COMENTARIO DE LA JUGADA:
"Etapa durilla, pero todo se puede hacer tomándolo con
tranquilidad".
Eso es lo que nos vendió el Máster diseñador de la etapa y al final acabamos
"más quemados que la pipa de un indio". Algunos cuádriceps, tobillos, uñas y
plantas de los pies quedaron para el arrastre. en cuanto a la moral, pues según
de quién y cómo, pero en general quedó tocada, y eso que afortunadamente nos
dejamos dos montañas del final.
En cuanto al tiempo atmosférico, tuvimos un día magnífico, solo molesto por las
fuertes ráfagas de viento que nos azotaron en algunos momentos haciendo que la
sensación térmica bajara de lo lindo, sobre todo en las cumbres. Prueba de ello
es que no tenemos ninguna foto de todo el grupo junto. Al final llegamos
totalmente divididos en grupúsculos y cada uno con unas hazañas diferentes. Yo
pocos extras, pues mi rodilla se estuvo quejando desde los primeros pasos y la
cosa no mejoró sino más bien al contrario. Al fin llegamos a los coches.
La comida en casa Paquita de Eslida psté, pstá, con el siguiente
menú:
Ensalada, lonchita de jamón y queso curado, olleta pasadeta y microchuletillas
de lechal acompañadas de patatas a lo pobre y pegotín de all-i-oli, poco
pan, cerveza, vino y gaseosa, excelentes dos trozos de flan de café y flan de
almendras y bombón, 15€ del ala que por 44 comensales subieron 660€.
En mi opinión llegamos tan tarde que los camareros estaban de esperarnos hasta
lo del indio de antes, y eso se notó mucho en la atención por las prisas que nos
metieron para que acabáramos. Gracias y hasta la otra.