Actus Primus.Scoena Prima.

Fanfarrias. Entran los Tribunos y Senadores arriba:
Y luego entran Saturninus y sus Seguidores por una puerta,
y Bassianus y sus Seguidores por otra,
con Tambores & Colores.

SATURNINUS.
Nobles Patricios, Patronos de mi Derecho,
Defended la justicia de mi causa con Armas.
Y Compatriotas, mis queridos Seguidores,
Forjad mis Títulos de Sucesión con vuestras Espadas.
Soy el primogénito de quien fue el último [5]
En ceñir la Diadema Imperial de Roma,
Pues que los Honores Paternos vivan en mí,
Ni erréis mi edad con ésta indignidad.

BASSIANUS.
Romanos, Amigos, Seguidores,
Favorecedores de mis Derechos: [10]
Si acaso Bassianus, Hijo de Cesar,
Fuera agraciado en los ojos de la Real Roma,
Flanquead éste pasaje hacia el Capitolio,
Y no sufráis Deshonor por acercarme
Al Trono Imperial, consagrado a la Virtud, [15]
A Justicia, Continencia, y la Nobleza:
Y que el mérito Brille en Elecciones puras;
Y Romanos, luchad por vuestra Libertad de Voto.

Entra Marcus Andronicus arriba con la corona.

Príncipes, que competís por Facciones y por Amigos,
Ambiciosos por la Ley y el Imperio: [20]
Sabed, que el pueblo de Roma al que representamos
Como Partido especial, con voz Común
En Elección por el Imperio de Roma
Elige a Andronicus, de sobrenombre Pius:
Por muchos y grandes méritos a Roma. [25]
Hombre más Noble, Soldado más valeroso,
No vive hoy intramuros de la Ciudad.
Él por el Senado citado a casa
De duras Guerras contra los bárbaros Godos,
Quien con sus Hijos (terror a nuestros Enemigos) [30]
Ha subyugado una Nación fuerte, alzada en Armas.
Diez años gastados, por vez primera asumía
La causa de Roma, y castigó con las armas
El orgullo de nuestros enemigos. Cinco veces ha regresado
Sangrando a Roma, portando sus valientes hijos [35]
En Ataúdes del Campo.
Y ahora al fin, cargado con Botín de Honor
regresa el buen Andronicus a Roma,
Famoso Titus, y florece en Armas.
Tratemos en Honor de su Nombre [40]
Quien (por más méritos) deseáis sea ahora sucesor,
Y por ley del Capitolio y del Senado,
A quien pretendéis Honrar y Adorar,
Os retiréis y amanséis vuestra Fuerza,
Despedid vuestros Seguidores, y, tal Litigantes, [45]
Plantead vuestros Méritos en Paz y Humildad.

SATURNINE.
Qué bien habla el tribuno,
calma mis pensamientos.

BASSIA.
Marcus Andronicus, tanto confío
En tú rectitud e Integridad: [50]
Y tanto Amo y Honro a ti, y los tuyos,
A tu Noble hermano Titus y sus hijos,
Y ella (ante la que todas mis ideas se humillan)
Graciosa Lavinia, rico Ornamento de Roma,
Que aquí desconvoco mis queridos Amigos: [55]
Y a mi Fortuna y el Favor del pueblo,
Someto mi Causa a balanza de ser pesada.

Exit soldados.

SATURNINE.
Amigos, que lo sois
Tan avanzados en mis derechos,
A todos agradezco, y aquí Despido a todos, [60]
Y al Amor y Favor de mi País,
Someto mi Yo, mi persona, y la Causa:
Roma, se tan justa y graciosa conmigo,
Estoy convencido y amable contigo.
Abre las puertas y déjame entrar. [65]

BASSIA.
Tribunos, y yo, pobre Competidor.

Fanfarrias.
Suben al Senado
Entra un Capitán

CAP.
Romanos abrid paso: el bueno Andronicus,
Patrón de Virtud, el mayor Campeón de Roma,
Victorioso en las batallas que lucha,
Con Honores y Fortuna ha regresado, [70]
De donde circunscribió con sus espada
Y llevó el yugo a los Enemigos de Roma.

Suenan Tambores y Trompetas, y luego entran dos de los hijos
de Titus; tras ellos, dos hombres llevando un Ataúd cubierto
de negro, después otros dos hijos; tras ellos, Titus
Andronicus, y luego Tamora la Reina de los Godos, &
sus dos hijos Chiron y Demetrius, con Aarón el
Moro,y otros, tantos como puedan ser: depositan el
ataúd, y Titus habla.

ANDRONICUS.
¡Ave, Roma!
Victoriosa en tu Sudario de Luto
Ved la Barca que ha descargado su flete [75]
Retorna con preciosa carga a la Bahía,
De donde antes elevó el ancla primero;
Vuelve Andronicus, ceñido con cinta de Laureles,
Para resaludar su País con sus lágrimas,
Lágrimas de sincera alegría por su regreso a Roma, [80]
Tú gran defensor de éste Capitolio,
Con gracia acepta los ritos que prevemos.
Romanos, de cinco y veinte Valientes Hijos,
La mitad del número que tuvo el Rey Príamo,
Ved los pobres restos vivos y muertos. [85]
Éstos que Sobreviven, que Roma premie con Amor:
Éstos traigo a su última morada,
Para el entierro entre sus Ancestros.
Aquí Godos me permiten enfundar mi Espada:
Titus cruel y descuidado con los tuyos, [90]
¿Cuánto sufres por tus Hijos sin enterrar aún,
planean sobre las horribles orillas de la Styx?
Paso para tumbarles con sus Hermanos.

Abren la tumba

Allí saludad en silencio, como hacen los muertos,
Y dormid en paz, caídos en guerras por vuestra Patria: [95]
¡Oh! sagrado receptáculo de mis alegrías,
Dulce Celda de virtud y Nobleza,
¿Cuántos de mis Hijos tienes en custodia
Que nunca volverás a devolverme ya?

LUC.
Dadnos el más orgulloso prisionero Godo, [100]
Para descuartizar sus miembros, y sobre una pirra
Ad manes fratrum, sacrifiquemos sus carnes:
Antes que esta prisión terrestre a sus huesos,
Y que así los hados se apacigüen,
Ni se nos moleste con prodigios sobre la tierra. [105]

TIT.
Os lo doy, el más Noble que Sobrevive,
El Hijo mayor de ésta desconsolada Reina.

TAM.
Alto Romano Fraterno, Gracioso Conquistador,
Victorioso Titus, lamento las lágrimas vertidas,
Lágrimas de Madre con pasión por su hijo: [110]
Si a tus Hijos alguna vez en algo estimaste,
Oh piensa, que mis hijos son tan queridos para mi.
No es suficiente habernos traído a Roma,
Para embellecer tus Triunfos, y retorno
Cautivos por ti, y al yugo de tu Roma, [115]
¿Hay que sacrificar a mis Hijos en las calles,
Por acciones valientes en la causa de su País?
¡Oh! si luchar por Rey y bien Común,
Para los tuyos fuera piedad, así en éstos:
Andronicus, no manches tu Tumba de sangre. [120]
¿Quieres aprender de la naturaleza de los Dioses?
Aprende de ellos entonces el ser piadoso.
La dulce piedad verdadera insignia de la nobleza,
Triplemente Noble Titus, salva mi primogénito.

TIT.
Paciencia, Madam, y perdonadme. [125]
Éstos son sus hermanos, los que veis vosotros, Godos
Vivos y muertos, y por los hermanos asesinados
Piden religiosos se haga un sacrificio:
Para ello se marcó a tu hijo, y morirá
Para apaciguar sus gruñonas sombras que se fueron. [130]

LUC.
Lleváoslo, y haced una hoguera ya,
Y con nuestras Espadas sobre una pirra de madera,
Cortemos su cuerpo hasta que entero se consuma.

Salen los hijos de Titus con Alarbus

TAMO.
Oh cruel, sacrílega piedad.

CHI.
Nunca Scythia fue ni la mitad de bárbara? [135]

DEM.
No compares Scythia a la ambiciosa Roma.
Alarbus va al descanso, y sobrevivimos
Para temblar bajo la amenazante mirada de Titus.
Pues, madam, decidid, y a la vez confiad
En los mismos dioses que armaron a la Reina de Troya [140]
Con oportunidades de aguda venganza
Sobre el tirano Traquiano en su Tienda
Favorecerá a Tamora, la Reina de los Godos,
(Cuando los Godos eran Godos, y Tamora su reina),
Para infringir los sanguinarios males sobre sus enemigos. [145]

Entran los hijos de Andronicus de nuevo

LUCI.
Ved, señor y padre, cómo hemos ejecutado
Nuestros ritos romanos. El cuerpo de Alarbus cortado,
Y sus entrañas alimentan el fuego del sacrificio,
Cuyo humo cual incienso perfuma el cielo.
Sólo queda enterrar nuestros hermanos, [150]
Y darles con fanfarrias la bienvenida a Roma.

TIT.
Así sea, y dejad que Andronicus
Haga de éste su último saludo a sus almas.

Fanfarrias
Suenan Trompetas, y ponen los
ataúdes en la Tumba.

En paz y con Honor descansad aquí mis Hijos,
Campeones rápidos de Roma, reposad aquí en descanso, [155]
Seguros ante los avatares mundanos y los infortunios:
Aquí no acecha la traición, aquí la envidia no aumenta,
aquí no crece maldita droga, aquí no hay tormentas,
ni ruido, sino silencio y sueño Eterno,
En paz y Honor descansad aquí mis Hijos. [160]

Entra Lavinia

LAUI.
En paz y Honor, viva Lord Titus siempre,
Mi Noble Lord y Padre, vive en Fama:
Ved ante ésta Tumba mis lágrimas tributarias,
Vierto para las exequias de mis hermanos,
Y a tus pies me arrodillo, con lágrimas de alegría, [165]
Vertidas sobre ésta tierra, por tu regreso a Roma,
Oh bendíceme aquí con tu victoriosa mano,
Cuyas fortunas los mejores ciudadanos de Roma aplauden.

TI.
Amable Roma,
que así guardaste cariñosa [170]
La Recompensa de mi vejez para alegrar mi corazón.
Lavinia, vive; sobrevive los días de tu padre,
y la fecha de la fama eterna por la virtud ruega.

MARC.
Larga vida a Lord Titus, mi amado hermano.
Gracioso triunfador a los ojos de Roma. [175]

TIT.
Gracias, gentil Tribuno,
Noble hermano Marcus.

MAR.
Y bienvenidos Sobrinos de guerras victoriosas,
Vosotros supervivientes, y vos que dormís en la fama:
Justos señores, vuestras fortunas son iguales en todo, [180]
Que al servicio de la patria desenvaináis la espada,
Pero triunfo más seguro son éstas pompas fúnebres
Que han aspirado a la felicidad de Solon
Y triunfa más que la suerte en la cama del honor.
Titus Andronicus, el pueblo de Roma, [185]
Cuyo amigo en justicia siempre fuiste,
Conmigo te envían, su Tribuno y confianza,
Ésta Toga de blanco e inmaculado tinte,
Y te nombramos para la elección al Imperio,
Junto con éstos los hijos del difunto Emperador, [190]
Seas, pues, Candidatus, y ponéosla,
Y ayuda a dar una cabeza a Roma decapitada.

TIT.
Una cabeza mejor conviene a su glorioso cuerpo,
Que la de quien tiembla de vejez y debilidad:
¿Para qué vestir la Toga, y molestaros? [195]
¿Que sea elegido hoy por aclamación,
Mañana dicte leyes, renuncie a mi vida,
E inicie nuevos negocios para todos?
Roma, fui tu soldado durante cuarenta años,
Y conduje las fuerzas de mi País con éxito, [200]
Y enterré uno y veinte valientes hijos,
Caballeros en Batallas, muertos viriles en Armas,
Por el derecho y al servicio de su Noble País:
Dadme un bastón de Honor para mi edad,
Y no un cetro para controlar el mundo, [205]
Alto lo sostuvo, señores, quien lo sostuvo el último.

MAR.
Titus, obtendrás y demandarás el imperio.

SAT.
Orgulloso y ambicioso Tribuno, ¿puedes decidirlo tú?

TITUS.
Paciencia Príncipe Saturninus.

SAT.
Romanos, hacedme justicia. [210]
Patricios sacad vuestras espadas y no las envainéis
Hasta que Saturninus sea Emperador de Roma.
Andronicus ojalá embarcaras hacia el infierno
Antes de robarme el corazón del pueblo.

LUC.
Orgulloso Saturninus, interruptor del bien [215]
Que Titus, de noble espíritu, quiere para ti.

TIT.
Contente Príncipe, te restauraré
Los corazones del pueblo, y se los distraeré a ellos mismos.

BASS.
Andronicus, no te lisonjeo,
Sino que te honro, y lo haré hasta mi muerte: [220]
Mi facción si con tus amigos refuerzas,
Muy agradecido te estaré, y gracias a hombres
De Nobles mentes Honorable Recompensa tendrán.

TIT.
Pueblo de Roma, y Tribunos del pueblo aquí,
pido vuestras voces y vuestros sufragios. [225]
¿Querréis amablemente cedérselos a Andronicus ?

TRIBUNOS.
Para complacer al buen Andronicus,
Y festejar su sano retorno a Roma,
El pueblo aceptará quién él designe.

TIT.
Tribunos gracias a todos; y ésta solicitud hago, [230]
Que nombréis Emperador a su primogénito,
Lord Saturninus, cuyas virtudes, espero,
Reflejarán en Roma, como los rayos [de Titán] en la tierra,
Y harán que madure la justicia en éste bien Común:
Pues si elegís siguiendo mi consejo, [235]
Coronadle y decid: Larga vida al Emperador.

MAR.AN.
Con voces y aplausos de todo tipo,
Patricios y Plebeyos, nombramos
Lord Saturninus Emperador de la gran Roma,
Y decimos Larga vida a nuestro Emperador Saturninus, [240]

Fanfarrias hasta que llegan abajo

SATU.
Titus Andronicus, por los favores hechos
A nos en nuestra elección hoy,
Te doy las gracias en anticipo de tus méritos,
Y con hechos recompensaré tu gentileza:
Y como inicio Titus para avanzar [245]
Tu nombre y honorable familia,
A Lavinia quiero convertir en mi Emperatriz,
Amante Real de Roma, Amada de mi corazón,
Y en el sagrado [Panteón] la esposaré:
Di Andronicus ¿acaso esta moción te place? [250]

TIT.
Así es, mi valioso Lord, y en éste matrimonio
Me tengo por altamente Honrado por vuestra Gracia;
Y aquí a la vista de Roma a Saturninus,
Rey y Comandante de nuestro bien común,
Emperador del amplio mundo, consagro [255]
Mi espada, mi Cuadriga, y mis Prisioneros,
Regalos que bien merece el Lord imperial de Roma.
Recíbelos entonces, cual tributo que os debo,
Insignias de mi honor humildes a tus pies.

SATU.
Gracias Noble Titus Padre de mi vida, [260]
Qué orgulloso estoy de ti y de tus presentes
Roma lo recordará, y si acaso olvidara
El menor de éstos impronunciables méritos,
Romanos, olvidad vuestra Lealtad a mí.

TIT.
Ahora, Madam, sois prisionera de un Emperador. [265]
Con él, que por vuestro honor y vuestros bienes,
Noblemente os usará, y a vuestros seguidores.

SATU.
Una bella señora, creedme, del color
Que elegiría si de nuevo pudiera elegir:
Alegrad bella Reina ése nublado aspecto, [270]
Aunque el avatar de la guerra
ha traído este cambio de alegría,
No llegas para ser burlada en Roma.
Principesco será el trato siempre.
Confía en mi palabra, y que el descontento [275]
No ofusque todas tus esperanzas, Madam, quien os conforta
¿Os puede engrandecer más que el ser Reina de los Godos?
¿Lavinia no estaréis disgustada con eso?

LAU.
No, Lord, ya que la verdadera Nobleza
Garantiza esas palabras de principesca cortesía. [280]

SAT.
Gracias, dulce Lavinia. Romanos, vayamos:
Sin rescate aquí dejamos libres a nuestros prisioneros.
Proclamad nuestros Honores, señores, con Trompetas y Tambor.

BASS.
Lord Titus, con su permiso, ésta doncella es mía.

TIT.
¿Cómo, sir?,¿Vais en serio, my lord? [285]

BASS.
Sí; noble Titus, y resuelto a todo,
Para darme a mí mismo razón y éste derecho.

MARC.
Suum cuiquam es nuestra justicia Romana:
Éste Príncipe en justicia no toma más que lo suyo.

LUC.
Y lo conseguirá, y tendrá, si vive Lucius. [290]

TIT.
Traidores, avaunt ¿Dónde está la guardia del emperador?
Traición, mi lord. A Lavinia la sorprenden.

SAT.
¿Sorprendida? ¿por quién?

BASS.
Por quien en justicia puede
llevarse su prometida ante todo el mundo. [295]

MUTI.
Hermanos, ayudad a convencerla que de aquí se aleje,
y con mi espada mantendré segura la puerta.

TIT.
Seguidla mi Lord, y pronto la devolveré.

MUT.
Mi lord, por aquí no pasará.

TIT.
¿Qué, villano, me impides el paso en Roma? [300]

MUT.
¡Auxilio, Lucius, ayuda!

Le mata.

LUC.
Mi lord, sois injusto, incluso más que eso,
En injusta disputa a vuestro hijo habéis asesinado.

TIT.
Ni tú, ni él sois hijos míos;
Mis hijos jamás me deshonrarían de ésta forma. [305]
Traidor, restaura Lavinia al emperador.

LUC.
Muerta, si queréis; mas no para ser su esposa,
pues el amor tiene prometido a otro.

Entran arriba el Emperador con Tamora y sus dos
hijos, y Aarón el Moro.

