CURS 03/04

 

Rosa Belén Ortiz Montañés

 

 

LOS NUEVOS AMOS DEL MUNDO

J. Ziegler

 

Este libro consta de cuatro partes: 1) hace referencia a la historia de la mundialización, al imperio americano y a la ideología de los amos del mundo; 2) habla del depredador como figura central del mercado capitalista globalizado; 3) habla de los mercenarios y al análisis de sus actividades y 4) cita la nueva sociedad civil planetaria como la esperanza para democratizar el mundo.

Como bien señala Ziegler, quien tiene dinero, come y vive y quien no lo tiene está expuesto a morir. Quien muere de hambre es victima de un asesinato. Aún así, los amos del capital mundializado manejan a los pobres como si se tratara de marionetas; deciden sobre la vida y la muerte en función de sus estrategias de inversión, a través de sus especulaciones monetarias y mediante las alianzas políticas que establecen. De esta manera los ricos, a través de la privatización del mundo, se hacen cada vez más ricos, mientras los pobres viven cada vez más en la miseria.

Hablando de la globalización, no podemos dejar de mencionar al imperio norteamericano. La oligarquía norteamericana es la más poderosa, la más viva y más creativa. El orden imperialista en el que se encuentran los Estados Unidos de América, tiene como necesidad destruir a los estados nacionales y a cualquier soberanía que le oponga resistencia. Como dice el autor claramente, “la arrogancia del imperio americano no tiene límites”.

Son muy importantes los datos que se recogen en este libro, sobretodo para comprender la política de los Estados Unidos, que en la Comisión  se Derechos Humanos de las Naciones Unidas, votan siempre contra todas las medidas destinadas a concretar los derechos económicos, sociales y culturales, sobretodo contra el derecho a la alimentación, a la vivienda, a la educación, a la sanidad, a tener agua potable y como no, contra el derecho al desarrollo.

El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, se mueve por el poder del petróleo y de las industrias de armamento. Un claro ejemplo de esto es la guerra desencadenada por Bush después del 11 de Septiembre de 2001, la cual le sirvió de excusa para recurrir a la restricción da las libertades públicas, a la intensificación de la privatización, a la extensión de la liberalización de los mercados y a una reducción aún más drástica de las políticas de redistribución de la riqueza a través de las instancias públicas. Estados Unidos pretende utilizar el terrorismo como un argumento moral y políticamente imparable para organizar el mundo a su propia conveniencia.

Como no hay espacio para definir todas las barbaries cometidas por el presidente George Bush, me limitará a remarcar que no ha parado de luchar para conseguir la privatización del mundo y para hundir más aún a los pobres. Es como un águila que pretende tener a todo el mundo en sus garras.

Por lo que se refiere a la ideología de los nuevos amos del mundo, hay que destacar que operan sirviéndose de la palabra “libertad”. Lo que realmente hacen es romper todas las barreras del libre mercado para poder seguir enriqueciéndose ellos y empobrecer al resto del mundo. De esta forma no hay más remedio que aceptar que la era de la selva ha empezado.

Los depredadores, a partir de un cierto volumen de negocios, no pueden permitirse actuar conforme a la moral. Como dice Ziegler, su progresión constante, la supervivencia y la expansión de su imperio exigen una conducta amoral.

A los depredadores les va mucho la fusión de empresas. Con esto consiguen liquidar cierto número de puestos de trabajo, por lo que destruyen el empleo.

La intención de los privatizadores es desmantelar los servicios públicos a fin de dejar el campo libre a las empresas privadas que trabajan en este sector.

Los depredadores saquean de forma sistemática sus empresas y a sabiendas las conducen a la quiebra con el fin de enriquecerse personalmente. Son seres sin humanidad. Seres perdidos.

La privatización mata la ley. Los depredadores difaman, desacreditan, deslegitiman la competencia reguladora del mercado y por desgracia triunfan.

La privatización del Estado destruye la libertad del hombre, aniquila la ciudadanía.

Como dato de interés cabe nombrar que el hambre, la epidemia, la sed y los conflictos locales debidos a la miseria, aniquilan cada año a casi tantas personas como destruyó la Segunda Guerra Mundial en casi seis años.

En nuestra época, la riqueza es le fruto de actuaciones imprevisibles de especuladores codiciosos y cínicos, obsesionados por la ganancia a cualquier precio y por maximizar los beneficios. La economía virtual, gracias a la especulación, gana mano a la real.

El mercado globalizado también devasta la naturaleza. Las consecuencias climáticas de la destrucción de las selvas tropicales por los depredadores de las sociedades madereras

y ganaderas transcontinentales son desastrosas. La desaparición progresiva de las selvas vírgenes altera el clima, y sequías terribles destrozan las tierras fértiles y privan a los hombres de su subsistencia. Los depredadores van en camino de destruir el planeta.

Por lo que se refiere a la corrupción, cabe señalar que los daños económicos causados por la conducta de los corruptos alcanzan sumas astronómicas. Los que pagan el precio de la corrupción son los pueblos y la mayoría de veces los pueblos más pobres.

La corrupción destruye el vínculo de confianza entre los ciudadanos y el Estado. Los depredadores se sirven de la corrupción como de un medio privilegiado de dominación.

La corrupción continua viva en la República Dominicana. Todos conocen el delito de la corrupción pero las leyes dictan que corromper a una autoridad extranjera no es punible.

Los más poderosos entre los depredadores escapan por completo a cualquier forma de fiscalidad o control público de sus actividades.

Fijándonos en la OMC hay que decir que su objetivo es la reducción del poder del estado y del sector público en general. Las desregulación y la privatización son los dispositivos a través de los cuales opera el cambio. Nadie quiere la ley de la jungla, pero la OMC es liberticida. Ha creado la tiranía del rico sobre el pobre. Es necesario suprimirla.

A semejanza de la OMC y del FMI, el Banco Mundial promete la privatización de los bienes públicos y de los estados, impone el imperio de los nuevos dueños del mundo.

Unas de las catástrofes provocadas por el FMI a sido la crisis de Argentina. Los funcionarios del FMI parecen insensibles a los desastres que provocan, ya que nunca lo han observado de cerca.

La esperanza de cambiar toda esta estampa reside en la nueva sociedad civil planetaria. A través de las grandes manifestaciones públicas se modifican las correlaciones de fuerza que existen entre los señores del mundo y los manifestantes. Cada vez que los amos del mundo se reúnen en un lugar del mundo también lo hace la nueva sociedad civil. De esta manera, los manifestantes logran captar la atención de los medios de comunicación que habían sido convocados por los dueños del mundo. Con el fin de ser escuchados, los manifestantes también organizan grandes marchas y foros alternativos como el de Porto Alegre, donde intercambian información, conocen gente, contrastan las ideas que cada uno se ha formado...

Un ejemplo de éxito ha sido el movimiento de las CONAIE de los indígenas ecuatorianos que ha derrocado a un presidente de la República, ha cambiado un  estado y ha hecho retroceder a los truts petroleros estadounidenses y a sus equipos de perforación que amenazaban con destruir la selva amazónica del Ecuador.

 

Darrere