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Vicerrectorado de Cultura

Arena Numerosa

Arena Numerosa

Colección de fotografía histórica de la Universitat de València

Del 31 de enero al 19 de abril de 2006

Sala Estudi General

 

Horario: de martes a sábado de 10 a 13.30 horas  y de 16 a 20 horas. Domingos de 10 a 14 horas. ENTRADA LIBRE

Visita visual

 

 

Después del período de recuperación, estudio, catalogación, restauración y almacenamiento en condiciones óptimas de la colección de fotografía histórica de la Universidad: placas de linterna, orlas académicas y retratos, y a partir de esta, y la variedad temática que presenta, esta muestra crea un espacio de reflexión sobre la fotografía de final del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, principalmente, dentro del ámbito universitario: el proceso educativo a través suyo, el desarrollo técnico y su aplicación, el retrato de profesores y alumnos convertidos en memoria, tiempo y recuerdo.

Un gran número de imágenes de otro tiempo y lugares como elementos constitutivos y necesarios de esta arena numerosa que discurre por las finas paredes de vidrio de un reloj de arena que marca, con temible puntualidad, el tiempo de los vivos y remite inevitablemente a planteamientos clásicos sobre la fugacidad de la vida y la fragilidad de la existencia humana.

 
 

Está bien que se mida con la dura

sombra que una columna en el estío

arroja o con el agua de aquel río

en que Heráclito vio nuestra locura.

 

El tiempo, ya que al tiempo y al destino

se parecen los dos: la imponderable

sombra diurna y el curso irrevocable

del agua que prosigue su camino.

 

Está bien, pero el tiempo en los desiertos

otra sustancia halló, suave y pesada,

que parece haber sido imaginada

para medir el tiempo de los muertos.

 

Surge así el alegórico instrumento

de los grabados de los diccionarios,

la pieza de los grises anticuarios

relegarán al mundo ceniciento

 

del alfil desparejo, de la espada

inerme, del borroso telescopio,

del sándalo mordido por el opio,

del polvo, del azar y de la nada.

 

¿Quién no se ha demorado ante el severo

y tétrico instrumento que acompaña

en la diestra del dios a la guadaña

y cuyas líneas repitió Durero?

 

Por el ápice abierto el cono inverso

deja caer la cautelosa arena,

oro gradual que se desprende y llena

el cóncavo cristal de su universo.

 

Hay un agrado en observar la arcana

arena que resbala y que declina

y, a punto de caer, se arremolina

con una prisa que es del todo humana.

 

La arena de los ciclos es la misma

e infinita es la historia de la arena;

así, bajo tus dichas o tu pena,

la invulnerable eternidad se abisma.

 

No se detiene nunca la caída.

Yo me desangro, no el cristal. El rito

de decantar la arena es infinito

y con la arena se nos va la vida.

 

En los minutos de la arena creo

sentir el tiempo cósmico: la historia

que encierra en sus espejos la memoria

o que ha disuelto el mágico Leteo.

 

El pilar de humo y el pilar de fuego,

Cartago y Roma y su apretada guerra,

Simón Mago, los siete pies de tierra

que el rey sajón ofrece al rey noruego,

 

todo lo arrastra y pierde este incansable

hilo sutil de arena numerosa.

No he de salvarme yo, fortuita cosa

de tiempo, que es materia deleznable.

 

 

Jorge Luis Borges. “El reloj de arena”.

 
 

“El cuerpo humano tiene la función de representar un alma; por eso mirarlo es interpretarlo. El cuerpo humano es lo que es y, además, significa lo que no es: un alma. La carne del hombre manifiesta algo latente, tiene una significación, expresa un sentido.”

José Ortega y Gasset

 
 
 

 

 

Más información: cultura@uv.es