Entra Marcus de
caza
¿Quién es? ¡Mi nieta, que huye tan veloz! [987]
¡Prima, háblame! ¿Dónde anda tu marido? [988]
Si sueño, que toda mi
fortuna me despierte. [989]
Si despierto ¡que
algún planeta me derribe! [990]
Y así dormiré un
sueño eterno. [991]
Habla dulce nieta, qué severas manos violentas, [992]
Han podado, y mermado, y han privado tu cuerpo, [993]
de ambas ramas y dulce ornamento, [994]
en su circular sombra reyes han
buscado poder dormir [995]
y puede que no ganaran felicidad
tan grande [996]
como la mitad de tu amor:
¿Por qué no me hablas? [997]
Ay, qué río carmesí de cálida sangre, [998]
cual fuente burbujeante agitada por el viento, [999]
crece y cae entre tus labios rosados, [1000]
surge y escapa con tu aliento de
miel. [1001]
Pues claro, algún Tereus
te ha deflorado, [1002]
y para no ser detectados te
cortaron la lengua. [1003]
¿Ay, alejas tu cara por vergüenza? [1004]
y aún con toda esta perdida de sangre, [1005]
tal que los salientes chorros de
una Fuente, [1006]
tus mejillas siguen rojas como
la cara de un Titán, [1007]
sonrojadas al encontrarse con una nube. [1008]
Quieres que hable por ti, quieres que diga así es. [1009]
¡Oh! Si conociera tu
corazón, y a la bestia, [1010]
para poder atacarla y así
aligerar mi mente.
[1011]
El dolor oculto es cual horno
apagado,
[1012]
arderá el corazón
donde está en cenizas. [1013]
Dulce Filomela, por que sólo perdió la lengua, [1014]
y en tediosa muestra selló su mente. [1015]
Pero amada nieta, ese medio te ha sido cortado, [1016]
un Tereus más fuerte,
Prima, encontraste,
[1017]
y él cortó esos
bellos dedos,
[1018]
que mejor bordaban que Filomela.
[1019]
¡Oh, si ese monstruo hubiera visto esas manos de Lirios, [1020]
agitándose cual hojas de
sauce sobre un laúd, [1021]
y las sedosas cuerdas
disfrutando con besarlas, [1022]
no, ni por su vida las hubiera tocado. [1123]
O de haber oído la celestial Harmonia, [1024]
que producía esa dulce lengua, [1025]
hubiera dejado caer su navaja y se habría dormido, [1026]
tal Cerbero a los pies del poeta
Traciano. [1027]
¡Venga, marchemos! Cegemos a tu padre, [1028]
pues tal imagen cegará el
ojo de todo padre. [1029]
La tormenta de una hora
anegará los fragantes campos, [1030]
¿qué no
inundarán meses de lágrimas de ojos
paternos? [1031]
No te escondas, pues queremos llorar contigo, [1032]
¡Oh, si nuestro llanto tu miseria aliviara! [1133]