MATEMÁTICAS



En el siglo III a.C. una colonia griega al sur de Italia, Thurii, se alió con Roma para defenderse de las tribus italianas vecinas. Al cabo de un tiempo,  Tarento, otra colonia griega, consideró insultante que sus compatriotas recurrieran a la ayuda de unos bárbaros para defenderse, así que capturaron una nave romana, mataron a su capitán, marcharon sobre Thurii y expulsaron a los romanos. Roma tenía entonces otros problemas, y decidió enviar un embajador y arreglar pacíficamente el incidente. Pero los Tarentinos encontraron al enviado particularmente "gracioso", especialmente por su forma de hablar griego. No se lo tomaron en serio, hasta el punto de que alguien entre la gente que observaba al bárbaro, tuvo a bien mear sobre su túnica. El embajador se marcho jurando que lavarían la mancha con sangre, y así el año  281 a.C. el senado romano declaró la guerra con la que Roma se anexionó el sur de Italia. No podemos saber qué les pareció tan hilarante a los griegos del lenguaje del embajador, pero no es difícil hacer ciertas conjeturas: el griego tenía sonidos de los que carecía el latín, por lo que es probable que sonara bastante palurdo oír llamar thetas a las zetas, por ejemplo, o chis (más probablemente kis) a las jis, mus a las mys y cosas parecidas. No pensemos ya lo que habría pasado si el pobre embajador hubiera confundido las fis con las sigmas, como hacen hoy más matemáticos de los que podría esperarse. No cuesta más de media hora aprenderse esto:

Tengamos presente que los ingleses suelen tratar bastante bien las consonantes extranjeras, pero parecen incapaces de no retorcer las vocales. Pensemos que ellos llaman pi a la pe y pai a la pi, así que, cuando ellos leen Theta (y dicen zita)  la zeta inicial está muy bien (no digamos, pues, teta) pero corrijamos el entuerto de la vocal y leamos zeta. No hablemos de la "función zeta de Riemann", sino que,  puesto que ellos dicen "dsita fancson" (más o menos), nos convendría decir "función dseta", que traducir no es lo mismo que repetir. ¿O NO?

Es conocida la frase "Te ayudaré a recordar la cantidad", que al contarle las letras nos ayuda a recordar la cantidad e = 2,71828... Una frase para pi = 3,1415926535... es "Sol y Luna y Cielo proclaman al Divino autor del Mundo". Hay ejemplos más sofisticados, como este poema de Manuel Golmayo:

Soy y seré a todos definible;
mi nombre tengo que daros:
cociente diametral siempre inmedible
soy, de los redondos aros.

Nos da la aproximación pi = 3,1415926535897932384... con 20 decimales. Tengo una prueba (anónima, no recuerdo de dónde la saqué) relativamente simple (más algebraica que analítica) de la trascendencia de e y pi. Puedes bajártela desde aquí.

Aprovecho este rincón para plantear un problema muy simple: determinar el criterio que ordena como sigue la sucesión de los primeros números naturales:
0   5   4   2   9   8   6   7   3   1
La solución cabe en dos palabras (cuatro si no queremos ser lacónicos).

Todas las mujeres tienen los ojos azules

Esta "demostración" me la comunicó Oscar Blasco. Hemos de suponer que existe al menos una mujer con los ojos azules, lo cual es bastante razonable. Basta probar que si un conjunto de mujeres  contiene a una con los ojos azules, entonces todos sus miembros tienen los ojos azules, y luego aplicar esto al conjunto de todas las mujeres. Lo probaremos por inducción sobre el cardinal n del conjunto. Si n = 1 es trivial: un conjunto con una única mujer que contenga al menos una mujer con ojos azules, tiene a todos sus miembros con ojos azules. Supongámoslo cierto para conjuntos de n mujeres y consideremos un conjunto de n+1 mujeres, alguna de las cuales tiene los ojos azules. Quitemos una de ellas, pero dejando dentro una que tenga los ojos azules. Nos queda un conjunto de n mujeres y, por hipótesis de inducción, todos sus miembros tienen los ojos azules. Ahora añadamos la que hemos quitado y saquemos otra cualquiera (que tendrá los ojos azules). Volvemos a tener un conjunto con n mujeres, todas las cuales -salvo quizá una- tienen los ojos azules, luego de nuevo por hipótesis de inducción todas tienen los ojos azules. Es claro entonces que las n+1 mujeres del conjunto tienen los ojos azules.
QED

UN SILOGISMO DE LEWIS CARROLL

He aquí un encantador silogismo sacado de "El juego de la lógica", de Lewis Carroll. Su encanto radica en lo sutil de la falacia:
A los amigos cándidos -como dice Carroll- que lo crean válido, hay que preguntarles: ¿Y si les persigue un toro demente?

EL SILOGISMO FAVORITO DE RAYMOND SMULLYAN

Raymond Smullyan es un lógico autor de varios libros deliciosos como "¿Cómo se llama este libro?",  "¿La dama o el tigre?"  o, mi favorito, "5.000 años antes de Cristo y otras fantasías filosóficas". Éste es su silogismo favorito:

Algunos coches traquetean,
Mi coche es algún coche,
Por lo tanto, no es de extrañar que mi coche traquetee.


Personalmente,  la demostración más simpática que he encontrado en sus libros es esta prueba cartesiana de la existencia de Dios:
Dios tiene que existir, pues no iba a ser tan malo como para engañarme y hacerme creer que existe si en realidad no existiera.

