Laura Sáez Carbajal

 

 

Fast food. El lado oscuro de la comida rápida

 

Eric Schlosser

 

 

Este libro repasa la historia de la comida rápida, desde sus orígenes en el puesto de hamburguesas de los hermanos Mc Donald en Los Ángeles, en cuya cocina implantaron el sistema de trabajo en cadena reduciendo el menú al mínimo, hasta su presencia global en todos los lugares del mundo. El autor de este libro desvela los cambios que se han producido a través de la aparición de este nuevo tipo de comida, cambios que han transformado no sólo la dieta, las relaciones laborales, la agricultura, el medioambiente y el paisaje, sino también el concepto y la estructura misma del capitalismo de nuestro tiempo.

 

Al principio del libro, Schlosser explica detalladamente cuales son las estrategias que utiliza la industria de la comida rápida para captar clientes, que mayoritariamente son adolescentes y niños. Una de estas estrategias son los parques infantiles que poseen estos locales. Los niños son tentados por toboganes, columpios, pelotas de goma, etc. Una gran tentación de la cual Mc Donald es poseedora de más de la mitad que Burguer King. Otra de las grandes estrategias por no decir la mayor de esta industria es la de los juguetes. Con cada menú infantil regalan un juguete, esto se debe a que la industria de la comida rápida ha establecido unos vínculos comerciales con las principales empresas de juguetes del país. De esta manera, regalan productos sencillos con los menús infantiles y venden otros productos mucho más elaborados.

 

En la segunda parte del libro el autor describe los efectos que ha tenido la comida rápida en la vida estadounidense, comenzando por la obesidad, que afecta a dos de cada tres ciudadanos estadounidenses, pasando por las duras condiciones laborales hasta llegar a la cada vez mayor concentración agrícola y ganadera, que ha provocado la ruina de los granjeros independientes.

 

Otro tema del que habla es el de los trabajadores. El autor señala que la gran mayoría de los empleados de estos locales en Estados Unidos no sobrepasan los 20 años. Esto es debido a que esta industria busca trabajadores a tiempo parcial, sin formación y que estén dispuestos a aceptar un salario reducido. Los adolescentes son los candidatos perfectos para este tipo de trabajo no solamente porque su salario es menor que el de los adultos sino porque su inexperiencia los hace más fáciles de controlar. Otros grupo de trabajadores que también destaca Schlosser son los llamados marginados, dentro de este grupo entrarían los inmigrantes, discapacitados, ancianos, etc.

 

El fundamento principal de esta industria radica en la estandarización y simplificación de tareas hasta conseguir un producto universal barato y muy sencillo de conseguir. El marketing infantil a base de continuas promociones y regalos a los niños, además de la creación de auténticos parques infantiles, es su principal carta, llegando incluso al chantaje emocional de padres y abuelos.

 

La demanda masiva de patatas ha supuesto cambios sustanciales en la agricultura; la necesidad de carne en cantidades industriales ha transformado la ganadería, toda la industria cárnica incluidos los mataderos, de los cuales se cuestiona su seguridad e higiene. También cabe destacar las transformaciones a las que someten sus productos. Por ejemplo, son tantos los cambios que se producen en la industria avícola que resultan preocupantes los avances de la biogenética, así como la intensa utilización de saborizantes de la industria química.

 

A pesar de haber cambiado los hábitos de vida y mucho más del planeta más rico del planeta, la era de la comida rápida ha terminado. A mayor nivel cultural, menor consumo de comida rápida. Las cosas se están complicando para estas compañías en Estados Unidos, dejando de ser ya una inversión segura como lo eran hace unos años. Además el autor agrega que después de la crisis de las vacas locas, la gente comenzó a preocuparse más por su alimentación, hecho que provoca que este fenómeno vaya en descenso.

 

EVA Mª COSTALES ORTEGA

Fast food. El lado oscuro de la comida rápida

 

Eric Schlosser

 

 

       ¿Qué es “fast food”? O mejor dicho ¿qué significa en realidad “fast food”?... Como sabemos “fast food” es una serie de palabras ingles-americanas que dan significado a lo que traduciríamos como comida rápida.