EMPE.
No, Titus, no, el emperador no la necesita,
Ni a ella, ni a ti, ni nadie de tu estirpe. [310]
Confío despreocupado una sola vez en quien que se burla de mí,
En ti nunca más, ni de tus traicioneros hijos altivos,
Confederados todos para deshonrarme.
¿No hubo nadie en Roma de quién burlarse
Más que de Saturninus? Muy bien, Andronicus, [315]
Acuerda éstos hechos con ésa orgullosa cría tuya
Que dijiste que rogara el imperio de tus manos.

TIT.
Oh, monstruoso, ¿qué palabras tan llenas de reproches?

SAT.
Pero ve por tu camino; ve, dale esa cambiante pieza
A aquél que floreció por ella con su espada. [320]
Disfrutarás de un valiente yerno;
Dispuesto a putear con tus hijos fuera de la ley,
Y pavonearse en el Bien común de Roma.

TIT.
Estas palabras son navajas en mi corazón herido.

SAT.
Por ello, querida Tamora Reina de los Godos, [325]
Cual la majestuosa Thebe entre sus Ninfas
Sobresales entre las galantes Damas de Roma,
Si te place esta mi repentina elección,
Observa, te elijo a ti, Tamora, como mi Novia,
Y te haré Emperatriz de Roma. [330]
Habla Reina de los Godos, ¿aplaudes mi elección?
Y aquí juro por todos los Dioses Romanos,
Ya que Cura y agua bendita están tan cerca,
Y los candelabros brillan, y todo
Se encuentra preparado para el Hymeneus, [335]
No quiero volver a saludar las calles de Roma,
O ascender a mi Palacio, desde aquél lugar
Sin conducir casada a mi Novia junto a mí.

TAMO.
Aquí a la vista del cielo a Roma juro,
Si Saturninus favorece así a la Reina de los Godos, [340]
Será una sirviente manual de sus deseos,
Una enfermera amante, una madre a su juventud.

SATUR.
Asciende, Bella Reina, al
Panteón. Lores, acompañad
A vuestro Noble Emperador, y su querida Novia, [345]
Enviada por los Cielos al Príncipe Saturninus,
Cuya sabiduría ha conquistado su Fortuna,
Allí serán consumados nuestros ritos matrimoniales.

Exeunt omnes

TIT.
No se me ha pedido atender a la novia.
Titus,¿desde cuando acostumbras a ir sólo, [350]
Deshonrado así, y acusado de males?

Entran Marcus y los hijos de Titus.

MAR.
¡Oh Titus, mira! ¡Oh mira lo que has hecho!
En una mala disputa has asesinado un hijo virtuoso.

TIT.
No, Tribuno tonto, no; no era hijo mío,
Ni tú, ni éstos, confederados en los hechos [355]
Que han deshonrado toda nuestra familia:
Hermano indigno, e hijos indignos.

LUCI.
Pero démosle sepultura, como corresponde;
Démosle entierro a Mutius junto a sus hermanos.

TIT.
¡Traidores, fuera! ¡No descansará en ésta tumba! [360]
Éste monumento lleva en pie quinientos años,
Que suntuoso he reedificado:
Aquí nadie sino soldados y servidores de Roma
Reposan con fama; ninguno muerto con bajeza en reyertas,
Enterradle donde podáis,¡aquí no descansará! [365]

MAR.
Mi lord, esto es impío de vos,
Los hechos de mi sobrino Mutius por él hablan;
Debe ser enterrado con sus hermanos.

Los dos hijos de Titus hablan

[HIJOS.]
Y lo será, o a él le acompañaremos.

TI.
"Y lo haréis"! ¿Quién fue el villano en decir tales palabras? [370]

Habla el hijo de Titus

[HIJO.]
El que en cualquier lugar las avalará menos aquí.

TIT.
¿Qué, lo enterraríais aún a mi pesar?

MAR.
No, noble Titus, pero suplícate
El perdón de Mutius y permite enterrarle.

TIT.
Marcus, aunque me acabes de golpear en la cresta, [375]
Y con éstos chicos has herido mi honor:
A mis enemigos los repudio uno a uno;
Así que no me molestes, y lárgate.

HIJO.1
No es él mismo; retirémonos.

HIJO.2
No yo, hasta que los huesos de Mutius estén enterrados. [380]

El Hermano y los hijos se arrodillan

MAR.
Hermano, pues ese es el nombre con que natura ruega

HIJO.2
Padre, pues ese es el nombre con que natura habla -

TIT.
No digas nada, aunque todo el resto se precipite.

MAR.
Renombrado Titus, más que la mitad de mi alma -

LUC.
Querido padre, alma y sustancia de todos nosotros,- [385]

MAR.
Sufra tu hermano Marcus; enterrad
A su noble sobrino aquí en este nido de la virtud,
Que murió en honor y por la causa de Lavinia.
Tú eres Romano; no seas bárbaro:
Los griegos por consejo enterraron a Ajax [390]
Que se suicidó; el sabio hijo de Laertes
Con gracia suplicó por sus funerales.
Pues al joven Mutius, que fue la alegría,
No le cerréis su entrada aquí.

TIT.
En pie, Marcus, levántate; [395]
El más aciago día éste que jamás contemplé,
Ser deshonrado por mis hijos en Roma.
Bien, Enterradle, y a mí el siguiente.

Lo depositan en la Tumba

LUC.
Que descansen tus huesos, dulce Mutius, con tus amigos,
hasta que con trofeos adornemos tu tumba. [400]

Todos se arrodillan y dicen

Nadie vertió lágrimas por el noble Mutius;
Vive en fama quien murió por causa virtuosa.

Exit.

MAR.
Mi lord, para salir de ésta insípida melancolía,
¿Cómo es que la sutil Reina de los Godos
De repente ha ascendido tanto en Roma? [405]

TI.
No lo sé Marcus, pero sé que es cierto:
(Si con engaño o no), sólo el cielo lo sabe.
Es que no mira al hombre
Que le trajo a éste elevado cambio y bueno hasta ahora
Sí, y Noble le remunerará. [410]

Fanfarrias.
Entra el emperador, Tamora, y sus dos hijos, con el Moro
por una puerta. Entran por la otra puerta Bassianus y
Lavinia con otros

SAT.
Qué, Bassianus, habéis ganado vuestro premio:
Dios os de alegría, sire, con vuestra galante Novia.

BASS.
Y a vos la vuestra, mi Lord: no digo más,
Ni deseo menos; así os pido la venia.

SAT.
Traidor, si Roma tiene leyes o nosotros poder, [415]
Tú y tu facción os arrepentiréis de esta Violación.

BASS.
Violación decís, mi lord,¿coger lo mío,
Mi verdadero amor prometido, y ahora mi esposa?
Pero que las leyes de Roma lo determinen todo;
Mientras yo poseo lo que es mío. [420]

SAT.
Pues bien, sire: sois muy escaso con nosotros;
pero, si vivo, seré más agudo con vos.

BASS.
Mi lord, lo que hice, fue lo mejor que pude,
Tengo que responder, y lo haré con mi vida.
Tan sólo esto le doy a saber a su Gracia: [425]
Con todo los deberes que debo a Roma,
Este Noble Gentilhombre, Lord Titus aquí,
Es insultado en opinión y en su honor,
Que en el rescate de Lavinia,
Con sus propias manos mató a su hijo más joven, [430]
Por celo con vos, y altamente airado
Para controlarse al dar él francamente
Recíbelo de nuevo con favor, Saturninus,
A quien se ha expresado en todas sus acciones
Un padre y un amigo de ti y Roma. [435]

TIT.
Príncipe Bassianus, dejad que mis acciones me avalen:
Sois vos, y aquéllos, los que me habéis deshonrado.
Roma y los cielos justos sean mis jueces
De cómo he amado y honrado a Saturninus.

TAM.
Mi valioso Lord, sí alguna vez Tamora [440]
Fue graciosa en esos vuestros ojos Principescos
Escúchame decir indistinta a todos;
Y a petición mía (dulce) perdona lo que ya es pasado.

SATU.
¿Cómo Madam, ser deshonrado abiertamente,
Y simplemente soportarlo sin venganza?. [445]

TAM.
No tanto, mi Lord;
los Dioses de Roma impidan,
Que sea la autora de tu deshonor.
Pero en honor propio arriesgo a emprender
La inocencia del buen señor Titus en todo, [450]
Cuya furia no ha distorsionado su pesar:
Entonces, os suplico, mirad con gracia sus agravios;
No pierdas tan noble amigo por vana suposición,
Ni aflijáis su corazón gentil con agrias miradas.
Mi lord: sed regido por mí, sed convencidos al fin; [455]
Deshaced todos vuestros pesares y descontento:
Vos habéis ocupado recién vuestro trono;
A menos que la gente, e incluso los Patricios,
Tras justas averiguaciones tomen parte por Titus,
Y así os suplanten por vuestra ingratitud, [460]
Lo que Roma reputa ser un pecado odioso,
Ceded a las súplicas, y luego dejadme sola:
Encontraré un día para masacrarlos a todos,
Y perseguiré su facción y sus familias,
Al padre cruel, y sus traicioneros hijos, [465]
A los que acuso por la vida de mi querido hijo.
Y les haré saber lo que es que una reina
Se arrodille en las calles y ruegue por gracia en vano.
Ven, ven, dulce Emperador, (ven Andronicus:)
Recoge a éste hombre mayor, y alegra el corazón [470]
Que muere en la tempestad de tu airada frente.

REY.
Levántate Titus levanta;
mí Emperatriz prevalece.

TITUS.
Gracias a vos Majestad,
también a ella, mi Lord, [475]
Éstas palabras, éstas miradas,
infunden nueva vida en mí.

TAMO.
Titus, me incorporo a Roma,
Una Romana adoptiva ahora y feliz,
Y debo asesorar al Emperador por su bien. [480]
En este día todas nuestras disputas mueren, Andronicus;
Y que sea honor mío, buen mi Lord,
El haber reconciliado a vos con vuestros amigos.
En cuanto a vos Príncipe Bassianus he dado
Mi palabra y he prometido al Emperador, [485]
Que seréis más benévolo y tratable
Y no temáis Lores,
y vos Lavinia,
Por mi consejo, todos humildes de rodillas,
Debéis pedir perdón a su Majestad. [490]

HIJO.
Así sea,
y juramos al Cielo y su Alteza,
Que lo que hicimos fue lo que tuvimos que hacer,
Atendiendo al honor de nuestra hermana y el propio.

MAR.
Esto por mi honor aquí lo prometo. [495]

REY.
Fuera, y no habléis, no nos molestéis más.

TAMORA.
No, no,
Dulce Emperador, todos debemos ser amigos;
El tribuno y sus Sobrinos de rodillas piden tu gracia;
No me lo niegues: dulce corazón, mira de nuevo. [500]

REY.
Marcus,
por tu bien, y el de tu hermano aquí,
y por los ruegos de mi amada Tamora,
perdono las odiosas faltas de éstos jóvenes hombres,
Levantaos: Lavinia, aunque me plantaste como a un Patán [505]
Encontré una amiga, y tan seguro como la muerte juré,
que no me iría Soltero del Cura.
Ven, si la Corte del Emperador puede festejar dos Novias,
Eres mi invitada Lavinia y también tus amigos:
Que éste día sea un día de amor, Tamora. [510]

TIT.
Mañana, si así le place a su Majestad
Cazad a la Pantera y al Ciervo conmigo,
Con corneta y perro
daremos a su gracia Bon jour.

SATUR.
Así sea, Titus, y gracias también. [515]

Exeunt.


Fanfarrias.

Entra Aarón Solo

ARON.
Ahora alcanza Tamora la cima del Olimpo,
a salvo del tiro de fortuna, y reposa en lo alto,
segura ante ruidos de truenos y destellos de relámpago,
avanzada fuera del alcance de la amenazante envidia.
Como cuando el dorado sol saluda la mañana, [520]
y tras dorar con sus rayos el océano,
galopa el zodiaco en su brillante carro,
y supervisa las montañas más altas.
Sí, Tamora:
a su ingenio sirve el honor terrestre, [525]
y la virtud se inclina y tiembla con su ceño.
Aarón arma tu corazón, ajusta tus ideas,
para escalar la cima de tu Imperial Ramera,
y montarás su pez, que con largo éxito
has tenido prisionera, anclada en amorosas cadenas, [530]
y más atada a la seductora mirada de Aarón
que Prometeo estuvo al Cáucaso.
¡Fuera hierbas esclavas e ideas serviles,
seré brillante y luciré con perlas y oro,
para atender a ésta recién nombrada emperatriz. [535]
¿Atender dije? Holgar con ésta Reina,
ésta Diosa, ésta Semiramis, y Reina,
ésta Sirena, que encantará al romano Saturnino,
y veré su naufragio, y todos sus bienes.
¡Hola! ¿Qué tormenta llega? [540]

Entran Chiron y Demetrius peleando

DEM.
Chiron te faltan sesos para tus años, tus sesos carecen de agudeza
y maneras para alcanzar en lo que más destaco,
y en lo poco que sabes te verás afectado.

CHI.
Demetrius, destacas en toda presunción,
así también en esto, bravuconeas con amenazas, [545]
no en la diferencia de un año o dos
tengo menos gracia, o tú más fortuna:
tan capaz, tan digno como tú,
para servir, y merecer las gracias de mi dama,
y que mi espada en ti demuestre, [550]
y solicite mis pasiones por el amor de Lavinia.

ARON.
Nenes, nenes, estos amantes no mantendrán la paz.

DEM.
Por qué niño, aunque nuestra madre (sin consejo)
te dio daga bailadora que colgar al lado,
¿tan desesperado estás como para amenazar a los amigos? [555]
Ve y que te encolen el estoque bailarín en tu vaina,
hasta que sepas manejarlo mejor.

CHI.
Mientras, señor, con lo poco hábil que soy,
de lleno percibiréis a cuánto me atrevo.

DEME.
Sí chaval, ¿tan valiente eres? [560]

Desenvainan.

ARON
¿Pero qué hacéis señores?
¿Tan cerca del Palacio Imperial os atrevéis a desenvainar,
y mantenéis tal disputa en abierto?
Bien conozco el fondo de todo este rencor.
Ni por un millón en oro quisiera, [565]
la causa conozcan aquéllos a quienes más afecta.
Ni vuestra noble madre por mucho más
sería tan deshonrada en la Corte de Roma:
por vergüenza, ¡Deteneos!

DEME.
¡Yo, no! Hasta envainar [570]
mi daga en su pecho, y así
hundir esas reprobables frases en la garganta,
que en deshonor mío ha expirado aquí.

CHIR.
¡Preparado estoy! y decidido a todo,
cobarde mal hablado, [575]
que truenas con tu lengua,
y con tu arma nada te atreves a ejecutar.

ARON.
¡Fuera, digo!
Por los Dioses que los querremos godos adoran,
tanta charla vana a todos perderá. [580]
¿Pero, señores, acaso no pensáis lo peligroso
que es asaltar los derechos del príncipe?
Acaso Lavinia tan libre es
o Bassianus tan degenerado,
que por su amor tales disputas se desatan, [585]
¿sin mediar control, justicia o venganza?
Jóvenes señores, ¡atentos!, y si la emperatriz supiera
el fondo de este desacuerdo no le complacería tal música.

CHI.
No me importa, que sepa ella y todo el mundo,
que amo a Lavinia más que todo el mundo. [590]

DEMET.
Jovenzuelo,
aprende a elegir algo menor,
Lavinia, es esperanza de tu hermano mayor.

ARON.
¿Estáis locos? ¿Acaso no sabéis que en Roma,
cuán furiosos e impacientes son, [595]
y que no soportan competidores en el amor?
Os digo, señores, no tramáis sino vuestras muertes
con ese ardid.

CHI.
Aarón, mil muertes propondría,
por lograr a quien quiero. [600]

ARON.
¿Lograrla, cómo?

DEME.
¿Por qué tanto te extraña?
Mujer es, pues se le corteja,
mujer es, pues se le conquista,
Lavinia es, pues se le ama. [605]
Hombre, más agua pasa el molino
que la que conoce su molinero, y fácil es
robar del pan cortado una rodaja como sabemos,
aunque Bassianus sea el hermano del emperador,
mejores que él han llevado insignias de Vulcano. [610]

ARON.
Sí, y tan buenas como las de Saturninus.

DEME.
Pues por qué desesperar quien sabe cortejarla
con palabras, bellas miradas y libertades:
¿acaso no lograste a menudo cazar ciervas
y te las llevaste ante las narices del guardián? [615]

ARON.
Pues si un bocado seguro parecía o así
sirviera a tus propósitos.

CHI.
Sí, así se servirían los turnos.

DEME.
Aarón, lo acertaste.

ARON
¡Ojalá también tú acertaras! [620]
No, deberíamos estar hartos de éstas tonterías.
Pues, escucha, ¡escucha! ¿sois tales bufones
que os cuadraréis esto? ¿Os ofendería si ambos prosperáis?

CHI.
Juro, que no.

DEME.
Ni yo, aunque fuera sólo. [625]

ARON.
Por vergüenza sed amigos, y unios por lo que peleáis:
éste ardid y estratagema debáis ejecutar
que ambicionáis, y de ésta forma proceded,
lo que no lograréis como deseáis,
debéis lograr a la fuerza como podáis, [630]
tomad esto de mí: Lucrecia no era más casta
que ésta Lavinia, amor de Bassianus,
más rápido curso que éste tibio languidecer
debemos seguir, y conozco la senda:
Señores, tenemos a mano una solemne cacería; [635]
Allí las amadas Señoras Romanas pasearán:
los senderos boscosos son espaciosos y anchos,
y existen muchos claros poco frecuentados,
propicios favorecen al estupro y las villanías,
singularizáis hasta allí la deliciosa cierva [640]
y os la lleváis a casa a la fuerza, si no con palabras,
éste camino o ninguno, mantened la esperanza.
Venid, venga, a nuestra Emperatriz con su sagrado ingenio
para las villanías y consagrada a las venganzas,
le haremos sabedora de todas nuestras intenciones, [645]
y ella nuestro ardid afilará con consejos,
y no sufriréis si os cuadráis,
más bien a ambos a la altura de vuestros deseos os avanzará.
La Corte del Emperador es cual casa de Fama,
el palacio lleno de lenguas, de ojos, de oídos, [650]
los bosques despiadados, odiosos, sordos y sórdidos,
allí hablad, y golpead valientes jóvenes, y respetad vuestro turno.
Allí saciad vuestra lujuria, ocultos al celestial ojo,
y gozad en el tesoro de Lavinia.

