El mandato del ACNUR
(Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados)
fue instituido en 1951 con una duración temporal de sólo
tres años, con la esperanza de lograr resolver los
problemas de los refugiados de aquel entonces en un
tiempo breve. Sin embargo, ya al término de este primer
mandato se hizo necesaria una primera renovación por
cinco años. Desde entonces la Asamblea General de las
Naciones Unidas lo ha ido prorrogando sucesivamente por
períodos de cinco años hasta nuestros días.
En la
actualidad el ACNUR se hace cargo de un total de 20
millones de personas, entre las que se encuentran
refugiados, apátridas, persona cuya nacionalidad es
objeto de controversia y personas desplazadas en el
interior de su propio país.
Desde 1951 el
trabajo del ACNUR ha estado entendido como un esfuerzo
conjunto de todos los miembros de la comunidad
internacional, así pues con el aumento y la
diversificación de la actividad del ACNUR, se han ido
reforzando las relaciones con Asociaciones y
Organizaciones no Gubernamentales.
La Asociación
España con ACNUR (Comité Español del ACNUR) es una
de estas asociaciones, que apoya la labor del Alto
Comisionado en nuestro país. Desde su creación la
función principal del Comité Español del ACNUR es llevar
a cabo campañas de sensibilización social haciendo
llegar a la sociedad española la realidad de los
refugiados.
Estas iniciativas han logrado una
extraordinaria respuesta de la sociedad española, ya que
como se resaltó en Ginebra en la sesión de apertura (del
Comité Ejecutivo del ACNUR) que tuvo lugar en septiembre
de1999, la sociedad civil española se ha situado como
cuarto donante privado del ACNUR.
Las
campañas informativas y educativas constituyen el
eje vertebrador de la labor de sensibilización de la
Asociación “España con ACNUR” (Comité Español del
ACNUR). Una tarea que se complementa con la
realización de exposiciones monográficas.
Además de
la escuela existen otros ámbitos educativos
extraescolares que refuerzan la formación de los
niños/as y jóvenes. Fuera del sistema educativo formal,
en el que unos objetivos determinados marcan la pauta
del curso, la existencia de estos ámbitos
complementarios ayudan a despertar la curiosidad de los
niños/as y jóvenes de otra manera: a través de la
novedad, el cambio de espacio físico en el que aprender,
abre la posibilidad de compartirlos con personas no
vinculadas al medio educativo formal y esto enriquece
también el intercambio de reflexiones, etc. Las
exposiciones constituyen un buen ejemplo de estos
ámbitos que refuerzan la labor educativa de los centros
de educación formal.
Consideramos fundamental explicar y
divulgar las causas que generan refugiados
(como por ejemplo el odio étnico y
racial, que actúa como detonador de huidas masivas o
individuales). Con las exposiciones monográficas se
busca fomentar reflexiones sobre las causas que originan
la existencia de refugiados: en qué situaciones
sociales se pueden generar actitudes y acciones que
discriminen, excluyan y amenacen a otras personas, hasta
el punto de convertirlas en refugiados. Incluso
evitar que, después de haber encontrado asilo en el país
de acogida, pueden llegar a sufrir algún tipo de
discriminación, por el mero hecho de la ignorancia y la
falta de información sobre lo que supone ser una persona
refugiada.
Resulta irónico que mientras muchas
actitudes discriminatorias se expanden entre grupos de
adolescentes y jóvenes, nuestra sociedad se convierta en
una realidad multicultural. Detectamos la absoluta
necesidad de potenciar actitudes abiertas en la infancia
y la juventud, que preparen a las generaciones venideras
para esta ya presente diversidad cultural y étnica,
animándoles así a buscar todas las aportaciones
positivas que esto conlleva.
Las exposiciones itinerantes
constituyen una de nuestras mejores herramientas de
sensibilización, ya que consiguen que los visitantes
vivan y sientan una experiencia que le es ajena y
distante. Aunque están
dirigidas a todos los públicos tienen un gran
componente pedagógico, ya que despiertan la
curiosidad de los niños y jóvenes hacia el entorno de
los refugiados y les aproxima a la realidad del exilio,
una realidad de nuestro tiempo en la que cada vez el
destino de más niños está en juego.
La experiencia de la Asociación “Comité Español del ACNUR” ha demostrado que las exposiciones suponen un
buen escaparate para otra realidad y un espejo en el que
mirarse. Con la intención de ahondar en estas
posibilidades presentamos ahora, en la Sala Thesaurus de
la Universitat de València, la exposición titulada
“Menores refugiados:
construyendo el futuro”.
Aquí se reúnen las
instantáneas de los niños y jóvenes que han tenido que
abandonar sus hogares por las guerras y la persecución,
a cambio de un futuro incierto, donde el largo plazo no
existe y el día a día es decisivo a la hora de dar forma
a sus vidas.
A
nivel
privado, la cobertura informativa y educativa sobre los
refugiados es sólo puntual y desarrollada, generalmente,
con escasos medios por asociaciones y ONGs vinculadas a
este colectivo. En cuanto a cobertura pública, la
situación y las necesidades de los refugiados no se han
difundido suficientemente; en concreto los niños y
jóvenes no imaginan la magnitud del problema.
La necesidad de poner en marcha
actividades de sensibilización social está justificada,
ya que existe una falta de conocimiento de la situación,
de los problemas e incluso del concepto de refugiado por
parte de la sociedad española, en general, y más
concretamente a quien va dirigido este proyecto, la
sociedad valenciana y a los niños/as y los jóvenes, que
son nuestro futuro.
Aunque todos los refugiados están
expuestos a peligros, los
menores los sufren con mayor frecuencia e intensidad.
Las violaciones de los derechos humanos,
los conflictos étnicos y religiosos, las guerras civiles
y las crisis humanitarias, convierten demasiado a menudo
a niños y adolescentes en objetivos militares o en
soldados por parte de los grupos armados. Son víctimas
de la explotación y los abusos sexuales, son sometidos a
trabajos forzados y sufren la separación de sus
familiares.
El no satisfacer sus
necesidades nutricionales y de salud puede afectar de
forma permanente su desarrollo mental y físico. Por otra
parte, si los menores no son protegidos o no se les
ofrecen amplias oportunidades de adquirir la formación
adecuada para una vida productiva y autosuficiente, hará
que los conflictos inevitablemente vuelvan a surgir.
A pesar de que soportan grandes
sufrimientos, también muestran una gran capacidad para
superar sus circunstancias. Son creativos, enérgicos y
son importantes agentes para realizar cambios
constructivos entre los suyos y en sus comunidades.
ACNUR realiza su registro y les dota de
documentación, posibilitando que se reúnan con sus
familiares, cubre sus necesidades psicológicas y
sociales, combate la explotación sexual, los abusos y la
violencia, impulsa la salud reproductiva y la lucha
contra el SIDA, combate el reclutamiento militar,
promueve la educación y la formación y defiende sus
derechos, desde su supervivencia -salud y nutrición-
hasta la creación de oportunidades para que tengan
ingresos.
Asimismo, ACNUR desarrolla acciones para
mejorar su autoestima permitiéndoles que expresen y
desarrollen sus capacidades, su creatividad, su fuerza
emprendedora y su valor. La Agencia realiza también
campañas de sensibilización sobre los derechos de las
mujeres y las niñas, la igualdad de género y la completa
participación de éstas en las actividades de la
comunidad
El
desarrollo de la actividad se divide en dos partes:
1.
Visita guiada de la exposición
2.
Talleres
de sensibilización |