Tras acabar la excursión, hoy hemos comido en el
restaurante 5 Hermanos, situado en una explanada que hay como un
kilómetro y medio antes de llegar a las cuevas de Canelobre
El menú por persona ha sido este:
- Ensalada ni Fú ni Fá (salvo las seis aceitunillas que si
tenían algo de misterio).
- Pan.
- 2 Croquetas de no se qué demonios con pegotillo de mayonesa
central.
- Plato de gazpacho manchego por llamarlo algo, ya que a mi me
parecieron unas harinas deshechas a las que me fue difícil dar fín, pues a la primera y también a la segunda cucharada mis
dientes se retrajeron ante unos huesecillos hábilmente
escondidos entre ellas, provenientes de los trocillos de carne
destrozada con los que el cocinero intentó adornar el
plato.¡GAZPACHO MANCHEGO LE DICEN!, Hay que ver de que manera
tan sibilina se insulta a tan bonita, recia y noble comarca de
adentro España.
- De postre una copa de macedonia hecha de trocitos de
manzana, naranja, y trocitos de melocotón en almíbar (creo),
todo esto bañado en un almibarado jugo de ¿BRICK?. En fín ¡UN
HORROR!
Todo esto regado con suficientes jarras de Agua, Cerveza (yo me
tomé una simple cañita),
Gaseosas, y dos arduamente negociadas frascas de vino tinto de a
saber.
Cafés variados (Menos mal).
Precio: 15 Euros por comensal, y como éramos S.E.U.O. 50
comensales, la cuenta total ha
sumado: 750€.
La comida me ha parecido cara y malísima, de vergüenza. Y es que 2.500 de
las antiguas pesetas por malcomer, me parece una barbaridad a la que
no deseo contribuir.
En esta ocasión, no sé si había otra opción. Lo que si que
recomiendo a todo el que lea esta página es que no coma en semejante
sitio. Por favor que no sea pardillo que ya lo fui yo. Si tienes
hambre y rondas la zona, huye y no caigas en la tentación.
Pocas cosas me indignan más que el engaño a la hora de dar de
comer, y estoy viendo que en la Comunidad Valenciana, encontrar una
hostelería decente es prácticamente imposible. Señores visitantes,
no vengan (o vengan ya comidos).
Por cierto, yo soy valenciano. De los que quieren a su tierra
mejor cada día.
Y pensar que por venir a comer aquí, había prisas por la hora y
que con esas me olvidé mi montañero amigo bastón en la puerta de las
cuevas... Vaya una manera de terminar tan espléndida excursión.
Claro que eso con 20 Euros se arregla, pero lo otro...
Una lástima. Que lo sepan.
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