CHI.
Tu consejo, tío, no huele a cobardía. [655]

DEME.
Sit fas aut nefas, hasta encontrar la corriente
para enfriar éste ardor, un encanto que calme los ataques,
Per Stigia per manes Vehor.

Exeunt.


Entran Titus Andronicus y sus tres hijos, haciendo ruido
con perros y cornetas, y Marcus

TIT.
La caza empieza, la mañana es brillante y gris,
los campos están fragantes y los bosques verdes. [660]
Soltadlos ya y que ladren,
y que al emperador despierten, y su querida novia,
y que levanten al príncipe y resuene el toque de caza,
que toda la corte resuene con el eco del ruido.
Hijos, que sea tarea vuestra, como es la mía, [665]
atender con cuidado la persona del emperador,
tormentoso fue mi sueño esta noche,
pero el despertar del día inspira nuevo consuelo.

Cornetas de viento.
Aquí ladrido de perros, y cornetas en repique, luego
entran Saturninus, Tamora, Bassianus, Lavinia, Chiron, De-
metrius, y sus sirvientes

TI.
Muy buenos días a su Majestad,
tantos a vos y tan buenos, madam. [670]
Prometí a vuestras gracias un repique de cazadores.

SATUR.
Y con ardor lo habéis repicado, mis señores,
tal vez demasiado temprano para señoras recién desposadas.

BASS.
Lavinia, ¿qué opinas?

LAUI.
Pues no, [675]
llevo despierta ya dos horas o más.

SATUR.
Pues en marcha, montemos en caballos y carros,
y al deporte: Madam, ahora conoceréis
nuestra caza romana.

MAR.
Llevo perros, mi señor, [680]
que a la más orgullosa pantera levantarán en caza,
y las cimas del más alto promontorio escalarán.

TIT.
Tengo caballos que seguirán la caza
donde vaya y que corren veloces como golondrinas en los llanos.

DEME.
Chiron no nos cacemos, con caballo ni perro [685]
más confío cobrar una deliciosa cierva sobre el suelo.

Exeunt


Entra Aarón, sólo

ARON.
Aquél que tenga sesos, pensará que yo no,
enterrar tanto oro debajo de un árbol,
y no poseerlo nunca más.
Aquél que así piensa abyecto de mi, [690]
sepa que éste oro acuña una estratagema,
que ejecutada con ardid concebirá
una muy excelente pieza de villanía,
y así reposa dulce oro para el mal
de quienes reciben limosnas del baúl de la emperatriz. [695]

Entra Tamora hacia el Moro

TAMO.
Mi amado Aarón,
¿por qué miras triste
cuando todo despliega alegría?
Los pájaros cantan melodías sobre cada arbusto,
la serpiente enroscada yace al alegre sol, [700]
las verdes hojas se agitan con el fresco viento,
y proyectan moteadas sombras sobre la tierra,
bajo su dulce sombra, Aarón, sentémonos,
y mientras el balbuciente eco engaña a los perros,
contestando estridente a las afinadas cornetas, [705]
como si se escucharan dos cazas a la vez,
sentémonos, y escuchemos sus desfallecidos ladridos;
y tras el combate que se supone hubo
el príncipe errante y Dido disfrutaron,
cuando por la feliz tormenta fueron sorprendidos [710]
y entre las cortinas que una discreta cueva ofrece
podamos enroscarnos en los brazos del otro,
terminados nuestros juegos, nos poseerá un dorado sopor,
mientras canes y cornetas y dulces pájaros melodiosos
nos arrullen cual las niñeras [715]
con sus nanas para hacer dormir a su bebe.

ARON.
Madam,
aunque Venus gobierne nuestros deseos,
Saturno domina los míos.
¿Qué significa mi mirada mortal, [720]
mi silencio, y mi nublada melancolía,
mi vellocino de pelo que ahora se estira
tal víbora cuando se desenrosca
para ejecutar un golpe fatal?
No, madam, no son señales venéreas. [725]
Venganza tengo en mi corazón, muerte en mi mano,
sangre, y venganza, martillean en mi cabeza.
¡Escucha Tamora! Emperatriz de mi alma,
que nunca desearás más cielo, que el que hay en ti,
éste día es la perdición de Bassianus; [730]
su Philomela tendrá que perder hoy su lengua,
tus hijos harán pillaje de su castidad,
y lavarán sus manos en la sangre de Bassianus.
Ves esta carta, quédatela, te ruego,
y dale al rey este pergamino de trama fatal, [735]
no me preguntes más, se nos espía,
aquí llega parte de nuestro deseado botín,
que todavía no temen la destrucción de sus vidas.

Enter Bassianus y Lavinia

TAMO.
Ah, dulce moro mío,
más dulce que mi vida. [740]

ARON.
Basta, gran emperatriz; llega Basssianus,
enfadaos con él, iré a por vuestros hijos
para respaldar tus disputas, sean las que sean.

BASSI.
¿Quién tenemos aquí?
Real emperatriz de Roma, [745]
¿Desprovista de sus bien plantadas tropas?
¿O se trata de Diana disfrazada como ella,
que abandonó su sagrada tumba,
para ver la cacería general en sus forestas?

TAMO.
¡Pícaro controlador de nuestros pasos privados! [750]
Si tuviera el poder que algunos atribuyen a Diana,
sus templos de inmediato erguiría.
Con cuernos, como los de Acteón, y los canes
se abalancen sobre sus recién transformados huesos
descortés intruso que eres. [755]

LAUI.
Someteos a paciencia, gentil emperatriz,
se piensa que estáis bien dotada para cornear,
y se duda, que vuestro Moro y vos
se os destaca para experimentar.
Júpiter proteja a tu marido hoy de sus canes, [760]
sería una pena lo confundieran por ciervo.

BASSI.
Creedme, mi reina, tu negro Cimerio,
te hace tus honores del color del cuerpo
a manchas, detestado, y abominable.
¿Por qué os hayáis secuestrada de todo vuestro séquito? [765]
Descabalgada de vuestro buen y níveo corcel,
y ¿a qué vinisteis a ésta parcela tan obscura,
acompañada por un bárbaro Moro,
si no fue el podrido deseo, el que os condujo?

LAUI.
Y siendo interrumpidos en vuestro deporte, [770]
gran razón para valorar a mi señor
por pícaro. Os ruego dejadnos partir,
y que disfrute su amor color cuervo;
éste valle propicia el propósito más que bien.

BASSI.
El rey mi hermano de esto tendrá noticias. [775]

LAUI.
Si, pues éstos deslices desde tiempo le denotan.
¡Buen rey, abuso tan enorme!

TAMORA.
¿Tengo paciencia para soportar todo esto?

Entran Chiron y Demetrius

DEM.
¿Cómo va dulce soberana
y graciosa madre nuestra? [780]
¿Por qué su Alteza está tan lívida y blanca?

TAMO.
¿Acaso, opinas, no tengo razón para estar pálida?
Estos dos me sedujeron hasta éste lugar,
un desnudo detestado valle como veis.
Los árboles, aunque estío, desolados y enjutos, [785]
vencidos por musgo y mortal muérdago.
Aquí nunca brilla el sol, aquí nada crece,
salvo el nocturno búho o el cuervo fatal:
y cuando me mostraron éste horrendo agujero,
me dijeron, aquí, a las horas muertas de la noche, [790]
miles de diablos, el siseo de miles de serpientes,
diez mil sapos inflados, tantos otros erizos,
emitirán tan temibles y confusos gritos
que cualquier mortal oyéndolo
directo enloquecería, o sino de inmediato moriría. [795]
Apenas habían contado ese infernal cuento
y sin rodeos me dijeron, que aquí me atarían
sobre el tronco de un tejo fatal,
y que me abandonarían a esa muerte miserable;
y luego me llamaron pútrida adúltera, [800]
lasciva goda, y todos los amargos términos
que jamás oído escuchó a tal efecto,
y, de no llegar vos por milagrosa fortuna,
ésta es la venganza que en mi habrían ejecutado.
Vengáis, si amáis la vida de vuestra madre, [805]
o en adelante no os llamaré mis hijos.

DEM.
Aquí mi testimonio, soy tu hijo.

le apuñala

CHI.
Ésta por mí,
llega a casa para mostrar mi fuerza.

LAUI.
Sí, ven, Semiramis, no, bárbara Tamora, [810]
nombre alguno place tanto a tu natura como el tuyo.

TAM.
Dame tu punta, vais a conocer mis hijos
la mano materna enderezará los males que a la madre hacen.

DEME.
Quieta, madam, tiene más que se merece:
primero sacude el grano, luego quema la paja. [815]
Esta doncella en su castidad se apoya,
sobre su promesa nupcial, su lealtad.
Y con esa esperanza pintada provoca a su majestad;
¿y se lo llevará a su tumba?

CHI.
Y si lo hace, [820]
preferiría ser un eunuco.
Arrastra allí su marido al abismo secreto,
y convirtamos su tronco muerto en almohada para nuestro goce.

TAMO.
Pero cuando tengáis la miel que deseamos,
que la avispa no sobreviva para picarnos. [825]

CHIR.
Te garantizo, madam, eso aseguraremos.
Ven, amante, ahora por fuerza disfrutaremos
esa bien preservada honestidad tuya.

LAUI.
¡Oh! Tamora, que llevas cara de mujer

TAMO.
No quiero oírla hablar, ¡fuera con ella! [830]

LAUI.
Dulces señores, suplicadle que me escuche sólo una palabra.

DEMET.
Escucha, dulce dama, que sea gloria vuestra
ver sus lágrimas; pero vuestro corazón a ellas
cual piedra implacable a las gotas de lluvia.

LAUI.
¿Desde cuándo los cachorros aleccionan a la tigresa? [835]
¡Oh! no aprendáis su ira, a ti te la enseñó,
la leche mamada de ella en mármol se convirtió;
incluso en tu pezón tuviste tu tiranía.
Aún así no toda madre cría a sus hijos iguales.
Suplícale tú, que muestre piedad de mujer. [840]

CHIRO.
¿Qué?
¿Acaso quieres que demuestre ser bastardo?

LAUI.
Cierto,
el cuervo no cría alondras,
aún así he oído,- ¡oh!, si ahora lo encontrara- [845]
el león movido por la pena, soportó
que se le arrancaran todas las garras principescas.
Algunos dicen que los cuervos cuidan de polluelos perdidos
mientras sus propios pájaros perecen en su nido:
¡Oh! trátame, aunque tu duro corazón diga no, [850]
ni amable, tan sólo piadosa.

TAMO.
No sé lo que dices, ¡fuera con ella!

LAUIN.
¡Oh!, déjame enseñarte, por el bien de mi padre,
que te dio vida, cuando bien pudo haberte matado:
no seas terca, abre tus oídos sordos. [855]

TAMO.
Aunque no me ofendieras en persona.
Por su culpa soy despiadada:
recordada, hijos, vertí lágrimas, mas en vano,
para salvar vuestro hermano del sacrificio,
pero feroz Andronicus no cedió, [860]
así que ¡fuera con ella! y usadla como queráis,
cuánto peor para ella, más lo amaré.

LAUI.
¡Oh Tamora!
Que os llamen reina generosa,
y con tus manos mátame aquí mismo, [865]
pues no suplico por mi vida.
¡Ay de mi! Fui apuñalada al morir Bassianus.

TAM.
¿Pues qué suplicas? ¡Mujer altiva, suéltame!

LAUI.
Una muerte inmediata suplico, y otra cosa,
que la feminidad le niega a la lengua contarlo: [870]
¡Oh! líbrame de su peor y más que mortal lujuria,
y tirádme en algún abominable agujero,
donde jamás hombre alguno vea mi cuerpo,
hazlo, y serás una asesina caritativa.

TAM.
¿Así les he de robar la tasa a mis hijos, [875]
sin satisfacer su lujuria contigo?

DEME.
¡Fuera!,
pues demasiado nos retienes ya aquí.

LAUINIA.
¿Ningún perdón?
¿Ni feminidad?,¡Ah, bestial criatura! [880]
mancha y enemiga de nuestro nombre genérico,
¡Caiga la confusión! -

CHI.
Que te taparé la boca;
trae a su marido,
aquí el agujero dónde Aarón rogó le escondiéramos. [885]

TAM.
Adiós, hijos míos, a ello y asegurarla,
ni que mi corazón conozca alegría real,
hasta que todos los Andronici estén despachados:
Ahora parto en busca de mi querido Moro,
y que mis apasionados hijos ésta furcia desfloren. [890]

Exit.

Entra Aarón con dos hijos de Titus

ARON.
Venid, señores, el buen píe por delante,
directos he de llevaros al abominable agujero
donde espié a la pantera en profundo sueño.

QUIN.
Mi vista es muy turbia, sea lo que anuncie.

MARTI.
Y la mía, te lo juro: si no fuera por la vergüenza, [895]
bien abandonaría la caza para dormir un rato.

QUIN.
¿Qué, te has caído?
¿Qué agujero tan sutil?,
cuya boca está cubierta con rudas ramas salvajes,
en sus hojas hay gotas de sangre recién vertida [900]
tan fresca como el rocío matutino destilado por las flores,
un lugar muy fatal me parece.
¿Habla, hermano, te has herido en la caída?

MARTIUS.
Oh hermano,
con el más fatal de los objetos [905]
que ojo vio jamás para lamento del corazón.

ARON.
Ahora iré a que el rey los encuentre aquí,
y así pueda adivinar seguro,
cómo fuero éstos los que acabaron con su hermano.

Exit Aaron.

MARTI.
¿Por qué no me confortas y me ayudas a salir, [910]
de éste profano y sanguinario agujero?

QUINTUS.
Sorprendido con un extraño temor,
un frío sudor recorre mis temblorosos miembros;
mi corazón sospecha más que lo que ven mis ojos.

MARTI.
Para probar tu corazón adivino, [915]
Aarón y tú mirad en ésta fosa
y ved una terrible visión de sangre y muerte.

QUINTUS.
Aarón se fue,
y mi compasivo corazón
no permite ver ni una vez a mis ojos [920]
lo que le hace temblar el imaginarlo.
¡Oh!, ¿dime, quién es? pues hasta ahora nunca
fui un niño de temer lo que no conozco.

MARTI.
Lord Bassianus yace aquí ensangrentado,
todo amontonado cual cordero sacrificado [925]
en ésta detestable y oscura fosa que bebe sangre.

QUIN.
Si está oscura, ¿cómo sabes que es él?

MART.
Sobre su ensangrentado dedo lleva
un precioso Anillo, que ilumina todo el agujero,
cual antorcha en los monumentos, [930]
brilla sobre las mejillas terrestres del difunto,
y las escarpadas entrañas de ésta fosa muestra:
así de pálida brillaba la luna sobre Piramus,
cuando de noche yacía bañado en sangre virgen:
¡oh! hermano ayúdame con tu mano desfallecida, [935]
si el temor te hizo desmayar como a mi me sucedió,
a salir de este cruel receptáculo devorador,
tan odioso como la nebulosa boca de Cócitus.

QUINT.
Alcánzame tu mano, que te ayude a salir,
o, faltándome fuerzas para hacerte tanto bien, [940]
sea tragado por éste vientre devorador
por ésta fosa tan profunda, tumba del pobre Bassianus.
No tengo fuerza para alzarte al borde.

MARTIUS.
Ni yo fuerza para escalar sin tu ayuda.

QUIN.
Tu mano de nuevo, ahora no la soltaré [945]
hasta que aquí arriba estés, o yo abajo,
no logras subir aquí, así que me uno a ti.

Caen ambos

Entran el Emperador, Aarón el Moro

SATUR.
¡Sígueme! Quiero ver éste agujero aquí,
y quién es el que ahora saltó en él.
¡Di! ¿Quién eres el que recién descendiste [950]
a éste agujero boquiabierto de la tierra?

MARTI.
Los hijos infelices del viejo Andronicus,
llegados aquí en hora muy infeliz
para encontrar tu hermano Bassianus muerto.

SATUR.
¿Mi hermano muerto? Sé que tan sólo bromeas. [955]
Él y su señora, ambos están en la cabaña
en el lado norte de ésta placentera cacería;
no ha ni una hora que allí les dejé.

MARTI.
No sabemos dónde vivos los dejasteis,
pero estaba fuera, aquí lo encontramos muerto. [960]

Entran Tamora, Andronicus, y Lucius

TAMO.
¿Dónde está mi lord el rey?

REY.
Aquí, Tamora, aunque apenado con mortal dolor.

TAM.
¿Dónde está tu hermano Bassianus?

REY.
Ahora llegas al fondo rebuscando en mi herida,
pobre Bassianus aquí yace asesinado. [965]

TAM.
Pues demasiado tarde traigo el fatal texto,
el complot de ésta tragedia a destiempo,
y me sorprendo que el rostro humano pueda plegar
en placenteras sonrisas tal tiranía asesina.

Le da a Saturninus una carta
Saturninus lee la carta

Si fallamos el encuentro conveniente, [970]
dulce cazador, nos referimos a Bassianus,
tú tan sólo cava la tumba para él,
conoces nuestra razón, busca tu recompensa
entre las ortigas, junto al saúco
que ensombrece la boca de aquella fosa [975]
donde decretamos enterrar a Bassianus
hazlo y adquiérenos como tus amigos eternos.

