ACTO PRIMERO
1 - 61 (Tercetos de pie quebrado)
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Entra Marcelo, solo

En el lenguaje teatral es costumbre decir "sale" cuando un personaje sale al escenario, y "entra" cuando sale del escenario, pero Góngora usa "entra" y "sale" en el sentido natural, que a veces puede significar entrar en escena o salir de ella. En este caso el escenario respresenta una habitación de la casa de Fabio y Marcelo entra en ella.
MARCELO

¿De qué seno infernal, oh pensamiento,
      o por dónde has venido,
si de tus alas torpes huye el viento?
3
Torpes en latín significa feas, en sentido literal y también en sentido ético. El pensamiento de Marcelo tiene alas y se imagina obteniendo el amor de Violante, pero se trata de un pensamiento tan inmoral que el viento huye de sus alas para que no pueda volar: todo se opone a su amor.
De plumas no, de ingratitud vestido,
      y dos veces vendado,
ciego dos veces para mí es Cupido.
6
El amor le llega revestido de ingratitud, pues le incita a atentar contra el honor de Fabio, a quien sólo tiene motivos de agradecimiento. Si el amor es ciego, aquí es dos veces ciego, pues no sólo no repara en quién es el objeto amado, sino tampoco en el perjuicio que ocasiona a terceros.
Sin luz procede el más despabilado,
       y al amor más despierto
sombras viste de sueño su cuidado;
9
Al enamorado más despierto, su cuidado, es decir, lo que cuida, lo que le ocupa, su enamoramiento, le viste [con] sombras de sueño. En suma, el amor ciega la razón.
si tinieblas no pisa con pie incierto,
      entre escollos y arenas,
con leño frágil solicita el puerto;
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Si no es como un viajero perdido en la noche, es como un frágil barco que busca el puerto entre peligrosos escollos y arenas que pueden hacerle encallar.
descansa publicando al fin sus penas;
      yo sólo, mudo amante,
los hierros callaré de mis cadenas.
15
El que persigue un amor imposible, descansa publicando sus penas (alusión al típico amante desdeñado que canta sus amores desconsoladamente), pero Marcelo no puede hacer tal cosa. No sólo lleva cadenas, sino que debe cuidar que sus hierros no hagan ruido.
¡Oh paredes, con quien el fuerte Atlante,
      que ya sostuvo estrellas,
sus espaldas trocara de diamante!
18
Atlas sostuvo en sus duras espaldas (de diamante) la bóveda celeste, pero hubiera preferido sostener las paredes de esta casa, pues si la bóveda celeste contiene estrellas, estas paredes, como indica el terceto siguiente, contienen dos estrellas (los ojos de Violante) que resumen a todas.
Vosotras incluis dos luces bellas,
      tales que abrevia el cielo
sus faroles clarísimos en ellas.
21

Octava maravilla sois del suelo,
      nido de un Fénix raro
que argenta el aire con su dulce vuelo.
24

¡Oh bella hermana de mi amigo caro!
      ¿Qué dices? Lo que digo.
¿Negóme el Sol?, ¿turbóse el aire claro?
27
Marcelo habla en conflicto consigo mismo. Luego alude al mito de Atreo, que degolló a dos hijos fruto del adulterio de su esposa con su hermano Tiestes y se los sirvió en un banquete. El Sol se desvió de su curso para no iluminar tamaño crimen.
Bien podías temer ese castigo,
      y otro mayor podías,
pues la fe adulteraste de un amigo.
30
Marcelo está traicionando la confianza de su amigo Fabio igual que Tiestes traicionó la confianza de su hermano Atreo, por lo que bien podía temer que el Sol se negara a alumbrarlo o el aire se enturbiara para que no pudiera respirarlo. Lo tendría merecido.
Culpas tan graves, y más culpas mías
      infamen el lenguaje,
no privilegie Amor alevosías.
33
Marcelo debe confesar a Fabio su culpa, infamando con ello el lenguaje, al usarlo para referir algo tan sucio. El amor no es disculpa para una traición.
Ofenda las orejas este ultraje,
      pues hoy tan violada
llora su religión el hospedaje.
36
Marcelo ha violado las normas de la hospitalidad al enamorarse de Violante, normas que son sagradas, como una religión. El hospedaje llora que su religión haya sido violada.
En esta casa, para ti sagrada,
      ¿deseó tu deseo
o de amistad o de lisonja nada?
39
¿Hubieras podido desear alguna muestra de amistad o de atención que no se te haya dado?
En los palacios de un señor no creo
      que sirven su persona
con mayor ceremonia o más aseo.
42
(vv. 43-45) El gusto, tirano con imperio y sin corona, haciendo leyes, no perdona (no deja pasar) diligencia alguna. Quiere decir que Fabio y Violante atienden exquisitamente a Marcelo por el mero gusto de hacerlo.
A diligencia alguna no perdona,
      leyes haciendo el gusto,
tirano con imperio y sin corona.
45
El gusto, que es algo voluntario, se convierte en ley, como si fuera obligatorio. Fabio y Violante obedecen al gusto como a un tirano, pues no tienen realmente motivos para obedecerle: no es un rey, no tiene corona.
No por tantas delicias lo robusto
      trocó el griego mancebo,
que, en vez de clava, el huso torció injusto.
48
Hércules fue condenado por Zeus a pasar tres años como esclavo de Onfale, reina de Lidia. Se enamoró de su ama, que le hizo hilar lana como sus mujeres, mientras ella llevaba la piel de león y clava del héroe.
El tierno francolín, el faisán nuevo,
      los generosos vinos,
en plata como y en cristales bebo.
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Un vino generoso es un vino de alta graduación y color, sabor y olor intensos.
No ya el flamenco los tapices finos,
      el turco vio, ni el moro,
ricas telas, brocados peregrinos,
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Nótese la cuádruple alternancia:
No vio ya el flamenco los tapices finos // con más puntualidad // vestir blancas paredes // que (la puntualidad de los que) yo (veo)
No vio el turco ni el moro // brocados peregrinos // con más decoro // ilustrar lechos en columnas de oro // que (el decoro de los que) yo (veo).
con más puntualidad, con más decoro,
      vestir blancas paredes,
ilustrar lechos en columnas de oro,
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que yo, sujeto vil de estas mercedes:
      huésped traidor de Fabio,
de Busiris lo fuera, o de Diomedes,
si a tanta merced paga tanto agravio.
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Busiris y Diomedes fueron reyes a los que mató Hércules. El primero inmolaba a los dioses a los extranjeros que caían en sus manos, y el segundo alimentaba los caballos con la sangre de sus huéspedes. Marcelo trata a Fabio igual que si éste lo hubiera tratado a él como hacían estos reyes.

El espectador que empieza a ver la obra sin ninguna información previa sabe en este punto que Marcelo está hospedado en casa de Fabio y que está enamorado de su hermana Violante, pero que, por algún motivo, este amor constituye una traición que remuerde la conciencia de Marcelo y le hace plantearse el confesar su culpa.

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