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Joseph Smith encontró una forma de saldar sus numerosas
deudas: el 2 de enero de 1837
fundó la Kirtland Safety
Society, un banco en el que todos sus fieles
debían depositar sus ahorros por orden expresa del
Señor (así lo aseguró Smith). Como presidente
puso a Sidney Rigdon.
El 18 de enero fueron
absueltos los implicados en el intento de golpe de estado
protagonizado por Luis Napoleón Bonaparte.
El 26 de enero los Estados
Unidos admitieron a Michigan como vigésimo sexto Estado de
la Unión, el décimo tercero libre, con lo que el
número de Estados libres y esclavistas volvía a
estar equilibrado.
El 7 de febrero murió
en Suiza el derrocado rey Gustavo IV Adolfo de Suecia.
El 17 de febrero Charles
Darwin fue admitido en la Sociedad
Geográfica de Londres, y se dedicó a
analizar las observaciones que había realizado durante su
viaje alrededor del mundo. Dichas observaciones mostraban
evidencias de que con el tiempo aparecían nuevas especies
animales, hecho para el que la ciencia no sabía dar ninguna
explicación. Darwin conjeturaba que, de un modo u otro, una
especie animal tenía que poder transformarse en otra.
El 9 de febrero el escritor
ruso Aleksandr Pushkin se batió en duelo con un militar
francés que se había pasado de galante con su
esposa. Su arma había sido manipulada para que no
funcionara. Recibió un disparo en el pecho y murió
en la madrugada del día siguiente, el 10 de febrero. Gran parte de su obra se
salvó de ser destruida por la censura gracias al poeta
Vasili Zhukovski (el autor de la letra del himno ruso), que,
aunque la calidad de su obra no era muy destacable, sí lo
era su labor como protector de los nuevos escritores
románticos frente a los sectores más conservadores.
El 13 de febrero murió
en Madrid Mariano José de
Larra, un periodista español que se había
hecho famoso por su aguda crítica social y por un par de
obras románticas: la novela El doncel de don Enrique el Doliente y el drama
Macías. No pudo
escribir mucho más, porque se suicidó a los
veintisiete años. (Estaba casado y enamorado de una mujer
casada que no era la suya.) Su entierro, el 15 de febrero, reunió a una gran multitud
de admiradores. Un joven de veinte años llamado José Zorrilla, que
había llegado a Madrid el año anterior huyendo de su
padre —que quería obligarlo a dedicarse a la agricultura,
cuando él quería ser escritor— leyó un poema
en honor del difunto que emocionó a los presentes, en
especial a José de Espronceda, que se hizo amigo suyo.
Los Estados Unidos se ofrecieron a mediar entre Texas y
México, y Santa Anna fue trasladado a Washington, donde se
entrevistó con el presidente Jackson. Poco después
fue devuelto a su país, y se retiró a su hacienda de
Veracruz. El 3 de marzo, la
víspera del fin del mandato de Jackson, los Estados Unidos
reconocieron la independencia de Texas. El 4 de marzo Martin van Buren fue investido como el
octavo presidente de los Estados Unidos.
El 6 de marzo John Russell, el ministro
británico de interior envió a Canadá sus diez resoluciones, que
respondían a las noventa
y dos resoluciones que tres años atrás
habían sido remitidas por la asamblea legislativa del
Canadá Inferior. En ellas rechazaba en bloque todas las
peticiones de los "patriotas".
El 7 de marzo el gobierno
francés entró nuevamente en crisis cuando el
parlamento rechazó un proyecto de ley presentado por el
primer ministro Molé, según el cual, en caso de
insurrección, los implicados que fueran militares
serían juzgados en un consejo de guerra. Se esperaba
entonces que el gobierno dimitiera, pero, pese a los ataques de la
prensa, el rey Luis Felipe I mantuvo a su gabinete en funciones.
Las elecciones presidenciales venezolanas dieron la victoria a
Carlos Soublette, el candidato de Páez. Técnicamente
fue elegido vicepresidente, pero el 11
de marzo asumió la presidencia por la renuncia del
presidente José María Vargas, que se había
producido el año anterior.
Los liberales españoles planearon un ataque contra los
carlistas en el que saldrían simultáneamente
Espartero desde Bilbao, Pedro
Searsfield desde Pamplona y una fuerza combinada
hispano-británica desde San Sebastián, bajo el mando
de sir George de Lacy Evans.
El 15 de marzo los
británicos tomaron una fortificación conocida como Oriamendi en las afueras de
San Sebastián, pero el 16 de
marzo el ejército conjunto fue atacado y derrotado
por el carlista Sebastián de Borbón. La presencia de
la armada británica permitió que la retirada de los
liberales no acabara en una catástrofe. La moral de los
carlistas, hasta entonces muy baja, subió
considerablemente. Se cuenta que los carlistas saquearon un
campamento liberal y, entre otras cosas, encontraron la partitura
de una marcha británica a la que esa misma noche pusieron
letra en vascuence y la convirtieron en la Marcha de Oriamendi, que
pasó a ser el himno de los carlistas. (Más adelante
se le pondría otra letra en castellano.)
El 22 de marzo murió el
shogun Tokugawa Ienari, que fue sucedido por su hijo Ieyoshi.
El 25 de marzo tuvo lugar el
último enfrentamiento de la guerra Creek, que fue también el
último combate contra los indios en los Estados de Georgia
y Alabama. Se produjo cuando una milicia de Alabama
localizó un campamento creek
y lo atacó por sorpresa. El combate duró más
de cuatro horas, y se contaron unas doce bajas entre los
milicianos frente a unos cincuenta indios muertos. Las mujeres se
vieron obligadas a luchar también para proteger la vida de
sus hijos. Los creeks
que sobrevivieron huyeron a Florida, donde se unieron a los
semínolas.
Las elecciones presidenciales en Nueva Granada dieron la victoria
a José Ignacio de
Márquez, hasta entonces vicepresidente, y el 1 de abril sucedió a
Francisco de Paula Santander.
Tratando de evitar que Argentina apoyara a Chile en la guerra
contra la Confederación Perú-Boliviana, el 5 de abril Santa Cruz envió
una carta amistosa a Rosas, pero éste no respondió,
sino que continuó con los preparativos para la guerra.
El rey Bagyidaw de Birmania, tras haber llevado a la ruina a su
país con la guerra contra los británicos, se
había apartado de la política, aquejado de
depresiones y dedicado a disfrutar del teatro y las carreras de
barcos. El gobierno estaba en manos de su esposa principal, la
reina Me Nu, y el hermano
de ésta. Su heredero era su hermano Tharrawaddy Min, que
hacía un par de meses se había rebelado y el 15 de abril logró hacerlo
abdicar en su favor. El nuevo monarca ejecutó a Me Nu y a
su hermano, y mantuvo a Bagyidaw bajo arresto domiciliario.
Ese mismo dia el rey Luis Felipe I de Francia nombró
finalmente un nuevo gobierno que, para sorpresa de todos,
seguía teniendo como primer ministro a Mathieu Molé.
El presidente mexicano José Justo Corro había
convocado elecciones y el ganador fue Anastasio Bustamante, que
había regresado del exilio en Francia a finales del
año anterior, llamado por Justo Corro para luchar contra
los texanos. Tomó posesión el 19 de abril.
En mayo los británicos
William Cooke y Charles Wheatstone patentaron
un telégrafo diseñado a partir del prototipo
constriuido por Gauss y Weber cuatro años atrás. Por
esa época estaba a punto de entrar en servicio la Great Western Railway, una
compañía de ferrocarriles que estaba uniendo Londres
con el suroeste de Inglaterra y con Gales. Cooke y Wheatstone
construyeron para la compañía una línea
telegráfica de 21 kilómetros.
El 10 de mayo empezaron a
quebrar bancos en Nueva York. Los clientes de otros bancos, presas
del pánico, empezaron a reclamar sus fondos en
metálico, y así el número de bancarrotas fue
creciente. A finales de año habían quebrado 618
bancos. El país entró en una crisis económica
de la que tardaría varios años en recuperarse.
Algunos bancos británicos que habían invertido en
los Estados Unidos quebraron también.
El llamado pánico de
1937 llevó en particular a los mormones a reclamar
los fondos que habían invertido en la Kirtland
Safety Society, y entonces se dieron cuenta de que sus
fondos estaban —nunca mejor dicho— Dios sabe dónde y que
los billetes emitidos por la sociedad eran meros papeles sin valor
alguno. El banco de Smith había quebrado, pero no era un
caso más dentro de la crisis bancaria que sufría el
país, sino que el banco había sido una estafa desde
el principio, y la mayor parte de sus fondos habían sido
robados o malversados por sus administradores. Smith no
contó con que la estupidez necesaria para ser mormón
no era suficiente para aceptar con resignación una estafa
de semejante calibre, y a muchos de sus seguidores, incluyendo
miembros de sus altas esferas, no se les escapó que
difícilmente podía ser un profeta de Dios alguien
que no había previsto la quiebra de la que, según
las profecías de Smith, iba a ser "la mayor de todas las instituciones de la Tierra".