REY.
¡Oh! ¿Tamora, alguna vez se oyó algo semejante?
Esta es la fosa y aquél el saúco.
Mirad, señores, si rescatan a los cazadores, [980]
que debían asesinar aquí a Bassianus.

ARON
Gracioso señor, aquí está la bolsa de oro.

REY.
Dos de tus cachorros, cruel maldición sanguinaria,
aquí han quitado la vida a mi hermano.
Señores, de la fosa arrastradles a prisión. [985]
que permanezcan allí hasta divisar
algún dolor de tortura nunca conocido antes.

TAMO.
¿Qué hacen en ésta fosa?
¡Oh acto sorprendente!
¿Qué fácil es descubrir un asesinato? [990]

TIT.
Alto emperador, sobre mi frágil rodilla,
imploro éste favor, con lágrimas, no vertidas a la ligera,
que ésta falta cruel de mis malditos hijos,
maldición, si en ellos las faltas se probaran.

REY.
¿Si se probara? Vos lo veis, es bien aparente, [995]
¿quién encontró la carta? ¿Tamora fuiste tú?

TAMORA.
Andronicus fue quien la recogió.

TIT.
Así es, mi Lord,
pero sea yo su fianza,
por la tumba de mi padre respetado juro [1000]
que dispuestos están a voluntad de su majestad
para responder con sus vidas a las sospechas.

REY.
No les puedes fiar: observa y sígueme:
que traigan el cuerpo asesinado, otros a los asesinos.
¡Qué no digan palabra, la culpa es clara; [1005]
pues, por mi alma, de haber fin peor que la muerte,
ése es el fin con el que ellos serán ejecutados!

TAMO.
Andronicus, al rey convenceré;
no temas por tus hijos, les irá bastante bien.

TIT.
Ven, Lucius, ven, [1010]
no te quedes a hablarles.

Exeunt.


Entran los hijos de la emperatriz, con Lavinia, sus manos cortadas y
su lengua arrancada, y abusada

DEME.
Ve, ahora, ve y si tu lengua sabe hablar di
quién te cortó la lengua y quién de ti abusó.

CHI.
Escribe tus ideas, descubre así tus opiniones,
y si tus muñones te lo permiten haz de escribano. [1015]

DEM.
Ves cómo con signos y señales sabe ser ceñuda.

CHI.
Ve a casa,
pide dulce agua, lava tus manos.

DEM.
No tiene lengua para pedir, ni manos que lavar.
Así dejémosla a su silencioso caminar. [1020]

CHI.
Si fuera mi causa, me colgaría.

DEMETRIUS
Si tuvieras manos para ayudarte a trenzar la cuerda.

[Salen]
Cornetas.
Entra Marcus de caza, a Lavinia

[MARCUS]
Who is this, my Neece that flies away so fast?
Cosen a word, where is your husband?
If I do dreame, would all my wealth would wake me; [1025]
If I doe wake, some Planet strike me downe,
That I may slumber in eternall sleepe.
Speake gentle Neece, what sterne vngentle hands
Hath lopt, and hew'd, and made thy body bare
Of her two branches, those sweet Ornaments [1030]
Whose circkling shadowes, Kings haue sought to sleep in
And might not gaine so great a happines
As halfe thy Loue: Why doost not speake to me?
Alas, a Crimson riuer of warme blood,
Like to a bubling fountaine stir'd with winde, [1035]
Doth rise and fall betweene thy Rosed lips,
Comming and going with thy hony breath.
But sure some Tereus hath defloured thee,
And least thou should'st detect them, cut thy tongue.
Ah, now thou turn'st away thy face for shame: [1040]
And notwithstanding all this losse of blood,
As from a Conduit with their issuing Spouts,
Yet doe thy cheekes looke red as Titans face,
Blushing to be encountred with a Cloud,
Shall I speake for thee? shall I say 'tis so? [1045]
Oh that I knew thy hart, and knew the beast
That I might raile at him to ease my mind.
Sorrow concealed, like an Ouen stopt,
Doth burne the hart to Cinders where it is.
Faire Philomela she but lost her tongue, [1050]
And in a tedious Sampler sowed her minde.
But louely Neece, that meane is cut from thee,
A craftier Tereus hast thou met withall,
And he hath cut those pretty fingers off,
That could haue better sowed then Philomel. [1055]
Oh had the monster seene those Lilly hands,
Tremble like Aspen leaues vpon a Lute,
And make the silken strings delight to kisse them,
He would not then haue toucht them for his life.
Or had he heard the heauenly Harmony, [1060]
Which that sweet tongue hath made:
He would haue dropt his knife and fell asleepe,
As Cerberus at the Thracian Poets feete.
Come, let vs goe, and make thy father blinde,
For such a sight will blinde a fathers eye. [1065]
One houres storme will drowne the fragrant meades,
What, will whole months of teares thy Fathers eyes?
Doe not draw backe, for we will mourne with thee:
Oh could our mourning ease thy misery.

Exeunt


Entran los jueces y senadores con los dos hijos de Titus atados,
cruzando el escenario al lugar de ejecución, y Titus
delante, suplicando

TI.
¡Oídme, graves señores, nobles tribunos, deteneos! [1070]
por piedad de mi edad, cuya juventud gasté
en guerras peligrosas, mientras seguros dormíais;
por toda la sangre vertida en las grandes batallas romanas,
por todas las gélidas noches de guardia,
y por estas amargas lágrimas, que ahora veis, [1075]
llenando las ajadas arrugas de mis mejillas,
tened piedad con mis condenados hijos,
cuyas almas no son corruptas como se piensa;
por veinte y dos hijos nunca lloré,
pues murieron sobre la orgullosa cama del honor. [1080]

Andronicus se tumba, y los jueces le pasan

Por estos tribunos, en el polvo escribo
mi profundo dolor de corazón, y las lágrimas de mi triste alma;
que mis lágrimas sacien el seco apetito de la tierra.
La dulce sangre de mis hijos, les avergonzará y se sonrojarán:
¡Oh, tierra! Más amistad lograré con la lluvia [1085]

Exeunt

que destilarán éstas dos ruinas ancianas,
que ni el joven Abril con todas sus tormentas
durante sequía estival; y seguiré mojándote
en invierno con ardientes lágrimas fundiré la nieve,
y mantendré eterna primavera en tu rostro, [1090]
si renuncias a beber la sangre de mis amados hijos.

Entra Lucius, con el arma desenvainada

¡Oh! Venerables tribunos; ¡Oh! Gentiles ancianos,
soltad a mis hijos, anulad la pena de muerte,
y dejadme decir (que nunca antes lloré)
mis lágrimas son ahora mis oradores dominantes. [1095]

LU.
¡Oh! noble padre, en vano os lamentáis,
los tribunos no oyen, no hay nadie aquí,
y vuestras penas contáis a una piedra.

TI.
¡Ah! Lucius, por tus hermanos déjame suplicar,
graves tribunos, una vez más os lo ruego. [1100]

LU.
Mi gracioso lord, ningún tribuno os oye hablar.

TI.
Que no importa, hombre, aunque oyeran
no me escucharían; ¡oh! si escucharan
no tendrían piedad de mí.
Por ello, en vano, a las piedras le cuento mis penas. [1105]
Las que, aunque no respondan a mi angustia,
de alguna forma son mejores que los tribunos,
pues no me interrumpen mi cuento;
cuando lloro, humildes a mis pies
reciben mis lágrimas, y parecen llorar conmigo, [1110]
y aunque se vistieran de graves hierbas
Roma no podría permitirse tribunos como éstos.
La piedra es blanda como la cera
y los tribunos más duros que las piedras;
una piedra es silenciosa, y no ofende, [1115]
y los tribunos con sus lenguas a la muerte condenan a los hombres.
¿Pero qué haces con el arma desenvainada?

LU.
Para rescatar a mis dos hermanos de sus muertes,
y por intentarlo los jueces han dictaminado
mi eterna condena de exilio. [1120]

TI.
¡Oh! hombre feliz! Te hicieron su amigo.
Pues, necio Lucius, ¿acaso no percibes
que Roma no es más que la selva de tigres?
Los tigres depredan, y Roma no soporta más presas
más que a mi y los míos: ¡qué afortunado eres, pues, [1125]
ser exiliado por éstos devoradores?
¿Pero quién llega con nuestro hermano Marcus?

Entran Marcus y Lavinia

MAR.
Titus, prepara tus nobles ojos para llorar,
y si no, ¡ a que se rompa tu corazón!
Traigo penas para consumir tu edad. [1130]

TI.
¿Me consumirá? Pues muéstramelas.

MAR.
Ésta fue tu hija.

TI.
Pero Marcus y lo es.

LUC.
¡Ay de mí! Este objeto me mata.

TI.
Niño de corazón blando, arriba y mírala, [1135]
¡habla! Lavinia, ¿qué mano maldita
te dejó sin manos a la vista de tu padre?
¿Qué necio añadió agua al mar?
¿O trajo leñas a la Troya ardiendo?
Mi dolor alcanzó su cima antes de tu llegada [1140]
y ahora cual Nilo desprecia sus márgenes.
Dadme una espada, también cortaré mis manos,
pues lucharon por Roma, y todo en vano;
y han nutrido este pesar,
alimentando la vida; [1145]
en vanas plegarias se ocuparon,
y me sirvieron para usos sin efectos.
Ahora todo el servicio que les reclamo,
es que una ayude a cortar la otra.
Está bien, Lavinia, que no tengas manos, [1150]
pues manos para servir a Roma sólo es en vano.

LUCI.
Habla, dulce hermana, ¿quién te martirizó?

MAR.
¡Oh! ese delicioso ingenio de sus ideas,
que desvelaba con tan placentera elocuencia
fue arrancado de ésa preciosa y vacía cueva, [1155]
donde cual melodioso y dulce pájaro cantaba
dulces notas variadas encantando todo los oídos.

LUCI.
¡Oh! habla tú por ella,
¿quién cometió éste acto?

MARC.
¡Oh! Así la encontré perdida en el parque, [1160]
buscando esconderse como hace el ciervo
que recibió una herida incurable.

TIT.
Era mi cierva,
y el que la hirió
me hirió más a mí, que si me hubiera dado muerte; [1165]
pues ahora soy como quien sobre una roca
está rodeado por un mar salvaje.
Quien observa la creciente pleamar
subir ola a ola,
esperando siempre que algún remolino envidioso [1170]
le trague en sus saladas entrañas.
Éste camino recorrieron mis desdichados hijos hacia la muerte;
aquí mi otro hijo, hombre desterrado,
y aquí mi hermano llorando por mis penas.
peor lo que a mi alma da el mayor vuelco, [1175]
es mi estimada Lavinia, más amada que mi alma.
Sólo de ver tu imagen de esta guisa,
me hubiera enloquecido. ¿Qué he de hacer?
¿Ahora que veo tu vivo cuerpo así?
No tienes manos con que limpiarte las lágrimas, [1180]
ni lengua con que contarme quién te martirizó;
tu esposo está muerto, y por su muerte
a tus hermanos condenaron, y murieron por ello.
Mira Marcus, ¡ah! Lucius, hijo, mírala;
cuando nombré a sus hermanos, frescas lágrimas [1185]
rodaron por su mejilla, como hace el dulce rocío,
sobre la azucena talada casi marchita.

MAR.
Quizás llore por que asesinaron a su marido
quizás por que sabe de su inocencia.

TI.
Si de verdad mataron a tu marido, alégrate, [1190]
pues la ley ya tomó su venganza en ellos.
No, no, jamás cometerían una acción tan abominable,
atestiguad el dolor que sufre su hermana.
Gentil Lavinia, deja que bese tus labios
y hazme alguna señal de cómo aliviarte. [1195]
¿Quieres que tu buen tío y tu hermano Lucius
y tú y yo nos sentemos junto alguna fuente,
mirando todos adentro para ver nuestras mejillas
cómo se tiñen, como prados todavía sin secar
con pringoso barro dejado por la riada?; [1200]
¿Y miraremos la fuente tanto tiempo,
hasta que el sabor fresco sea eliminado de esa claridad,
y se haya convertido en fosa salada por nuestras amargas lágrimas?
¿O quieres que nos cortemos las manos?
¿O nos mordemos las lenguas, y como mimos [1205]
pasemos el resto de nuestros odiosos días?
¿Qué quieres que nos hagamos? Deja que nosotros que tenemos lenguas
diseñemos algún ardid de futuras miserias
que nos admire en su tiempo por venir.

LU.
Dulce padre cesen tus lágrimas, pues con tu dolor [1210]
ved como mi desdichada hermana sufre y llora.

MAR.
Paciencia, querida nieta. Buen Titus seca tus ojos.

TI.
¡Ah, Marcus, Marcus! Hermano, bien mojaría
tu paño, no puede beber una de mis lágrimas,
pues tú, pobre hombre, con las tuyas lo ahogaste. [1215]

LU.
Ay, mi Lavinia, tus mejillas secaré.

TI.
¡Escucha, Marcus, escucha! Entiendo sus signos,
si tuviera lengua para hablar, ahora diría
a su hermano lo que a ti te dije.
Su paño con sus sinceras lágrimas todo mojado, [1220]
no sirve ya en sus penosas mejillas.
¡Oh!, qué simpatía de dolor es ésta!
Tan lejos de ser ayuda como el limbo está del cielo.

Entra Aron el Moro, sólo

MORO.
Titus Andronicus, mi señor el Emperador,
te envía ésta palabra, que si a tus hijos amas, [1225]
que Marcus, Lucius, o tú mismo viejo Titus,
o cualquiera de vosotros, os cortéis la mano
y se la enviéis al Rey; él por la misma,
te enviará a ambos hijos vivos
y ése será el rescate por su falta. [1230]

TI.
¡Oh! ¡gracioso Emperador! ¡Oh, gentil Aarón!
¿Acaso el cuervo canta cual alondra
que dulce saluda el salir del sol?
De todo corazón le envió al emperador mi mano,
buen Aarón, ¿me ayudas a cortarla? [1235]

LU.
Quieto, padre, esa noble mano tuya,
que a tantos enemigos venció
no será enviada: mi mano hará las veces,
mi juventud mejor que vos prescinde de sangre,
y por ello la mía salvará la vida a mis hermanos. [1240]

MAR.
¿Qué mano no defendió Roma,
y cuál no alzó la sangrienta hacha de guerra,
escribiendo destrucción en los castillos enemigos?
Oh, ninguno de los dos reunís suficientes méritos;
mi mano no es más que ocio, que sirva [1245]
para rescatar mis dos nietos de su muerte;
así la conservé para un valioso fin.

MORO.
No, poneos de acuerdo, qué mano enviamos,
pues temo que mueran antes de que llegue su perdón.

MAR.
Irá mi mano. [1250]

LU.
Por el cielo, ¡que no irá!

TI.
Señores, no discutan. Éstas hierbas marchitas,
maduras están para ser taladas, y por eso es la mía.

LU.
Dulce padre, si debe pensarse que soy tu hijo,
déjame redimir mis hermanos de la muerte. [1255]

MAR.
Y por honor a nuestros padres, y el cuidado de madre,
déjame mostrarte el amor de hermano.

TI.
Poneos de acuerdo; salvaré mi mano.

LU.
Entonces voy a por un hacha.

MAR.
Pero seré yo quien use el hacha. [1260]

Exeunt

TI.
Acércate Aarón, les engañaré a ambos,
dame tu mano, y te daré la mía.

MORO.
Si eso se llama engaño, seré honesto,
y nunca mientras viva, así se engaña a hombres;
pero te engañaré de otra forma, [1265]
y lo dirás antes de media hora.

Corta la mano a Titus.
Entran Lucius y Marcus de nuevo

TI.
Acabad vuestra disputa, lo que será, ha sido despachado;
buen Aarón, dadle mi mano a su majestad;
decidle que fue una mano que le protegía
de miles de peligros; rogadle la entierre; [1270]
se merece más, eso al menos tenga.
En cuanto a mis hijos, di que les cuento
por joyas compradas a precio fácil,
y aún caras también pues compré lo mío.

ARON.
Voy, Andronicus, y por tu mano, [1275]
mira que pronto tendrás tus hijos contigo.
sus cabezas, quería decir; ¡cómo ésta villanía
me engorda con sólo pensarla!
Que los bufones hagan el bien, y hombres justos pidan gracia,
Aarón quiere que su alma sea tan negra como su cara. [1280]

Exit.

TI.
¡Oh!, aquí alzo esta única mano al cielo,
e inclino su débil ruina a la tierra,
si hay poderes piadosos de lágrimas desdichadas
¡a ellos invoco! ¿Conmigo quieres arrodillarte?
Hazlo, dulce corazón, el cielo oirá nuestras plegarias [1285]
o con nuestro aliento empañaremos el cielo
y el sol cubriremos con niebla, como a veces las nubes
cuando lo abrazan en sus fundidos pechos.

MAR.
Oh hermano, habla con posibilidad,
y no irrumpas en esos profundos extremos. [1290]

TI.
¿No es profundo mi dolor, al no tener fondo?
Pues que mis pasiones sean tan profundas como él.

MAR.
Aún así, que razón gobierne tus lamentos.

TITUS.
Si existieran razones para estas miserias,
entonces, les pondría límites a mi dolor; [1295]
¿cuando llora el cielo, la tierra no se inunda?
¿Si se enfurecen los vientos, no enloquece el mar,
amenazando al cielo con su cara hinchada?
¿Y quieres una razón para esos disturbios?
¡Soy el mar. ¡Escucha como rugen sus lamentos! [1300]
Ella, el cielo llorando, la tierra, yo;
luego mi mar se mueve por sus suspiros,
luego mi tierra con sus continuas lágrimas
se anega, desborda y ahoga;
y como mis entrañas no pueden esconder su dolor, [1305]
cual ebrio tengo que vomitarlo.
Luego déjame ir, pues los perdedores necesitan permiso,
para aligerar sus estómagos con sus amargas lenguas.