       Nosotros conocemos como comida rápida a las patatas congeladas, a la lasaña ya precocinada que sólo tenemos que calentar, o ya incluso a las lentejas de mamá que vienen preparadas para calentar al baño María y ¡listo!. Pero en realidad todo esto lleva más historia de lo que realmente creemos.

¿ Quién no ha ido nunca a un McDonald’s o a un Burguer King, y se ha pedido un super Big Mac, etc...? Yo pienso que todos alguna vez y cada vez con más asiduidad, lo hacemos cada fin de semana en que nos reunimos con unos cuantos amigos para pasar la velada. Pero, realmente, ¿qué hay detrás de cada una de esas hamburguesas tan deliciosas, de esas patatas tan bien preparadas  con ese sabor tan especial,...? Ahora es donde empieza la verdadera historia de “fast food”.

       La empresa de la comida rápida nace en EE.UU. a manos de un tal Carl Karcher, y su idea de futuro con sus perritos calientes. Más tarde dos hermanos conocidos como Hnos. Mcdonald’s crean un pequeño restaurante que se dedica exclusivamente a perritos calientes, patatas y hamburguesas, pero con una diferencia al resto de restaurantes, con una rapidez increíble. Esta idea les es robada por un ejecutivo futurista que al principio les propone extender sus restaurantes por toda la nación y que acaba apoderándose de su nombre e ideas. Este hombre es Ray Kroc, el fundador del actualmente conocido McDonald’s. A raíz de aquí surge la disparatada idea de crear cientos de empresas que trabajasen para la comida rápida (burger King, Kentuky Fried Chicken, Taco Bell, ....) Y para colmo los ciudadanos están encantados con ello. Este tipo de industrias comienzan a mover la economía americana.

Estas empresas se mueven en busca de beneficios propios, sin importarles su función principal: satisfacer saludablemente a sus clientes. Tienen como empleados a un personal no cualificado, adolescentes que necesitan un trabajo para ayudar en casa, inmigrantes con ganas de trabajar, discapacitados,....Además, es un trabajo mal remunerado. Sus trabajadores están sometidos  a una serie de normas en las que se incluye el no pertenecer a ningún sindicato, ya que no les conviene que sus trabajadores estén informados de todos los derechos que en este tipo de empresas se les privan a pesar de ser trabajadores.

       Pero aún hay más. Toda estas empresas enlucidas con grandes letreros luminosos, llevan a sus espaldas más injusticias, injusticias poco conocidas por sus habituales clientes. Al ser grandes empresas necesitan un gran abastecimiento de sus principales productos (congelados y listos para recalentar). ¿Quién se ve entonces aquí perjudicado? Pues el pobre ranchero independiente que no puede competir con esas grandes empresas y sus alianzas, al igual que el agricultor (patatas fritas congeladas) y el avícola( mcnuggets, alitas de pollo,...). Estas empresas que abastecen a las de comida rápida para poder llegar a ser competentes, también tapan  mil injusticias hacia sus trabajadores y hacia los después clientes de un restaurante de comida rápida.

       En los mataderos se alimentan a los animales con pienso mojado para que engorden más rápido sin importarles que esos piensos provocan en el animal una alteración que, posteriormente, se transmite a los que consumen esa carne. Además de no haber una higiene que mantenga al animal alejado de sus heces, las cuales transportan unas bacterias mortales para el consumidor. Enfermedades como E.Coli, o incluso la de las vacas locas, que son mortales, han sido transmitidas por este tipo de comida rápida, dando lugar a más de una muerte, puesto que su ambición anula el derecho a saber que ha salido una venta en malas condiciones, además, de potenciar su consumo a niños/as en los comedores de las escuelas públicas estadounidenses, por falta de apoyos económicos del gobierno y dados por ellas mismas. Pero ya no sólo es esto, es que hay que ver en que condiciones trabajan sus empleados:  sin derecho a baja, y con escasa, por no decir nula, prevención contra riesgos laborales, siendo una de las mayores causas de mortalidad actualmente.