Los liberales españoles habían interrumpido las
relaciones comerciales con Navarra y las provincias vascas que
financiaban al ejército carlista. Por ello, las distintas
juntas y diputaciones de estas provincias habían advertido
a la corte carlista que no podrían soportar por mucho
tiempo los gastos de avituallamiento del ejército carlista,
y sugerían la necesidad de extender la guerra a otras
provincias, para repartir la financiación. Finalmente, el 15 de mayo salió la llamada expedición real,
porque el mismo Carlos V se puso al frente de ella, con la
misión de llegar a Madrid y destronar a Isabel II.
Primeramente pasaría por Cataluña para unirse al
ejército de Ramón Cabrera, y desde allí
avanzaría hacia la capital. Durante los dos días
siguientes la expedición cruzó el Ebro, pero las
barcazas destinadas a ello no podían soportar el peso de la
artillería, así que ésta tuvo que ser
abandonada. A su paso por Aragón, los varones huían
a los montes para no ser alistados a la fuerza. Nadie les
suministraba víveres, por lo que los soldados empezaron
mendigando y terminaron saqueando.
El 19 de mayo Argentina declaró la guerra a la Confederación Perú-Boliviana. Rosas encargó la dirección del ejército del Norte al general Alejandro Heredia, el gobernador de Tucumán.
El 24 de mayo el
ejército carlista llegó a Huesca, donde esperaba
comer, pero con lo que se encontró apenas hubo entrado en
la ciudad fue con que llegaba un ejército liberal que
forzó a los carlistas a salir de la ciudad y presentar
batalla. Los liberales tuvieron que retirarse, pero lograron
salvar su artillería, de la que los carlistas trataron de
apoderarse desesperadamente. El 27 de
mayo los carlistas salieron de huesca después de
haber "recaudado" una cuantiosa "contribución" y dejando en
ella a sus heridos, pues no tenían qué hacer con
ellos. Al anochecer entraban en Barbastro.
Tras haber desplegado todos los esfuerzos diplomáticos
posibles, el rey Luis Felipe I de Francia no pudo conseguir para
su heredero Fernando una esposa de la categoría que hubiera
deseado, y finalmente tuvo que conformarse con la princesa Elena de Mecklemburgo-Schwering,
que al menos era sobrina del rey Federico Guillermo III de Prusia.
El matrimonio se celebró el 30
de mayo y, como la princesa era protestante,
constó de una ceremonia católica, otra protestante y
otra civil.
Ese mismo día el argelino Abd al-Qádir firmó
el tratado de Tafna con
los franceses, en virtud del cual reconocía la
soberanía de Francia sobre las provincias de Orán y
Argel, mientras que Francia reconocía la soberanía
de Abd al-Qádir sobre el resto del territorio argelino
(unas dos terceras partes del mismo). Francia dominaba la mayor
parte de la costa argelina, con lo que conseguía el
principal objetivo de la campaña, que no era sino acabar
con la piratería berberisca.
La estrategia de acorralamiento desarrollada por el general Jesup
estaba dando resultados, y numerosos jefes semínolas
habían capitulado y habían aceptado trasladarse al
Oeste siempre y cuando se les permitiera llevar consigo sus
esclavos negros, cosa que Jesup les garantizó. Sin embargo,
a medida que los indios afluían a los campamentos militares
para ser transportados, llegaron también cazadores de
esclavos que reclamaban los negros de los semínolas en
nombre de los dueños de los que habían huido. Como
los semínolas no tenían títulos de propiedad,
perdían todas las causas ante los tribunales.
También se encontraron con numerosas acusaciones por deudas
y algunos crímenes. Esto los llevó a desconfiar de
las promesas de Jesup y así, cuando el 2 de junio Osceola atacó Fort Brooke con
unos 200 guerreros, otros 700 semínolas que se
habían rendido se fueron con él, con lo que Jesup
decidió no volver a confiar en la palabra de un indio. La
guerra no se reanudó inmediatamente, en parte porque Jesup,
dando por terminada la guerra, había licenciado a muchos de
sus hombres y en parte porque la crisis económica
había reducido drásticamente el presupuesto.
Mientras tanto en España el general Oraá atacaba a
los carlistas en Barbastro, pero fue derrotado y tuvo que
retirarse a Berbegal.
El ejecutivo chileno había asumido poderes extraordinarios
con motivo de la guerra contra la Confederación
Perú-Boliviana, y los liberales consideraron que la guerra
no era sino una excusa para depurar el ejército de sus
partidarios. El ministro de guerra, Diego Portales, se volvió extremadamente
impopular y se le acusó de tiranía. El 3 de junio, mientras pasaba revista
a un regimiento en Quillota,
fue apresado por orden del coronel José Antonio Vidaurre, que inició
así una revuelta contra el gobierno conservador.
Mientras tanto en España los carlistas abandonaban
Barbastro dejando allí sus heridos y no sin antes haber
recaudado una nueva "contribución de guerra". Tras una hora
de marcha llegaron al río Cinca,
y se encontraron con que sólo contaban con una balsa para
atravesarlo. (A nadie se le había ocurrido la idea de
construir balsas por el camino.) El 4
de junio, cuando ya sólo quedaba un
batallón por cruzar el río, apareció
Oraá y destruyó la balsa con su artillería.
Los soldados que no habían podido cruzar, acorralados por
el enemigo, trataron de vadear el río a la desesperada, y
la mayoría murió arrastrada por la corriente.
El 6 de junio Vidaurre se
enfrentó en Valparaíso al ejército
gubernamental, dirigido por Manuel Blanco Encalada, en la batalla de Barón. Ese
día fue fusilado el ministro Portales, al parecer por orden
de Vidaurre. Éste fue derrotado y su rebelión
fracasó, pero logró huir y permaneció en
paradero desconocido durante algún tiempo. La
conmoción que supuso la ejecución de Portales
decantó a la opinión pública a favor de la
guerra contra la Confederación Perú-Boliviana.
El 8 de junio los carlistas
entraron en Cataluña, pero el 12
de junio sufrieron una estrepitosa derrota frente a Ramón de Meer, el
capitán general de Cataluña. Se calcula que
perdieron las dos terceras partes de sus hombres.
Desde principios de año el cólera estaba
cobrándose numerosas víctimas en Guatemala,
especialmente entre la población indígena. Los
eclesiásticos, descontentos con el gobierno liberal del
presidente centroamericano Morazán y del gobernador de
Guatemala, Mariano
Gálvez, difundieron la creencia de que éste
había envenenado los ríos para acabar con los
indígenas. Los indios tomaron las armas y empezaron a
asesinar a todos los blancos que encontraban. Gálvez
trató de reprimir las revueltas con tanta crudeza que
empeoró las cosas. Finalmente los rebeldes acabaron bajo la
dirección de un bandido llamado Rafael Carrera, al que los curas presentaron a los
indios como un ángel protector que había venido del
cielo para vengarse de los liberales y otros herejes. Esto fue
corroborado por la virgen María, que hizo caer una carta
autógrafa desde el techo de una iglesia llena de indios. En
ella la virgen encomendaba a Carrera la lucha contra el gobierno.
Richard Wagner marchó a la ciudad rusa de Riga, donde fue contratado
como director del teatro de ópera local.
El 14 de junio murió el
poeta italiano Giacomo Leopardi.
El 18 de junio María
Cristina de Borbón sancionó una nueva
constitución. Es de resaltar que los liberales, a pesar de
tener la mayoría en las Cortes, no habían tratado de
adaptarla a sus ideas, sino que el nuevo texto estaba en el punto
medio entre la constitución liberal de 1812 y el estatuto
real conservador de 1834, y ciertamente satisfizo a ambos
partidos.
El 20 de junio la
expedición real llegó al pueblo de Santpedor con intención
de aprovisionarse, pero sus habitantes habían formado una
milicia y no se dejaron saquear. Resistieron durante dos
días los intentos de los carlistas, los cuales llegaron a
usar un cañón que les habían cedido unos
partidarios catalanes. El rey Carlos V comprendió que en
Cataluña no iba a encontrar el apoyo y los refuerzos que
había esperado y que era necesario salir cuanto antes del
territorio.
Ese mismo día murió el rey Guillermo IV de Gran
Bretaña y de Hannover. Dejó muchos hijos
ilegítimos, pero ninguno legítimo, así que la
corona británica pasó a su sobrina, la reina Victoria I, que había
cumplido los dieciocho años hacía menos de un mes.
Sin embargo, en el reino de Hannover estaba vigente la ley
sálica, por lo que el trono pasó a Ernesto Augusto I, hermano de
Guillermo IV, que tenía ya sesenta y seis años.
Johann Strauss estaba de gira por Francia y, al constatar que su
música tenía tan buena aceptación como en
Viena, concibió el ambicioso plan de presentarse en Gran
Bretaña el año siguiente con motivo de la
coronación de la reina Victoria, prevista para entonces.
Finalmente, el ejército de Ramón Cabrera se
unió a la expedición real carlista, y el 29 de junio aportó
víveres y medios para cruzar el Ebro en dirección a
Valencia.