Entra el mensajero con dos cabezas y una mano

MENS.
Valioso Andronicus, mal se os repaga,
por esa mano buena que al emperador enviaste; [1310]
aquí tienes las dos cabezas de tus nobles hijos,
y aquí tu mano, te devuelven como insulto,
tu dolor, su diversión; burlada tu firmeza
me apena pensar tus penas
más que el recuerdo de la muerte de mi padre. [1315]

Exit

MARC.
¡Qué el ardiente Edna se enfríe en Sicilia,
y mi corazón arda en el eterno infierno!
Esta miseria es más de lo que puedo soportar.
Llorar con los que lloran alivia algo
pero dolor burlado es doblar la muerte. [1320]

LUCI.
¡Ay! Qué ésta visión haga heridas tan profundas
y aún la detestada vida no se encoja ante ella;
que jamás la muerte dejará a la vida llevar su nombre,
donde la vida no tiene más interés que en respirar.

MARC.
¡Ay! pobre corazón, ese beso no conforta, [1325]
como agua helada a serpiente hambrienta.

TITUS.
¿Cuándo el fin de ésta horrorosa pesadilla?

MAR.
Adiós, ya, adulación, muere Andronicus,
no sueñas; mira de tus dos hijos las cabezas,
tu mano guerrera, tu hija abusada aquí; [1330]
tu otro hijo desterrado con esta visión
golpeado, pálido y sin sangre, y yo tu hermano
igual que imágenes de piedra, frío y helado.
¡Ay! ya no controlaré mi dolor,
arranca tu pelo plateado; tu otra mano [1335]
mordiendo con tus dientes, y que esa terrible imagen
sea el cierre de nuestros infelices ojos.
¿Es ahora el tiempo de tormentas, por qué te callas?

TITUS
¡Ja, ja, ja!

MAR.
¿Por qué ríes? No es propio de la hora. [1340]

TI.
¿Que no? Ya no me quedan lágrimas que verter;
además, este pesar es un enemigo,
y usurparía mis aguados ojos,
y los cegaría con lágrimas tributarias.
¿Luego, por qué camino debo encontrar la cueva venganza? [1345]
Estas dos cabezas parecen hablarme
y me amenazan que nunca alcanzaré la bendición
hasta que todo el mal haya sido devuelto,
a las propias gargantas de los que lo cometieron.
Venid, veamos qué tareas tengo por acometer. [1350]
Vos gentes de luto, haced un círculo,
para poder dirigirme a cada uno
y juráos por mi alma enderezar vuestros males.
Hechos los votos, ven hermano, toma una cabeza;
y con ésta mano llevaré la otra. [1355]
y Lavinia, tú también tendrás empleo en éstos asuntos;
lleva mi mano, dulce niña, entre tus dientes.
en cuanto a ti, niño, vete de mi vista,
eres un exiliado, y no puedes quedar,
deprisa a los Godos y allí alza un ejército, [1360]
y si me amas, como creo que haces,
bésame y parte, queda mucho que hacer.

Exeunt.
Manet Lucius.

LUCI.
Adiós, Andronicus, noble padre,
el más apenado que jamás vivió en Roma.
Adiós, orgullosa Roma, ¡hasta que Lucius vuelva! [1365]
Amo más mis promesas que mi vida.
Adiós, Lavinia, noble hermana mía.
¡Oh, si fueras como fuiste antes!
Pero ya ni Lucius ni Lavinia viven
sino en el olvido y odioso dolor; [1370]
si vive Lucius, vuestras ofensas corregirá,
y al orgulloso Saturninus y su emperatriz
rogarán ante las puertas como Tarquino y su reina.
Ya voy a los Godos y alzaré un poder,
para vengarnos en Roma y Saturninus. [1375]

Exit Lucius


Un banquete.
Entran Andronicus, Marcus, Lavinia, y un niño

AN.
Aquí, así, sentaos, y no comáis más
que lo necesario para preservar justo la fuerza
que vengará éste amargo dolor nuestro.
Marcus desata el nudo tejido de dolor;
tu nieta y yo (pobres criaturas) queremos nuestras manos [1380]
y no podemos apasionar nuestro dolor por diez veces
con brazos plegados. Ésta pobre mano diestra mía
quedó para tiranizar mi pecho.
Quién, cuando mi corazón enloquezca de miseria,
golpeará en la hueca prisión de mi carne, [1385]
sí, así, con el pulgar la hundo.
Tú, mapa de penas, que sólo con signos hablas,
cuando tu pobre corazón late con excéntricos latidos,
tú, no puedes golpearlo, para así callarlo.
Hiérelo con suspiros, niña, mátalo con gruñidos; [1390]
o coloca un pequeño cuchillo entre tus dientes,
y justo en tu corazón hazte un agujero,
que todas las lágrimas que tus pobres ojos dejan caer
corran a esa pila, y empapándose,
ahoguen al bufón plañidero en saladas lágrimas de mar. [1395]

MAR.
¡Maldición, hermano, no! No le enseñes a poner así
esas violentas manos sobre su tierna vida.

AN.
¿Y ahora qué? ¿El dolor ya te hace chochear?
Pero, Marcus, nadie debería enloquecer sino yo.
¿Qué manos violentas puede poner a su vida? [1400]
¡Ay! ¿Por qué urges el nombre de manos,
para rogar a Aeneas que repita el cuento
de cómo ardió Troya y él se convirtió en mísero?
¡Oh! No manejes el tema, hablar de manos
salvo que recordemos todavía que no tenemos. [1405]
Maldición, qué fanático cuadro mis palabras,
como si debiéramos olvidar que no tenemos manos,
si Marcus no hiciera mención de la palabra manos.
Vamos, tumbémonos también, y dulce niña, come esto,
¿aquí, no hay bebidas? Escucha Marcus, lo que dice, [1410]
sé interpretar todos sus martirizados signos;
dice que no beberá más que lágrimas,
elaboradas por sus penas, maceradas sobre sus mejillas
Demandante sin discurso, quiero aprender tus ideas.
Con tu muda acción seré tan perfecto [1415]
como el ermitaño suplicante con sus rezos sagrados.
No suspirarás ni alzarás tus muñones al cielo,
ni guiñarás, ni cabecearás, ni arrodillarás, ni harás señal
sin que yo forje un alfabeto
y con práctica muda aprenderé a saber tus intenciones. [1420]

NIÑO.
Buen yayo, abandona los amargos lamentos profundos.
Haz feliz a mi tía con algún cuento placentero.

MAR.
Ay, tierno niño, movido por la pasión,
llora de ver apesadumbrado a su abuelo.

AN.
Paz, tierno brote, estás hecho de lágrimas, [1425]
y las lágrimas rápido derribarán tu vida.

Marcus golpea el plato con un cuchillo

¿Qué atacas, Marcus, con tu cuchillo?

MAR.
Aquello, mi señor, que maté , una mosca.

AN.
¡Fuera de aquí, asesino! Matas mi corazón;
mis ojos agonizan con la vista de la tiranía. [1430]
Un hecho mortal sobre un inocente
no le va al hermano de Titus. ¡Vete!
Veo, que no sirves para mi compañía.

MAR.
Pero (mi señor) si sólo maté una mosca.

AN.
¿Sólo? ¿Y sí esa mosca tenía padre y madre? [1435]
Cómo colgarán sus doradas alas débiles
y sisearán los lamentables hechos al aire.
Pobre mosca inocente,
que con su bella melodía siseante,
vino aquí a alegrarnos, [1440]
y tú la mataste.

MAR.
Perdonádme señor,
era una negra mosca malcarada,
como el moro de la emperatriz, por eso la maté.

AN.
¡Oh, oh, oh! [1445]
perdóname por reprenderte,
pues hiciste una acción caritativa.
Dame tu cuchillo, yo también le insultaré,
lisonjeándome como si fuera el moro,
venir aquí a propósito para envenenarme. [1450]
Aquí, esto por ti, y esto por Tamora. Malvado.
Aún pienso no hemos caído tan bajo
a que entrambos podamos matar una mosca
que viene en semejanza al moro negro como el carbón.

MAR.
¡Ay, pobre hombre! El dolor tanto lucha en él [1455]
que ve sombras falsas por sustancias verdaderas.

AN.
Venga, retirad. Lavinia, ven conmigo;
Iremos a tu habitación y leeré contigo
tristes historias, ocurridas en los tiempos antiguos.
Ven, niño, acompáñame, tu vista es joven, [1460]
y leerás cuando los míos se cansen.

Exeunt


Entran el joven Lucius y Lavinia corriendo tras él, y
el niño huye de ella con libros bajo el brazo.
Entran Titus y Marcus

NIÑO.
¡Auxilio, abuelo, auxilio, mi tía Lavinia,
Me persigue a todos lados y no sé por qué!
Buen tío Marcus mira que veloz se mueve,
ay, dulce tía, no entiendo qué queréis. [1465]

MAR.
Ven aquí, Lucius, no temas a tu tía.

TITUS.
Te ama demasiado, niño, para hacerte daño.

NIÑO.
Sí, cuando mi padre vivía en Roma me amaba.

MAR.
¿Qué quieres decir, Lavinia nieta, con éstas señas?

TI.
No le temas, Lucius, algo querrá decir, [1470]
Mira, Lucius, ves lo mucho que te estima;
de alguna manera quiere que vayas con ella.
Ah, niño, nunca Cordelia con más cuidado
leía a sus hijos, que ella te leía a ti
dulces poemas y las Oraciones de Tulio. [1475]
¿Acaso no adivinas por qué te zarandea así?

NIÑO.
No, mi señor, no lo sé, ni lo adivino,
salvo que algún ataque o capricho le posea;
pues a menudo he oído decir a mi abuelo,
que las penas extremas hacen enloquecer a los hombres. [1480]
Y leí que Hecuba de Troya
enloqueció de pena, lo que me hizo temer,
aunque, mi señor, conozco mi noble tía,
que me ama tanto como mi madre
y sé que sólo por furia asustaría mi juventud, [1485]
lo que me asustó y tiré los libros y huí,
sin causa quizás, perdonadme dulce tía,
y, madam, y si mi tío Marcus se va
con mucho gusto atenderé a su señoría.

MAR.
Lucius, me voy. [1490]

TI.
¿Qué pasa, Lavinia? Marcus, ¿qué significa esto?
Alguno de esos libros quiere ver,
¿Cuál de éstos es, niña? Abridlos, niño,
si eres más leída, y mejor educada;
ven y elige entre todos los de mi biblioteca, [1495]
y engaña así tus penas, hasta que el cielo
revele los malditos instigadores de éstos hechos.
¿Qué libro?
¿Por qué alza los brazos en tan extraña secuencia?

MAR.
Creo que significa que hubo más de uno [1500]
confederado en el acto, sí, eran más,
sino los alza al cielo pidiendo venganza.

TI.
Lucius, ¿qué libro es el que así hojea?

NIÑO.
Abuelo, es la Metamorfosis de Ovídio
me lo dio mi madre. [1505]

MAR.
Por amor a quien se fue,
quizás lo seleccionó entre los demás.

TI.
Callaos, tan atenta pasa las páginas,
ayudadle, ¿qué quiere encontrar? Lavinia, ¿quieres que lea?
¿Es la trágica historia de Philomela? [1510]
Y trata de la traición de Tereus y su violación;
y violación, me temo, fue la raíz de tu enfado.

MAR.
¡Mira, hermano, mira! Nota como observa las páginas.

TI.
Lavinia, ¿fuiste sorprendida así, dulce niña,
violada y abusada como lo fue Philomela? [1515]
Forzada en el oscuro bosque vasto y despiadado.
¡Ved, ved!, sí, existe un lugar así, donde fuimos a cazar,
¡Oh, si nunca, nunca hubiéramos cazado allí)
dispuesto como lo que el poeta aquí describe
hecho por natura para asesinos y violaciones. [1520]

MAR.
¡Oh! ¿por qué la natura construye guaridas tan abyectas,
salvo que a los dioses les diviertan las tragedias?

TI.
Haz señas, dulce niña, aquí tan sólo hay amigos,
¿qué lord romano se atrevió a cometer el acto?
o acaso Saturnino se escabulló, como ya hizo Tarquino, [1525]
que abandonó el campo para pecar en la cama de Lucrecia.

MAR.
¡Siéntate, dulce nieta, hermano siéntate junto a mí!
¡Apolo, Palas, Júpiter o Mercurio,
inspiradme, que ésta traición descubra!
Mi señor, mirad; mira esto Lavinia. [1530]

Escribe su nombre con su bastón, y lo guía
con los píes y la boca

éste trozo arenoso es liso, guía si puedes
siguiéndome, como escribí mi nombre,
sin necesidad de mano alguna.
¡Maldito el corazón que a éste extremo nos forzó!
¡Escribe, buena nieta, y aquí al fin despliega [1535]
lo que Dios quiere se revele para vengarlo.
Los cielos guíen tu pluma para escribir claras tus penas,
y conozcamos a los traidores y la verdad.

Toma el bastón en su boca, y lo guía con sus
muñones y escribe

TI.
¿Oh, leéis vos, mi señor, lo que escribe?
Stuprum, Chiron, Demetrius. [1540]

MAR.
¿Qué? ¿Qué? ¿Los lujuriosos hijos de Tamora
ejecutores de éste odioso y sanguinario acto?.

TITUS
Magni Dominator poli,
Tam lentus audis scelera, tam lentus vides?

MAR.
¡Oh, cálmate, gentil señor, aunque sé [1545]
que suficiente hay escrito en ésta tierra,
para alzar un motín en las mentes más suaves
y armar hasta las mentes de infantes a protestar.
Mi lord, arrodillaos conmigo, Lavinia de rodillas
y arrodíllate, dulce niño, esperanza de Héctor romano [1550]
y jurad conmigo, como el infortunado marido
y padre de ésta casta dama deshonrada,
Lord Junius Brutus juro por la violación de Lucrecia,
que procesaremos (con buen consejo)
venganza mortal en éstos Godos traidores [1555]
y veremos su sangre, o moriremos con el reproche.

TI.
Así sea cierto, y sabes el cómo.
Pero si cazas los oseznos, ten cuidado;
la Dama despertará, y si sólo una vez te huele,
con el león todavía mantiene alianza profunda. [1560]
Y le adormece mientras de espaldas juega
y cuando él se duerme ella hará lo que arguye.
Eres un joven cazador, Marcus, déjalo;
y ven, iré a por una hoja de metal,
y con mi punzón de acero escribiré estas palabras, [1565]
y lo someteré; el furioso viento del norte
soplará esta arena cual hojas de Sibila por ahí,
y ¿dónde quedará tu lección entonces? Niño, ¿qué dices?

NIÑO.
Digo, mi señor, que si fuera hombre
el dormitorio de su madre no sería lugar seguro, [1570]
para esos viles esclavos del yugo de Roma.

MAR.
¡Así, ese es mi niño! Tu padre a menudo
hizo eso por éste país desagradecido.

NIÑO.
Sí, tío, así lo haré si vivo.

TI.
Ven, acompáñame a mi sala de armas, [1575]
Lucius, te armaré, y con ello, mi niño
le llevarás de mi parte a los hijos de la emperatriz
presentes, que intención tengo enviar a ambos:
¡ven, ven!; tu entregarás mi mensaje, ¿no es así?

NIÑO.
Sí, con mi puñal en sus pechos, abuelo. [1580]

TI.
No, niño, así no: te enseñaré otro curso,
Lavinia ven, Marcus, cuida de mi casa,
Lucius y yo iremos a mostrar valor en la corte.
Sí, alegres, señor, y se nos atenderá.

Exeunt.

MAR.
¡Oh, cielos! ¿Podéis oír a un hombre gruñir [1585]
y no ceder, y no tenerle compasión?
Marcus, asístele en su locura,
que tiene más heridas de pena en el corazón,
que marcas enemigas en su maltrecho escudo,
y aún tan justo, que no quiere vengarse; [1590]
¡vengad vosotros, cielos, al viejo Andronicus!

Exit


Entran Aarón, Chiron y Demetrius por una puerta: y por otra
puerta el joven Lucius y otro, con un puñado de
armas, y versos escritos en ellas.

CHI.
Demetrius, aquí viene el hijo de Lucius,
tiene un mensaje que entregarnos.

ARON.
Sí, algún loco mensaje de su abuelo loco.

NIÑO.
Mis señores, con toda mi humildad, [1595]
de parte de Andronicus os saludo,
y ruego a los Dioses romanos a ambos os confundan.

DEME.
Gracias, estimado Lucius, ¿qué nuevas traes?
Como villanos estáis marcados por la violación. Si os place,
mi abuelo, bien asesorado, conmigo envía [1600]
las mejores armas de su arsenal
para gratificar vuestra honorable juventud,
esperanza de Roma, pues eso me encargó decir;
y así lo hago, y presentar con sus regalos
a sus señorías, que siempre que necesiten [1605]
seréis bien armados y bien nombrados,
y así dejo ambos: cual sanguinarios villanos.

Exit

DEME.
¿Qué es? ¿Un rollo, & todo escrito?
Veamos.
Integer vitae scelerisque purus, [1610]
non egit maury iaculis nec arcus.

CHI.
¡Oh! es un verso de Horacio, bien lo conozco.
Lo leí en Gramática hace tiempo.

MORO.
Sí, justo, un verso en Horacio; correcto, eso es,
¿Pero que cosa ser un asno? [1615]
¡Ésta no es una broma sana! El viejo ha encontrado su culpa
y envía armas envueltas en esas líneas
que hieren, (sin que lo noten) con rapidez,
si nuestra ingeniosa emperatriz estuviera en pie
aplaudiría el engaño de Andronicus; [1620]
que descanse en su sin descanso un rato.
Ahora, jóvenes lores, ¿acaso no fue una feliz estrella
la que nos trajo a Roma, forasteros, y más que eso;
cautivos, para alcanzar estas alturas?
Me sentó bien ante las puertas de palacio [1625]
retar al tribuno en la audiencia de su hermano.

