Vuelve
Marcelo
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MARCELO
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Cartas de mi
padre son
tan antiguas como él,
que las fió de un poltrón,
pesado, pero fïel,
que es del peso la razón;
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1543
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Las
cartas
tienen tantos años como su anciano padre (hipérbole),
que se las confió a un holgazán. El criado es lento,
pero fiel, y el fiel (de una balanza) es la razón del
peso (confirma que el peso es el correcto). Eso
"explica" que, al ser fiel, sea lento. Esta explicación
absurda viene a decir que la lentitud del criado no
tiene explicación razonable, que es inexcusable.
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de uno de sus
criados,
tan libre de mis cuidados
que, según la fecha es,
o allá se dejó los pies,
o plomos traia calzados.
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1548
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El
criado ha venido tan lento porque estaba libre de los
cuidados (las preocupaciones) de Marcelo.
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Trece días hace
hoy
que salió este pies de lana,
y, según leyendo estoy,
mi padre está aquí mañana,
o yo Marcelo no soy.
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1553
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Un
"pies
de lana" es un borrego, o una persona floja. El papel
que (Marcelo) le pedía (a su padre) es la cédula que le
había firmado a Livia y que le obligaba a casarse con
ella.
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Escríbeme que
saldría
luego otro siguiente día,
y que, por darme contento,
fiaba del mismo viento
el papel que le pedía;
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1558
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y el mismo
viento es Donato,
tal que ahora no le injurio,
porque dirá de aquí a un rato
que tus talares, Mercurio,
no llegan a su zapato.
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1563
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Los
talares
de Mercurio eran las alas que el dios tenía en los
tobillos. No le injuria porque seguro que sabrá poner
toda clase de excusas, como que no tiene en sus zapatos
los talares de Mercurio.
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El papel, dulce
señora,
que a tus pies ofrezco ahora,
porque lo pisen tus pies,
la carta de horro es
de aquella esclavitud mora.
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1568
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Una
carta de horro es la que otorga libertad al esclavo.
(Horro viene del árabe hurr, y significa "libre, no esclavo".
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Pone el
papel a los pies de Violante
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VIOLANTE
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¡Alza el papel,
indiscreto!
A mis pies no quiero nada
tuyo, libre ni sujeto;
déjame aquí atropellada
de los pies de tu soneto.
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1573
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Violante
se
siente atropellada, pisotedada, por los pies (los
versos) del soneto que le ha encontrado a Marcelo
(escrito por Fabio, aunque ella no lo sabe).
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Álzalo de ese
lugar,
si a manos han de llegar
de Isabela esos renglones;
será fe de moniciones
para que os podáis casar.
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1578
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La
cédula dará fe de las (ad)moniciones o advertencias del
sacerdote previas al matrimonio sobre la necesidad de
elegir meditadamente la pareja, etc.
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MARCELO
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Para ti sola
pedía
la firma que ahora enseña
el papel que se me envía,
de tu imperio mayor seña
que de la libertad mía.
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1583
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La
cédula,
más que dar libertad a Marcelo, lo somete a Violante.
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VIOLANTE
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¡Fementido, no
una vez,
sino muchas más de diez!
Poco Violante se alivia,
que tu firma deje a Livia,
si tu fe se ha entrado en Fez.
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1588
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Juego
de
palabras: tu firma ha salido de Libia, el papel con tu
firma, que te comprometía, ya no lo tiene Livia, has
conseguido tu libertad (Libia era un país donde los
piratas turcos retenían a sus prisioneros para pedir
rescate por ellos) y tu fe ha entrado en Fez, es decir,
has renegado de tu fe católica y has abrazado otra, la
musulmana (has renegado de tu fidelidad, o fe, hacia
Violante para entregarla a Isabela).
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MARCELO
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¿En qué Fez o
en qué Marruecos
se ha entrado mi fe?
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VIOLANTE
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¿Eso
dudas,
cuando de tus embelecos
no hay calle con piedras mudas,
ni alto cigarral sin ecos?
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1593
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MARCELO
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Dale a tus pies
tus enojos,
para pisar los despojos
que de Livia redimí;
mi firma en ellos y en mí
pisa, Violante, los ojos.
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1598
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Ofrecer
los ojos para que los pisen era un signo de sumisión.
Por ejemplo, en El Hamete de Toledo, Lope de
Vega pone en boca de un enamorado: "Oro pisaran los
pies / que pueden pisar mis ojos..." Tal vez
provenga de interpretar literalmente la expresión
figurada "poner los ojos en el suelo" para describir a
quien baja la vista sumiso. Si uno "pone" sus ojos en el
suelo... se los pueden pisar. En algunos países
musulmanes, "puedes pisar mis ojos" es una expresión de
bienvenida.