El 5 de julio, apenas llegado
a Hannover, el rey Ernesto Augusto I disolvió el parlamento
y abolió la constitución del país, aduciendo
que había sido promulgada sin habérsele pedido
opinión y que no era adecuada para las necesidades del
reino.
Andrés de Santa Cruz se había preocupado de
mantener en todo momento excelentes relaciones con Francia, que
tras firmar un acuerdo de amistad, alianza y comercio, lo
había condecorado con la Legión de Honor. Por el
contrario, las relaciones diplomáticas con Francia de Juan
Manuel de Rosas eran cada vez más tensas. El año
anterior había fallecido el embajador francés en
Buenos Aires y, cuando llegó su sucesor, se encontró
con que había estallado la guerra contra la
Confederación Perú-Boliviana y, en lugar de
presentar sus credenciales a Rosas, había embarcado
inmediatamente rumbo a Francia a informar de la situación.
Al frente de la embajada quedó el vice cónsul Aimé Roger. El 7 de julio se entrevistó con
Santa Cruz un enviado del primer ministro francés, Methieu
Louis Molé, y ambos acordaron que Francia bloquearía
los puertos de Chile. Mientras tanto, Roger recibía
instrucciones de presentar ante Rosas diversas reclamaciones "para
cuidad la dignidad y los intereses de Francia". En caso de que la
respuesta de Rosas no fuera satisfactoria, Roger debía
reunirse con el contraalmirante Leblanc
para enviar una flota a Buenos Aires. Roger ya había
presentado inútilmente algunas reclamaciones a Rosas, como
la excarcelación de César
Hipólito Bacle, un impresor suizo que había
sido detenido por traición.
El 15 de julio Oraá
alcanzó a la expedición real en Chiva, y obtuvo una victoria.
Mientras los ejércitos liberales se esforzaban en detener
la expedición real,
otro ejército carlista salió de Navarra bajo el
mando del general Juan Antonio
de Zaratiegui, quien con el mayor sigilo cruzó el
Ebro el 24 de julio con destino
a Madrid.
Entre los mormones que habían comprendido que Joseph Smith
era un estafador se encontraba Warren
Parrish, que inició una campaña de
descrédito contra Smith. Éste lo había
excomulgado y, en respuesta, Parrish se convirtió en la
cabeza de una nueva Iglesia a la que llamó Iglesia
de Cristo, el mismo nombre que Smith había dado
originalmente a su negocio. Entre sus adeptos estaba Martin
Harris, uno de los primeros seguidores de Smith. Parrish
excomulgó a Smith y a Rigdon y, aprovechando que
hacía unos días que ambos habían marchado de
viaje a Canadá, el 30 de julio
se presentó en el templo de Kirtland con sus seguidores
armado con pistolas y cuchillos, interrumpió el servicio
dominical y reclamó la propiedad del edificio para su
Iglesia. Finalmente fueron expulsados por la policía.
Ese mismo día murió de cólera la esposa de
Gaetano Donizetti. Poco antes había muerto su tercera hija.
El compositor, que aún no se había repuesto de la
muerte de sus padres y de su segunda hija, sucedidas dos
años atrás, cayó en una profunda
depresión. No obstante, no abandonó su trabajo, y
ese año estrenó dos nuevas óperas.
El 3 de agosto Zariategui
estaba en Segovia, a sesenta kilómetros de Madrid. El 11 de agosto llegó a Torrelodones, a 25
kilómetros de Madrid, pero se enteró por los
periódicos que la expedición real todavía
estaba lejos, así que retrocedió de nuevo a Segovia.
El 13 de agosto Espartero
entraba entre aclamaciones en Madrid, que hasta hacía unas
semanas no se había tomado en serio la guerra. Sin embargo,
recibió órdenes de alojar a sus hombres en pueblos
cercanos, pues el gobierno sabía que los soldados estaban
descontentos con la paga y el avituallamiento que recibían
y temían que provocaran disturbios en la capital. Los que
se quejaron de la medida fueron los oficiales, y el 18 de agosto cayó el gobierno
de Calatrava y Espartero (que era diputado) fue nombrado primer
ministro.
El 26 de agosto Espartero
salió de Madrid con su ejército a la caza de la
expedición real, sin saber que ésta marchaba hacia
Madrid por un trayecto más al sur, saqueando todo a su
paso. Ambos ejércitos se cruzaron sin verse.
Ante la inactividad del ejército argentino, dos columnas
del ejército boliviano de alrededor de un centenar de
hombres cada una cruzaron la frontera, y el 28 de agosto ocuparon varias aldeas.
Las diez resoluciones
de lord Russell habían caldeado la política del
Canadá Inferior. Exasperados por la lentitud de las
respuestas británicas a sus reivindicaciones (la
última había tardado tres años en
producirse), una sección del partido patriota decidió formar la Sociedad de los Hijos de la Libertad
(cuyo nombre traducía al francés el de la sociedad
fundada por Samuel Adams durante la revolución
estadounidense). Ésta tenía una rama civil, dirigida
por Louis-Joseph Papineau entre otros, y otra militar, dirigida
por Thomas Storrow Brown.
Su primera reunión tuvo lugar el 5 de septiembre, y empezó a reclutar
milicianos.
El 11 de septiembre las dos
columnas perú-bolivianas que habían entrado en la
Confederación Argentina se reunieron, pero el 12 de septiembre los bolivianos
fueron derrotados en Humahuaca
por unos 400 argentinos.
El 12 de septiembre el
ejército carlista estaba ante la capital con el de
Espartero pisándole los talones. Los historiadores no se
explican por qué el rey Carlos V no dio la orden de entrar
en Madrid cuando la ciudad estaba prácticamente indefensa.
El caso fue que, tras unas horas, ordenó la retirada y
Espartero lo alcanzó en Aranzueque
el 19 de septiembre.
Allí obtuvo otra gran victoria, en la que los carlistas
perdieron unos 3.000 hombres entre prisioneros y huidos.
Ramón Cabrera, acusando de ineptitud a sus camaradas
vascos, decidió regresar a Cataluña.
Ese mismo día dimitió el regente de Brasil, Diogo
Antonio Feijó. Incapaz de controlar las rebeliones que se
multiplicaban y gravemente enfermo, fue sustituido por su rival
político Pedro de Araujo Lima.
En la India murió el gran mogol Akbar Sha. Fue sucedido
por su hijo Bahadur Sha,
si bien carecía de todo poder más allá de la
propia ciudad de Delhi, pues Gran Bretaña gobernaba ya casi
la totalidad del territorio indio. Los británicos le
permitían tener un pequeño ejército y
recaudar algunos impuestos, pero él mismo carecía de
toda ambición política y se dedicó
principalmente a escribir poesía.
El 3 de octubre el rey Luis
Felipe I de Francia disolvió el parlamento y convocó
elecciones anticipadas. Consideró que era un buen momento
porque en Argelia se acababa de iniciar una nueva
expedición contra Constantina y su hijo Enrique participaba
también en ella. El rey confiaba en que una victoria le
proporcionaría la popularidad suficiente para que sus
partidarios consiguieran la mayoría en el nuevo parlamento.
Finalmente, en Chile fue arrestado el coronel José Antonio
Vidaurre. El presidente José Joaquín Prieto
ordenó que fuera juzgado por un consejo de guerra y el 4 de octubre fue ejecutado en
Valparaíso.
El 5 de octubre murió
en Suiza Hortense de Beauharnais, la madre de Luis Napoleón
Bonaparte. Su hijo, al tener noticias de la mala salud de su
madre, regresó inmediatamente de los Estados Unidos y, con
un pasaporte falso estadounidense, logró salir de Gran
Bretaña para estar junto a su madre en sus últimos
momentos.
El 10 de octubre se
inició el asedio a Constantina y el 11 de octubre los franceses empezaron a bombardear
la ciudad. Pronto empezó a abrirse una brecha en sus
murallas, que la mañana del 12
de octubre se había agrandado suficientemente.
Mientras tanto, el chileno Manuel Blanco Encalada había
zarpado hacia Perú acompañado de los exiliados
peruanos adversarios de Santta Cruz. Ese mismo día entraba
en Arequipa. No fue un objetivo muy acertado, pues la ciudad
apoyaba mayoritariamente la Confederación.
El 13 de octubre el
ejército francés, formado por unos 7.000 hombres,
entró en Constantina y, tras algunos combates por sus
calles, se hizo con el control.
El jefe semínola Osceola fue capturado a traición
cuando se presentó ante el general Jesup enarbolando una
bandera blanca. Murió poco después en
prisión, al parecer de malaria. No era la primera vez que
Jesup no respetaba una bandera blanca, ni sería la
última. Poco después, el jefe cherokee John Ross
llegó a Florida al frente de una delegación con el
propósito de convencer a los semínolas de que
renunciaran a la guerra, y Jesup hizo arrestar a los
semínolas que acudieron para entrevistarse con él.
Ross protestó, pero Jesup le contestó que él
nunca había garantizado que los semínolas que
llegaran podrían marcharse.