DEME.
Y mejor a mí ver un Lord tan grande
insinuar bajezas y enviarnos regalos.

MORO.
¿No tiene razones, Lord Demetrius?
¿No usasteis su hija muy amable? [1630]

DEME.
Desearía que tuviéramos mil damas romanas
en tal bahía, por turnos servirían nuestra lascivia.

CHI.
Un deseo caritativo y lleno de amor.

MORO.
Tan sólo falta vuestra madre para decir 'Amén'.

CHI.
Y lo haría por veinte mil más. [1635]

DEME.
Venid, vamos, recemos a todos los Dioses
por nuestra amada madre en sus penas.

MORO.
Rezad a los diablos, los Dioses nos han entregado.

Fanfarrias.

DEM.
¿Por qué resuenan las fanfarrias del emperador?

CHI.
Quizás de alegría que el emperador tenga un hijo. [1640]

DEME.
Silencio, ¿quién se acerca?

Entra Nurse con un niño moro negro

NUR.
Buen día, señores;
¡Oh! Díganme, ¿han visto a Aarón el Moro?

ARON.
Bueno, más o menos, o nunca ni una pizca,
aquí tenéis a Aarón, ¿y qué quieres de Aarón ahora? [1645]

NURSE.
¡Oh, gentil Aarón! ¡Estamos todos perdidos!
¡Ayuda ahora, o serás maldito por siempre!

ARON.
¿Pero que manojo de aullidos traes?
¿Qué envuelves y se agita en tus brazos?

NURSE.
¡Oh! Lo que guardar quisiera ante los ojos del cielo, [1650]
la vergüenza de la emperatriz, y la desgracia estatal de Roma,
ya entregó, señores, ya entregó.

ARON.
¿A quién?

NURSE.
Quiero decir, ya está en cama.

ARON.
Bien, Dios le de buen reposo. [1655]
¿Qué le envió?

NURSE.
Un diablo.

ARON.
Pues entonces será la dama del diablo; un feliz resultado.

NURSE.
Un resultado infeliz, triste, negro & penoso.
Aquí está el bebe tan odioso como un sapo, [1660]
entre los criadores más blancos de nuestro clima,
la emperatriz te lo envía, tu cuño, tu sello,
y te ruega lo bautices con la punta de tu daga.

ARON.
¡Fuera, maldita puta! ¿El negro es color tan bajo?
Dulce carita, eres una bella flor, seguro. [1665]

DEME.
Villano,¿qué has hecho?

ARON.
Lo que no puedes deshacer.

CHI.
Has deshecho a nuestra madre.

DEME.
Y con ello, perro infernal, la has deshecho.
¡Lamenta su suerte, y maldita su asquerosa elección! [1670]
¡Maldito el descendiente de tan podrido enemigo!

CHI.
¡No vivirá!

ARON.
¡No morirá!

NURSE.
Aarón, debe, la madre así lo quiere.

ARON.
¿Qué debe, nurse? Pues que ningún hombre sino yo [1675]
ejecute mi carne y sangre.

DEME.
Pincharé al renacuajo en la punta de mi daga;
¡Nurse, dámelo! Mi espada pronto lo despachará.

ARON.
Antes esta espada labrará tus entrañas.
¡Quieto! ¡Villano asesino! ¿Quieres matar a tu hermano? [1680]
Por las chispas ardientes del cielo
que tan radiantes brillaron cuando concebimos este niño,
morirá sobre la punta afilada de mi cimitarra quien
toque a éste mi hijo primogénito y heredero.
Os digo, jovenzuelos, ni Enceladus, [1685]
con todas sus amenazantes bandas de crías de Tifones,
ni el gran Alcides, ni el Dios de la guerra,
arrebatarán ésta presa de las manos de su padre.
¡Qué, qué! ¡Sanguinarios niños de corazón hueco!
¡Vacías paredes blancas! ¡Signos pintados en tabernas! [1690]
Negro carbón es mejor que cualquier color
en que desprecia llevar otro color.
Ni todo el agua del océano
hará que las negras piernas del cisne sean blancas,
aunque las lavara durante horas en las aguas. [1695]
Di a la emperatriz de mi parte, que ya tengo edad
de cuidar lo mío, que lo excuse como pueda.

DEME.
¿Así traicionas a tu noble amada?

ARON.
Mi amada es mi amada; éste, yo mismo,
el vigor y la imagen de mi juventud; [1700]
esto prefiero ante todo el mundo;
esto a pesar de todo el mundo mantendré a salvo,
o alguno de vosotros humearéis en Roma.

DEME.
Con esto nuestra madre por siempre queda avergonzada.

CHI.
Roma la despreciará por ésta pútrida escapada. [1705]

NUR.
El emperador en su ira la sentenciará a muerte.

CHI.
Me sonrojo al pensar esta ignominia.

ARON.
Pues ahí tienes el privilegio que lleva tu belleza.
¡Asco, color traicionero, que sonrojándose traiciona
las secretas leyes y consejos de tu corazón! [1710]
Aquí tenemos un joven enmarcado en otro guiño;
pero mira cómo el negro esclavo le sonríe al padre,
como quien dice; ¡Viejo, soy tú mismo!
Es vuestro hermano, señores, bien nutrido
de la misma sangre que primero os dio vida; [1715]
y del vientre que fue vuestra prisión
ha sido franquiciado y vino a la luz;
no, es vuestro hermano del lado seguro,
aunque mi sello estampado en su cara.

NURSE.
Aarón, ¿qué le digo a la Emperatriz? [1720]

DEM.
Asesórate, Aarón; ¿qué se debe hacer?
y todos suscribiremos tus consejos;
salva tu hijo, así todos estaremos seguros.

ARON.
Pues sentémonos y consultemos todos.
Mi hijo y yo queremos vuestro viento; [1725]
quedaos allí; ahora hablad a placer de seguridad.

DEME.
¿Cuántas mujeres vieron este su hijo?

ARON.
¡Pues, bien, valientes señores! Cuando unidos en liga,
soy un cordero; pero si retáis al Moro,
al oso acorralado, la leona de la montaña, [1730]
el océano no ruge como cuando Aarón se atormenta;
pero repite, ¿cuántas vieron al niño?

NURSE.
Cornelia, la comadrona, y yo,
y nadie más, la emperatriz pariendo.

ARON.
La emperatriz, la comadrona, y tú; [1735]
dos pueden aconsejarse, cuando el tercero ausente;
ve junto a la emperatriz; dile esto le digo.

La mata

¡Débil! ¡Débil! Así grita el cerdo preparado para escupir.

DEME.
¿Qué quieres decir, Aarón?
¿Por qué hiciste esto? [1740]

ARON.
¡Oh, lord! ¡Señor!¿Es un acto político?
¿Debe vivir para traicionar ésta nuestra culpa
una chismosa de larga lengua? ¡No, lores, no!
Y ahora sabed todas mis intenciones.
no lejos, un Muliteus, compatriota mío, [1745]
su mujer tan sólo anteanoche fue llevada a cama,
su hijo es igual a ella, blanca como vosotros;
id y pactad con él, y dadle oro a la madre,
y a ambos las circunstancias de todo,
y cuánto su hijo prosperará, [1750]
y se les recibirá como herederos del emperador,
y sustituidle en lugar del mío,
para calmar la tempestad que remolinea en la corte;
y que el emperador le besuquée como suyo.
Escuchadme, señores; ven que a ella le di físicos, [1755]
y las necesidades funerarias hay que atender;
los campos están próximos, sois novios galantes;
hecho eso, ved de no tomar largos días,
y mandáis a la comadrona se presente ante mí.
La comadrona y la nurse bien despachadas, [1760]
que las ladies digan lo que quieran.

CHI.
Aarón veo que no fiáis ni al aire con secretos.

DEME.
Por éste trato a Tamora,
a ella y los suyos, quedamos muy obligados.

Exeunt

ARON.
Ahora a los Godos, tan rápido como vuelan golondrinas, [1765]
para disponer allí éste tesoro en mis brazos
y en secreto saludar los amigos de la emperatriz.
Venga, esclavo de gruesos labios, te llevaré allí,
pues eres tú el que nos encarrilas;
te haré comer bayas y raíces, [1770]
y tomarás cuajada y suero, y mamarás la cabra,
y vivirás en una cueva, y te criaré
para ser un guerrero, y comandar un campamento.

Exit


Entra Titus, Viejo Marcus, joven Lucius, y otros gentilhombres
con arcos, y Titus lleva las flechas con
cartas en las puntas.

TIT.
Ven, Marcus, ven, primos, éste es el camino.
Niño, sire, dejadme ver vuestros arcos; [1775]
fijaos al tensar, fuerte; y esto, bien recto.
Terras Astrea reliquit, que no se te olvide, Marcus.
Se fue, huyó, señores cada uno a sus herramientas,
vosotros, primos, id y sondead los océanos,
y lanzad vuestras redes, con suerte la cazaréis en el mar, [1780]
aunque haya tan poca justicia como en tierra.
No Publius y Sempronius, tenéis que hacerlo,
tenéis que hacerlo con pico y pala
y llegad al núcleo central de la tierra;
luego al llegar a la región de Plutón, [1785]
os ruego, entregadle ésta petición;
decidle, que es de justicia y en auxilio,
y que de parte del viejo Andronicus,
agitado por el dolor en la desgraciada Roma.
¡Ay, Roma! Bien, bien, te hice miserable, [1790]
a buena hora le lancé los sufragios populares
sobre él, que así me tiraniza.
Id, largaos ya; os ruego sed prudentes todos,
y no dejéis hombres de guerra sin registrar;
éste malvado emperador puede haberla embarcado, [1795]
y primos, luego soplaremos gaitas a la justicia.

MARC.
¡Oh, Publius! ¿No es un caso grave,
ver a tu noble tío tan disperso?

PUBL.
Por ello, señores, mucho nos concierne
de día y noche atendedle con cuidado, [1800]
y alimentad su humor lo más que podáis,
hasta que el tiempo conciba algún remedio cuidadoso.

MARC.
Primos, sus penas excedieron su remedio.
uníos a los godos, y con guerra vengativa
saquead Roma por su ingratitud, [1805]
y venganza al traidor Saturnino.

TIT.
Publius, ¿qué dices? ¿Qué decís, mis maestros?
¿Qué, os topasteis con ella?

PUBL.
No, mi buen señor, pero Plutón os manda palabra,
que si quieres venganza del infierno, la tendrás; [1810]
alegre, por justicia, está tan ocupada,
cree que con Júpiter en el cielo, o en otro sitio;
así que por fuerza, tienes que quedar un tiempo.

TIT.
Me ofende quien me nutre con retrasos,
me sumergiré en el profundo lago ardiente, [1815]
y la arrancaré del Aquerón por los tacones.
Marcus, sólo somos matorrales, no somos cedros,
ni hombres de grandes huesos, del tamaño de los cíclopes,
sino metal, Marcus, acero hasta la misma espalda,
más forjados con males, más que los que la espalda resiste; [1820]
y ya que no hay justicia ni en la tierra ni en el infierno,
solicitaremos al cielo y moveremos a los Dioses
a que envíen a Justicia a vengar nuestras ofensas.
Venid, por éste asunto. Eres buen arquero, Marcus.

Les da las flechas

Ad Iouem, ésta para ti; aquí ad Appollonem, [1825]
Ad Martem, éstas para mí,
ésta niño para Palas, ésta para Mercur,
a Saturnino, a Caius, ¡no! a Saturnino, ¡no!
sería igual a disparar contra el viento.
¡A ello hijo! Marcus, suelta cuando diga. [1830]
con mis palabras, escribí para conseguir;
no ha quedado Dios sin solicitar.

MARC.
Primos, enviad todas las flechas a la corte;
afligiremos al emperador en su orgullo.

TIT.
Ahora, señores, tensad. ¡Oh, bien dicho, Lucius! [1835]
Buen hijo, al regazo de Virgo, dadle a Palas.

MARC.
Mi señor, apunte una milla más allá de la luna;
su carta así llegará a Júpiter.

TIT.
¡Ja, ja!, Publius, Publius, ¿qué hiciste?
¿Ves, lo ves? Has arrancado un cuerno a Taurus. [1840]

MAR.
Ese es deporte, mi señor; cuando disparó Publius,
el Toro, airado, le dio tal envestida a Aries
que ambos cuernos del chivo cayeron en la corte;
y quién sino los villanos de la emperatriz para encontrarlos;
ella reía, y le dijo al Moro que no eligiera [1845]
sino que se los diera como presente a su amo.

TIT.
Pues allá va. ¡Dios, a su señoría, de alegría!

Entra el clown con una cesta y en ella dos pichones.

TITUS.
Noticias, nuevas, del cielo,
Marcus, llegó el correo.
¿Sirrah, que te traes? ¿Tienes alguna carta? [1850]
¿Tendré justicia? ¿qué dice Júpiter?

CLOWNE.
¡Jo! con el verdugo, dice que los volvió a bajar,
pues no lo cuelgan hasta la semana que viene.

TIT.
¿Pero, Júpiter, qué dice?, te pregunto.

CLOWNE.
Pues, señor, no conozco Júpiter alguno, [1855]
en mi vida bebí con él.

TIT.
Pero, villano, ¿no eres el portador?

CLOWNE.
Sí, de mis pichones, señor, nada más.

TIT.
¿Entonces no vienes de los cielos?

CLOWNE.
¿Del cielo? Pues, señor, nunca vine de allí, [1860]
Dios me prohíba ser tan atrevido ir al cielo en días
tan jóvenes. Pues, voy con mis pichones al
Tribunal Plebeyo, en relación con una riña, entre
mi Tío, y uno de los hombres del Emperador.

MAR.
Pues, señor, es lo que más os conviene y sirve [1865]
a vuestra oración, y que él entregue los pichones al emperador
por vos.

TIT.
Di, sabríais entregar una oración al emperador
con cierta gracia?

CLOWNE.
Sincero, ¡no! nunca supe decir gracias en toda [1870]
mi vida.

TIT.
¡Chaval, ven aquí; no más remilgos,
pues dadle vuestros pichones al emperador;
por mí recibiréis justicia de sus manos.
Espera, espera; mientras toma dinero para tus gastos. [1875]
Dadme pluma y tinta.
Chaval; ¿sabéis presentar una súplica con gracia?

CLOWNE.
Sí, señor.

TITUS.
Pues ésta es una súplica para ti, y cuando
llegues ante él, al acercarte debes arrodillarte, [1880]
luego besas su pie; luego le entregas tus pichones;
y cobra tu recompensa. Estaré a mano, señor, quiero veros hacerlo
con valor.

CLOWNE.
Confiad en mi, señor, dejadme sólo.

TIT.
¿Chaval, tienes un cuchillo? Venga, muéstralo. [1885]
Toma Marcus, envuélvelo en la súplica;
pues lo haces como un humilde suplicante;
y cuando se la hayas entregado al emperador,
llama a mi puerta, y di lo que dijo.

CLOWNE.
Dios esté con vos, señor, lo haré. [1890]

Exit.

TIT.
Venga Marcus, vamos. Publius, sígueme.

Exeunt.


Entran el emperador y la emperatriz, y sus dos hijos, el
Emperador trae las flechas en sus manos
que Titus lanzó contra él.

SATUR.
Pero, señores;
¿qué insultos son éstos? Jamás se vio
un emperador en Roma despreciado tal,
molestado, enfrentado así, y para ejercer [1895]
justicia igual, usado en tamaña ofensa?
Señores, saben, como lo saben los poderosos Dioses,
(sea lo que sea que los detractores de nuestra paz
les zumben en los oídos a las gentes) nada ha sucedido,
sino justicia contra los caprichosos hijos [1900]
del viejo Andronicus.
¿Qué, y si
sus penas tanto vencieron sus sentidos,
debemos, acaso, dejarnos insultar por su ira,
sus ataques, caprichos y amargura? [1905]
¡Ahora le escribe al cielo por sus derechos!
¡Mirad, ésta a Jehová, y ésta a Mercurio;
ésta a Apolo, ésta al Dios de la guerra;
dulces rollos volando por las calles de Roma!
¿Qué es, sino un libelo contra el senado? [1910]
¿Y blasonar nuestra injusticia por todos lados?
¿De buen humo, no es así, mis señores?
Como quien dice en Roma no hay justicia.
Pero como que vivo, sus fingidos éxtasis
no serán refugio a éstas infamias; [1915]
pero él y los suyos sabrán que la justicia vive
con salud bajo Saturnino; quién si duerme,
despertará de forma que en su furia
cortará el más orgulloso de los conspiradores vivos.

TAMO.
Mi gracioso Lord, mi amado Saturnino, [1920]
señor de mi vida, comandante de mis ideas,
cálmate, y soporta las faltas de edad de Titus,
los efectos de la pena por sus valientes hijos,
cuya perdida le penetró profundo e hirió su corazón;
más bien dale alivio a sus ruegos desesperados [1925]
antes que perseguir ni el menor ni el mayor
de sus insultos. Pues así será
astuta Tamora charlaré con todos.

Aparte.

Pero, Titus, te toqué en tu rapidez,
derramada tu sangre vital; si Aarón ahora es sabio [1930]
todo se salvará, el ancla cae en el puerto.

Entra Clowne.

¿Qué hay, buen chico? ¿Quieres hablar con nos?

CLOWNE.
Sí, por Dios, y su amadatriz sea imperial.

TAM.
Emperatriz, soy; pero allí tenéis al emperador.

CLO.
¡Es él!; Dios y San Esteban os de hogar feliz. [1935]
Os traigo una carta, & un par de pichones, aquí.

Lee la carta

SATU.
¡Venga, lleváoslo, y que le cuelguen al instante!

