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¿Es la ciencia masculina?

 

La relación entre ciencia y género ha sido analizada desde perspectivas diversas. Por un lado, se ha estudiado la exclusión histórica de las mujeres de espacios como las universidades y academias científicas, pese a participar en la producción de conocimiento en espacios alternativos como las academias cortesanas renacentistas o los salones del París ilustrado. Por otro, se han considerado las representaciones que se han realizado tanto del cuerpo femenino (como inacabado, patológico, etc.), como de la ciencia (una actividad construida alrededor de valores como la dominación, el distanciamiento respecto del objeto de estudio o la heroicidad, asignados al género masculino).

 

Obstetricia

Al representar al pasado científico, la historia y la memoria han servido a la sociedad patriarcal, con una distribución desigual de mérito entre hombres y mujeres. En algunos casos, incluso convirtiendo a autoras en autores. Un caso paradigmático es el de Trota de Salerno (siglo XI): a sus influyentes tratados de medicina se les atribuyó en muchos casos una autoría masculina. Desde Trota de Salerno hasta bien entrado el siglo XX, la especialización o profesionalización de las mujeres en la ciencia se recondujo a ámbitos del conocimiento como la medicina de mujeres o la economía doméstica. El estatus de una disciplina o su nivel de profesionalización condicionaron este sesgo.

La obstetricia (el arte de atender el parto o “arte de partear”) se transformó a lo largo del siglo XIX en una ciencia eminentemente masculina denominada tocología. De este modo, la pericia obstétrica femenina de las comadres quedó subordinada a una ciencia masculina del parto practicada al principio por los cirujanos y, con el tiempo, también por los médicos.

 

El cuerpo

Desde la Grecia clásica hasta las primeras etapas de la edad moderna, la diferencia entre cuerpos masculinos y femeninos fue percibida como una diferencia de grado. El cuerpo femenino era un cuerpo masculino inacabado. Las continuidades con este discurso clásico están presentes en Andrea Vesalio y otros autores coetáneos que reformaron los conocimientos anatómicos. En siglos posteriores, la diferencia sería de tipo. En todo caso, estas “diferencias” justificarían las desigualdades de la sociedad patriarcal.

Precisamente, en la portada de la obra de Vesalio De Humani Corporis Fabrica (1543) se representa el cuerpo de una mujer; según el autor, una mujer convicta que habría tratado de evitar la ejecución al afirmar estar embarazada. El hecho de que la disección se realizara sobre el cuerpo de una mujer podría ser anecdótico, pero la discusión sobre el posible embarazo evidencia otro tema controvertid: el uso desigual de cuerpos masculinos y femeninos en la investigación médica.

 

Las mujeres en la universidad

El acceso de las mujeres a la universidad española de principios del siglo XX fue muy gradual. Las primeras mujeres universitarias tuvieron que enfrentarse a situaciones complicadas que dificultaron su participación normal en la vida universitaria. De hecho, la regulación legal del acceso de las mujeres a la universidad no dio solución a los mecanismos de exclusión que habían operado hasta entonces.

 

Manuela Solís i Claràs estudió el bachillerato en el Instituto Luis Vives a principios de la década de 1880, gracias a los permisos que le firmó su padre, Prudencio Solís Miguel. En 1882 accedió a la Universidad de Valencia, donde cursó estudios de Medicina, llicencisnt en 1889. Se doctoró y profesionalizó en el ámbito de la ginecología.
Sección medicina y género
El acceso de las mujeres a la universidad española comenzó a normalizarse a partir de la aprobación de la Real Orden de 8 de marzo de 1910, que derogaba la obligación para cualquier mujer que pedir un permiso especial para poder acceder a la educación superior.
Pese a que se facilitó el acceso de las mujeres a la universidad durante la primera mitad del siglo XX, la participación normal de las mujeres en los estamentos más altos de las diversas disciplinas académicas quedaría lejos. ¿Hemos logrado ya esta normalidad?