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EL MOTÍN DE ESQUILACHE |
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En 1765 apareció el
último de los diecisiete volúmenes de texto que
conformaban la Enciclopedia,
si bien todavía no estaban terminados los volúmenes de
grabados.
D'Alembert publicó sus Mémoires
sur la destruction des jésuites, donde canta victoria por
la expulsión de Francia de la Compañía de
Jesús. Por su parte, Voltaire acogió en sus propiedades a
algunos de los exiliados y recordó a D'Alembert que más
vale malo conocido que bueno por conocer.
Una vez recuperado de su enfermedad, Lagrange dejó
París para regresar a Turín. Allí preparó
un trabajo para el concurso que había propuesto para el
año siguiente la Academia de
Ciencias de París, esta vez sobre las órbitas de
los satélites de Júpiter.
James Watt construyó una máquina de vapor mucho
más eficiente que la de Newcomen y se propuso comercializarla a
gran escala, lo que lo llevó a un arduo proceso de
búsqueda de financiación, registro de patentes,
construcción de piezas de gran tamaño, etc. Para ello se
asoció con Matthew Boulton,
que era dueño de una fundición.
El marqués de Mirabeau fundó, junto con Nicolas Baudeau, la
publicación Ephémérides
du citoyen, destinada a difundir las teorías
fisiocráticas. De hecho, fue Baudeau quien acuñó
el término "fisiocracia". Éste era un sacerdote, profesor
de teología en la abadía de Chancelade.
Quesnay publicó el artículo El derecho natural en el Journal de l'agriculture, du commerce et
des finances.
El tejedor James Hargreaves
inventó una máquina de hilar llamada spinning Jenny.
Samuel Johnson publicó una edición comentada de las
obras de Shakespeare.
El veneciano Carlo Goldoni estrenó la comedia El abanico, que destaca por el virtuosismo de la intriga.
El Papa Clemente XIII elogió a los jesuitas en la bula Apostolicum.
El ministro español Campomanes promulgó una ley de libre comercio de los granos, con
derogación de sus tasas, análoga a la implantada
en Francia dos años antes. También publicó su Tratado de la regalía de
amortización, en el que analiza el perjuicio
económico que suponía el hecho de que los bienes
adquiridos por la Iglesia se consideraban inalienables. El tratado
contiene el resultado de un censo del año anterior realizado en
Castilla-León, según el cual los bienes
eclesiásticos suponían una tercera parte de la riqueza
total poseída por el 2.25% de la población.
En Barcelona se fundó la Academia
de ciencias naturales y artes, por iniciativa del capitán
general de Cataluña, cargo que, desde hacía más de
quince años, ocupaba el marqués de la Mina. En ese tiempo
había realizado numerosas obras públicas, como la
reparación del puerto de Barcelona o la restauración de
las carreteras, y también contribuyó a la
fundación de instituciones científicas, como la citada Academia, o el colegio de cirujía, fundado
el año anterior.
Ese año murieron:
En Suecia, el partido de los Gorros
apartó del poder al de los Sombreros.
En enero de 1766, los propios
comerciantes británicos, sintiendo las consecuencias del bloqueo
americano, pidieron al Parlamento que retirara la Ley de Timbres.
En España, el marqués de Esquilache seguía
adelante con sus reformas. Muchas de ellas estaban dedicadas a la
modernización de Madrid: empedrado, alcantarillado y alumbrado
de las calles, vigilancia nocturna, construcción de numerosos
monumentos, etc. El 22 de enero
promulgó una disposición por la que se prohibían
las capas largas y los sombreros de ala ancha, en parte porque "como vestía la gente de
España, les daba cierto aire de personas poco cultas y aspecto
de sospecha", y en parte porque dificultaba la
identificación de delincuentes.
El 13 de febrero, una
comisión parlamentaria consultó a Benjamin Franklin sobre
la Ley de Timbres, el cual
habló elocuentemente en favor de su revocación.
En Londres, Franklin conoció a un científico llamado Joseph Priestley al que animó
para que publicara una Historia de
la electricidad que pronto le valió su ingreso en la Royal Society.
El 10 de marzo entró en
vigor el decreto de Esquilache sobre las capas largas y los sombreros
de ala ancha. Las calles de Madrid se llenaron de patrullas
acompañadas de sastres que acortaban en el acto las capas y
cosían las alas de los sombreros. Al día siguiente
empezaron a verse pasquines que incitaban a la rebelión. Los
descontentos empezaron a responsabilizar a Esquilache de desgracias
varias, como la escasez de pan (debida a una sucesión de malas
cosechas), con el consiguiente aumento de precio que había
sufrido en los últimos años, etc.
El 18 de marzo, el rey Jorge III
de Gran Bretaña firmó la revocación de la Ley de Timbres.
