Sofía Barrón y
Judith Navarro las dos comisarias de la exposición
Cítric Desig
que se ha presentado a mediodía de hoy en la sala Thesaurus de La Nau en
la Universitat de València acompañadas del vicerrector de Cultura de la
universidad, Rafael Gil han pretendido buscar las concomitancias entre
mujer y naranja a través de los cinco módulos expositivos: publicidad,
pintura, fotografía, literatura, cómic y cine.
El recorrido a la
sala, completamente pintada de naranja, comienza con el planteamiento de
la publicidad, a través de marcas naranjeras desde los años 20 que,
pegadas a los testeros de las cajas comerciales “utilizaban el atractivo
erótico femenino a la hora de identificar y exportar los cítricos
valencianos”, según Judith Navarro. La idea de la exposición partió de
estas etiquetas, que ambas catalogaban en el Museo de la Naranaja de
Burriana, donde las jóvenes licenciadas en Historia del Arte de la
Universitat de València realizaban un master en gestión patrimonial. “La
mujer que se evidencia es arquetípica, oscilando desde la poderosa
femme fatale,
como se muestra en las etiquetas Gala, Flirt, Fambor y Estimada, hasta la
Lolita como se corrobora en Glamour, Juliette, Loreto o Mosel, entre
otras”, añade Sofía Barrón. También aparecen revistas y carteles que
apelan igualmente al
sex-appeal femenino
a través de la naranja como Valencia Fruits.
La naranja
relacionada con el cuerpo de mujer ha inspirado abundantes pinceladas. En
esta muestra aparecen una veintena de obras. Entre las que se obras de las
componentes del incombustible Equipo Límite cuya estética neo pop recuerda
a la publicidad naranjera. También se reinterpreta la obra de Botero, a
través de las pinturas de Antonio de Felipe, cuyo
Disfruta la fruta
se ha realizado expresamente para esta exposición, donde se muestra a una
seductora Sara Montiel que está a punto de devorar a la figura de
Naranjito, mascota del mundial del 82. “El gesto es explícitamente erótico
y el fruto ha quedado aquí personalizado en forma masculina: Naranjito”,
coinciden ambas.
En el apartado de
fotografías la fragmentación fetichista de la pulpa de la naranja se
equipara al interior genital femenino y la fruta se iguala a un pecho de
mujer por la textura de la piel, el pezón y la forma. La muestra incluye
fotografías de Enric Pàmies, Luis María Martínez y Eva Dueñas, entre
otros. |
Otro de los soportes
utilizados es la literatura. De ahí que se recoja varias ediciones de la
novela valenciana por excelencia ambientada en los huertos de naranjos
Entre naranjos, de Vicente Blasco Ibáñez, de 1900.
La parte del cómic
ocupa el centro de la sala y está envuelta en una estructura en forma de
gajo que subraya los recursos utilizados por los ilustradores. La
principal protagonista en este apartado es la heroína Fallerela, creada
por Carles Recio en el año 2000. Fallerela desciende iconográficamente de
toda una saga de supermujeres, que comenzó en la década de los 60.
Concretamente, en 1962 Jean Claude Forest creó a Barbarella, iniciando el
auge de los cómics para adultos, donde el escenario de la ciencia ficción
se cubre de erotismo.
El análisis fílmico
se recoge en un espacio bajo el epígrafe Jugo sexual cinematográfico,
que muestra el montaje de cinco películas, de décadas muy distintas donde
el referente sexual de la naranja y la mujer se hace patente. La primera
película es The Torrent, de Monta Bell, de 1926, la adaptación
hollywoodiense de la novela Entre naranjos, de Vicente Blasco
Ibáñez, donde el deseo de los protagonistas se desata en una noche de
primavera bajo los efectos sensitivos que les provoca el perfume del
azahar. Le suceden Persecución hasta Valencia, de Julio Coll;
Kika, de Almodóvar, Celos, de Vicente Aranda y Son de mar, de
Bigas Lunas. |