Pender de
un leño, traspasado el pecho y de espinas clavadas ambas sienes, dar tus mortales penas en rehenes de nuestra gloria, bien fue heroico hecho; |
pero
más fue nacer en tanto estrecho, donde para mostrar, en nuestros bienes, a dónde bajas y de dónde vienes, no quiere un portalillo tener techo. |
No fue
ésta más hazaña, oh gran Dios mío, del tiempo por haber la helada ofensa vencido en flaca edad con pecho fuerte |
(que
más fue sudar sangre que haber frío), sino porque hay distancia más inmensa de Dios a hombre, que de hombre a muerte. |
Pender de un leño [con] el pecho traspasado y ambas sienes
clavadas de espinas, [y] dar tus penas mortales en rehenes [como
rescate] de nuestra gloria, bien [ciertamente] fue un hecho heroico;
pero más [heroico aún] fue nacer en [un lugar] tan[to]
estrecho [con tantas estrecheces], donde un portalillo no quiere tener
techo para mostrar a dónde bajas y de dónde vienes en
[para] nuestros bienes.
No fue ésta [tu nacimiento] más hazaña, oh gran
Dios mío, por [el hecho de] haber vencido con pecho fuerte la
helada ofensa del tiempo en [la] edad flaca [de recién nacido]
([puesto] que más [duro] fue sudar sangre que haber [tener]
frío), sino [que tu nacimiento fue mayor hazaña]
porque hay distancia más inmensa de Dios a hombre que de hombre
a muerte.