CLOWNE.
¿Cuánto dinero me vais a dar?

TAM.
Ven, chaval, hay que colgarte.

CLOWNE.
¿Colgado?, ¿por una lady? luego traje mi nuca [1940]
a un final fino.

Exit

SATU.
¡Despreciables e intolerables insultos!
¿Tengo que soportar estas monstruosas villanías?
Se de dónde procede este engaño,
¿he de soportarlo? ¿Como si sus hijos traidores, [1945]
que por la ley murieron, por el asesinato de nuestro hermano,
por mis medios, hubieran sido sacrificados por error?
Id, arrastrad al villano hasta aquí por sus pelos;
ni la edad ni el honor deben dar privilegios;
por ésta orgullosa broma seré tu carnicero, [1950]
astuto brujo fanático, que me ayudaste a ser grande,
esperando gobernarías tú mismo Roma y a mí.

Entra Nuntius Emillius

SATUR.
¿Qué novedades traes, Emillius?

EMIL.
¡Armas, mi señor! Nunca tuvo Roma mejor causa,
los Godos han reunido una cabeza, y con un ejército [1955]
de hombres muy decididos, dedicados al espoleo,
marchan hacia aquí sigilosos, conducidos por
Lucius, hijo del viejo Andronicus;
que amenaza, en el transcurso de la venganza, hacer
tanto como nunca llegó a hacer Coriolanus. [1960]

REY.
¿El guerrero Lucius es general de los Godos?
Estos sucesos me duelen, y cuelgo la cabeza
como las flores con el frío, o la hierba golpeada por tormentas.
Ay, ahora empiezan a acercarse nuestras penas;
es a él a quién la gente común tanto ama; [1965]
yo mismo se lo oí decir a menudo,
(cuando he paseado como hombre privado),
que el destierro de Lucius fue injusto,
y deseaban que Lucius fuera su emperador.

TAM.
¿Por qué ibas a temer? ¿Tu ciudad no es fuerte? [1970]

REY.
Sí, pero los ciudadanos favorecen a Lucius,
y se rebelarán contra mí para auxiliarle.

TAM.
¡Rey, que tus ideas sean imperiales, como lo es tu nombre!
¿Se oscureció el sol, que los murciélagos vuelan en él?
El águila sufre el cantar de los pájaros pequeños, [1975]
y no le preocupa lo que éstos quieran decir,
sabiendo que con la sombra de sus alas,
a placer puede parar su melodía.
Lo mismo debes hacer con los exaltados hombres de Roma.
Luego alegra tu ánimo, pues sepas, mi emperador, [1980]
que encantaré al viejo Andronicus,
con palabras más dulces, y aún más peligrosas,
que el anzuelo al pez, o flores de miel a las cabras,
que mientras uno está herido con el anzuelo,
al otro se le pudre con deliciosa comida. [1985]

REY.
Pero no quiere intercambiar su hijo por nosotros.

TAM.
Si Tamora le ruega, lo hará;
pues puedo suavizar y llenar sus oídos viejos
con promesas doradas, que, aunque su corazón fuera
casi impregnable, sus viejos oídos sordos, [1990]
tanto oído y corazón aún obedecerán mi lengua.
Adelántate, sé nuestro embajador;
di que el emperador requiere audiencia
del guerrero Lucius, y nombra la reunión.

REY.
Emillius, lleva éste mensaje con honor, [1995]
y si insiste en rehenes como seguridad,
rogadle que elija la prenda que más le plazca.

EMILL.
Tus encargos entregaré eficiente.

Exit.

TAM.
Ahora quiero ir a ver al viejo Andronicus,
y lo templaré con todas mis artes, [2000]
para arrancar al orgulloso Lucius de los guerreros godos.
Y ahora dulce emperador, bendito seas,
y entierra todos tus miedos en mis engaños.

SATU.
Pues ve sin demora y ruégale.

Exit.


Fanfarrias. Entran Lucius con un ejército de godos,
con tambores y soldados.

LUCI.
Guerreros experimentados y fieles amigos, [2005]
he recibido cartas de la gran Roma,
que cuentan con qué odio soportan al emperador,
y cuánto desean vernos.
Por ello, grandes señores, sed lo que vuestros títulos testifican,
imperiales, e impacientes por vuestros agravios, [2010]
y en lo que Roma os haya herido,
recibiréis triple satisfacción.

GODO.
Valiente paga, que ofrece el gran Andronicus,
cuyo nombre fue en su tiempo nuestro terror, ahora nuestro consuelo,
cuyos elevados logros y honorables hazañas [2015]
la ingrata Roma le paga con desprecio pútrido.
Míranos, te seguiremos donde nos conduzcas,
cual punzantes abejas en el más caluroso día del verano,
lideradas por su ama a los campos floridos,
y sea vengada la maldita Tamora. [2020]
Y como dice él, todos decimos con él.

LUCI.
Humilde se lo agradezco, y también a vosotros ¡gracias!
¿Mas quién llega aquí, guiado por un lascivo godo?

Entra un godo conduciendo a Aarón con su hijo
en sus brazos

GODO.
Famoso Lucius, me alejé de la tropa
para contemplar un ruinoso monasterio, [2025]
y cuando más en serio fijé la mirada
sobre el edificio derruido, de repente
oí llorar a un niño bajo una pared:
me acerqué al ruido, cuando de pronto oí
se intentaba controlar al niño con éste discurso: [2030]
¡Calla, esclavo teñido, mitad yo y mitad mi dama!
¿Acaso tu color no delata de quién eres polluelo?
Si natura te hubiera dado la apariencia de tu madre
villano, podrías haber llegado a emperador;
pero donde el toro y la vaca son blancos como la leche, [2035]
no llegan nunca a concebir un carnero negro tizón.
¡Calla, villano, calla! así se evalúa al bebe,
pues tengo que llevarte a un godo de fiar,
quién, cuando sepa que eres hijo de la emperatriz,
te tendrá en cariño como favor a tu madre. [2040]
Con éste arma desenvainada me abalanzo sobre él
de repente y le sorprendo, y aquí le traigo
para que hagas lo que creas necesario con el hombre.

LUCI.
Oh, valiente godo, éste es el diablo encarnado
que le robó a Andronicus su buena mano; [2045]
éste la perla que complació el ojo de la emperatriz,
y aquí el vil fruto de su ardiente lascivia.
Di, esclavo iridento, ¿cómo te atreves a presentar
ésta creciente imagen de tu cara enemiga?
¿Por qué no hablas? ¿Eres sordo? ¿Ni una palabra? [2050]
La soga, soldados, colgadle de éste árbol,
y junto a él el fruto de su bastardía.

ARON.
¡No toques al niño!, es de sangre real.

LUCI.
Se te parece demasiado para jamás ser bueno.
Primero colgad al niño, que lo vea agonizar, [2055]
una visión para vejar el alma de su padre.

ARON.
¡Traedme una escalera! Lucius, salva al niño.
Y de mí llevádselo a la emperatriz.
Si eso haces te mostraré cosas sorprendentes
que mucho puede aventajarte el oírlas; [2060]
si no quieres, pase lo que pase,
no diré más sino: ¡la venganza a todos os pudra!

LUCI.
Continúa, y si me place lo que dices,
vivirá tu hijo, y veré que sea alimentado.

ARON.
Y si te place, pues, tenlo por seguro, Lucius, [2065]
vejará tu alma escuchar lo que decir tengo;
pues hablaré de asesinos, raptos, y masacres,
actos de misa-negra, actos abominables,
complots de maldad, traición, villanías,
doloroso oírlas, aunque ejecutadas sin piedad, [2070]
y todo será enterrado por mi muerte,
salvo que me jures que mi hijo vivirá.

LUCI.
Habla con libertad,
te digo, tu hijo vivirá.

ARON.
Jura que lo harás, y comenzaré. [2075]

LUCI.
¿Por quién juro?
No crees en Dios alguno,
sabido es, ¿cómo puedes creer un juramento?

ARON.
¿Y qué, ninguno? Es cierto no creo en ninguno,
aún así, sé que tú eres religioso, [2080]
y que tienes algo en ti que llamáis conciencia,
con veinte trucos papales y ceremonias
que te he visto observar con esmero,
por eso te exijo jures; pues por lo que sé
un idiota cree su bastón un Dios, [2085]
y mantiene su juramento según por qué Dios jura,
a ello le invoco: por eso debes jurar
por ese Dios mismo, sea Dios quién sea,
que tú adoras y le tengas en reverencia,
a salvar mi hijo, a nutrirle y criarle, [2090]
o de lo contrario nada he de revelarte.

LUCI.
Sólo por mi Dios te juro a ti que lo haré.

ARON.
Primero sabes,
lo concebí con la emperatriz.

LUCI.
¡Oh más que insaciable y lujuriosa mujer! [2095]

ARON.
¡Calla! Lucius, eso tan sólo fue una acción de caridad
comparado con lo que tengo que contarte enseguida.
Fueron sus dos hijos quienes asesinaron a Bassianus;
ellos le cortaron la lengua a tu hermana y la violaron,
y le cortaron las manos y la podaron como la viste. [2100]

LUCIUS.
¡Oh, detestable villano!
¿Llamas a eso podar?

ARON.
Pues, ¿no se le lavó, y cortó, y podó
y fue deporte de poda para los que lo hicieron?

LUCI.
¡Oh, bárbaros bestiales villanos como tú! [2105]

ARON.
Pues sí, fui su tutor e instructor.
Ése espíritu cojonudo lo tienen de la madre,
carta tan segura como la que gana la mano;
las ideas sanguinarias creo las aprendieron de mí,
tan buen perro como el que pelea dando la cara. [2110]
Bueno, que mis actos atestigüen mi valor:
dirigí a tus hermanos a ése tramposo agujero,
donde yacía el cuerpo muerto de Bassianus:
escribí la carta que tu padre encontró,
y escondí el oro que en la carta se menciona. [2115]
Confederado con la reina y sus dos hijos,
y nada hay de lo hecho, que tengas causa de lamentar,
que no tenga un golpe de maldad mía.
Fui el que engañó a tu padre por su mano,
y, cuando la logré, me retiré, [2120]
y casi partí mi corazón con la extrema risa.
Espié entre la grieta de una pared
cuando por su mano recibió las dos cabezas de sus hijos;
vi sus lágrimas, y reí con tanto corazón
que ambos ojos llovían como los suyos; [2125]
y cuando a la emperatriz narré ésta broma,
casi desmaya con mi divertido cuento
y por mis esfuerzos me dio veinte besos.

GODO.
¿Qué, puedes decir todo eso y no enrojecer?

ARON.
Sí como perro negro, que dice el refrán. [2130]

LUCI.
¿Y no te arrepientes de esos actos viles?

ARON.
Sí, de no haber cometido mil más:
incluso ahora maldigo el día, y aún pienso
a pocos les alcanza de cerca mi maldición,
con la que no haya infligido daño notorio: [2135]
como matar a un hombre, o bien divisar su muerte,
forzar a doncellas, o planear la forma de hacerlo;
acusar algún inocente, y perjurarme a mi mismo,
instalar mortal enemistad entre dos amigos;
hacer que rompan la nuca el ganado de los pobres, [2140]
poner fuego a granjas y pajares por la noche,
y rogar a sus dueños los apaguen con sus lágrimas:
A menudo saqué muertos de sus tumbas,
y los plantaba sentados ante las puertas de sus estimados amigos,
incluso cuando sus penas ya casi estaban olvidadas, [2145]
y sobre sus pieles, como en la corteza de árboles,
con mi puñal tallaba en letras romanas,
'que no muera nuestro pesar, aunque esté muerto'.
Calla, he hecho miles de actos odiosos
tan voluntarioso como otros matan una mosca, [2150]
y nada en realidad me apena el corazón
más que no poder hacer mil más.

LUCI.
Baja aquí al diablo, pues no debe morir
tan dulce muerte como colgarlo ahora.

ARON.
Si existe el diablo, ojalá fuera un diablo, [2155]
para vivir y arder en el eterno fuego,
así quizás tendré tu compañía en el infierno,
para atormentarte con mi lengua amarga.

LUCI.
Señores, tápenle la boca, y que no hable más.

Enter Emillius

GODO.
Mi lord, ha llegado un mensajero de Roma [2160]
y desea ser admitido a vuestra presencia.

LUC.
Dejadle que se acerque.
Bienvenido, Emillius, ¿qué nuevas de Roma?

EMI.
Lord Lucius, y vos príncipes de los godos,
el emperador de Roma por mí os saluda a todos; [2165]
y, al entender que estáis alzados en armas,
os propone una negociación en casa de vuestro padre,
rogándoos propongáis vuestros rehenes
y de inmediato serán entregados.

GODO.
¿Qué dice nuestro general? [2170]

LUC.
Emillius, que el emperador entregue sus rehenes
a mi padre y a mi tío Marcus,

[Fanfarrias]

y nosotros acudiremos. ¡En marcha!

Exeunt.


Entran Tamora, y sus dos hijos disfrazados.

TAM.
Así, con éstos extraños y tristes hábitos,
quiero encontrar a Andronicus, [2175]
y diré que soy Venganza, enviada desde lo profundo
para unirme a él y enderezar sus tediosos males;
llama a su estudio, donde dicen que está,
para rumiar extraños diseños de urdir venganzas;
decidle que llega Venganza para unirse a él [2180]
y crear confusión entre sus enemigos.

Llaman y Titus abre la puerta de su estudio

TIT.
¿Quién osa molestar mis contemplaciones?
¿Es vuestro truco hacerme abrir la puerta,
para que mis tristes decretos puedan escapar volando
y todo mi estudio no sirva para nada? [2185]
Te equivocas; pues lo que pienso hacer
míralo aquí, con sangrientas líneas he fijado;
y lo que está escrito será ejecutado.

TAM.
Titus, vine para hablar contigo.

TIT.
No, ni una palabra: ¿cómo puedo agraciar tu charla, [2190]
careciendo de mano para darle acción?
Me sacas ventaja, por ello no más.

TAM.
Si me conocieras
te agradaría hablar conmigo.

TIT.
No estoy loco; te conozco lo suficiente, [2195]
testifica este muñón arrugado,
testifica estas líneas rojas,
testifica estas trincheras creadas por dolor y cariño,
testifica el cansino día y la pesada noche,
testifica todas penas que bien te conozco [2200]
por ser nuestra orgullosa emperatriz, poderosa Tamora:
¿tu visita no es para arrebatar mi otra mano?

TAMO.
Sabed, triste hombre, que no soy Tamora,
ella es tu enemiga, y yo tu amiga;
soy Venganza, enviada del reino infernal [2205]
para aliviar el buitre carroñero de tu mente,
a lanzar venganzas devastadoras contra tus enemigos:
baja y dame la bienvenida a la luz de éste mundo;
conferencia conmigo sobre asesinos y de muertes.
No existe cueva hueca alguna o lugar siniestro, [2210]
ni oscuridad vasta o velos de niebla,
donde el sangriento asesinato o el detestable estupro
puedan esconderse por temor, pero los encontraré,
y a sus oídos les diré mi tenebroso nombre,
Venganza, que al podrido ofensor hace temblar. [2215]

TIT.
¿Eres Venganza? ¿y os envían a mí,
para tormento de mis enemigos?

TAM.
Si, así es; por eso baja y dadme la bienvenida

TIT.
Hacedme un servicio antes de unirme a ti:
Mira a tu lado donde están Estupro y Asesinato, [2220]
ahora dame alguna seguridad que eres Venganza;
apuñálalos, o átalos a las ruedas de tu carruaje,
y luego bajaré y seré tu chofer,
y contigo recorreré todo el globo.
Proporciona dos palafrenes propios, negros como la tinta, [2225]
para alzar suave tu carruaje vengador
y que encuentre asesinos en sus culpables cuevas.
Y cuando tu carro esté cargado con sus cabezas,
desmontaré, y junto a los ejes de las ruedas
trotaré como servil pedestre todo el día, [2230]
desde que Hiperión se alza al éste
hasta su propia caída en el mar.
Y día tras día realizaré ésa pesada tarea,
si tu destruyes ese Estupro y Asesino de allí.

TAM.
Éstos son mis ministros, y vienen conmigo. [2235]

TIT.
¿Ésos son tus ministros? ¿Cómo se llaman?

TAM.
Estupro y Asesinato; se les llama así
por que toman venganza de ese tipo de hombres.

TIT.
Por Dios, cuánto se parecen a los hijos de la emperatriz
y tú a la emperatriz misma: pero nosotros hombres terrenales [2240]
tenemos miserables ojos locos y engañosos;
oh, dulce venganza, voy, ahora estoy contigo;
y si el abrazo con una sola mano te contenta
te abrazaré con ella al instante.

TAM.
Éste trato con él, le va a su locura. [2245]
Lo que yo invente para alimentar sus ataques de mente enferma,
vosotros lo respaldáis y mantened en vuestros discursos,
pues ahora me toma en serio por Venganza,
y siendo crédulo en éstas locas ideas,
haré que reclame venir a su hijo Lucius [2250]
y mientras le retengo seguro en el banquete
encontraré alguna práctica engañosa y fuera de mano
para dispersar y desunir a los nerviosos godos,
o, al menos, les convertiré en sus enemigos:
mirad aquí llega, y tengo que actuar mi tema. [2255]

TIT.
Largo estuve abandonado, y todo por ti:
bienvenida, temida Furia, a mi apenada casa;
Estupro y Asesino, también sois bienvenidos,
qué iguales a la emperatriz y sus hijos.
Bien estáis disfrazados, si tan sólo tuvierais un moro; [2260]
¿ni todo el infierno podía permitiros tal diablo?
Pues bien sé que la emperatriz no se mueve
si en su compañía no hay un moro;
y si quieres representar bien a nuestra reina
sería conveniente que tuvierais un diablo así: [2265]
pero bienvenidos como estáis, ¿qué hacemos?