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VIOLANTE
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¿Pisallos yo?
El cielo santo
tronque el pie cuando tal quiera.
Álzalos.
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MARCELO
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Yo
los levanto
porque no entre alguno...
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...
y
los vea.
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Va a
levantar el papel y písalo Violante
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VIOLANTE
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Espera,
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1603
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que no lo digo
por tanto.
¡Ay, Livia, que aun al papel
áspid lo has hecho cruel,
pues al pisallo sospecho
que el veneno de mi pecho
se lo debo todo a él.
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1608
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Nuevamente
el
juego
de palabras Livia / Libia, la última famosa por
engendrar serpientes. Livia ha convertido en serpiente
hasta el papel, que ha mordido a Violante al pisarlo.
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Romperélo,
porque no
más pesadumbre me dé.
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Va a
levantarlo Violante y písalo Marcelo
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MARCELO
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Pisallo quiero
antes yo,
para borrar con el pie
lo que la mano firmó.
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1613
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VIOLANTE
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¿Búrlasme?
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MARCELO
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El
descomedido
pie de caminante ha sido,
que tu mano juzgar debe
por copo de blanca nieve
en Guadarrama caído.
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1618
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El
pie
de Marcelo ha sido como un osado pie de caminante que ha
tomado la mano de Violante por un copo de nieve en el
puerto de Guadarrama (y lo ha pisado).
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Tu fuego
abrase, divino,
pues escusallo no puedo,
pie que estuvo tan vecino
del cristal, que cada dedo
corona de un rubí fino.
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1623
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Violante
se
ha llevado la mano a la boca para atenuar el dolor del
pisotón. Hay quien interpreta el rubí que corona cada
dedo, no como sus labios, sino como que Violante lleva
las uñas pintadas, pero, al parecer, las mujeres no se
pintaban las uñas en esa época. La interpretación de la
mano en la boca encaja mejor con la respuesta de
Violante, que niega tal corona porque se ha sacado ya la
mano de la boca.
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VIOLANTE
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¿Qué rubí,
traidor, corona
la mano que no perdona,
antes la pone en aprieto,
o ya el pie de tu soneto,
o ya el pie de tu persona?
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1628
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¿Qué
rubí,
oh traidor, corona la mano a la cual no perdona, sino
más bien pone en aprieto, tanto el pie de tu soneto (en
sentido figurado) como el pie de tu persona (en sentido
literal)?
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Álzalo
Marcelo
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MARCELO
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Despedaza este
papel
y el pecho donde un arpón,
dorado, pero cruel,
me dejó sin corazón,
y tu nombre en lugar de él.
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1633
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Despedaza
este
papel y (también) el pecho donde un arpón (una flecha de
Cupido) dorado, pero cruel, me dejó sin corazón y (me
dejó) en su lugar tu nombre.
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Tómalo
Violante
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VIOLANTE
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Ya con acuerdo
mejor
le perdona mi rigor,
que él y yo, si Amor porfía,
alevosos algún día
seremos para un traidor.
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1638
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Violante
ya
no quiere romper el papel porque le está agradecida, ya
que le recuerda que Marcelo no es de fiar.
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No es ya cédula
ésta, no,
sino (decillo bien puedo)
poder que Livia me dio
para no creer en Toledo
al que en Granada mintió.
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1643
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Cadáver es,
aunque feo,
este papel, que al deseo
le dice "Mira por ti,
que, cual tú te ves, me
vi,
y te verás cual me veo".
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1648
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La
frase
es una inscripción funeraria típica. El papel es como el
cadáver del amor que Marcelo sintió por Livia (o
viceversa), que le dice al amor de Violante: estás vivo
como lo estuve yo y, al igual que yo morí, morirás tú.
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Él me defiende,
Marcelo,
de aquel soneto liviano,
que bien podrán ser consuelo
desengaños en la mano
de palabras en el suelo.
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1653
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Buenos consejos
me ha dado,
aun con haberlo agraviado
la suela de mi chapín,
que un papel letras al fin
tiene, ya que no es letrado.
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1658
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Aunque
no
es
un letrado (un abogado) el papel, al fin y al cabo,
tiene letras (figuradamente, estudios, sabiduría) y,
cual abogado, me defiende del soneto y me da buenos
consejos (me recuerda que Marcelo no es de fiar). Las
palabras (de fidelidad) tiradas por el suelo, una vez
recogidas y en su mano, se convierten en desengaños, que
le sirven de consuelo. La sintaxis es: [Unos] desengaños
[acerca] de [unas] palabras [tiradas] en el suelo bien
podrán ser consuelo [para mí].
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