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Vencida al
fin la cumbre, del mar siempre sonante, de la muda campaña árbitro igual e inexpugnable muro, |
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con pie ya
más seguro declina al vacilante breve esplendor de mal distinta lumbre, farol de una cabaña que sobre el ferro está, en aquel incierto |
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golfo de sombras, anunciando el puerto. |
Declinar es descender, pero también se dice de
la orientación que toma la brújula al navegar. Es un
término
marinero, al igual que farol, ferro, golfo y puerto. Góngora
describe
con términos marineros el caminar del peregrino, dando a
entender
con ello que éste (todavía confuso, como se dice en el
verso
51) no puede dejar de pensar en el naufragio. Es un buen ejemplo de la
maestría de Góngora para expresar simultáneamente
hechos distintos mediante distintos niveles del uso del lenguaje.