A CUATRO LEGUAS DE PINTO Y A TREINTA DE MARMOLEJO
(un trabajo de Magimática)
Rafael Pla López

Le precisa descripción de posición que se contiene al principio del conocido romance de "El conde Sisebuto" (un señor "algo feudal y algo bruto") me movió a buscar con el Google alguien que se hubiera ocupado de determinar su localización geográfica. Me extrañó no encontrarlo, dado que con los datos del título no puede haber más de dos ubicaciones posibles.

Lo entendí después de intentar calcularla yo mismo: no existe ningún punto en el espacio real que se encuentre a 4 leguas de Pinto y a 30 de Marmolejo. En efecto, Pinto es una localidad de la provincia de Madrid situada a 40º 14' N y 3º 41' W, en tanto que Marmolejo es una localidad de la provincia de Jaén situado a 38º 3' N y 4º 10' W. Su distancia es de 245.9 km. Una distancia de 4 leguas castellanas (unidad que habría que tomar teniendo en cuentra el tiempo y lugar en que se sitúa el romance) equivale a 16.76 km., mientras que una distancia de 30 leguas castellanas equivale a 125.7 km. Dado que
245.9  >  16.76 + 125.7 = 142.46
la intersección entre los puntos a 4 leguas de Pinto y los puntos a 30 leguas de Marmolejo no puede ser ningún punto del espacio real, como puede verse en la Figura 1.

Pero no tenemos por qué renunciar a buscar la ubicación del castillo que edificó Chindasvinto por el hecho de que no se encuentre en el espacio real y podamos deducir que su ubicación sea imaginaria.
Figura 1
Figura 1

Figura 2
Figura 2
En efecto, la clave está en dicha palabra: imaginaria. Pues aunque no tenga solución en el espacio real, la condición de estar a 4 leguas de Pinto y a 30 de Marmolejo sí tiene solución en el espacio complejo. En particular, tiene dos soluciones, con la misma parte real y distintas partes imaginarias. La parte real de dichas soluciones se encuentra a 39º 42' 47" N y 3º 54' 57" W, en la provincia de Toledo, entre Chueca y Villaminaya, junto al Arroyo de la Dehesa de Villaverde (circundado en rojo en la foto por satélite que se muestra en la Figura 2).
La parte imaginaria supondría desplazarse 16.2 km. hacia el Sur y 88.4 km. hacia el Este en los correspondientes ejes imaginarios,  o bien 16.2 km. hacia el Norte  y 88.4 km. hacia el Oeste.

En efecto, si restamos las coordenadas de Pinto de las soluciones obtenemos, en kilómetros,
(-16.441 ± 88.3729 i , -89.898 ± (-16.1615) i)
resultando
(-16.441 ± 88.3729 i)2 + (-89.898 ± (-16.1615) i)2
16.4412 + 88.37292· i2  + 89.8982+ 16.16152· i2 =
16.4412 - 88.37292 + 89.8982 - 16.16152 ≈ 16.762
que corresponde a 4 leguas de Pinto (recordemos que i2 = -1 ).

Y a su vez, si restamos las coordenadas de Marmolejo de las soluciones obtenemos, en kilómetros,
(27.793 ± 88.3729 i , 151.983 ± (-16.1615) i)
resultando
(27.793 ± 88.3729 i)2 + (151.983 ± (-16.1615) i)2
27.7932 + 88.37292·i2 + 151.9832 + 16.16152·i2 =
27.7932 - 88.37292 + 151.9832 - 16.16152 ≈ 125.72
que corresponde a 30 leguas de Marmolejo.

Cabe colegir, por tanto, que para llegar a la ubicación del castillo que construyó Chindasvisto y habitó Sisebuto habrá que llegar, en primer lugar, al punto indicado entre Chueca y Villaminaya, y a partir de él desplazarse por los ejes imaginarios 16.2 km. hacia el Sur y 88.4 km. hacia el Este,  o bien 16.2 km. hacia el Norte  y 88.4 km. hacia el Oeste.

La cuestión que hay que dilucidar, por tanto, es cómo desplazarse por los ejes imaginarios. Es de suponer que un sortilegio pueda ayudar, pero ello no sería imprescindible: dado que, a fin de cuentas, se trata de llegar a una ubicación imaginaria, debería bastar con cerrar los ojos e imaginar el desplazamiento indicado, o mejor dormir en el punto indicado del espacio real y soñar con dicho desplazamiento, dado que a fin de cuentas el reino onírico es también el reino de la imaginación. Para ello convendría leer el romance del Conde Sisebuto antes de conciliar el sueño. También puede ayudar, para estimular la imaginación en la dirección indicada, contemplar una dramatización escolar de dicho romance.

Recordemos, no obstante, que son dos las ubicaciones posibles, por lo que si en la primera ocasión no se halla el castillo de Sisebuto habría que recordar la opción fallida y buscar en la otra la noche siguiente. Recordemos que no debe abandonarse la posición real entre Chueca y Villamaniya, junto al Arroyo de la Dehesa de Villaverde, y desde allí desplazarse sólo imaginariamente. De este modo habría que encontrar, a la primera o a la segunda, el castillo que construyó Chindasvinto y, ¿quién sabe?, tal vez se halle en el mismo al conde Sisebuto y a su numerosa parentela. Ciertamente, según el relato de Joaquín Abati Díaz, nada se sabe de ellos desde los luctuosos sucesos que narra el romance y que a punto estuvieron de enloquecer inclusive al lebrel de Sisebuto. Pero quizá el autor del mismo, cuya imaginación parece demostrada por su texto, hubiera seguido los pasos aquí indicados reviviendo así la tragedia de Lisardo y la Pepa. Y si desde entonces nada se volvió a saber de ellos quizá haya sido por falta de imaginación, reparable de acuerdo con las magimáticas conclusiones de este trabajo.

7 de agosto de 2006

NOTA: La Magimática es una de las asignaturas que se cursan en la Escuela de magia de Hogwarts a la que asiste Harry Potter. J.K.Rowling, al narrar sus aventuras, no da muchas pistas sobre su contenido, al margen del hecho de que sea una de las asignaturas favoritas de la empollona del curso, Hermione Granger. Pero la lectura de trabajos como el presente puede ayudar a vislumbrar qué podría estudiarse en dicha asignatura.