La tarde del 23 de marzo, domingo
de Ramos, dos madrileños embozados en sus capas y sombreros se
pasean por delante de un cuartel (uno con sombrero blanco en lugar de
negro, para llamar más la atención). Sale un oficial que
interpela a uno de ellos: "Paisano,
¿por qué no observa usted lo mandado y no amputa ese
sombrero?" Y la respuesta fue: "¡Porque
no me da la gana!" Cuando trataron de prenderlos, dieron una
señal y aparecieron más embozados, que los liberaron y
avanzaron en manifestación gritando "¡Viva el rey! ¡Muera
Esquilache!" El motín se generalizó y la
casa de Esquilache fue saqueada, junto con la de otras personalidades.
Se calcula que el número de amotinados oscilaba entre 10.000 y
30.000, según distintas versiones. Ocurrieron diversos
incidentes sangrientos, unos protagonizados por soldados, otros por
amotinados, que también consideraron oportuno destruir el
alumbrado público.
El 24 de marzo, los amotinados,
dueños de Madrid, se presentaron ante el palacio real; sale al
balcón el duque de Medinaceli,
pero el griterío impide que se le escuche; sale entonces el
padre Cuenca, un
clérigo de gran popularidad; lleva una corona de espinas, una
soga al cuello y un crucifijo; se hizo el silencio y el padre
empezó a sermonear, pero al poco rato la gente le grita que se
calle y le entregan un memorial para que se lo presente al rey, en el
cual se le exige el destierro de Esquilache, que en el futuro nombre a
ministros españoles, que disolviera la guardia valona (una especie de
guardia de corps creada por Felipe V integrada por flamencos), que
bajara el precio de los comestibles, que se suprimiera la junta de
abastos, que las tropas volvieran a sus cuarteles, que se permitiera de
nuevo la capa larga y el sombrero de ala ancha y que el rey
compareciera en público para dar su palabra de que todas las
peticiones serían satisfechas.
Así se hizo: el rey salió al balcón, el padre
Cuenca le leía las peticiones de los amotinados y él
asentía a cada una de ellas. Para celebrarlo, los amotinados
sacaron una imagen del convento de Santo Tomás y organizaron una
procesión que recorrió las calles durante toda la noche.
El 25 de marzo, los amotinados se
enteran de que el rey ha huido a Aranjuez. Los insurrectos, temiendo
una traición, envían un emisario a Aranjuez, que el 26 de marzo volvió con un pliego
del rey en el que prometía de nuevo cumplir lo otorgado,
así como el perdón general por los excesos cometidos, a
condición de que cesara el tumulto. La multitud se
consideró satisfecha y así terminó el llamado motín de Esquilache. Sin
embargo, motines similares surgieron en otros puntos de España
(esta vez sin el pretexto del cambio de indumentaria). Los más
violentos se dieron en Zaragoza entre el 1
y el 7 de abril, a causa de la carestía de alimentos. En
Cuenca estalló un motín el 6
de abril. Destituido, Esqulache partió hacia
Nápoles el 13 de abril. Poco
después fue nombrado embajador de España en Venecia. El 14 de abril estalló una revuelta en
Guipúzcoa, concretamente en la ciudad de Azcoitia. Los amotinados
exigían la rebaja de los precios de los artículos de
primera necesidad y, una vez consiguieron su propósito, salieron
de la villa para propagar la revuelta. En Loyola se les unieron unos obreros
que trabajaban en unas reformas de un seminario de los jesuitas. Sus
peticiones fueron nuevamente atendidas y entonces regresaron en
procesión a Loyola, donde cantaron un Te Deum.
En Barcelona hubo un
intento de levantamiento entre el 18 y el
20 de abril, pero fue evitado por el marqués de la Mina.
(Encaró hacia la ciudad los cañones de la ciudadela y
responsabilizó a los nobles del comportamiento del pueblo.)
La
sublevación guipuzcoana se había extendido a Éibar y Eigóibar, pero el 21 de abril fueron derrotados por el
ejército. Pasaron entonces a Hernani,
donde el 22 de abril concentraron
sus fuerzas con el propósito de atacar San Sebastián, la capital de
Guipúzcoa. Allí aparecieron pasquines incitando a la
rebelión; se hicieron algunas detenciones y se ordenó una
bajada de precios, al tiempo que se preparaba la defensa de la ciudad.
Entre un millar de ciudadanos armados y unos trescientos soldados,
lograron apaciguar a los amotinados. Entre los detenidos estaban los
trabajadores del seminario de los jesuitas de Loyola. Las autoridades
guipuzcoanas protestaron por la actuación de los jesuitas,
mientras que éstos iniciaban en Pamplona un proceso contra las
autoridades que habían permitido la entrada de los soldados en
su seminario.
