ANTERIOR
ESTROFA XLI SIGUIENTE

El ronco arrullo al joven solicita,
mas, con desvíos, Galatea, suaves,
a su audacia los términos limita,
y el aplauso al concento de las aves.
Entre las ondas y la fruta imita
Acis al siempre ayuno en penas graves,
que, en tanta gloria, infierno son no breve
fugitivo cristal, pomos de nieve.

Comentarios:

Esta estrofa nos muestra en cada una de sus mitades el punto de vista de uno de los dos protagonistas, cada cual con sus propias contradicciones: Galatea alienta a Acis, pero al mismo tiempo trata de refrenarlo. Mientras tanto, Acis, está a un tiempo en la gloria y en el infierno. La alegoría con que Góngora lo describe lo dice todo por sí misma. Notemos que comparar a Acis con Tántalo ya es de por sí oportuno, pero es que además Góngora logra hábilmente que el agua y la fruta tengan una correspondencia concreta en el contexto de la fábula, lo cual no es sólo un golpe de ingenio, sino que además lleva al lector a fijarse en los mismos "pomos de nieve" que están captando la atención de Acis.

ANTERIOR
ÍNDICE
SIGUIENTE