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EL GAP INFORMATIVO: INTERNAUTAS Y TELEVIDENTES

Rafael Pla López

La brecha entre quienes se informan principalmente a través de Internet y quienes lo hacen a través de los medios masivos de comunicación, especialmente la Televisión, ha sido especialmente notoria en relación al Tratado Constitucional Europeo. En las Televisiones la publicidad por el Sí, reducida a eslóganes publicitarios engañosos, ha dominado abrumadoramente. En Internet, por el contrario, proliferaban análisis críticos de los contenidos más negativos del Tratado, que han sacado a la luz su carácter neoliberal y militarista. Por ello, no me ha extrañado leer que en una encuesta por Internet de Europa Press (en http://www.europa2005.net/ ) el No gane ampliamente por un 60% frente a un 37% por el Sí y un 13% en blanco. Cuando se publique en papel este artículo se sabrán los resultados en las urnas del Referéndum del 20 de febrero. Y dichos resultados serán indicativos no sólo de la influencia de las izquierdas, que se han pronunciado en bloque por el No (frente al centro y la derecha que han pedido el Sí con más o menos convicción), sino del peso relativo de Internet en la configuración de la opinión pública.

Y ese peso será también indicativo de la amplitud real de la democracia en España. Pues las condiciones en que se ha planteado el referéndum fuera del ciberespacio pervierten gravemente la democracia: se ha consultado a la ciudadanía sobre un texto cuyo contenido completo desconocía. Si ante el referèndum de 1978 para la Constitución Española se envió un ejemplar de la misma a toda la ciudadanía con derecho a voto, en este caso se ha distribuido únicamente con los periódicos el texto básico, sin los protocolos y anexos que también formaban parte del Tratado y de la consulta. Y en país donde la distribución de la prensa diaria es minoritaria, podemos concluir que incluso dicho texto parcial no ha llegado a una parte importante de la ciudadanía. Para mayor escarnio, en una nota inicial se advertía que quien deseara el texto completo podía conseguirlo en una dirección de Internet o solicitarlo en teléfonos que no se especificaban. Y todo ello ante un Referéndum apresurado con un tiempo escaso para conseguir, leer y analizar un texto de tal longitud y complejidad. Para muchísima gente, su única información procedía de una propaganda institucional sesgada en paneles y spots televisivos con artículos que mostraban la cara más amable del tratado con grandes palabras como "paz", ocultando pudorosamente las especificaciones menos gratas como el compromiso de los Estados de "mejorar progresivamente sus capacidades militares". Si a ello le añadimos el desigual reparto de los fondos y los tiempos televisivos, exclusivamente a las fuerzas políticas parlamentarias y que lejos de distribuirse equitativamente entre el Sí y el No favorecían abrumadoramente a las fuerzas del Sí, podemos preguntarnos cuánta legitimidad democrática tenía un Referéndum en esas condiciones, y la respuesta deberá ser que muy poca.

De hecho, Internet ha sido la única espita que ha permitido acceder a la información pertinente, con la contribución de mucha gente que ha ido desgranando las interioridades del texto, desenmascarándolas, difundiéndolas y denunciándolas. Por ello, Internet ha sido la alternativa al "pensamiento único" que se nos ha querido imponer. Por ello, el porcentaje de democracia real se corresponde con el porcentaje de acceso a Internet. Por ello, junto a Internet, nuestra alternativa democrática es el futuro. Por ello, finalmente venceremos.

NOTA ADICIONAL:
Me hago eco de una noticia publicada en la página de IU-Hortaleza en http://www.iu-hortaleza.org/article.php?sid=1238 : un estudio realizado en Alemania y Gran Bretaña demuestra que la propieda intelectual (copyright) perjudica económicamente a la mayoría de los autores creadores de música, cuyos principales ingresos provienen de actuaciones en directo y que se han de gastar más para el uso de obra previa de lo que cobran por los derechos de reproducción de su propia obra. Ello debería hacer reflexionar a los responsables ministeriales del gobierno español que preparan una nueva Ley de Propiedad Intelectual más restrictiva que sólo beneficiaría a las compañías discográficas y a unos pocos autores ya millonarios. A la gran mayoría de los consumidores y creadores les interesa la libre circulación de información y música por Internet, que ayuda a popularizarla salvando los filtros de las grandes discográficas. Un gobierno mínimamente progresista y con visión de futuro debería favorecer dicha circulación en vez de obstaculizarla.