El rey Carlos III nombró capitán general de Castilla
la Nueva y gobernador del consejo de Castilla a Pedro Pablo Abarca de Bolea, el
conde de Aranda, al que una
vez calificó de "más
testarudo que una mula de Aragón". Inmediatamente se
encargó de reprimir los motines y de buscar responsables. Se
apoyó para ello en José
Moñino, al que nombró fiscal de lo criminal del
consejo de Castilla.
Ente los extranjeros cuya dimisión habían exigido los
amotinados estaba el genovés Jerónimo
Grimaldi, que, no obstante, conservó su cargo de
secretario de Estado.
La clase dirigente de la época estaba dividida en dos
facciones enfrentadas: la de los provenientes de la aristocracia y el
alto clero y la de los de origen burgués e incluso de clases
humildes (a menudo dotados de títulos nobiliarios recientes).
Los primeros llamaban a
los segundos golillas, garnachas
o manteístas, donde
este último apelativo se aplicaba propiamente a los estudiantes
que habitaban un colegio mayor sin disfrutar de una beca, por
oposición a los colegiales,
que eran siempre estudiantes de la alta nobleza y, por
extensión, se llamó así a los políticos
aristócratas, opuestos tanto a los manteístas como a los
ilustrados. De entre las distintas versiones sobre quiénes
estuvieron detrás del motín
de Esquilache y las revueltas que le sucedieron, una apunta al
partido de los colegiales, en
un intento de desbancar a los manteístas.
Tanto si la nobleza y el clero instigó el motín o no, lo
cierto es que adoptó una actitud pasiva muy cercana a la
complicidad. Otra línea (la favorita del conde de Aranda)
apuntaba hacia los jesuitas. Lo cierto es que diversas personalidades
de la nobleza y el clero fueron acusados de instigación a la
rebelión y fueron desterrados de la capital, entre ellos el
marqués de la Ensenada.
Entre los golillas se
encontraban Campomanes, Moñino, así como Manuel Roda y Arrieta, el primer
marqués de Roda, a la
sazón secretario de Gracia y Justicia, cargo desde el que
combatió las revueltas y desde el que llevaba tiempo combatiendo
a la Iglesia con la hostilidad abierta de la Santa Inquisición.
También era el responsable de la reforma de los colegios mayores
que había permitido que accedieran a ellos manteístas provenientes de
clases humildes. En sus intentos de reforma de los planes de estudio de
colegios y universidades, el principal obstáculo con el que se
encontraba era el de los jesuitas, que casi tenían el monopolio
de la educación en España.
No pasó mucho tiempo antes de que Aranda revocara algunas de
las concesiones que el rey había hecho a los amotinados (aunque
en lo sucesivo las reformas se harían con mucho mayor tacto). La
capa larga y el sombrero de ala ancha fueron prohibidos de nuevo sin
que se produjera ningún altercado, la guardia valona
regresó a la capital y fue reforzada con ocho regimientos, si
bien se realizaron algunas reformas sobre el sistema de abastos.
En Francia también había tensiones. El rey Luis XV
había tratado de imponer unas tasas en Bretaña sin contar
con la aprobación del parlamento de Rennes, y encarceló a uno de
sus miembros a causa de sus protestas. Esto provocó la
dimisión del parlamento entero, el cual recibió el apoyo
del parlamento de París. Para reafirmar su autoridad, Luis XV
convocó una sesión del parlamento de París en la
que mandó pronunciar un discurso en el que defendía los
principios de la monarquía absoluta.
El primer ministro británico, el marqués de
Rockingham, dimitió en julio
como consecuencia de sus disensiones con Pitt. El rey Jorge III lo
sustituyó por el propio Pitt, el cual aglutinó gracias a
su carisma a las diversas facciones del partido whig, cada vez más dividido.
No obstante, Pitt aceptó un título nobiliario que lo
llevó de la Cámara de los Comunes a la de los Lores, y
esto lo distanció de sus partidarios.
El 24 de julio se rindió
el jefe indio Pontiac.
Ese año murieron:
En Polonia se celebró la dieta
de Repnín, llamada así porque en la
práctica estuvo dirigida por el embajador ruso, Nikolái Vasilievich,
príncipe de Repnín,
quien, de acuerdo con Prusia, hizo proclamar el carácter
elegible (no hereditario) de la monarquía polaca.
Un navegante británico llamado John Byron
había estado explorando el extremo de Sudamérica y ahora
se adentraba
en el pacífico, donde descubrió varios grupos de islas en
el Pacífico, entre ellas las islas Désappointement y las
que ahora se conocen como islas de Byron.
El francés Louis Antoine Bougainville zarpó al frente de una expedición con el propósito de convertirse en el primer francés que diera la vuelta al mundo.
El físico británico Henry
Cavendish se dedicaba al estudio de los gases y ese año
fue el primero en aislar el hidrógeno.