El 18 de octubre Espartero
dimitió de su cargo de primer ministro, que fue ocupado por
el moderado Eusebio
Bardají. Mientras tanto, el general
perseguía a los carlistas empujándolos hacia el
norte sin presentar batalla. Evitaba los combates porque sus
hombres estaban agotados, pero eran suficientes para dirigir la
huida en desbandada de los carlistas. Su plan era que regresaran a
Navarra destrozados para que bajaran la moral de sus partidarios y
volvieran a esquilmarlos.
Fructuoso Rivera invadió Uruguay desde Brasil y el 22 de octubre derrotó al
presidente Manuel Oribe en la batalla de Yucutujá.
El 23 de octubre se
reunió en Saint-Charles,
en el Canadá Inferior, la Asamblea
de los seis condados, que congregó a unos 6.000
patriotas que decidieron no reconocer la autoridad del gobierno
colonial británico, si bien no se hizo ninguna
mención expresa al uso de la fuerza. La Sociedad de los Hijos de la Libertad
fue reconocida. El gobierno emitió órdenes de
arresto contra los principales cabecillas patriotas, y la Iglesia
se manifestó contraria a toda acción contra la
legalidad vigente.
El 24 de octubre el rey Carlos
V cruzó el Ebro con los restos de su ejército.
Asentó su corte en Arciniega
y allí emitió una proclama según la cual la
expedición había sido todo un éxito. Poco
después puso al frente de su ejército a Juan Antonio Guergué.
Pese al éxito en Constantina, el resultado de las
elecciones del 4 de noviembre
no fue el que el rey Luis Felipe I había previsto. Sus
partidarios consiguieron el 47.9% de los escaños, es decir,
no llegaron a la mayoría absoluta, si bien la
oposición estaba muy dividida en un amplio abanico que iba
desde la extrema izquierda de los republicanos hasta la extrema
derecha de los legitimistas.
El 6 de noviembre se produjo
en Montreal un enfrentamiento entre la Sociedad de los Hijos de la Libertad
(francófona) y el Club
Dórico (anglófono), considerado como el
inicio de la rebelión
del Canadá Inferior. La Sociedad de los Hijos de la Libertad pasó
a la clandestinidad.
El 7 de noviembre fue
asesinado en Illinois un sacerdote presbiteriano llamado Elijah Parish Lovejoy, que
dirigía un periódico marcadamente abolicionista. Su
oficina fue asaltada por una multitud furiosa que acabó con
su vida. Su muerte dio fuerza a la causa abolicionista.
El 14 de noviembre una flota
de la Confederación Perú-Boliviana bajo el mando del
general José Trinidad
Morán llegaba al archipiélago chileno Juan
Fernández con la misión de liberar a Ramón
Freire, aunque al llegar se supo que había sido desterrado
a Australia. De todos modos, la expedición tomó las
islas, escasamente defendidas, y las abandonó tras haber
destruido las defensas militares y el presidio en el que
debían haber encontrado a Freire.
El 15 de noviembre Santa Cruz
llegaba a Arequipa al frente de unos 5.000 hombres, mientras que
los "restauradores" chilenos refugiados en la ciudad sumaban algo
más de 3.000. Santa Cruz propuso a Blanco Encalada que
entablaran negociaciones de paz y éste aceptó,
así que Santa Cruz dispuso que su ejército acampara
para pasar la noche. El 17 de noviembre ambas partes firmaron el tratado de Paucarpata, que
establecía la paz entre ambos países en
términos muy equitativos.
Uno de los redactores de la constitución de Hannover
había sido el jurista e historiador Christoph Dahlmann, a la
sazón profesor de la universidad de Gotinga, el cual
trató de involucrar a toda la universidad en una protesta
contra la actitud absolutista del nuevo monarca. Sin embargo
sólo consiguió que otros seis profesores firmaran un
manifiesto que presentaron el 18 de
noviembre: el jurista Wilhelm
Eduard
Albrecht, el teólogo y orientalista Georg Heinrich August Ewald,
el historiador Georg Gottfried
Gervinus, los eruditos Jacob y Wilhelm Grimm y el
físico Wilhelm Weber. Cientos de estudiantes hicieron miles
de copias en pocos días y las distribuyeron por toda
Alemania.
El 23 de noviembre unos 800
milicianos atacaron por sorpresa a unos 400 soldados
británicos en Saint-Denis,
en el Canadá Inferior, y obtuvieron la victoria gracias al
exceso de confianza de sus adversarios. No obstante, los
británicos no tardaron en reaccionar. El 25 de noviembre unos 350 soldados
regulares, bien equipados y con dos cañones, masacraron en
Saint-Charles a una partida de 80 milicianos, la mayoría de
los cuales resultaron muertos.
El 30 de noviembre dos barcos de guerra franceses llegaron a Buenos Aires y el vice cónsul Roger presentó a Rosas las reclamaciones que su gobierno le había encargado transmitirle. Rosas se negó a tratar asuntos diplomáticos con él por carecer de las debidas credenciales. Por su parte, Roger se negó a pedirlas a Francia y consideró insultante la actitud de Rosas.
El 4 de diciembre "los siete de Gotinga" fueron
llamados ante un tribunal de la universidad y el 6 de diciembre fueron despedidos. A
Dahlmann, Gervinus y Jacob Grimm se les dio tres días para
abandonar el reino, mientras que al resto se les permitió
permanecer en la ciudad. Sus habitantes se pusieron de acuerdo
para suplir sus salarios con donativos. La universidad de Gotinga
sufrió un gran desprestigio y dejó de atraer a
intelectuales de talla, con lo que a medio plazo disminuyó
drásticamente el número de alumnos que se
matriculaban en ella. En una carta a su cuñado, el rey
Federico Guillermo III de Prusia, el rey Ernesto Augusto I
decía: Si cualquiera de
esos siete caballeros me hubiera dirigido una carta expresando
su opinión, yo no habría tenido nada que
reprocharles, pero convocar una asamblea y publicar sus
opiniones antes incluso de que el gobierno hubiera recibido su
protesta es lo que han hecho y lo que no puedo permitir.
En la provincia de Canadá Superior
también había reformistas que deseaban ciertos
cambios en la política colonial británica.
Fundamentalmente, se trataba de los descendientes de los realistas
que habían abandonado los Estados Unidos tras la guerra de
la Independencia. Eran mayoritariamente moderados, pero algunos
radicales abogaban por un gobierno republicano. El más
destacado era un periodista escocés llamado William Lyon Mackenzie. No
tenía muchos seguidores, pero ahora trató de
explotar el descontento que las diez resoluciones de lord Russell
habían generado en su provincia (a la que también se
aplicaban). Aprovechando que el grueso del ejército
británico en el Canadá Superior había sido
desplazado al Canadá Inferior, para sofocar la revuelta de
los patriotas francófonos, decidió provocar
altercados que hicieran saltar la chispa de la revolución.
Convocó a todos los que pudo convencer para que se
presentaran el 7 de diciembre
en la Taberna de John
Montgomery en Toronto.
Una partida de realistas disparó sobre los partidarios de
Mackenzie y dispersó a muchos de ellos. Finalmente, de unos
500 rebeldes menos de 300 llegaron al punto convenido. Allí
se presentó un ejército británico de un
millar de hombres que abrió fuego sobre la taberna hasta
dispersar a todos los rebeldes. Después el edificio fue
incendiado. Mackenzie, junto con otros rebeldes, huyó a los
Estados Unidos. El 11 de diciembre
llegó a Búfalo
(Nueva York). El 12 de diciembre
convocó una asamblea pública en la que pidió
ayuda para el pueblo canadiense, deseoso de liberarse de la
opresión británica. Sus partidarios ocuparon la isla
de Navy, sobre el
río Niágara, que es territorio canadiense, y
allí el 13 de diciembre
Mackenzie se declaró a sí mismo presidente de la República de Canadá.
El 14 de diciembre unos 1.200
soldados británicos atacaron la ciudad canadiense de Saint-Eustache, dominada por
los patriotas. Éstos confiaban en reunir unos 800
combatientes, pero al final sólo consiguieron 200, que
acabaron acorralados en la iglesia de la ciudad. Al final del
día los británicos y los canadienses leales
saquearon e incendiaron la ciudad.
El 16 de diciembre
dimitió Eusebio Bardají, el primer ministro
español, descontento con la actitud de la regente, que
trataba de ganarse por todos los medios a los partidarios de
Espartero (liberales radicales). Fue sustituido por Narciso Heredia.
Mientras tanto el ejército de Blanco Encalada había regresado a Chile. El gobierno no reconoció el tratado de Paucarpata y juzgó por traición a Blanco Encalada en un consejo de guerra, el cual finalmente se vio obligado a exiliarse. La guerra contra la Confederación Perú-Boliviana continuó.
Hector Berlioz había obtenido un contrato del ministerio
de bellas artes para la composición de un requiem, pero tres meses
después, cuando la obra ya estaba terminada, el ministerio
anuló el contrato sin dar explicaciones (probablemente por
la influencia de Cherubini). No obstante, algunos amigos de
Berlioz lograron organizar su estreno en la capilla de los Inválidos, con 190
músicos y 210 coristas. Asistió la familia real
junto con el cuerpo diplomático y toda la alta sociedad de
París, y el resultado fue un éxito clamoroso, tanto
por parte del público como de la crítica.