TAM.
¿Qué deseas que hagamos, Andronicus?

DEM.
Muéstrame un asesino, yo trataré con él.

CHI.
Muéstrame un villano que haya cometido estupro,
a mí se me envía para vengarme en él. [2270]

TAM.
Muéstrame mil que te hayan ofendido,
y haré venganza en todos ellos.

TIT.
Mirad alrededor por las malas calles de Roma,
y si encuentras un hombre que sea como tú,
buen Asesino, mátale; pues es un asesino. [2275]
Ve tú también con él; y cuando a ti te ocurra
que encuentras a uno que es igual a ti,
buen Estupro, mátale, pues es un violador.
Ve tú con ellos, y en la corte del emperador
hay una reina atendida por un moro, [2280]
bien puedes reconocerla por tus propias facciones
pues de arriba a abajo se te parece.
Te ruego dales alguna muerte violenta;
pues fueron violentos conmigo y los míos.

TAM.
Bien nos has instruido; eso haremos. [2285]
Pero te placería, buen Andronicus,
enviar llamar a Lucius tu triple valiente hijo,
quien hacia Roma lidera una banda de guerreros godos,
y rogadle venga al banquete en tu casa.
Cuando aquí esté, en tu solemne fiesta misma, [2290]
haré entrar a la emperatriz, y sus hijos,
al mismo emperador, y todos tus enemigos,
y a tu merced se inclinarán y arrodillarán
y sobre ellos descargarás tu airado corazón.
¿Qué dices, Andronicus, de ésta treta? [2295]

Entra Marcus

TIT.
Marcus, hermano mío, es el triste Titus quien llama,
ve, gentil Marcus, a tu sobrino Lucius,
averigua donde está entre los godos,
ruégale que venga junto a mí y que con él traiga
algunos de los príncipes más destacados de los godos, [2300]
ruégale que sus soldados acampen donde están,
di el emperador, y también la emperatriz
vendrán a la fiesta a mi casa, y que él comerá con ellos,
esto hazlo por amor a mí, así lo haga él también,
si es que respeta la vida de su anciano padre. [2305]

MAR.
Así lo haré, y pronto volveré.

TAM.
Ahora parto por cumplir con tus negocios
y conmigo me llevo a mis ministros.

TIT.
No, no, que se queden Estupro y Asesino conmigo,
o si no llamaré a mi hermano para que vuelva [2310]
y me agarraré a la única venganza de Lucius.

TAM.
¿Qué opináis, hijos? ¿Os quedáis con él,
mientras voy y le cuento a mi señor el emperador
cómo he gobernado nuestra broma decidida?
Doblegaos a su humor, dulces y habladle suave, [2315]
y entretenedle hasta que de nuevo vuelva.

TIT.
Los conozco a todos, aunque me crean loco,
y les desbordaré en sus propias estratagemas,
par de malditos perros infernales y su dama.

DEM.
Madam, partid a placer, dejadnos aquí. [2320]

TAM.
Adiós, Andronicus, venganza se va
a tramar algún complot que traicione a tus enemigos.

TIT.
Sé que lo haces; y, dulce venganza, adiós.

CHI.
Di, viejo, ¿qué quieres que hagamos?

TIT.
Calla, tengo faena más que suficiente para vos. [2325]
Publius, acércate, Caius y Valentine.

PUB.
¿Cuál es vuestra voluntad?

TIT.
¿Conoces a éstos dos?

PUB.
Los hijos de la emperatriz
los tomo por Chiron y Demetrius. [2330]

TITUS.
Maldito, Publius, mal, te engañas en demasía;
éste de aquí es Asesino, y Estupro el nombre del otro,
por ello átales, gentil Publius;
Caius y Valentine, ponedles las manos encima.
menudo me habéis oído desear ésta hora [2335]
y ahora la encontré, por ello atadles fuerte,

CHI.
Villanos, atrás, somos los hijos de la emperatriz.

PUB.
Y por ello hacemos lo que se nos ordena.
Mantened tapadas sus bocas, que no digan ni una palabra,
está bien atado, aseguraos que estén bien atados. [2340]

Exeunt.

Entran Titus Andronicus con un cuchillo y Lavinia
con una fuente

TIT.
Ven, Lavinia, ven, mira, tus enemigos están atados,
señores, tapadles las bocas, que no me hablen,
pero que escuchen las terribles palabras que emito.
Oh, villanos, Chiron y Demetrius,
aquí la primavera que con barro manchasteis, [2345]
este buen estío mezclasteis con vuestro invierno,
asesinasteis a su marido, y por ésa vil falta
dos de sus hermanos fueron condenados a muerte,
me cortaron la mano, y me hiciste mofa,
ambas dulces manos, su lengua, y más estimado [2350]
que manos y lengua, su inmaculada castidad,
traidores inhumanos, constreñisteis y forzasteis.
¿Qué diríais si os dejara hablar?
Villanos, por vergüenza, clemencia no podéis pedir.
Escuchad, malditos, cómo pienso martirizaros [2355]
todavía queda esta mano para cortar vuestras gargantas,
mientras Lavinia sostiene entre sus muñones
la fuente que recibirá vuestra sangre culpable.
Sabéis que vuestra madre piensa cenar conmigo,
y se hace llamar Venganza, y me cree loco. [2360]
Escuchad villanos, convertiré vuestros huesos en polvo,
y con vuestra sangre y él, haré una pasta,
y con la pasta crearé un ataúd,
y haré dos pasteles con vuestras vergonzosos cráneos,
y le rogaré a esa furcia, vuestra dama desantificada, [2365]
como la tierra, se trague su propia descendencia.
Ésa es la fiesta, a la que le he invitado,
y ése el banquete en el que perecerá;
pues peor que a Philomela usasteis a mi hija,
y peor que a Progne seré vengado, [2370]
y ahora preparad las gargantas: Lavinia, ven.
Recibe la sangre, y cuando estén muertos,
dejadme ir a moler sus huesos en polvo fino,
y con éste odioso licor lo templaré
y en ésa pasta sean cocidos sus viles cráneos, [2375]
vamos, vamos, y todos a sus oficios
para preparar el banquete, que deseo probará
más tozudo y sangriento que la fiesta de los Centauros.

Les corta las gargantas

Así, ahora traedlos, pues yo haré de cocinero,
y veré que estén a punto antes que llegue su madre. [2380]

Exeunt.


Entran Lucius, Marcus, y los godos.

LUC.
Tío Marcus, ya que es opinión de mi padre
que vuelva a Roma, estoy contento.

GODO.
Y nosotros contigo, que fortuna decida.

LUC.
Buen tío, custodia tú éste bárbaro moro,
rabioso tigre, éste maldito diablo, [2385]
que sustancia alguna reciba, encadenadlo,
hasta presentarle ante la faz del emperador,
como testimonio de su pútrido proceder.
Y asegurad que la guardia de nuestros amigos sea sólida:
me temo que el emperador no nos quiere ningún bien. [2390]

ARON.
Algún diablo me susurra al oído maldiciones
y me impone que mi lengua siga emitiendo,
la venenosa malicie de mi hinchado corazón.

LUC.
¡Fuera, perro inhumano, esclavo desenmascarado!
Señores, ayuden al tío y encarcelen a éste. [2395]

Fanfarrias
Las trompetas muestran que el emperador se acerca.
Suenan Trompetas. Entra Emperador y Emperatriz,
Tribunos y otros.

SAT.
¿Qué, el firmamento tiene más de un sol?

LUC.
¿Qué te da píe a llamarte sol?

MAR.
Emperador de Roma, y nieto, interrumpid la charla;
éstas discusiones deben debatirse con calma;
la fiesta preparada por el cuidadoso Titus [2400]
destinada a un honorable fin,
para la paz, el amor, las alianzas, y el bien de Roma;
por favor, os ruego, acercaos, y tomad vuestros lugares.

SATUR.
Marcus, así sea.

Hoboyes
Entran una mesa.
Entran Titus como cocinero, colocando la carne
en la mesa, y Lavinia con un velo cubriendo su cara

TITUS.
Bienvenido, mi gracioso Lord, [2405]
bienvenida, temida reina;
bienvenidos, guerreros godos, bienvenido, Lucius,
y bienvenidos todos: aunque el pastel sea pobre
llenará vuestros estómagos, os ruego comáis de él.

SAT.
¿Por qué ataviado así, Andronicus? [2410]

TIT.
Para asegurarme que todo esté bien
para entretener a su alteza y su emperatriz.

TAM.
Te admiramos, buen Andronicus.

TIT.
Y si su alteza conociera mi corazón, tú serías...
Mi Lord Emperador resolvedme esto, [2415]
¿actuó bien el arrebatado Virginius
al asesinar a su hija con su propia mano derecha,
por que la forzaron, mancharon y desfloraron?

SATUR.
¡Pues sí, Andronicus!

TIT.
¿Su razón, poderoso señor? [2420]

SAT.
Para que la niña no sobreviviera a su vergüenza,
y con su presencia en silencio renovara sus penas.

TIT.
Una poderosa razón, fuerte y efectiva;
un diseño, presidente, y probado por la vida,
para mí, maldito, tener que hacer igual: [2425]
¡Muere, muere, Lavinia, y contigo tu vergüenza,
y con tu vergüenza mueren las penas de tu padre!

La mata

SAT.
¿Qué has hecho, desnaturalizado e inhumano?

TIT.
La maté por la que mis lágrimas me cegaron.
Merezco tanta compasión como Virginius [2430]
y tengo mil razones más que él.

SAT.
¿Qué, la violaron? ¿Quién cometió el acto?

TIT.
Por favor, comed;
le ruego altezas coman.

TAM.
¿Por qué mataste así a tu única hija? [2435]

TITUS.
No fui yo, fueron Chirón y Demetrius,
ellos la violaron, y le cortaron la lengua,
y ellos, fueron ellos, los que le hicieron tanto mal.

SATU.
Id y traedles aquí ante nos de inmediato.

TIT.
Pues, ahí los tenéis a ambos, cocidos en ese pastel [2440]
del que su madre con gusto ha comido,
comiendo la carne que ella misma crió.
Es cierto, es cierto, se testigo del punto afilado de mi cuchillo.

Apuñala la emperatriz

SATU.
Muere, desgraciado lunático, por éste maldito acto.

LUC.
¿Los ojos filiales pueden ver sangrar al padre? [2445]
Aquí tienes pago por paga, muere por acto mortal.

MAR.
Vosotros de cara triste, gentes e hijos de Roma,
desgarrados por sublevaciones cual vuelo del búho,
esparcidos por los vientos y con tempestuosas erupciones;
Oh, dejadme que os muestre a recoger de nuevo [2450]
éste grano disperso en un granero mutuo,
éstas extremidades rotas en un sólo cuerpo.

GODO.
Que Roma sea buena con ella misma,
ante ella poderosos reinos se doblegan,
y no cual perdido y desesperado expulsado, [2455]
llegue a cometer ejecución vergonzosa de si misma.
Pero si mis fríos signos y grietas de edad,
testigo grave de verdaderas experiencias,
no logro induciros a atender a mis palabras,
habla, querido amigo de Roma, como hacían nuestros ancestros, [2460]
cuando con solemne lengua discursaba
a Dido enfermo de amor atendiendo su triste oído,
la historia de aquella noche cargada de fuego
cuando los sutiles griegos sorprendieron la Troya del Rey Primas;
decidnos que Sinon ha embrujado nuestros oídos. [2465]
o quién dejó entrar la máquina fatal,
que inflige a nuestra Troya, nuestra Roma la herida civil.
Mi corazón no es compacto de piedra ni acero,
ni puedo expresar todo nuestro amargo pesar,
si no riadas de lágrimas ahogarán mi oratoria, [2470]
y romperá la expresión misma, incluso en tiempos
cuando más a escuchar os debe mover,
y ofreciendo una amable mano de conmiseración.
Aquí tenemos un capitán, que él cuente la historia,
vuestros corazones latirán y llorarán si le oís hablar. [2475]

LUC.
Noble auditorio, sabed todos,
que Chiron y Demetrius, malditos
fueron los que asesinaron al hermano del emperador,
y fueron ellos los que violaron a nuestra hermana,
por sus culpables faltas mis hermanos fueron decapitados, [2480]
las lágrimas paternas fueron despreciadas, con engaño vil
le privaron de la verdadera mano que las guerras de Roma luchó
y la que enviaba a las tumbas a sus enemigos.
Por último, yo mismo, desterrado sin piedad,
las puertas cerradas tras mí, y expulsado llorando, [2485]
para rogar ayuda entre los enemigos de Roma;
quienes en mis verdaderas lágrimas ahogaron su enemistad,
y abrieron sus brazos para abrazarme como amigo;
y de lejos vuelvo, lo sepáis todos,
que en mi sangre llevo su bienestar, [2490]
y de su pecho alejé la punta enemiga
envainando su acero en mi cuerpo aventurero.
Bien sabéis, que no soy fanfarrón,
mis heridas lo atestiguan, aunque sean mudas,
que mi informe es justo y lleno de verdad; [2495]
pero calla, creo que me pierdo en disgresiones,
citando mis méritos sin valor; oh, perdonadme,
pues cuando no hay amigos cerca, los hombres se alaban solos.

MAR.
Ahora es mi turno de hablar. Mirad este niño;
esto es lo que parió Tamora, [2500]
el resultado de un moro sin religión,
arquitecto jefe y causante de éstos males.
El villano vive y está en casa de Titus,
y como lo está atestigua que es verdad.
Ahora juzgad qué causa tuvo Titus de vengar [2505]
éstos impronunciables males más allá de la paciencia,
o más de lo que cualquier hombre vivo soportaría.
Ahora oísteis toda la verdad, ¿qué opináis romanos?
¿Hemos actuado mal en algo? ¡Mostradnos en qué!
y desde donde nos veis ahora, [2510]
los pobres restos de los Andronici,
cogidos por las manos nos lanzamos de cabeza abajo
y sobre las agudas piedras desparramaremos nuestros sesos,
y pondremos fin a nuestra casa, en acuerdo mutuo.
¡Hablad, romanos, hablad! ¡Y si decís: hacedlo! [2515]
Ved mano en mano, Lucius y yo caeremos.

EMILLI.
Venga, vamos, venerables hombres de Roma
y traed nuestro emperador gentil en tu mano,
Lucius, viva el emperador: bien sé
la voz común grita que así sea. [2520]

MAR.
Lucius, todos saludan al Real Emperador de Roma.
Id, ved a la triste casa del viejo Titus,
y ordenad venga aquí el infiel moro,
para ser ajusticiado con alguna horrenda muerte asesina,
como castigo a su más que malvada vida. [2525]
¡Lucius salve al Gracioso Gobernador de Roma!

LUC.
Gracias, gentiles Romanos, que así gobierne,
para curar las heridas de Roma, y eliminar de ella el dolor.
Pero, gentes gentiles, dadme aliento un tiempo,
pues Natura me pone una dura tarea: [2530]
poneros todos en pie, y tú, tío acércate
para verter abundantes lágrimas sobre éste tronco:
¡oh¡ toma éste caliente beso sobre tus pálidos labios fríos,
éstas gotas de dolor sobre tu cara manchada de sangre,
el último verdadero deber de un hijo noble. [2535]

MAR.
Lágrima a lágrima, y beso amoroso por beso
tu hermano Marcus deposita en tus labios:
¡oh! si la suma fuera de lo que pagar debo
incontable, e infinito, lo pagaría.

LUC.
Ven aquí, niño, ven y aprende de nosotros [2540]
a derretirte en torrentes: tu abuelo mucho te estimaba:
muchas veces te hizo bailar sobre sus rodillas:
te acunó cantando, su amante pecho, tu almohada:
muchos asuntos trató contigo,
adecuados y acorde con tu infancia: [2545]
en ese respecto pues, cual amante hijo,
vierte aunque pequeñas gotas de tus tiernos manantiales
pues Natura amable así lo requiere:
amigos, se deben asociar con amigos, en el dolor y pena.
Di adiós; introducidle en su tumba, [2550]
hacedle ése favor, y despedios de él.

NIÑO.
¡Oh! Abuelo, abuelo: con todo mi corazón
desearía estar muerto, si así vivieras de nuevo!
Oh señor, no puedo hablarle pues lloro,
mis lágrimas me ahogan, si abro la boca. [2555]

ROMANOS.
Tristes Andronici, acabad vuestras plegarias,
dad sentencia a éste execrable malvado
que fue padre de éstos lamentables eventos.

LUC.
Enterradle hasta el pecho y que muera de hambre:
que allí permanezca, y que ruja, y grite por comer: [2560]
si alguien le socorre o se apiada de él
por la ofensa, morirá. Ésta es nuestra sentencia.
Que alguien se quede a verle fijo en la tierra.

ARON.
¡Oh! ¿Por qué la ira debe ser muda, y la furia sorda?
No soy bebé alguno, que con viles rezos [2565]
me arrepintiera de los males cometidos.
Diez mil veces peores, de los que jamás cometí
realizaría, si fuera por mi voluntad.
si alguna buena acción hice en toda mi vida
me arrepiento de ello con toda mi alma. [2570]

LUCIUS.
Algún amigo amado traiga aquí al emperador
y dadle sepultura en la tumba de su padre.
Mi padre, y Lavinia, de inmediato
sean encerrados en el mausoleo familiar.
En cuanto a la furiosa tigresa Tamora [2575]
sin rituales funerarios ni persona alguna de luto
campana alguna llame a su entierro:
mas lanzada a las bestias y que coman los carroñeros:
su vida fue bestial y vacía de piedad,
siendo así, que carezca de piedad. [2580]
Ved como se ajusticia a Aarón, el maldito moro,
por quien tuvieron sus inicios nuestros pesados sucesos:
y después, a poner buen orden en nuestro estado,
que nunca eventos similares lo arruinen.

Exeunt omnes.

Finis
(c) 2000 VFL