Anne Robert Jacques Turgot, barón de l'Eaulne, colaborador de la Enciclopedia, publicó sus Reflexiones sobre la formación y la distribución de las riquezas. Era intendente de Limoges, donde estaba introduciendo numerosas reformas: construcción de carreteras, introducción de la patata, implantación de la industria textil, etc. Ese año recibió la visita de Adam Smith, que venía de visitar a Voltaire en Ginebra. Poco después regresó a Edimburgo.
En Ginebra había estallado una nueva revuelta contra la
Confederación Helvética, que se negaba a considerar a sus
ciudadanos como miembros de pleno derecho de la Confederación.
Rousseau fue expulsado de Ginebra y fue acogido por David Hume en Gran
Bretaña, pero no tardó en enemistarse con él.
En noviembre, Leopold Mozart y su
familia estaban de regreso en Salzburgo, tras un largo viaje en que su
hijo de nueve años había causado sensación en
Europa, especialmente en la corte de Luis XV, por sus dotes musicales.
A causa de sus desencuentros con el rey Federico II de Prusia, Euler
decidió abandonar Berlín y volver a San Petersburgo. Poco
después de su
llegada sufrió una enfermedad que lo dejó casi
completamente ciego. Su
hijo Johann Albrecht obtuvo
una cátedra de física en la Academia de San Petersburgo. El 6 de noviembre, Lagrange sucedió a
Euler como director de matemáticas de la Academia de Berlín. Ese
año se había publicado el tercer volumen de las Mélanges de Turin, en el que
Lagrange presentaba trabajos sobre ecuaciones diferenciales con
aplicaciones a la mecánica de fluidos (en los que introdujo la
que hoy se conoce como función
lagrangiana), así como al estudio de las órbitas
de Júpiter y Saturno.
El premio anual de la Academia de
Ciencias de París lo ganó un joven de
veintitrés años llamado Antoine
Laurent de Lavoisier, por su Memoria
sobre el mejor sistema de alumbrado de París.
Aunque la Ley de Timbres
había sido revocada, la Ley
de Acuartelamiento seguía vigente. Thomas Gage estaba
furioso porque la Asamblea de Nueva York interfería
continuamente en sus intentos de alojar oficiales en lugares aceptables
y presionó al gobernador para que disolviera la Asamblea.
Así lo hizo el 1 de diciembre,
y se eligió una nueva Asamblea, más conservadora, que
permitió el acuartelamiento. Su implantación en las trece
colonias fomentó la aversión de la población hacia
los soldados británicos, que dejaron de ser soldados para
convertirse en "casacas rojas".
Los sectores más radicales
de Nueva York levantaban de tanto en tanto un "asta de la libertad" en
algún lugar destacado de la ciudad alrededor de la cual se
reunían los Hijos de la
Libertad
para lanzar sus discursos. Normalmente, las autoridades miraban hacia
otro lado, pero, en una ocasión, unos soldados derribaron una de
esas "astas" y se produjo un
altercado.
En 1767, la zarina Catalina II de
Rusia convocó una comisión legislativa, elegida por los
distintos estamentos sociales: nobles, ciudadanos y campesinos (pero no
siervos), con el fin de dotar al imperio de un nuevo código
legal.
Robert Clive dejó la India para regresar de nuevo a Gran
Bretaña.
Boccherini se instaló en París, donde publicó
algunas de sus obras de música de cámara.
En Viena, Gluck estrenó su ópera Alceste.
En Hamburgo murió el compositor Georg Philipp Telemann, y su
puesto de director de orquesta fue ocupado por Karl Philipp Emanuel
Bach, tras el estreno de su Magnificat.
El teatro nacional de Hamburgo contrató como consejero a un
escritor alemán llamado Gotthold
Ephraim Lessing, que ese año estrenaba la comedia
dramática Minna de Barnhelm o
la felicidad del soldado, escrita cuatro años
atrás. Está ambientada en la guerra de los Siete años, y
fue la primera obra de teatro en alemán sobre un tema
contemporáneo.
En Leipzig, un estudiante de derecho de diecisiete años
llamado Johann Wolfgang von Goethe
publicaba un poema pastoril titulado El
capricho del amante y un libro de poesía titulado Annette, inspirado en Annette Schönkopf, la hija de
los dueños de la pensión donde se alojaba, con la que
mantenía una relación tempestuosa al tiempo que cortejaba
a Frédèrique Öser,
la hija de su profesor de dibujo.
En la escuela de la catedral de Riga impartía clases un
pastor protestante de veintitrés años, antiguo alumno de
Kant, llamado Johann Gottfried Herder,
que publicaba ahora sus Fragmentos
sobre una nueva literatura alemana.
Un relojero-músico-escritor francés llamado Pierre Augustin Caron Beaumarchais acababa de regresar de España a donde se había dirigido para vengar a su hermana de un seductor, y ahora estrenaba una obra de teatro llamada Eugénie basada en su aventura.