El general Jesup había vuelto a poner en práctica
su estrategia de barrer a los semínolas hacia el sur
mediante un avance coordinado de varias columnas. Los
semínolas retrocedieron paulatinamente sin presentar
combate (algunos se rindieron) hasta que el 25 de diciembre un grupo de unos 400 indios no
tuvo más remedio que hacer frente a un ejército de
unos ochocientos soldados dirigidos por el coronel Zachary Taylor.
La batalla
del lago Okeechobee fue una simple escaramuza que
terminó con la huida de los indios, pero Taylor la
presentó como una importante victoria.
El canadiense William Lyon Mackenzie había recibido la
ayuda de numerosos estadounidenses que habían acudido
voluntarios a la isla de Navy con equipamiento y armas para apoyar
la revolución. El presidente Van Buren había
advertido a los voluntarios que serían perseguidos como
criminales si participaban en una invasión de
Canadá, y esto había hecho retirarse a algunos,
pero, aun así, Mackencie contaba con cerca de un millar de
hombres. Eran aprovisionados por un barco de vapor, el Caroline, propiedad de
estadounidenses y tripulado por estadounidenses. Los
británicos estaban molestos por la ayuda que los
estadounidenses estaban prestando a los rebeldes, que, a pesar de
no contar con ninguna clase de apoyo gubernamental, habrían
bastado para justificar una declaración de guerra contra
los Estados Unidos. El 29 de diciembre
cincuenta hombres, entre soldados británicos y voluntarios,
fueron enviados a destruir el barco. El plan era atacarlo en la
isla de Navy, es decir, en territorio canadiense, pero las cosas
no salieron como estaban previstas y finalmente decidieron pasar
al otro lado del río y capturaron al Caroline en territorio
estadounidense, lo incendiaron y lo hundieron. Sus pedazos
siguieron la corriente y cayeron por las cataratas del
Niágara. Durante el ataque murió un estadounidense,
un negro libre llamado Amos
Durfee, pero corrieron voces de que las víctimas
estadounidenses se habían contado por docenas.
El parlamento británico estableció la fecha del 1 de enero de 1838 para la
emancipación de todos los esclavos en territorio
británico, dos años antes del plazo previsto por la
ley de 1833.
El 4 de enero murió
César Hipólito Baclé, el suizo cuya libertad
reclamaba el vice cónsul frances Aimé Roger al
argentino Juan Manuel de Rosas. Roger defendió entonces las
reclamaciones de su viuda, a las que agregó las quejas de
otros ciudadanos franceses, algunos de los cuales habían
sido alistados forzosamente en el ejército. Rosas se
negó a tratar ningún asunto con Roger mientras no se
acreditara oficialmente y el 9 de
enero Roger salió de Buenos Aires y marchó
a Montevideo a la espera de refuerzos. En Uruguay Francia contaba
con el apoyo de los opositores al presidente Manuel Oribe,
así como el de los unitarios argentinos exiliados.
El rey Carlos V de España se casó con su prima y
cuñada María Teresa de Braganza.
El general carlista Ramón Cabrera tomó la ciudad de
Morella y la convirtió en su cuartel general.
El 12 de enero, tras haberse
emitido una orden de arresto contra Joseph Smith por fraude
bancario, éste huyó a Misuri junto con Rigdon, el
presidente de la desaparecida Kirtland
Safety Society, perseguidos de cerca por un grupo de
hombres armados dispuestos a detenerlos y llevarlos a juicio. Con
su huida, la secta de Parrish pudo apropiarse finalmente del
templo mormón. Entre los que se quedaron en Kirtland junto
a Parris (y que pronto serían excomulgados por Smith) se
encontraban David Whitmer y Oliver Cowdery, los cofundadores del
negocio.
Smith se instaló en la ciudad de Far West, fundada unos
años atrás por una colonia mormona. Allí
cambió el nombre de su negocio por el de Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días y se dispuso a
construir un nuevo templo. Al principio se alojó en la casa
de un tal George Washington
Harris, que no sólo le cedió su casa, sino
también a su esposa, Lucinda,
que por esas fechas se "casó" con Smith.
El 2 de febrero una
región de Guatemala, fronteriza con México,
decidió independizarse y formar un Estado independiente en
el seno de las Provincias Unidas del Centro de América, con
el nombre de Los Altos.
Los bóers que habían abandonado la colonia
británica de Sudáfrica habían establecido su
propia república más al norte, pero desavenencias
internas llevaron a un grupo de colonos a desplazarse hacia el
este, hacia la costa que Vasco de Gama había bautizado como
Natal, donde fundaron otra república. Allí entraron
en conflicto con los zulúes. El 6
de febrero una delegación bóer fue
víctima de una masacre y poco después los batallones
zulúes atacaron a unos 250 colonos que estaban en un
campamento cercano, donde no respetaron ni mujeres ni
niños.
En los Estados Unidos se había formado una sociedad
secreta, al parecer de estructura masónica, que se
hacía llamar la logia de
los cazadores, cuyo propósito era liberar a
América de la presencia británica y, en particular,
ayudar a los rebeldes del Canadá Superior. El 26 de febrero, aprovechando que el
lago Erie estaba helado, un grupo de unos 300 cazadores y rebeldes
canadienses llegó hasta la isla de Peele y la tomó a los
británicos.
Muchos de los rebeldes del Canadá Inferior se habían refugiado en los Estados Unidos. Reunidos en Vermont juntamente con voluntarios estadounidenses, el 28 de febrero nombraron al doctor Robert Nelson presidente de la República del Canadá Inferior, y éste leyó una declaración de independencia en la que el Canadá Inferior se proclamaba república independiente, sin vinculación alguna con Gran Bretaña, y sentaba las bases de un nuevo estado: laicismo, igualdad de derechos para blancos e indios, abolición del régimen señorial, libertad de prensa, igualdad de las lenguas inglesa y francesa, etc. Sin embargo, el gobierno estadounidense estaba decidido a mantener una neutralidad estricta en la rebelión canadiense y el ejército detuvo a los patriotas por violar dicha neutralidad.
Ese mismo día una flota francesa se presentó en
Buenos Aires y Aimé Roger pidió nuevamente a Rosas
que suspendiera la aplicación del servicio militar a
súbditos franceses, que garantizara a Francia un trato de
nación más favorecida y que pagara las
indemnizaciones reclamadas por los ciudadanos franceses.
El 3 de marzo algo más
de un centenar de soldados británicos retomaron la isla de
Peele.
Mientras tanto Ramón Cabrera recibía noticias de
que Zaragoza estaba casi sin protección, así que
envió a unos 3.000 hombres bajo el mando de Juan Cabañero con la
misión de saquearla. La noche del 5 de marzo los carlistas entraron en la ciudad,
pero tuvieron que abandonarla porque sus habitantes les hicieron
frente armados con cuchillos y otros utensilios agrícolas o
de cocina, además de tirarles aceite y agua hirviendo desde
las ventanas.
El 7 de marzo el gobernador de
Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, recibió al
vicecónsul francés, Aimé Roger, y le
comunicó que estaba dispuesto a establecer un tratado con
Francia, pero con un representante debidamente autorizado, y que
las demás exigencias francesas no serían
consideradas.
El conflicto entre Bélgica y los Países Bajos
llevaba ya casi seis años en suspenso, hasta que finalmente
el rey Guillermo I de los Países Bajos decidió
finalmente aceptar el tratado
de los XXIV artículos. Los belgas trataron de que
el tratado fuera revisado (eran especialmente reticentes a
entregar a los Países Bajos una parte de Luxemburgo), pero
Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia, sin consultar a
Francia, decidieron que Bélgica tenía que aceptar
estrictamente las condiciones del tratado, y Francia no tuvo
más remedio que dar su aprobación. Lo máximo
que consiguió en unas negociaciones posteriores fue que
parte de la deuda exterior Belga recayera sobre los Países
Bajos.
24 de marzo el contralmirante
Leblanc se presentó en Buenos Aires y, tras una entrevista
con el embajador británico, volvió a presentar a
Rosas las reclamaciones francesas, confiando en que considerara a
su flota como unas "credenciales adecuadas". El embajador
británico aconsejó a Rosas presentar explicaciones
sobre las reclamaciones, pero Rosas se negó a hacer nada
bajo la amenaza de la fuerza. Por consiguiente, el 28 de marzo la flota francesa
bloqueó el puerto de Buenos Aires. En una carta al primer
ministro fechada el 4 de abril
Roger explicaba que el objetivo del bloqueo era:
Infligir a la invencible Buenos Aires un castigo ejemplar que será una lección saludable para todos los demás estados americanos [...] corresponde a Francia hacerse conocer si quiere que se la respete.
