colaboran cine y televisión; una convivencia que conlleva el peligro de poner el corto al servicio de la tele.


Un artículo de Eduardo Luzuriaga

 

 

Gråvejr de Anne Heeno
En el mundo del cortometraje danés están empezando a despuntar talentos. Tanto a nivel de actores (Ulrich Thomsen, Sidse Babett Knudsen o Jesper Asholt), como de directores (Anders T. Jensen, Lotte Svendsen o Jonas Elmer) hay nombres que están empezando a abrirse camino en el mundo cinematográfico. La actual productora de Thomas Vinterberg, Nimbus Films, ha hecho del cortometraje su base de financiación. Con los beneficios obtenidos con los cortos Nimbus produce dos películas danesas anualmente y se permite una producción a nivel internacional cada dos años. Otras compañías utilizan este género como cazatalentos, ya que el cortometraje exige una gran capacidad de síntesis. Tan solo lo esencial tiene cabida, sin lugar para recrearse en los detalles, lo que hace que el corto sea un exigente banco de pruebas para directores noveles.

La ola sobre la que cabalga el cortometraje se inició con los años 90, después de varias décadas en las que los cortos habían sido documentales de tipo pedagógico o de difusión cultural. En 1976 el fotógrafo Peter Klitgaard empezó a idear el modo de sacar el cortometraje a terrenos más artísticos. En 1994 se creó Dansk Novellefilm, una institución publica creada con el objeto de utilizar el cortometraje como espacio de transición entre la escuela de cine y el ramo cinematográfico. Novellefilm, como se denomina ahora, está formada por el ministerio de cultura, el instituto cinematográfico danés, la cadena de televisión pública Danmarks Radio y la semipública TV2. Novellefilm ha sido un importante elemento en el desarrollo experimentado por el cortometraje. Por una parte se ha encargado de asegurar una producción mínima anual y por otra ha ayudado a crear una corriente de interés por este género en todo el sector.

 

 

Susanne Sillemann de Cæcilia Holbek Trier

 

Skoda de Anders Gustafsson
Lamentablemente los cortos creados no han encontrado una salida al público. Los cines no proyectan cortometrajes y las cadenas de televisión los emiten a horas intempestivas. Sin la existencia de espectadores, este género corre el peligro de convertirse en un mero trampolín profesional hacia el largometraje. Los cines comerciales alegan falta de tiempo para no proyectar cortometrajes antes de las películas que tienen en cartelera. Las sesiones de tarde son cada dos horas. La duración aproximada de las películas es de hora y media, a lo que hay que sumarle el tiempo de anuncios, así que apenas queda tiempo para limpiar la sala antes de que comience la siguiente sesión explica Helle Schmidt, directiva del cine Imperial, el mayor de Dinamarca. Las dos principales estaciones de televisión danesas, Danmarks Radio y TV2, están presentes en el consejo de dirección de Novellefilm. Ambas son fuertemente criticadas desde el sector cinematográfico por emitir los cortos a horas de escasa audiencia y sin apenas publicitarlos. Las televisiones alegan la fuerte competitividad entre cadenas en los horarios punta como motivo para sacar los cortos a otras franjas horarias, ya que el cortometraje tiene la fama de ser para intelectuales y no atrae a la audiencia.

El director danés Christian Braad Thomsen critica la creciente confraternización entre el cine y la televisión, lo que en el caso de Novellefilm se concreta en el hecho de que la decisión de producir o no un cortometraje depende en gran medida de gente del mundo televisivo, ya que la pequeña pantalla es el principal medio de difusión de los cortos producidos. Esta dependencia de la televisión hace que la imaginación del director de cine sea recibida con falta de imaginación, sus ideas con la ausencia de éstas y sus ansias de explorar lo desconocido con la exigencia de dar al público aquello a lo que está acostumbrado, dice Christian B. Thomsen. El asesor cinematográfico de Novellefilm, Carsten Soender, reconoce que los cortos producidos presentan una cierta homogeneidad estética y narrativa: Las historias que tenemos sobre la mesa son muy diferentes pero cuando las películas están terminadas existe una uniformidad. En opinión de Marianne Moritzen, presidenta del consejo de dirección de Novellefilm el problema es que los directores sientan que tienen que demostrar todo su talento en un cortometraje, porque pueden fácilmente verse abocados a seguir la corriente mayoritaria. Quiero que los directores, también los más curtidos, experimenten con la forma y con el modo de narrar. Se trata de intentar aquello que no se osaría hacer si se tratara de un largometraje.

 

 

S de Espen Sørensen

 

Den vestre telefon de Kristjan Møller
Actualmente el sector cinematográfico mira con interés el desarrollo de la tecnología digital e Internet, por el amplio abanico de posibilidades que pueden suponer para el cine. El cortometraje se adapta especialmente bien a las nuevas tecnologías y al nuevo ritmo de vida. Los cortos pueden ser vistos en la televisión, en la pantalla de ordenador o en teléfono móvil en cualquier momento libre. La apuesta de las empresas de entretenimiento online por este sector es importante; las compañías Atomfilms y Shockwave se han unido para formar AtomShockwave, que ha contratado a Jim Jarmusch, Aki Kaurismäki y Bernardo Bertolucci, entre otros, para grabar cortos digitales que serán vistos online. La entrada del cortometraje a Internet ha enfrentado a Novellefilm con las compañías productoras. Novellefilm quiere reunir todos sus cortos en un portal y dejar acceso libre. Las productoras, por su parte, no son partidarias de la gratuidad. En opinión de éstas aún es muy pronto para rechazar una posible fuente de ingresos en un género que de por sí no da mucho dinero.

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