Podemos
irrumpió en las Elecciones Europeas de 2014 como un vendaval que
sacudió la esfera política en España. La integración de sus
eurodiputados en el grupo parlamentario de la Izquierda Unitaria
Europea reforzó las esperanzas que despertaron entre la gente de
izquierdas, es decir, entre la gente comprometida con los de abajo,
aunque determinadas formas de actuación (entre ellas la papeleta de
votación con el rostro de su líder) levantaron críticas de personalismo
que precisamente estimularon la denominación irónica de "Pablemos".
En
la perspectiva de las elecciones autonómicas y municipales, Podemos
rechazó la propuesta de confluencia de la izquierda planteada por IU,
negándose a ubicarse (o "encasillarse") en el espacio de la izquierda.
No obstante, y en el marco de la prohibición de utilizar su
denominación en las elecciones municipales, y por ende de realizar
coaliciones, sus círculos terminaron participando en muchos casos, en
la mayoría junto a IU, en lo que se llamaron candidaturas de Unidad
Popular. Y aunque sólo hegemonizó algunas de ellas (como las de Madrid,
València o Castelló en las que se descolgó IU, pero no las de
Barcelona, Alacant o Galicia), consiguió identificarlas mediáticamente
con su propia organización.
Por otra parte, los resultados
obtenidos en las elecciones autonómicas tuvieron un doble efecto: por
un lado, obtuvieron una representación apreciable pero que, a
diferencia de candidaturas de Unidad Popular como las de Barcelona,
Madrid, Zaragoza, Santiago o La Coruña, no le permitían superar el
bipartidismo, limitándoles a un papel de apoyo al PSOE; por otro lado,
mostraron una consolidación organizativa, con líderes como
Teresa Rodríguez en Andalucía y
Pablo Echenique
en Aragón, que iban más allá de la figura mediática de su líder
fundador y secretario general. Parecía que "Podemos" superaba el
estigma personalista de su nacimiento y dejaba de ser "Pablemos".
Ahora
bien, la estrategia adoptada para las elecciones generales acentúa su
tara personalista de nacimiento. Y no sólo por la prepotencia y
grosería de la respuesta de su secretario general a la propuesta de IU
para la Unidad Popular, y su irreal pretensión de encuadrar la Unidad
Popular en el marco de Podemos, sino por el método acordado por su
dirección para la elección de sus candidaturas.
En efecto, las
primarias en circunscripción única y por sistema mayoritario son un
paradigma de cómo no puede hacerse la Unidad Popular en el marco
multinacional del Estado Español.
Ya no se trata sólo de querer hacer pasar a todo el mundo por el aro de Podemos (con la digna negativa de
Alberto Garzón,
Beatriz Talegón y
Ximo Bosch), sino de menospreciar la pluralidad política y territorial de las fuerzas del cambio en el Estado Español.
Por
un lado el sistema mayoritario en lista abierta, ya utilizado en las
anteriores primarias de Podemos, permite marginar al 49% de los
votantes (o más si votan de forma dispersa) y posibilita a su
dirección, aupada por su fuerza mediática, copar todos los puestos en
liza. Es un sistema electoral tan poco novedoso que ya lo utilizaba el
PCE en tiempos de
Santiago Carrillo
hasta que posteriormente pasó a utilizar sistemas proporcionales,
usados por IU desde el principio. Renuncia así a utilizar algún sistema
proporcional en lista abierta (ver
http://www.uv.es/pla/sistelec/propobga.html),
como los que se han usado en las candidaturas de Unidad Popular, el que
se viene usando desde hace años en EUPV o el que propuso en su momento
su corriente "Sumando Podemos", y que permiten respetar la pluralidad
de sensibilidades políticas junto a la libertad de elección de los
votantes para escoger a sus candidatos y candidatas.
Por otro
lado el sistema de circunscripción única supone un desprecio a la
pluralidad nacional y regional del Estado Español, y precisamente al
potenciar el centralismo desactiva la participación de las bases,
incapacitándolas para elegir a los candidatos de sus propias
comunidades. Y es sangrante que se intente justificar a través de la
crítica al sistema electoral del Estado mediante circunscripciones
provinciales, cuando precisamente lo que se critica de dicho sistema es
la distorsión de la proporcionalidad, proporcionalidad que las
primarias de "Pablemos" anulan por completo. Además, dicha distorsión
se corregiría utilizando como circunscripciones las comunidades
autónomas, como puede verse en la simulación de las anteriores
elecciones generales (
http://www.uv.es/pla/sistelec/simu2011.htm).
El
motivo real para dicho sistema de primarias es, probablemente, asegurar
el control por parte de la dirección de las cabeceras de todas las
candidaturas y/o todos los puestos de salida, a la mayor gloria de su
secretario general encabezando la lista propuesta. Con ello Podemos se
aleja de la Unidad Popular para reducirse a Pablemos. Quizá ello pueda
satisfacer su ego, pero será una catástrofe para la Unidad Popular que
es la única forma de superar el bipartidismo (o tripartidismo con C's)
sumiso a la Troika. Unidad Popular por la cual deberemos seguir
trabajando, construyéndola desde abajo, aunque la reacción de las bases
de Podemos no impida evitar su plasmación para las próximas elecciones
generales.