En abril los jesuitas fueron
expulsados de España. Se les acusó de haber fomentado los
desórdenes del año anterior y de minar la autoridad real,
pero las razones de fondo, obviamente, eran otras. Al contrario del
caso francés, la expulsión no puede considerarse como una
medida anticlerical (al contrario, la mayoría de los obispos
españoles aprobó la decisión), pues el objetivo
del gobierno no era combatir a la Iglesia, sino someterla al control
del Estado, y los jesuitas eran el principal apoyo con que contaba el
Papa para hacer notar su influencia en el país. Por otra parte,
los jesuitas controlaban la enseñanza y se oponían a los
cambios que propugnaban los ilustrados. También es cierto que
los jesuitas españoles habían apoyado a sus
correligionarios paraguayos durante la guerra guaraní en contra
de los intereses del gobierno.
Más de seis mil jesuitas pidieron asilo en los Estados
Pontificios, pero el Papa Clemente XIII no los admitió,
así que marcharon a Córcega.
Entre los jesuitas expulsados de España se encontraba el
padre José Francisco de Isla, que marchó a
Córcega, donde escribió un Memorial dirigido a Carlos III,
sobre la expulsión, que no llegó a publicar. Poco
después marchó a Bolonia.
En México, la expulsión de los jesuitas provocó
diversas protestas populares y desórdenes que fueron duramente
sofocados por el visitador José de Gálvez y por el
virrey, el marqués Carlos
Francisco de Croix, que había sido designado el
año anterior.
Ese año murió el marqués de la Mina.
También murió el conde Jean-Baptiste François Joseph de Sade, y su título lo heredó su hijo Donatien Alphonse François, aunque se hacía llamar marqués de Sade, título que ya había sido usado por su familia, aunque no existía oficialmente. Tenía entonces veintisiete años y ya había destacado como soldado en la guerra de los Siete años. Estaba casado, pero sus infidelidades eran bien conocidas. Era aficionado al teatro y había estrenado varias comedias. Según la declaración de una prostituta, el 16 de abril la llevó con engaños a su casa, donde la flageló. A raíz de esto, el marqués pasó siete meses en prisión por orden del rey.
D'Alembert publicó el quinto y último volumen de sus Mélanges de littérature et
de philosophie, en los que recoge su pensamiento
filosófico. En general, se muestra escéptico ante los
problemas metafísicos, si bien argumenta en favor de la
existencia de Dios, pues considera que la inteligencia no puede ser
producto de la materia. No obstante, hay que tener presente que ya
hacía dos años que se quejaba de que una enfermedad le
había afectado a la mente y era incapaz de concentrarse para
hacer matemáticas.
Entre los colaboradores de la sección de química de la
Enciclopedia se encontraba Paul Henri Dietrich, barón de
Holbach, que había
nacido en el Palatinado, pero vivía en París. Era enemigo
de todas las religiones, a las que consideraba instrumentos del
despotismo. Ese año publicó El cristianismo desenmascarado o Examen de
los principios y de los efectos de la religión cristiana.
En las Ephémérides
du citoyen apareció una de las obras fundamentales del
Quesnay, titulada El despotismo en
China, en la que expone su filosofía social, que
incluía su teoría económica. En otro número
de ese mismo año publicó su Análisis del gobierno de los incas
en Perú, en el que presentaba a la sociedad incaica como
un modelo de su teoría económica, si bien la obra carece
de validez histórica.
El marqués de Mirabeau tenía un hijo de dieciocho
años llamado Honoré
Gabriel Riqueti, demasiado rebelde para su gusto, así que
lo obligó a ingresar en el ejército.
El rey Federico II de Prusia no tenía descendencia (su
esposa, cuyo sexo no era el que el monarca hubiera deseado que tuviera,
era conocida como la viuda de Prusia),
por lo que su heredero era su sobrino Federico
Guillermo, de veintitrés años (su padre, Augusto Guillermo, había
muerto hacía nueve años). Una hermana de Federico
Guillermo, Guillermina, se
casaba ahora con el príncipe Guillermo
V de Orange-Nassau.
William Pitt estaba enfermo y, aunque conservó su cargo de
primer ministro británico, lo cierto es que se alejó de
la política, y el gobierno quedó en manos de su gabinete,
en el que destacaba Augustus Henry
Fitzroy, el duque de Grafton,
que ahora ejerció de primer ministro, y Charles Townshend, el
ministro de Hacienda. David Hume fue nombrado subsecretario de Estado.
El 8 de mayo, en el transcurso de
una celebración en la que Townshend había bebido bastante
champán, éste pronunció un discurso que
sería conocido como el "discurso
del champán", en el que se burló de Grenville por
el fracaso de su Ley de Timbres.
Grenville, ofendido, le replicó que era muy fácil hablar,
pero que no se atrevería a poner impuestos a los americanos, y
Townshend, acalorado, aseguró que por supuesto que
pondría impuestos a los americanos. Así, a consecuencia
de este espumoso estudio político-económico, Townshend
planeo un nuevo sistema tributario para las colonias americanas.
