Clases de Libros
Clasificar los distintos tipos de libros existentes es una tarea
comprometida y sin duda intuitiva por los cruces y superposiciones que
hacen imposible, como en tantas otras cosas, trazar unos límites
precisos.
Libro manuscrito
El libro manuscrito, desde el punto de vista histórico, comprende
desde la más remota Antigüedad, con los primeros documentos en
tablillas, primero de arcilla y después de madera, hasta mediados del
siglo XV, con la invención de la imprenta,
pasando por la forma de rollo o volumen hasta llegar a la época romana,
con la invención del libro cuadrado (liber quadratus), que establece la
forma de libro aún hoy mayoritaria (el códice
medieval es su representante más genuino y antecedente directo del libro
tipográfico).
Libro impreso El
libro impreso, que hereda del códice la forma cuadrada y la técnica de
realización (a tal punto que los primeros libros impresos se confunden
por deseo de los prototipógrafos con los códices),
surge en torno a mediados del siglo XV, con la invención de la imprenta
por Johann Gensfleisch Gutenberg
hacia 1440. Sin embargo, en tanto que impreso, el libro gutenberguiano
no es el primero, por cuanto a principios de los años treinta de ese
siglo ya se habían producido en Europa, concretamente en los Países
Bajos (que entonces comprendían también a Bélgica y Luxemburgo), libros
impresos mediante moldes de madera, por ello llamados libros
xilográficos, al parecer destinados a la educación de la plebe. Por lo
que a la técnica se refiere, en la actualidad nos encontramos ante una
nueva forma de libro, el que pudiéramos llamar libro informatizado, que
puede permanecer en estado virtual en la memoria del ordenador en que se
ha compuesto
y compaginado, o convertirse en páginas de libro, a la manera clásica,
descodificando el programa de ordenador en una unidad fotografiadora que
los convierte en fotolitos.
Este es posible por medio de la fotocomposición o de la autoedición. Las
clases generales de libros, tal como hoy los conocemos, pueden
establecerse de la siguiente manera:
- contenido;
- tratamiento del contenido;
- utilidad;
- producción y realización;
- forma, formato y encuadernación;
- situación;
- modalidad de publicación;
- difusión, distribución y venta;
- peculiaridades misceláneas.
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| 1. CLASES DE LIBROS EN
FUNCIÓN DE SU CONTENIDO Teniendo en cuenta su contenido, el
libro puede ser científico, técnico, religioso, oficial, literario,
artístico y comercial. De ellos, por su importancia editorial; destacan
los libros técnicos y científicos, cuyas características los distinguen
de los restantes; son, en efecto, libros de difícil y compleja
confección, cuyo contenido tiene, en general, escasa vida, pues la
investigación actual los deja obsoletos en poco tiempo (generalmente,
tres años después de su publicación, en algunos casos incluso menos,
sobre todo en los científicos).
2. SEGÚN EL TRATAMIENTO DEL CONTENIDO En general,
cualquier materia puede tratarse por extenso, (tratado, monografía) o
brevemente (esbozo, ensayo), de una sola materia (monografía, tesis) o
de varias (colección facticia, miscelánea, obras completas, obras
selectas o escogidas), resumidamente (síntesis, extracto, sinopsis),
etc.
3. CLASES DE LIBROS POR SU UTILIDAD Aunque es obvio que
todos los libros sirven (o debieran servir) para algo, la clasificación
tiende a agruparlos en función de los servicios que pueden prestar. Por
ejemplo, hay libros de apuntes como los diarios, dietarios,
memoriales, registros, libros de asiento, memorias,
proverbiadores, etc.; libros de enseñanza y libros
didácticos, como los libros escolares (cartillas, catones, rayas, etc.),
libros de texto, etc.; libros de consulta o referencia,
como los diccionarios y enciclopedias, los atlas, las guías, etc.; los
libros de divulgación, como los libros de bolsillo, y los libros
de lectura, que en principio solo tienen por función ser leídos,
no consultados ni estudiados.
Este apartado es sumamente interesante desde el punto de vista
bibliográfica y editorial. En efecto, tenemos aquí prácticamente los
libros de confección más difícil y compleja, como son los libros
didácticos (en general, todos los dedicados a la enseñanza) y los
libros de consulta. Los libros didácticos (para todos los grados de la
enseñanza, pero en especial para la primaria y la media) suelen ser
realizados por editoriales especializadas en este tipo de obras,
sumamente delicadas y de confección difícil tanto desde el punto de
vista de la creación editorial como de la realización técnica. Se
requiere, para la realización de este tipo de libros, una sensibilidad
exquisita, un conocimiento completo de la psicología infantil y juvenil,
cualidades didácticas, dominio del color y de la forma, conocimientos
literarios, etc.
