Los microscopios construidos por Anton Leeuwenhoek en el siglo XVII, eran microscopios simples o lupas. 
Constaban de una única lente pequeña y convexa montada sobre una plancha con un mecanismo para sujetar el material que se se iba a examinar.
En una lupa, al colocar el objeto entre el foco y la lente, se forma una imagen virtual, derecha y mayor que el objeto.
Material utilizado 
  • Capilares para hematocrito
  • Lámina plástico
  • Cinta adhesiva
  • Alfileres
  • Mechero
PRECAUCIÓN:
  • Ten cuidado con el fuego 
  • Cuidado con los bordes punzantes que se forman al estirar el capilar.
  • No toques el capilar cuando esté caliente.
En primer lugar fabricamos una esfera de vidrio de unos 2 mm de diámetro:
1. En un mechero de alcohol  calentamos la parte central de la varilla de vidrio, mientras la hacemos girar entre los dedos. Cuando el vidrio esté lo suficientemente caliente y blando, quitamos de la llama y estiramos con firmeza con ambas manos hasta obtener una varilla de unos 0.3 mm. 
 2. Rompemos la varilla  por el medio y acercamos a la llama la varilla delgada. Observamos que se produce una esferita. La dejamos en la llama hasta que tenga un tamaño de 1.5 mm a 2 mm.  ¡Ya tenemos la lente!

 
Ahora  construimos el microscopio de la siguiente forma:
Recortamos dos rectángulo de plástico flexible y hacemos un agujero  en ellos con un alfiler
Introducimos la lente en el orificio, entre los dos plásticos y los pegamos uno al otro con cinta adhesiva. 
Sobre un portaobjetos realizamos una preparación de tejido vegetal y la visualizamos a través de nuestro microscopio acercando mucho la preparación y el ojo al microscopio
¡Así se ve la epidermis de cebolla!

 

volver