Un navegante británico llamado Samuel Wallis recibió el
encargo de continuar las exploraciones de Byron por el océano
Pacífico y descubrió las islas Tuamotú, y el 19 de junio llegó a Tahití, a la que llamó
isla del Rey Jorge III. La
expedición fue recibida por indígenas que rodearon su
barco con sus piraguas blandiendo hojas de banano en señal de
amistad, pero al cabo de cinco semanas los indígenas se
alarmaron y atacaron a los marinos. Cuando el teniente Furneaux plantó una bandera
británica en la orilla, los nativos entendieron que tomaba
posesión de sus tierras y declararon la guerra a los
extranjeros, atacando el barco con una flota de trescientas piraguas
que fue disuelta a cañonazos. Se pactó entonces una
tregua y Wallis se entrevistó con la reina Purea, que se mostró
dispuesta a entablar relaciones con los británicos a cambio de
clavos de hierro, desconocidos para su pueblo. La expedición se
hizo de nuevo a la mar y descubrió el que hoy se conoce como
archipiélago de Wallis y
Futuna.
España, apelando al tratado de Tordesillas, había
reclamado la soberanía de las islas Malvinas, y Francia,
interesada en mantener el Pacto de
Familia, había renunciado al archipiélago el
año anterior. Ahora los españoles fundaban Puerto Sociedad en la Malvina
Oriental, mientras que los británicos mantenían Port
Egmont en la Malvina Occidental.
El 29 de junio el Parlamento
aprobó nuevos aranceles sobre el té, el vidrio, el papel
y los tintes. Además, se emitirían mandatos de asistencia
y se daría amplios poderes a los funcionarios de aduanas para
combatir el contrabando.
Los nuevos impuestos se aprobaron, obviamente, sin consultar a las
colonias, por lo que Samuel Adams lo tuvo muy fácil para volver
a la acción. En septiembre
hubo reuniones públicas en Boston en las que se acordó
reanudar el boicot que había contribuido a derogar la Ley de Timbres. Adams
escribió a los líderes radicales de otras colonias para
difundir el boicot. Los Hijos de la Libertad empezaron a hostigar a los
funcionarios de aduanas. Todo esto sucedió antes de la entrada
en vigor de los nuevos impuestos, que el propio Townshend no
llegó a ver, pues murió el 4
de septiembre, mientras que la entrada en vigor de la ley se
produjo, según lo previsto, el 20 de
noviembre. Townshend fue sucedido por Frederick North, el conde de Guilford.
Las llamadas leyes de Townshend
no sólo causaron rechazo entre los más extremistas, sino
también en los sectores más conservadores. Era el caso de
John Dickinson, un
terrateniente que había estudiado derecho en Filadelfia y en
Gran Bretaña. A partir del 2 de
diciembre empezó a publicar las Cartas de un granjero, que
aparecieron en varios periódicos, en las que reconocía el
derecho británico a regular el comercio, instaba a los
americanos a no participar en actos violentos, pero al mismo tiempo
protestaba contra las leyes de
Townshend y contra la disolución de la asamblea de Nueva
York, producida el año anterior. Dickinson no apelaba a
doctrinas radicales, como el derecho natural o los derechos humanos,
sino a los propios principios del derecho británico, que
consideraba que no se estaban aplicando debidamente a las colonias
americanas.
Los birmanos saquearon Ayuthia, la capital siamesa, si bien los
siameses se recuperaron rápidamente gracias al general Phya Tak, que eligió Thon Buri como nueva capital.
El 16 de enero de 1768, el duque
Fernando I de Parma promulgó una ley que prohibía a sus
súbditos apelar a tribunales extranjeros (para evitar
principalmente las apelaciones a tribunales romanos, a través de
las cuales el Papa influía en la política de los
distintos estados italianos). Además, estableció que
sólo los naturales podían obtener beneficios
eclesiásticos, así como que las bulas y demás
disposiciones papales debían ser aprobadas por el duque.
El Papa Clemente XIII respondió el 30
de enero con el llamado Monitorio
de Parma, en el que condenaba estas resoluciones y declaraba
ilegítimo el gobierno de Parma, afirmando que el territorio era
parte de los Estados Pontificios. Fundamentaba sus conclusiones en la
bula In coena Domini,
atribuida a Gregorio XI (a finales del siglo XIV) en la que se
excomulgaba a los herejes y a cualquiera que tratase de restringir la
jurisdicción eclesiástica. Dicha bula se leía en
Roma todos los años el día de jueves santo.
El duque Felipe I respondió a su vez al Papa expulsando a los
jesuitas, medida que fue tomada también por el rey Fernando I de
las Dos Sicilias, que prohibió la circulación del Monitorio de Parma. Además
ocupó Benevento, mientras los franceses ocupaban
Aviñón. En España se prohibió
también el Monitorio,
mientras en Portugal se condenaba la bula In coena Domini.
