INTERVENCIÓN PARA EL COMITÉ FEDERAL DEL PCE DEL 8 DE JUNIO DE 2015
Rafael Pla López
Salud, camaradas. Algunas puntualizaciones sobre el Informe:
Hay que recordar que el franquismo era más patriarcal que el actual
régimen, por lo que éste no puede calificarse como la sociedad más
patriarcal de la historia. Habría por tanto que rectificar la redacción
al respecto en la página 1. Por otra parte, no puede llamarse minoría a
la mitad de la población. Por tanto, habría que cambiar la redacción en
la misma página, diciendo por ejemplo "para que una minoría pueda mantener sus privilegios de clase, manteniendo también los privilegios de género".
Al principio de la página 2 habría que reivindicar que los derechos
sociales se reconozcan como derechos subjetivos, jurídica y
constitucionalmente protegidos. Y en esa línea, el PCE debería declarar
solemnemente, en el marco de su propuesta de ruptura democrática constituyente, su apoyo a la insumisión
de las instituciones democráticas contra la imposición de recortes a
los derechos sociales y democráticos, como los que pretenden imponerse
al País Valenciano y a Catalunya contra la universalización de la
sanidad.
En la página 8, habría que hablar en plural de las reformas laborales que hay que derogar: la del PSOE y la del PP.
En la misma página, en vez de "Programa
de empleo público para las personas desempleadas sin subsidio y de una
renta básica para quienes no tengan otra prestación" habría que hablar de Trabajo Garantizado
como derecho subjetivo, comenzando su aplicación a las personas
desempleadas sin subsidio, y no confundir llamando "renta básica" a la
que no sería universal e incondicional. En Ara en Comú-Unitat Popular
de València hemos transaccionado una tal renta básica sostenible,
cuando el sistema de Trabajo Garantizado esté totalmente desplegado,
por la mitad del salario mínimo, establecido en el 60% de la renta
media al tiempo que se garantiza la total gratuidad de educación y
sanidad y un alquiler social por la cuarta parte del salario mínimo que
incluya un suministro básico de electricidad y agua para evitar la
pobreza energética.
Y deberíamos asumir que, dada la rotunda negativa al respecto de la
dirección de Podemos, era inviable completar la unidad popular para las
elecciones generales. Y en estas condiciones era políticamente suicida
comenzar el desmantelamiento de Izquierda Unida, como se hizo amputando
a la mayoría de IU de la Comunidad de Madrid, y posteriormente con la
renuncia a presentarse como IU a las elecciones. El resultado ha sido
profundizar en la perversión terminológica, desde una Izquierda Unida
que no unía a la izquierda a un Ahora en Común que no la aunaba y una
Unidad Popular que no la unficaba. La posterior reintroducción
prominente del logo de IU ha sido una constatación del fracaso del
proceso de confluencia, y su consecuencia ha sido estrechar más aún el
pluralismo de la candidatura. Debimos plantear ir a las elecciones como
Izquierda Unida-Izquierda Plural, e impulsar la confluencia desde las
candidaturas municipales unitarias para continuarla después de las
elecciones generales, cosa que deberemos plantearnos ahora.
En cualquier caso, es claro que actualmente tenemos que dar la batalla
para las elecciones generales desde Unidad Popular, impulsando su
funcionamiento asambleario y su articulación a todos los niveles. Y
tras las elecciones debatir en profundidad nuestra estrategia. Pero hay
que tener claro que un encuentro "con
plenas competencias para tomar todo tipo de decisiones, incluidas las
estatutarias en materia de política estratégica y de alianzas",
como el que se prevé para marzo en la página 7, sólo puede ser un
Congreso. No deberíamos propiciar ninguna confusión al respecto.
Y una de las cuestiones a clarificar es que, si desarrollamos un nuevo
movimiento político y social de unidad popular, el Partido deberá
intervenir directamente en él sin intermediarios. En el País Valenciano
ya hemos tenido que hacerlo: ante la renuncia de EUPV a presentar
propuestas de candidaturas, el Partido ha presentado directamente sus
propuestas a las primarias de Unidad Popular, con buenos resultados: el
2 y 3 por València y el primero por Alicante y Castellón. Y nuestro
reto será articular la acción unida del partido con el impulso de un
movimiento rupturista amplio y unitario. Un reto que deberemos abordar
en un Congreso Extraordinario.