Mientras tanto, un pastelero francés instalado en
México había enviado un escrito al rey Luis Felipe I
denunciando que había perdido su negocio a consecuencia de
un saqueo sufrido por parte de oficiales del ejército
mexicano. El gobierno francés exigió a México
una indemnización desmesurada, al tiempo que reclamaba el
pago de numerosos préstamos que el Estado había
contraído desde la época de la independencia y que
seguía sin pagar, así como una indemnización
por los daños sufridos por ciudadanos franceses durante las
diversas insurrecciones que había sufrido el país
centroamericano.
Los bóers se dispusieron a contestar los ataques de los
zulúes, y el 6 de abril
enviaron a 347 jinetes en dos columnas, quienes capturaron a
algunos soldados zulúes, con la información que
obtuvieron de éstos (y hay quienes piensan que los
prisioneros se habían dejado capturar para llevar a los
bóers a una trampa), decidieron atacar a un ejército
zulú acampado en las proximidades. El 9 de abril se produjo la batalla de Italeni, en la que los bóers
fueron derrotados por unos 8.000 guerreros. Apenas tuvieron 10
bajas, porque no tardaron en huir. No obstante, el encuentro
sirvió a los bóers para conocer las técnicas
militares zulúes.
Entre los mormones que habían seguido a Joseph Smith hasta
Misuri estaba Oliver Cowdery, uno de los que ayudaron al "profeta"
a montar su negocio. Sin embargo, a diferencia de Smith, Cowdery
era un sinvergüenza con escrúpulos, y su
desaprobación hacia su socio aumentaba día a
día: una cosa era hacer creer a unos idiotas que eran
elegidos de Dios y otra muy distinta dejarlos en la ruina. A
Cowdery también le repugnaba el estupro que Smith
había cometido tiempo atrás con su criada Fanny
Alger, cosa que le había recordado en una
conversación tenida a primeros de año.
Últimamente le censuraba que sus actuaciones violaban el
principio de separación entre Iglesia y Estado. Al parecer,
Smith estaba tratando hacer que sus mormones pasaran de ser un
mero rebaño de idiotas a ser un rebaño de votantes
aleccionados. Las cosas se tensaron hasta que el 12 de abril se cruzaron la
excomunión de Cowdery y una carta suya de renuncia. Por
esas fechas también fueron excomulgadas otras
personalidades mormonas, incluyendo a Hiram Page, uno de los doce
testigos que supuestamente habían visto las "placas de
oro".
Ante la falta de respuesta por parte de México a las
reclamaciones francesas, una flota gala se presentó ante
Veracruz y envió un ultimátum al gobierno que
expiraba el 15 de abril. Pasada
esa fecha, la escuadra francesa bloqueó también el
golfo de México.
En Venezuela se había sublevado contra el gobierno el
general José Francisco
Farfán, pero José Antonio Páez lo
derrotó en San Juan de la
Payara, tras lo cual huyó a Nueva Granada.
Dos compañías navieras londinenses competían
por ver cuál era la primera en cruzar el Atlántico
con un barco de vapor. Una estaba construyendo el Great Western y la otra el British Queen. Éste
sufrió un desperfecto de última hora y su
constructor, deseando ganar la carrera a cualquier precio,
fletó un pequeño vapor llamado Sirius, que la noche del 22 de abril llegó
a Nueva York tras dieciocho accidentados días de viaje. El
Great Western
llegó once horas después.
El 30 de abril el presidente
de Nicaragua José
Núñez declaró que ésta
abandonaba los moribundos Estados Unidos de Centroamérica
para constituirse como un estado independiente.
El general Jesup había pedido ser relevado del mando en la
guerra semínola, y en mayo
fue remplazado por Zachary Taylor, ahora ascendido a general. Su
principal preocupación fue evitar que los indios
retrocedieran hacia el norte, para que los colonos pudieran ocupar
el territorio del que los indios habían sido expulsados. No
obstante, los semínolas hacían incursiones aisladas
en las que mataban algunas familias de colonos. Algunas de sus
incursiones llegaron hasta Georgia.
Dos años atrás, una Asociación Londinense de Trabajadores
había elaborado una petición que envió a la
Cámara de los Comunes, donde no fue atendida. Ahora, William Lowett y Francis Place la publicaron
con el nombre de Carta
del Pueblo y la presentaron en una asamblea en Glasgow a
la que acudieron unos 200.000 obreros. La carta contenía
seis puntos:
La carta consiguió más de un millón de
firmas en un año. Lowett se puso así al frente de un
movimiento reformista que recibió el nombre de cartismo. Entre los
más elocuentes defensores del cartismo estuvo un periodista
irlandés llamado Feargus
O'Connor, que el año anterior había fundado
en Inglaterra un periódico titulado Northern Star.
Samuel Colt había creado una fábrica en Paterson, Nueva Jersey, donde
había iniciado la producción de su primer modelo de
revólver, el colt
Patterson. Era un tanto rudimentario, pues para cargarlo
había que desmontarlo parcialmente. La crisis
económica casi arruina su empresa, pero se salvó
gracias a que a Andrew Jackson le había gustado su invento
e hizo que el gobierno le encargara un considerable número
de armas para los soldados que luchaban en Florida contra los
semínolas. Los soldados quedaron muy satisfechos con sus colts, aunque su novedoso
diseño dificultaba los entrenamientos: el martillo estaba
oculto, y algunos soldados, acostumbrados a verlo al descubierto,
quitaban la pieza que lo cubría y ello favorecía que
otras piezas se rompieran o se atascaran.
El jefe Cherokee John Ross presentó un escrito ante el
Congreso de los Estados Unidos en el que pedía que no se
aplicara el tratado de New Echota, que obligaba a su pueblo a
emigrar desde Georgia hasta el Lejano Oeste. Estaba
acompañado de 16.000 firmas, lo cual era un poco
extraño, porque ése era aproximadamente el
número de Cherokees incluyendo a mujeres y niños,
que no tenían voto. El presidente Van Buren no
respondió a la petición y poco después
encargó al general Winfield Scott, que, al frente de 7.000
soldados y milicianos, se encargara de expulsar a los Cherokees.
Scott llegó a New Echota el 17
de mayo, y empezó a acorralar a los cherokees de
Georgia, Tennessee, Carolina del Norte y Alabama. Los indios
fueron sacados de sus casas a punta de pistola y agrupados en
campos, en los que se propagó la disentería y otras
enfermedades.
El 19 de mayo declaró
que Dios le había revelado que un lugar cercano a Far West
era Adam-Ondi-Ahman, el
lugar donde Adán y Eva habían vivido tras haber sido
expulsados del paraíso.
El 25 de mayo Mehmet
Alí informó a Gran Bretaña y Francia de su
intención de declarar a Egipto independiente del Imperio
Otomano. Las potencias europeas trataron de evitar el conflicto,
pero el sultán Mahmut II estaba convencido de que
podría derrotar al ejército egipcio y parecía
estar deseando hacerlo.
Las últimas elecciones en Costa Rica habían dado
como vencedor a Manuel Aguilar,
pese a lo cual éste asumió la presidencia, pero el 27 de mayo un golpe de estado
restableció el orden natural de las cosas entregando el
poder al candidato derrotado, Braulio
Carrillo, tras lo cual Aguilar tuvo que exiliarse.
El presidente uruguayo, Manuel Oribe, había tratado de
evitar que Francia usara su país como apoyo para el bloqueo
a Buenos Aires, pero Francia incluyó a Montevideo en el
bloqueo y trató de persuadir a Fructuoso Rivera para que
intentara una vez más hacerse con el poder. Como
éste vacilaba, los franceses llamaron a Juan Lavalle, el
gobernador de Buenos Aires derrocado por Rosas que se encontraba
exiliado en Europa. Finalmente, el 15
de junio Rivera y Lavalle derrotaron a Oribe en la batalla de Palmar y luego
pasaron a asediar Montevideo, complementando así por tierra
el bloqueo francés.
Ese mismo día murió Estanislao López, el
gobernador de Santa Fe y uno de los pocos caudillos argentinos que
podía hacer sombra a Rosas, aunque ya hacía un
tiempo que la tuberculosis lo había privado de su
influencia política.
El crecimiento de la colonia mormona en Misuri estaba alarmando a
sus vecinos no mormones, que habían llegado a formar
milicias anti-mormonas. Ante esto, Joseph Smith había
autorizado a un reciente converso llamado Sampson Avard para que formara
a su vez una milicia secreta anti-anti-mormones conocida como los
danitas. No menos tensas
eran las relaciones de los mormones con los recientemente
excomulgados, a los que llamaban "los disidentes". El 17
de junio Sidney Rigdon pronunció un sermón
en el que se refirió a ellos como "sal que ha perdido su sabor" (razón por
la que el sermón es conocido como "el sermón de la sal"), en el que dijo
algunas cosas que Cowdery y otros interpretaron como amenazas a
sus vidas y unas instrucciones implícitas a los danitas
para que se "encargaran" de ellos, por lo que terminaron huyendo
del condado. Los no mormones se hicieron eco de estos sucesos y la
imagen que tenían de sus vecinos se enturbió
aún más.
