Con una población de apenas 20 millones
entre Suecia, Dinamarca, Noruega e Islandia, los vikingos actuales
representan sólo el 0,3% de la población mundial.
Sin embargo, producen la friolera del 3% de las exportaciones
mundiales. Los productos escandinavos son de primera calidad,
pero son sus marcas las que han barrido el mundo. Esto es el
resultado de una filosofía profundamente enraizada aunque
no está escrita.
El manifiesto vikingo es una llamada para dirigir las empresas de una nueva
manera. Los antiguos vikingos obtuvieron sus riquezas con estrategias
guerreras únicas; los vikingos de hoy en día lo
están haciendo mediante la innovación y la astucia.
En ambos casos su éxito se debe a que han sabido romper
las reglas establecidas. Poco a poco, las empresas escandinavas
han marcado tendencias y han penetrado suavemente en los mercados
a su manera, empleando dos armas que desde hace tiempo han sido
menospreciadas: la valentía y el sentido del humor.
Este libro explica por qué ser el más
grande no siempre es lo mejor; por qué la publicidad no
funciona y por qué esto es una buena noticia para todos;
por qué competir no tiene ningún sentido; o por
qué los premios y los castigos en realidad desmotivan
al equipo. Además, como si esto no fuese suficientemente
rompedor, explica por qué el dinero no es realidad el
motor del mundo.
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