       Dejando un poco al margen todo lo que conlleva la productividad para estas empresas, hablemos de lo que juegan con las mentes de los millones de clientes que confían en ellos. Actualmente no tanto, porque ya se ha impuesto una ley que los controlase, pero antes estas empresas de comida rápida se centraban en clientes de 4,5, 6... años, mandando abusivos anuncios para que ellos cayesen en sus redes a una temprana edad, siendo clientes de por vida. ¿Quién no ha visto a la familia feliz merendando en un McDonald’s, papá, mamá,...? Se ha convertido en parte de nuestra cultura.

       Este tipo de empresas no solo optaban por prosperar en su nación, sino que han transmitido su forma “original de comer en algo generalizado en todo el mundo. En algo, GLOBAL. ¿Cómo? Mediante las franquicias nacidas a mediados de siglo XX. Hoy puedes estar en Francia, Japón e incluso, Cáceres, y poder disfrutar de una deliciosa hamburguesa americana.

 

       Una antigua trabajadora del McDonald’s

 

Cristina Roda López

Fast food. El lado oscuro de la comida rápida

 

Eric Schlosser

 

        El autor de este libro, nos muestra como McDonal´s y sus similares no han representado solo una revolución en el campo de la gastronomía, sino que han  popularizado el sistema del restaurante sin cocina. En realidad la llegada del fast food y su difusión a escala planetaria ha  producido profundas modificaciones en el campo de la agricultura y ganadería con grandes recaídas sobre el mercado de trabajo y las condiciones de salud de la población. La filosofía del fast food, es aparentemente simple: ofrecer productos uniformes a bajo coste y de sabor agradable.

 

        Nos comenta como en las últimas décadas, la comida rápida se ha infiltrado hasta los últimos rincones de la sociedad estadounidense.  Comprar comida rápida se ha convertido en una costumbre social.  Esta industria, ha ayudado a transformar no sólo la dieta de la sociedad, sino también el paisaje, la economía, la población laboral y la cultura popular del país. Mc Donal´s se ha convertido en un símbolo de la economía estadounidense que en la actualidad es responsable del 90 por ciento de los nuevos puestos de trabajo del país. En los Estados Unidos la industria del Fast Food es hoy la mayor proveedora de trabajo . La industria de la comida rápida busca trabajadores a tiempo parcial  y sin formación, que  estén dispuestos a aceptar un salario reducido. Los adolescentes son  los candidatos perfectos para esos puestos de trabajo, no solo porque contratarlos resulta más barato que contratar adultos, sino también porque su juvenil inexperiencia los hace más fáciles de controlar. Se tiene que decir que en esta situación es imposible hablar de representaciones sindicales.

 

        También habla   del constante bombardeo de los anuncios publicitarios de comida rápida, en los cuales raramente se menciona de dónde provienen dichos alimentos y qué ingredientes contienen . Hoy la producción de carne está en manos de unas pocas grandes multinacionales que buscan de cualquier forma reducir los costes de ganadería reduciendo los márgenes de tiempo. Así, los animales, que se tienen en áreas adecuadas para el engorde, no se nutren de hierba sino de enormes cantidades de cereales y se les inyecta esteroides anabolizantes. Todo esto tiene un precio, visible en el hecho que cerca de un cuarto de los americanos es cada año victima de intoxicaciones alimentarías.

 

        Nos explica como se llegó a perfeccionar la estrategia de marketing y, para ello el mejor momento fue sin duda el baby boom en Estados Unidos. Los niños serían los nuevos clientes de la cadena de restaurantes. Con esto, se desea crear un espacio seguro, limpio y típicamente americano para los niños.

La industria de la comida rápida ha establecido vínculos comerciales con los principales fabricantes de juguetes del país, regalando juguetes sencillos con las menús infantiles y vendiendo otros más elaborados con un descuento especial.

Con todo esto, Eric Schlosser, nos hace reflexionar sobre  las condiciones de trabajo, los estándares de seguridad alimenticia, publicidad engañosa dirigida a  niños,….etc., que hay detrás de "la comida rápida”.

 

 

ALICIA ROSELLÓ PALANCA

 

Fast food. El lado oscuro de la comida rápida

 

Eric Schlosser

 

        Con este libro Eric Schlosser nos acerca a la verdadera historia de la comida rápida.