Una partida de la logia de los
cazadores estadounidense dirigida por James Morrow había
cruzado el río Niágara y el 21 de junio llegaba a Short Hills, en el Canadá Superior, donde
se unió a otro grupo de rebeldes canadienses hasta sumar
casi un centenar de hombres. Su plan era incitar a los indios
iroqueses a que se rebelaran contra los británicos.
El general carlista Juan Antonio Guergué había
obtenido algunas victorias frente a los isabelinos, pero el 22 de junio fue derrotado por
Espartero en Peñacerrada,
tras lo cual el rey Carlos V lo destituyó y entregó
el mando a Rafael Maroto,
que había sido un buen amigo de Espartero en la
época en la que ambos luchaban contra las insurrecciones
americanas. Maroto no era bien visto por la camarilla del mornarca
y su nombramiento no detuvo las conspiraciones que se tramaban
contra él.
Ese mismo día los hombres de Morrow rodearon una
cabaña donde se encontraba una veintena de milicianos
canadienses y amenazaron con incendiarla si no se rendían,
pero recibieron noticias de la llegada de más milicianos y
se pusieron en fuga. El 23 de junio
treinta y uno de ellos fueron capturados. Morrow fue condenado a
muerte y otros cabecillas fueron desterrados a Tasmania de por
vida.
El 25 de junio los mormones
fundaron su propia colonia en Adam-Ondi-Ahman, que en pocos meses
alcanzó los 1.500 habitantes.
El 28 de junio tuvo lugar la
coronación de la reina Victoria en la abadía de
Westminster. El primer ministro, lord Melbourne, ejerció al
principio una gran influencia sobre la joven soberana, que a
menudo solicitaba su consejo. Se entabló entre ellos una
relación paterno-filial (la reina había perdido a su
padre y el primer ministro a su hijo), aunque las malas lenguas se
referían a la reina como "la
señora
Melbourne". Johann Strauss pudo cumplir su proyecto de
dar un concierto durante las celebraciones, en el que
presentó su vals Op 103, Homenaje
a
la reina Victoria de Gran Bretaña, en el que
incluyó las melodías de los himnos Rule Britania y God save the King (que ahora
los británicos habían adaptado a God save the Queen). Poco
antes había estrenado en París su vals de París Op. 101
en el que había incluido el tema de la Marsellesa.
En un sermón pronunciado durante la celebración del
4 de julio, Sidney Rigdon
amenazó abiertamente a los no mormones y prometió
una "guerra de exterminio" si los mormones eran atacados. Al
finalizar su sermón, Smith gritó ¡Hosanna! y dio su
autorización para que el discurso fuera impreso como
panfleto. El discurso hizo correr ríos de tinta
anti-mormona en la prensa de Misuri, así como en las
campañas electorales para la legislatura del Estado.
El ex lugarteniente Armand
Laity, uno de los implicados en el intento de
rebelión que Luis Napoleón Bonaparte había
intentado en Estrasburgo, imprimió diez mil ejemplares de
un folleto titulado Relación
histórica
de los sucesos del 30 de octubre de 1836, en el que
hacía una apología del bonapartismo. El folleto fue
incautado, Laity fue juzgado y el 11
de julio fue condenado a cinco años de
cárcel y a pagar una multa de 10.000 francos.
El 5 de agosto, la
víspera de las elecciones a la legislatura de Misuri, los
dos candidatos principales, el coronel William Peniston (whig) y el juez Jossiah Morin (demócrata), se habían
pasado por la colonia mormona para pedir el voto, pero Peniston se
convenció de que los mormones iban a votar en bloque a su
oponente y alarmó a sus partidarios sobre el peligro que
suponía que un grupo tan numeroso de individuos estuviera
dispuesto a votar disciplinadamente como un solo hombre. Esto
dotaba de un enorme poder a los líderes de la secta. Por
ello, el 6 de agosto un grupo
de unos 200 no mormones trató de impedir que los mormones
votaran, alegando que no tenían más derecho a voto
que los negros. (Misuri era un Estado esclavista.) Se produjo
así el primer altercado de una serie de episodios violentos
que tendrían lugar durante los meses siguientes y que se
conocen como la guerra mormona.
El 7 de agosto los no mormones
votaron expulsar a los mormones por la fuerza del condado de De Witt, donde recientemente
habian comprado una gran extensión de terreno. Unos
días más tarde empezaron a hostigar a los mormones y
a quemar sus casas, hasta que éstos optaron por marcharse.
El 19 de agosto zarpó
desde Virginia una expedición científica financiada
por el gobierno de los Estados Unidos. Constaba de seis barcos
bajo el mando del lugarteniente Charles
Wilkes, y en ella participaban naturalistas,
botánicos, geólogos, taxidermistas y un
filólogo.
Chile había enviado al Perú un nuevo
ejército bajo el mando del general Manuel Bulnes.
También contaba con una sección de emigrados
peruanos dirigidos por Agustín Gamarra. El 21 de agosto derrotaron a Luis
José de Orbegoso en el combate
de Portada de Guías. Seguidamente los chilenos saquearon Lima.
Orbegoso, que había perdido un millar de hombres,
permaneció unos días escondido en la ciudad y luego
trató de huir disfrazado, pero lo reconocieron y trataron
de asesinarlo. Se libró tirándose al mar.
El gobierno francés exigió a Suiza que expulsara de su territorio a Luis Napoleón Bonaparte (que sin duda había financiado la impresión de los folletos de Laity), y llegó a concentrar un ejército de 25.000 hombres cerca de la frontera suiza. El gobierno suizo se negó indignado a ceder a la presión francesa, pero el 22 de agosto Luis Napoleón anunció su intención de instalarse en Gran Bretaña.
Unos meses antes, un ejército argentino dividido en dos
columnas había invadido Bolivia, pero, tras unos
éxitos iniciales, Alejandro Heredia ordenó la
retirada y la posterior disolución del ejército.
El 24 de agosto Agustín
Gamarra fue proclamado en Lima presidente provisional del
Perú.
El jefe Cherokee John Ross logró convencer al gobierno
estadounidense para que permitiera que fueran los propios
Cherokees los que organizaran su traslado al Oeste. Las marchas
administradas por los indios empezaron el 28 de agosto, y consistieron en trece grupos de
unas mil personas cada uno. Las condiciones de estas marchas
fueron más confortables que las organizadas por el
gobierno, pero aun así hubo muchas bajas por enfermedades.
Los indios ricos llevaban consigo sus esclavos negros. Cuando
llegaron al Territorio Indio, algunos de los recién
llegados asesinaron a varios de los cherokees que se habían
trasladado voluntariamente años atrás, entre ellos
varios miembros de la familia Ridge. El jefe Ross condenó
estas acciones.
El 29 de agosto la
República de Rio Grande
do Sul se proclamaba independiente del imperio de Brasil,
que se mostraba incapaz de acabar con la guerra de los Farrapos.
La república contaba con una pequeña flota que fue
puesta bajo el mando de un exiliado italiano de treinta
años llamado Giuseppe
Garibaldi. Había tenido que abandonar su
país hacía ya dos años por haber participado
en un intento de revuelta en Génova y otro en el Piamonte.
El 6 de septiembre la regente
María Cristina de Borbón aceptó la
dimisión de Narciso Heredia y nombró primer ministro
a Bernardino Fernández de
Velasco, que trató sin éxito de negociar un
acuerdo con Austria, Prusia y Rusia para que retiraran su apoyo a
los carlistas.
El bloqueo francés estaba asfixiando la economía
mexicana. La mayor parte de los productos de importación
que necesitaba el país llegaban desde Texas por
contrabando, pero el gobierno texano, temeroso de que Francia
incluyera a Texas en el bloqueo, organizó patrullas para
perseguir a los contrabandistas mexicanos y empezó a
negociar con Francia con la mediación de los Estados
Unidos, que enviaron un barco para ayudar a Francia en el bloqueo
contra México y Francia accedió a evitar que el
bloqueo perjudicara a la república de Texas. Pese a todo,
el presidente mexicano, Anastasio Bustamante, no aceptaba las
condiciones francesas, por lo que en octubre
llegaron veinte barcos franceses adicionales bajo el mando del
contralmirante Charles Baudin,
que aumentó las exigencias francesas al exigir a
México una compensación por los gastos del bloqueo.
El 6 de octubre el gobierno
suizo emitió una nota en la que rechazaba la
petición de expulsión solicitada por el gobierno
francés contra Luis Napoleón Bonaparte, aunque
precisaba que, de todos modos, el príncipe Bonaparte
abandonaría Suiza en breve.
El 11 de octubre la flota
francesa ocupó la isla Martín García, en el
Río de la Plata.
El rebelde guatemalteco Rafael Carrera invadió El
Salvador, pero fue expulsado por Francisco Morazán.