Campomanes y José Moñino publicaron el Juicio imparcial sobre el monitorio de
Parma que, junto con el Memorial
ajustado sobre diferentes cartas del obispo de Cuenca,
constituyen los máximos exponentes del regalismo español, es decir
de la doctrina que supeditaba la autoridad eclesiástica a la
autoridad real. Campomanes escribió también el Memorial ajustado sobre los abastos de
Madrid, en el que analizaba las causas profundas del motín de Esquilache.
Ese año, la expulsión de España de los jesuitas
se hizo efectiva en Paraguay, con lo que desaparecieron definitivamente
las reducciones jesuíticas.
El príncipe
elector Federico Augusto III de Sajonia cumplió dieciocho
años y asumió el gobierno de sus Estados. Hizo promulgar
un nuevo código legal que, entre otras disposiciones,
prohibía la tortura. En Polonia se constituyó la Confederación de Bar, con el
propósito de liberar a Polonia de la influencia rusa que, entre
otras cosas, había dado el trono a Estanislao II Augusto frente
a Federico Augusto III. Obviamente, contaron con el apoyo de
éste, y también con el de los turcos. Al frente de la Confederación destacaba el
conde Kasimierz Pulaski (de
veinte años). Estanislao II trató de mediar entre Rusia y
la Confederación, pero
la zarina Catalina II decidió que era más sencillo enviar
un ejército a Polonia, y los turcos aprovecharon para declarar
la guerra a Rusia.
El rey Cristián VII de Dinamarca adoptó como
médico personal al conde alemán Johann Friedrich Struensee, quien
muy pronto se ganó la confianza de la reina y, a través
de ella, logró suprimir el consejo privado del rey y convertirse
en la máxima autoridad de la corte, instaurando un
régimen de despotismo ilustrado.
El rey Fernando I de las Dos Sicilias se casó con Carolina de Austria, hija de la
arquiduquesa María Teresa de Austria.
El 11 de febrero, Samuel Adams y
James Otis convencieron a la Asamblea de Massachusetts para que
aprobara una circular que ellos mismos habían redactado para
enviarla a las demás colonias. Las formas eran moderadas, pero
la circular llamaba a las colonias a una acción común en
defensa de sus libertades, y los británicos la consideraron
sediciosa.
En mayo, el navegante Samuel
Wallis estaba de regreso en Gran
Bretaña, mientras Bougainville llegaba a Tahití.
Tomó posesión de la isla en nombre del rey Luis XV, igual
que Wallis lo había hecho en nombre del rey Jorge III y
permaneció en ella quince días, tras los cuales
embarcó llevándose, a petición suya, a un joven
llamado Aoturu, que
moriría sin volver a ver su país. Poco
después una nueva expedición científica
británica zarpaba bajo el mando del capitán James Cook, que al frente del Endeavour se dispuso a explorar
también el océano Pacífico.
El 10 de junio, los funcionarios
de aduanas británicos en Norteamérica capturaron un barco
acusado de contrabando. Su propietario era John Hancock, de Massachusetts, que
cuatro años atrás había heredado una gran fortuna
de un tío suyo contrabandista, y era uno de los principales
financiadores de los Hijos de la Libertad. Como consecuencia, Hancock
pidió ayuda a sus "Hijos" y se produjo un disturbio en Boston.
El barco fue rescatado y los funcionarios de aduanas escaparon como
buenamente pudieron.
El gobernador de Massachusetts era a la sazón Thomas
Hutchinson (cuya casa había sido incendiada por los radicales
durante los disturbios ocasionados por la Ley de Timbres) y, ante la negativa
de la Asamblea a desautorizar la circular de Adams y Otis, la
disolvió el 1 de julio.
William Pitt estaba lo suficientemente restablecido de su enfermedad
como para volver a ocuparse de los asuntos políticos, pero
desautorizó las decisiones tomadas en su ausencia y
dimitió. El duque de Grafton pasó a ser oficialmente el
primer ministro. Desde la oposición, Pitt combatió al que
había sido su propio gabinete y denunció como abusivos
los impuestos de Townshend sobre las colonias americanas.
También apoyó a John Wilkes, que regresó a Gran
Bretaña y fue triunfalmente elegido parlamentario, pese a lo
cual fue encarcelado. Ese año murió el duque de Newcastle.
Entre la India y el Tibet existe una región conocida desde
tiempos antiguos como Nepal,
tradicionalmente dividida en diversos señoríos en
continuo estado de conflicto. Sin embargo, a lo largo de los
últimos años, uno de ellos, el reino de Gorkha, terminó conquistando
el resto y su rey, Prithvi Narayan
Sha, se convirtió en el primer rey del Nepal. Mientras
los soberanos de la India mantuvieron peligrosas amistades con los
británicos, Narayan Sha mantuvo una firme política de
conservar unas relaciones tan pacíficas como distantes con los
occidentales.
