• Notas: Los talares eran las alas que se decía tenía Mercurio en los talones, que le permitían ejercer con rapidez su función de mensajero de Júpiter.
  
  Las tallas del calzado se medían en "puntos". Un zapato de cinco puntos correspondería a un pie propio de una dama. Un zapato de diez puntos corresponde a un pie gordo.
  
  
• Observaciones: Notemos que el participio "calzada" lleva al calzado como complemento directo, como es típico en Góngora: Llegó la morena calzada [con] los talares de Mercurio en la diligencia de diez argentados puntos. La frase condensa muchos conceptos: En el verso 160 se ha explicado que Píramo y Tisbe pagaban a los zapatos de la esclava para que llevaran sus mensajes, sinécdoque expresada con la expresión equívoca "le argentaron el pantuflo". Ahora emplea una nueva sinécdoque, en la que los pantuflos argentados se sustituyen por su talla: diez puntos argentados. Es la misma figura que aparece en el título de una comedia de Jardiel: "El amor sólo dura dos mil metros", donde "dos mil metros" es la longitud aproximada de una película de cine, y así el título quiere decir que el amor de una actriz sólo dura lo que dura el rodaje de una película: sinécdoque en la que la película se sustituye por su longitud.
  
  Volviendo a la esclava, el argentarle los zapatos aumenta considerablemente su diligencia, por eso podemos hablar de "la diligencia [producto] de [llevar zapatos de] diez argentados puntos. El efecto, a su vez, de esa diligencia era la rapidez con la que llevaba los mensajes. Por eso la esclava calzaba los talares de Mercurio en la diligencia que le proporcionaba el dinero recibido. Era en esa diligencia donde llevaba sus alas. La construcción es la misma que en "calza guantes en las manos". La esclava "calza alas en la diligencia producto del dinero", la diligencia es el lugar (figurado) en el que se sitúan sus alas talares.
  
  Observemos finalmente que, habiendo representado los pagos a la criada con la expresión "argentarle el pantuflo", al decir ahora que sus pantuflos eran de diez puntos (muy grandes) está diciendo que hacía falta mucha plata para argentárselos, es decir, le argentaban los zapatos y eso era pagarle mucho porque sus zapatos eran grandes.
  
  La esclava ve que la grieta la vuelve a ella innecesaria, ya que los amantes pueden ahora comunicarse directamente, esto hace que ella pierda sus poderes sobre Píramo y Tisbe, poderes con los que hasta ese momento podía sacarles cuanto dinero quería. "Nuncio" es el embajador del Papa, pero Góngora lo usa en su sentido etimológico de "mensajero". La expresión "tener las veces de nuncio" significa "representar el papel de nuncio": La grieta (hija de la tapia), que puede ejercer de mensajero entre Píramo y Tisbe, extingue los poderes de la esclava.
  
  Si la esclava fuera blanca, se la habría visto enrojecer de turbación, de frustración, pero como era negra, apenas se podía distinguir su turbación de lo turbio (lo oscuro) de su piel, si bien esta piel (ébano, madera negra) se oscureció aún más (se ensució). Notemos la construcción (usual en latín) "su ejercicio ya frustrado le dejó el ébano sucio", en el sentido de "el hecho de que su ejercicio (de mediadora) se hubiera ya frustrado le dejó el ébano sucio". Está describiendo el momento en que Tisbe le cuenta a la esclava su descubrimiento de la grieta y le encarga decírselo a Píramo.
  
  El lenguaje de la última cuarteta es forense: Otorgar es conceder oficialmente; avocar es convocar ante un juez, igual que citar; partes son los litigantes en un juicio y autos son las decisiones de un juez, que el mismo juez puede revocar o, equivalentemente, reponer. La alegoría es que la esclava es como un juez que media entre las dos partes, Píramo y Tisbe, pero ahora el juez convoca a ambas partes (donde está la grieta) para seguidamente reponer sus autos, es decir, dejar de ocuparse del caso. El avocamiento es infausto porque conducirá a los amantes a la muerte.

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