Los libros de consulta encierran otro tipo de dificultades,
relacionadas no solo con su creación, muy peculiar, sino también con su
realización editorial. Estos libros tienen orígenes muy variados, pero
los principales de ellos, que suelen ser diccionarios o enciclopedias,
con frecuencia son obras de creación editorial y fruto del trabajo bien
coordinado de un equipo editorial y una serie de colaboradores. Hay
muchas clases de diccionarios, como los etimológicos, ideológicos,
históricos, de lengua, enciclopédicos, especializados, monolingües,
bilingües, políglotas, etc.
La edición de diccionarios conlleva no sólo
técnicas y exigencias específicas para este tipo de libros, sino un
equipo especial de colaboradores si se trata de diccionarios
enciclopédicos y aun en otros. Desde el punto de vista tipográfico,
suelen presentarse a dos o más columnas separadas con corondeles
(generalmente corondeles ciegos, es decir, sin filete), intervención de
varias clases de letra (negrita, cursiva, versalita, etc.), muchas
abreviaturas, signos, etc. La confección de diccionarios presupone
conocimientos especiales de edición con objeto de mantener la obra
dentro de los límites que previamente se hayan trazado. Las
enciclopedias son igualmente de confección compleja, sí bien
menos que los diccionarios.
Merece una mención especial el libro de bolsillo, del que
puede decirse que su calidad no ha de desmerecer en nada de la de los
libros de cualquier otra clase o formato. Su función de divulgador de la
cultura le hace merecedor de un cuidado exquisito en lo relativo a la
legibilidad, con objeto de que su contenido llegue a todas las capas de
la población lectora y despierte en ella no solo el deseo de leer, sino
también el de seguir leyendo.
4. CLASES DE LIBROS SEGÚN SU PRODUCCIÓN Y REALIZACIÓN Esta
parte de la clasificación nos lleva a considerar el libro confeccionado
a mano (libro manuscrito), el libro impreso, el libro para ciegos (ni
manuscrito, ni impreso), los libros de confección técnica electrónica e
informática (libro electrónico, microfilmado, microfotográfico, sonoro,
vídeo- libro), etc., que en general se obtienen
mediante técnicas que no son tipográficas.
5. SEGÚN SU FORMA, FORMATO Y ENCUADERNACIÓN Se trata, como
puede verse, de tres aspectos sumamente relacionados, ya que la
encuadernación deberá llevar la forma (alargada o apaisada) y el formato
(medidas de alto, ancho y grueso) que se hayan establecido en función
del propio libro, de manera que un libro con escaso contenido no debería
tener medidas muy amplias y, a la inversa, uno con mucha cantidad de
contenido no debería tener medidas muy exiguas, con objeto de evitar que
el grosor y las dimensiones cortas lo conviertan en un «ladrillo».
6. CLASES DE LIBROS SEGUN SU SITUACION Todos los libros
atraviesan situaciones distintas bien sea durante su confección, su
almacenamiento o a lo largo de su venta. En ese periplo los ejemplares
van recibiendo denominaciones distintas que a los profesionales les van
diciendo en qué situación exacta, y en qué estado, se halla un
determinado libro, empezando por el que no está en ningún sitio, el
libro imaginario, el inédito (escrito pero no publicado), la
obra inconclusa (que aún se está escribiendo), la obra en
curso de publicación (cuando se edita por tomos o volúmenes y aún no
ha aparecido el último), la obra en preparación, la obra en
prensa o en publicación (que se está imprimiendo), el libro en
caja (el que está compuesto pero aún no se ha impreso), el libro
en papel (el que está impreso y en postetas, pero sin plegar ni
cortar), el libro en rama (aquel cuyos pliegos están plegados,
cortados y ordenados, pero aún no encuadernado). Otras situaciones que
dan nombre al libro que en ella se halla son censurado o expurgado,
encadenado, clandestino, plagiado, prohibido, adulterado, desfasado,
defectuoso, etc.
7. EN FUNCION DE LA MODALIDAD DE PUBLICACION No todas las
obras se hacen, imprimen, encuadernan y venden de una vez. Por ejemplo,
algunas obras se publican en serie, otras son intermitentes, otras
tienen aparición irregular; hay obras por entregas, y, teniendo en
cuenta el autor que las ha producido, tenemos obras originales,
seudónimas, individuales, colectivas y en colaboración
8. CLASES DE LIBROS SEGUN SU DIFUSION, DISTRIBUCION Y VENTA
Aquí interviene, por un lado, el punto de vista editorial, y así
tenemos libros comerciales, como los libros de choque y de fondo (entre
ellos, el best-seller y el steady-seller), libros de quiosco, de club de
lectores, agotados, clandestinos, censurados, prohibidos y hasta obras
fracasadas, de las que acaso un editor inexperto esperó demasiado. De
estos «éxitos fracasados» están llenos algunos almacenes editoriales...
Desde el punto de vista del librero, el libro puede ser de fondo o de
surtido, de lance, agotado, antiguo, viejo, raro, de cordel, invendible
o muerto, limitado, venal, no venal.
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