El 16 de octubre el gobernador
de Misuri, Liburn Boggs,
fue informado de que un grupo de ciudadanos provistos de un
cañón planeaban expulsar a los mormones del condado
de Daviess, cosa que no
era muy legal, pero el gobernador no quiso tomar cartas en el
asunto. El 18 de octubre los
mormones pasaron a la ofensiva y empezaron a saquear y quemar
casas de no mormones. Como respuesta, la legislatura de Misuri
autorizó a las milicias locales a enfrentarse a los
mormones. El 24 de octubre se
produjo un enfrentamiento conocido como la batalla de Crooked River, en
la que los mormones resultaron vencedores. No hubo más que
cuatro muertos (tres de ellos mormones), pero corrió el
rumor de que la mitad de la milicia había muerto y el
gobernador Boggs, organizó a unos 2.500 milicianos para
sofocar lo que consideraba una rebelión de los mormones.
Incapaz de sostener el asedio de Montevideo, el presidente
uruguayo Manuel Oribe dimitió ese mismo día, dejando
constancia de su protesta y del hecho de que dimitía
forzado por una intervención extranjera. Marchó a
Buenos Aires, donde Rosas lo recibió como presidente
legítimo de Uruguay.
El 27 de octubre el gobernador
de Misuri promulgó la orden
de exterminio, por la que los mormones debían ser tratados como
enemigos y exterminados o expulsados del Estado.
El 30 de octubre la milicia de
Misuri acorraló en un edificio a un grupo de mormones y los
atacó sin cuartel, matando mujeres y niños, y
también a los hombres que se rendían. Este episodio
se recuerda como la masacre de
Haun's Mill, y terminó con 19 muertos y 13 heridos
mormones, y 3 heridos de la milicia. Mientras tanto, unos 3.500
milicianos bajo el mando del general Samuel Lucas rodearon la colonia de Far West,
habitada por unos 200 mormones, entre los cuales estaba el propio
Joseph Smith. Obviamente, tuvieron que rendirse, y aceptar las
duras condiciones que Lucas les impuso: los líderes
mormones serían llevados a juicio, los culpables de los
daños causados venderían sus propiedades para
indemnizar al Estado, todos los mormones debían entregar
todas sus armas y abandonar Misuri. Entre los encarcelados a la
espera de juicio estuvo, por supuesto, Smith y Rigdon.
Después del fracaso de su primer intento de
invasión del Canadá Inferior, los patriotas
canadienses habían formado una organización militar
llamada los Hermanos Cazadores,
y organizaron más discretamente un nuevo plan de
invasión que pusieron en marcha el 3 de noviembre. Con unos 250 hombres, Nelson
tomó rumbo a Montreal. El 4 de
noviembre llegó a Napierville, donde le esperaba un contingente de
más de 800 hombres. El 7 de
noviembre se produjo el primer enfrentamiento con los
leales, en Lacolle, donde
éstos obtuvieron la victoria. Lo mismo sucedió en
los combates que tuvieron lugar los días siguientes. El 10 de noviembre la mayor parte de
los dirigentes patriotas habían sido arrestados y llevados
a Quebec, aunque algunos, entre ellos Robert Nelson, pudieron
escapar a los Estados Unidos.
El 12 de noviembre la logia de los cazadores
intentó un ataque por sorpresa a la ciudad canadiense de Prescott, pero los
británicos se habían infiltrado en la logia y
conocían sus planes, lo que les permitió frustrarlos
fácilmente. El 13 de noviembre,
los cazadores puestos en
fuga acabaron atrincherándose en un sólido molino de
viento construido en piedra, que no tardó en verse rodeado
por un ejército de unos 500 soldados británicos y
más de un millar de milicianos canadienses (los
estadounidenses eran apenas 250). Los británicos fracasaron
en un primer asalto, pero evidentemente su mejor estrategia era
esperar.
El peruano Agustín Gamarra tuvo que abandonar Lima, que
volvió a quedar en poder de los confederados
perú-bolivianos.
El 15 de noviembre el
presidente de Honduras, José
Lino Matute, anunció que ésta abandonaba
los Estados Unidos de Centroamérica para constituirse como
una república independiente. En Costa Rica también
se reunió una asamblea constituyente que proclamó la
independencia, pero no volvió a reunirse y la pertenencia o
no del Estado a la Unión quedó indecisa.
El 16 de noviembre los
británicos que rodeaban a los cazadores estadounidenses recibieron
artillería y empezaron a bombardear el molino. Los
asediados no tuvieron más opción que rendirse
incondicionalmente, todos ellos fueron capturados y juzgados. Once
de ellos fueron condenados a muerte, sesenta fueron desterrados a
Australia, 40 fueron liberados otros 86 fueron encarcelados,
aunque más tarde se les concedió el perdón.
Tras haber adoptado una nueva constitución, el 17 de noviembre José
Núñez fue reconocido como Director Supremo de la República de Nicaragua.
Ante la falta de respuesta por parte del gobierno de
México, el 27 de noviembre
la flota francesa empezó a bombardear San Juan de
Ulúa, con lo que el enfrentamiento se convertía ya
en una guerra abierta. Así fue reconocido por el gobierno
mexicano, que el 30 de noviembre
declaró la guerra a Francia. A causa de la anécdota
que le dio origen, es conocida como la guerra de los Pasteles. Santa Anna
salió de su retiro y marchó a Veracruz
espontáneamente, donde reunió un ejército y
finalmente recibió el visto bueno del gobierno.
Luis José de Orbegoso, el presidente Nor-Peruano, no
había disimulado que su hostilidad se dirigía
igualmente hacia los invasores chilenos como hacia los bolivianos.
Santa Cruz le tendió una trampa y finalmente lo
obligó a exiliarse. El 4 de
diciembre zarpaba hacia Ecuador.
En la ciudad de Windsor,
en el Canadá Superior, tuvo lugar la que sería la
última acción de la logia de los cazadores, que terminó en un
fracaso, como todas las anteriores. Una partida de cazadores atacó un
cuartel británico e incendió algunas casas, pero
finalmente fue puesta en fuga por los milicianos leales. Algunos
insurgentes fueron capturados y, de entre ellos, unos fueron
fusilados sin juicio, otros fueron juzgados y ahorcados, y otros
desterrados a Tasmania. Lo de siempre.
Ese mismo día unos 3.000 soldados franceses desembarcaban
en Veracruz. Santa Anna organizó una encarnizada
resistencia, pero el 5 de diciembre
los franceses dominaban la ciudad y el ex dictador estuvo a punto
de ser capturado. Fue herido en una pierna por una bala de
cañón y unos días después le tuvo que
ser amputada. Santa Anna organizó unos funerales para su
pierna.
El 8 de diciembre, incapaz de
controlar al parlamento, dimitió el primer ministro
español Bernardino Fernández de Velasco, que fue
sucedido por Evaristo
Pérez de Castro.
El 16 de diciembre un
ejército de entre 10.000 y 20.000 zulúes
atacó a un grupo de 470 bóers parapetados en un
círculo de carretas de bueyes bajo la dirección de Andries Pretorius. El
enfrentamiento se conoce como la batalla del Río Sangriento, y
terminó con 3 bóers heridos y más de 3.000
zulúes muertos. Los zulúes atacaban con lanzas,
mientras que los bóers contaban con rifles de un solo
disparo, pero que eran recargados por las mujeres y los
niños, de modo que cada hombre disparaba una vez cada cinco
segundos, aproximadamente. Además contaban con un
cañón. El ataque zulú se dividió en
cuatro oleadas, entre las cuales los bóers tenían
tiempo de recargar municiones y descansar. Luego, Pretorius
envió un contingente de caballería que puso en fuga
a los zulúes. Tras el increíble descalabro del
ejército zulú, el rey Dingaan quemó su
palacio real y huyó hacia el norte. Su hermanastro Mpande, que había
sobrevivido a la depuración que Dingaan había
realizado al llegar al trono por considerarlo inofensivo, se
alió con los bóers.
Rachel Plummer publicó en Texas un libro titulado Relato de Rachel Plummer de
veintiún meses de esclavitud como prisionera entre los
indios Comanches, en el que relató con gran
detalle su cautiverio, a la vez que describió con
minuciosidad las costumbres y la mentalidad de los Comanches,
así como los sucesos que pudo presenciar durante ese
periodo. Entre ellos destaca su asistencia a una gran
reunión de tribus indias, en la que se plantearon la
posibilidad de expulsar a todos los texanos del territorio
comanche y conquistar México.
Las elecciones en Texas proclamaron como nuevo presidente a Mirabeau Buonaparte Lamar, que
había ocupado hasta entonces la vicepresidencia bajo el
gobierno de Houston. Tomó posesión de su cargo el 19 de diciembre. En su primera
alocución al congreso, Lamar se mostró contrario a
la anexión a los Estados Unidos, propuso la creación
de un banco nacional que avalara un préstamo de los Estados
Unidos o de Europa y expuso su opinión de que los indios
Cherokees y Comanches que habitaban en Texas debían ser
expulsados del país aunque fuera al precio del exterminio.
Esto suponía un cambio de política respecto del
gobierno de Houston, que siempre había procurado mantener
buenas relaciones diplomáticas con los indios. El relato de
Plummer había contribuido en cierta medida a poner la
opinión pública en contra de los indios, aunque
también fue decisivo que se descubriera que México
estaba manteniendo contactos con los Cherokees para que
éstos les ayudaran a expulsar a los texanos.
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