 

       Una historia que tiene sus orígenes en un puestecito ambulante de perritos calientes y que ha evolucionado hasta los hoy tan conocidos restaurantes como McDonald’s, Burguer King, Kentucky Fried Chicken...

La novedad que incluían estos restaurantes era la rapidez del servicio, el genuino sabor de su comida y sobretodo el precio asequible de sus menús.

  Estos restaurantes dirigen muchas campañas publicitarias a los niños, que son sus mejores clientes, y para atraer su atención les “ regalan” sencillos juguetes e incluso montan verdaderos parques infantiles en el propio restaurante. Así, los padres o familiares de los niños son atraídos al restaurante, convirtiéndose en nuevos clientes.

  Al hablar de los trabajadores de estos locales, sabemos que en su mayoría son adolescentes con poca experiencia y por tanto, fáciles de controlar. Esta afirmación la corroboro con mi propia experiencia, ya que fui despedida de McDonald’s, en mi opinión, porque no les gustan las personas con ideas propias y que sobresalgan de la obediente manada.

  A los directivos de estos restaurantes les “ aterroriza” la idea de los sindicatos, ya que cuanto más lejos permanezcan de sus trabajadores, menos problemas les crearán.

  En el caso de McDonald’s y otras hamburgueserías, el secreto de sus sabrosas comidas reside en el alto contenido en grasas de origen vacuno y en el uso de los tan conocidos saborizantes, camuflados bajo el nombre de aromas que hoy están presentes en todo tipo de alimentos preparados. Debido a la lucha mantenida con algunas personas vegetarianas por el uso de aceites de origen vacuno para la elaboración de sus comidas, hace algunos años, éstos se sustituyeron por aceites de origen vegetal, con lo cual descendía el contenido en grasas, aunque este continuaba siendo elevado. Pero todo esto tiene un precio, ya que comida sabrosa, en este caso, no tiene nada que ver con comida saludable.

  Estas cadenas de restaurantes necesitan grandes empresas que les abastezcan, y por este motivo la economía americana sufrió un gran cambio por que los pequeños ranchos y los campesinos quedaron obsoletos, dando paso a grandes industrias que se dedican tanto a las patatas fritas ( éstas deben ser de una marca especial, con una longitud establecida, etc.) como la carne de vacuno. Las industrias cárnicas llevan a cabo toda la elaboración de las hamburguesas, desde la entrada de las reses por cintas transportadoras hasta la salida de éstas convertidas en redondas e idénticas hamburguesas. Durante la estancia de las vacas en las fábricas, se pasa por multitud de zonas donde cada trabajador tiene milimetrado su trabajo para desarrollarlo perfectamente. Debido a las malas condiciones higiénicas de estas fábricas muchas intoxicaciones y enfermedades son transmitidas a los humanos. En esto influye el alimento que le dan a las reses, ya que son engordadas con pienso y cereales.

  Lo que más me ha llamado la atención de este libro es el duro trabajo que se realiza en estas fábricas, cuyos trabajadores desempeñan largas jornadas laborales muy mal remuneradas, no tienen acceso a una buena protección laboral y no están asegurados  porque son inmigrantes ilegales, analfabetos, indigentes, etc.

  Este es el “ lado oscuro de la comida rápida” como reza el título de este libro. Un lado oscuro lleno de injusticias y salvajadas como lesiones físicas, trituraciones de algunas partes del cuerpo de los trabajadores, amputaciones...

  Este es el estilo de vida que están exportando al resto del mundo, con esos espectaculares restaurantes con grandes letreros luminosos. Esas comidas que, según un franquiciado chino “ nos harán más altos y rubios como los americanos”

  De lo que realmente no nos damos cuenta es del índice de obesidad que tiene EE.UU. y que poco a poco se va extendiendo a otros países. Esto es debido a los hipercalóricos menús, ya que según datos de Eric Schlosser el americano medio come cuatro hamburguesas a la semana.

  Y de todo esto no se es consciente cuando uno llega al mostrador donde atiende una sonriente jovencita y pide: “ Un Supermenú Big Mac”.

 

 

 

 

DARRERE