El 1 de octubre llegaron a Boston
dos regimientos provenientes de Halifax, e inmediatamente se
inició una "guerra fría" entre los casacas rojas y los
ciudadanos de Boston.
George Washington presentó ante la Asamblea de Virginia unas
resoluciones antibritánicas elaboradas por George Mason. El gobernador
disolvió inmediatamente la cámara, pero ésta
continuó reuniéndose de forma clandestina y
organizó un boicot comercial contra Gran Bretaña.
El tratado de Versalles
confirmó la anexión de Córcega a Francia, si bien
Pasquale Paoli seguía ofreciendo resistencia. Un noble
francés, el conde Jean du
Barry, decidió ganar influencia logrando que su amante,
una joven de veinticinco años llamada Jeanne Bécu, hija
ilegítima de un monje, se convirtiera
en la amante del rey Luis XV. Para ello la casó con su hermano Guillaume du Barry, con lo que se
convirtió en Mme. du Barry
y no tardó en convertirse en la favorita del monarca.
Tras dos años de enfrentamientos, los suizos acabaron con la
sublevación de Ginebra.
En los últimos años, Casanova había sido
acusado de practicar un aborto, de fraude y de falsificación,
viajó por Europa, siendo aclamado en la corte de la zarina
Catalina II de Rusia, y en la del rey Federico II de Prusia, en
España fue arrestado durante cuarenta y dos días por
haber seducido a la esposa del capitán general del
ejército en Barcelona.
Desde México se inició la colonización de la Alta California (el territorio
situado al norte de la península de California).
El príncipe de Sterházy, Nicolás el
Magnífico, fijó su residencia en su palacio de Esterhaza, lo que alejó a
Haydn de la corte vienesa.
Lessing terminó de publicar su Laoconte o De los límites entre la
pintura y la poesía, un ensayo en el que filosofa sobre
la estética de la poesía, la pintura y la escultura y que
resultó bastante polémico en la época, pues
combatía algunas doctrinas establecidas.
Goethe enfermó y regresó a Frankfurt, su ciudad natal,
donde, siguiendo el ejemplo de su madre, empezó a frecuentar los
círculos pietistas, a la vez que tranformaba su buhardilla en un
laboratorio de química.
Richard Arkwright inventó su water-frame, una máquina de
hilar algodón que se movía por la fuerza del agua.
El químico sueco Carl
Wilhelm Scheele, de veintiséis años, aisló
el hidrógeno.
En Gran Bretaña se fundó una Real Academia dedicada a las artes,
cuyo primer presidente fue el pintor Joshua Reynolds, que fue
acumulando honores hasta que, ya en 1769,
fue ennoblecido con el título de sir Joshua Reynolds.
En Suecia, los Sombreros recuperaron el poder frente a los Gorros.
En Gran Bretaña, John Wilkes volvió a ser elegido
parlamentario, pero la cámara de los Comunes anuló
nuevamente la elección. Estallaron revueltas bajo el grito de Wilkes y libertad. Junto con el
irlandés Isaac Barre,
Wilkes fue uno de los principales defensores en Londres de las
reivindicaciones de las colonias americanas, y ese año se
fundó en Pennsylvania una ciudad que recibió el nombre de
Wilkes-Barre.
El boicot americano a los productos británicos se estaba
haciendo notar. Se calcula que el comercio declinó un cuarenta
por ciento.
El parlamento de Rennes seguía disuelto, y la Bretaña
estaba gobernada por la mano férrea de Armand Emmanuel de Vignerot du Plessis de
Richelieu, el duque d'Aiguillon
(heredero del duque de Richelieu). Sin embargo, el gobierno de Francia
estaba en manos del ministro de
Asuntos Exteriores, el duque Etienne
François de Choiseul, que era amigo de los
enciclopedistas y uno de los artífices de la expulsión de
la Compañía de Jesús. Choiseul destituyó a
d'Aiguillon acusándolo de de abuso de poder y venalidad, y esto
fue aprovechado por los parlamentarios, de modo que el rey se vio
obligado a admitir el
restablecimiento del parlamento de Rennes.
El jefe indio Pontiac fue asesinado por un indio de una tribu
enemiga de la suya, que a su vez había sido sobornado por un
comerciante inglés.
El Papa Clemente XIII puso la obra de Febronius en el Índice
de libros prohibidos. Murió poco después, y fue sucedido
por el franciscano Giovanni Vicenzo
Ganganelli, que a sus sesenta y cuatro años adoptó
el nombre de Clemente XIV.
El duque Fernando I de Parma se casó con Amalia de Austria, hija de la
archiduquesa María Teresa.
El gobierno francés seguía adoptando medidas
fisiocráticas. Ese año abolió el monopolio de la Compañía de las Indias.
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