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ESTROFA XLVII | SIGUIENTE |
Deja las ondas, deja el rubio coro de las hijas de Tetis, y el mar vea, cuando niega la luz un carro de oro, que en dos la restituye Galatea. Pisa la arena, que en la arena adoro cuantas el blanco pie conchas platea, cuyo bello contacto puede hacerlas, sin concebir rocío, parir perlas. |
Ahora Polifemo invita a Galatea a salir del mar (en realidad
no está en el mar, pero él no lo sabe). Para ello se vale
de dos nuevos halagos, el primero basado en la metáfora de la
estrofa
XXIII, mientras que el segundo es original.