POLINOMIOS CICLOTÓMICOS

Veamos una curiosidad numérica. Los polinomios ciclotómicos son los polinomios irreducibles con coeficientes racionales que tienen por raíces a las raíces de la unidad, es decir, a los números complejos que elevados a un número natural dan 1. Puesto que las raíces de la unidad son raíces del polinomio xn-1, los polinomios ciclotómicos se obtienen factorizando éstos. Por ejemplo, para n = 1, x-1 es ya el primer polinomio ciclotómico. Para n = 2, el polinomio x2-1 contiene al primer polinomio ciclotómico, y al quitárselo (dividiendo) queda x+1, que es el segundo polinomio ciclotómico. El polinomio x3-1 contiene al primer polinomio ciclotómico x-1, y al quitarlo queda x2+x+1, que es el tercer polinomio ciclotómico. A x4-1 hay que quitarle el primero x-1 y el segundo x+1. Al hacerlo obtenemos x2+1, que es el cuarto polinomio ciclotómico. En general se prueba que xn-1 es el producto de los polinomios ciclotómicos de orden d, donde d recorre los divisores de n, por lo que hay que dividirlo entre todos los polinomios correspondientes a divisores estrictos de n para obtener el polinomio n-simo. Es fácil ir calculándolos. Los primeros polinomios ciclotómicos, así obtenidos, son
Puede probarse que los polinomios ciclotómicos tienen sus coeficientes enteros (en principio, al dividir polinomios podrían aparecer coeficientes racionales), pero a la vista de los polinomios que van saliendo uno tiende a conjeturar que los coeficientes son siempre -1, 0, 1. Quien piense que la muestra que hemos dado es demasiado pequeña para conjeturar nada puede calcular cuarenta o cincuenta más, y se encontrará siempre con ceros, unos y menos unos. Sin embargo, la conjetura es falsa, pero para encontrar el primer contraejemplo nos hemos de ir hasta el centésimo quinto polinomio ciclotómico, que resulta ser

p105(x) = x48 + x47 + x46 - x43 - x42 - 2x41 - x40 - x39 +x36 + x35+x34 + x33 + x32 + x31
- x28 - x26 - x24 - x22 - x20 +x17 + x16+ x15 + x14 + x13 + x12 - x9 - x8 -2x7 - x6 - x5 + x2 + x + 1,

con dos flamantes doses (menos doses, en realidad). De hecho puede probarse que hay polinomios ciclotómicos con coeficientes arbitrariamente grandes en módulo. Tenemos así uno de los muchos ejemplos de lo arriesgado que es hacer una conjetura en teoría de números, aunque tengamos 104 evidencias empíricas.

Un ejemplo más famoso de conjetura falsa es la de Fermat, que creyó que un  número de la forma 2n+1 es primo si y sólo si n es potencia de 2. La necesidad de la condición es fácil de probar. La conjetura consiste en la suficiencia, que se basa en los casos:
21+1 = 3,   22+1 = 5,    24+1= 17,   28+1 = 257,   216+1 = 65.537.

También es un hecho conocido que fue Euler quien descubrió que
232+1 = 641.6.700.417.
Lo que no es tan sabido es cómo llegó a descubrir esto. Pensemos que
232+1 = 4.294.967.297,
y que Euler no tenía calculadora. Aunque la hubiera tenido, no es plan ponerse a dividir entre todos los primos hasta llegar al 641. Si tienes curiosidad por saber cómo puede encontrarse el factor 641, entra aquí.

UN PROBLEMA GEOMÉTRICO
Tenemos dos rectas r y s que no son paralelas, pero que se cortan fuera de la hoja de papel. También nos dan un punto P exterior a ambas. El problema es trazar la recta que pasa por P y por el punto de corte, sin más ayuda que una regla no graduada y, por supuesto, sin que la construcción se salga del papel.

Aunque el problema en sí no deja de tener interés, es mucho más interesante su SOLUCIÓN.

UN PROBLEMA ALGEBRAICO
Encontrar todos los números naturales (no nulos) que pueden expresarse simultáneamente como producto de dos y tres números consecutivos.
Hay una solución trivial: 6 = 2.3 = 1.2.3, y puede demostrarse que sólo hay una solución más, aparte de ésta. Demostrar que no hay otras es un problema muy difícil, resuelto por Mordell en 1962. Sin embargo, encontrar dicha solución está al alcance de cualquiera (no es muy grande). ¿Cuál es?

UN PROBLEMA ALGEBRAICO (MÁS FÁCIL)

Este problema puede resolverse por métodos completamente elementales:

Demostrar que las únicas potencias de 2 que son consecutivas con potencias de 3 son 2,3,4 y 8, 9.
Si te rindes, pincha aquí.



Soneto a la convergencia de 1/n
La sucesión que viene definida
por an igual, exactamente,
al inverso de n, es convergente,
lo cual demostraremos enseguida:
Para toda distancia preelegida
al conjunto R+ perteneciente
(ε, por ejemplo), es evidente,
por una propiedad muy conocida,
que el inverso de ε se puede
superar por un m natural
y, para todo n mayor, sucede
que excede a dicho inverso por igual,
y esto hace, pues, que an quede
cercano a 0 bajo el radio tal.
Carlos Ivorra

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