INTERVENCIÓN PARA EL COMITÉ FEDERAL DEL PCE DEL 22 DE OCTUBRE DE 2016
Rafael Pla López
 
El informe me parece globalmente correcto por lo que se refiere a la estrategia para la ruptura democràtica aprovada en la primera fase de nuestro Congreso, y la necesidad de desarrollar la táctica en el marco de dicha estrategia. Pero habría que clarificar y precisar los objetivos políticos tácticos a defender. Pues son dichos objetivos políticos inmediatos los que permiten impulsar y unificar las movilizaciones sociales.

Y habría que empezar, en línea con nuestras raíces marxistas y leninistas, evitando la confusión entre "reformismo" y "política de reformas". Nuestra estrategia rupturista democrática es contradictoria con una estrategia reformista, pero no con el apoyo a reformas que sean funcionales a nuestra estrategia.

Y de hecho, esa ha sido nuestra práctica política. ¿Hemos de recordar que estamos participando en una coalición, Unidos Podemos, que ni siquiera está unida en la exigencia de ruptura con la OTAN y la monarquía? ¿Que incluso IU no tiene una política de ruptura con la Unión Europea? ¿O que hemos apoyado, correctamente, la formación de un gobierno alternativo que a lo más que llegaría sería a hacer reformas de signo progresista y democrático?

Pero hay que saber cuando poner en primer plano, en cada momento, objetivos tácticos de signo reformador o rupturista. Así, hemos visto cómo la simple amenaza de un gobierno alternativo, aunque no fuera rupturista, ha desencadenado un auténtico golpe de Estado del régimen, vulnerando la voluntad expresada por la mayoría tanto de la ciudadanía como del Congreso de los Diputados en contra de la continuidad de un Gobierno del PP, forzando a tal efecto la mano del PSOE hasta el punto de poner en peligro uno de los pilares bipartidistas del régimen. En esta situación, hay que denunciar la falta de legitimidad democrática de un gobierno encabezado por el jefe de los corruptos con el apoyo de una gestora golpista. Y es importante, en una perspectiva rupturista republicana, denunciar la complicidad del Rey como cooperador necesario del golpe de Estado, al negarse a cumplir su obligación constitucional de presentar sucesivas propuestas para la presidencia del Gobierno después de fracasar la de Rajoy. Claro que si lo hubiera hecho, proponiendo a Pedro Sánchez, hubiera dificultado el golpe de Estado interno del PSOE y hubiera sido difícil evitar que alcanzara la presidencia del Gobierno con el apoyo de Unidos Podemos y de nacionalistas periféricos. Por ello prefirió esperar, en una inacción culposa, a que madurara el golpe de Estado. O simplemente cumplió las órdenes de los mismos poderes económicos que están detrás de los golpistas.

Por ello, a finales de octubre el objetivo político inmediato es de signo rupturista democrático: la oposición al golpe de Estado antidemocrático para investir a Rajoy. Debemos por tanto apoyar la convocatoria de Asamblea de la Coordinadora 25S contra el golpe de Estado, el 23 de octubre a las 11 hores en la Casa Roja, en la Calle Encomienda número 16 de Madrid, cerca de las estaciones de Metro de Tirso de Molina y La Latina. Y apoyar las acciones democráticas que se convoquen el día de la investidura.

Pero si no conseguimos impedir la investidura de Rajoy, a continuación habrá que poner en primer plano la exigencia de reformas democráticas y progresistas para las que además de mayoría social puede haber mayoría parlamentaria, como la derogación de la Ley Mordaza, de la LOMCE, de la contrarreforma de la Administración Local y de la contrarreforma laboral del PP, posibilitando así el empoderamiento de la clase trabajadora y otros sectores populares al mejorar su capacidad de negociación salarial y de ejercicio de las libertades democráticas. Y en la medida en que esta lucha, en el parlamento y en la calle, evidencie la minoría parlamentaria y social del Gobierno, se crearán las condiciones para la exigencia de una Moción de Censura para restituir la voluntad democrática de la ciudadanía.

Al mismo tiempo defenderemos los Servicios Públicos, mal llamados "salario indirecto" en tanto que los queremos universales y desmercantilizados, combatiendo así la imposición desde Bruselas de nuevos recortes sociales y su oposición a su reversión, lo que promoverá una dinámica de ruptura con la Unión Europea, y propondremos en cambio recortes de los gastos militares para combatir el déficit en una insumisión rupturista con la OTAN.

Y será esta sucesión de objetivos políticos tácticos (oposición al golpe de Estado, exigencia de reformas democráticas y progresistas, eventual moción de censura, recortes militares en vez de sociales) la que nos permitirá avanzar hacia nuestro objetivo estratégico de la ruptura democrática.