La Albufera de Valencia, desde hace más de medio siglo, viene sufriendo las consecuencias del derramamiento incontrolado de vertidos industriales, urbanos o agrícolas, lo cual ha derivado en una crisis de su sostenibilidad y estado ecológico.
6 de mayo de 2016
Se han examinado muestras de agua recogidas, en el Tancat de la Pipa, entre los años 2009 y 2012, con el objeto de desarrollar un modelo sostenible con el que trabajar. En un principio, la instalación de depuradoras pareció paliar la contaminación de la Albufera, pero la presencia de microalgas demuestra que la situación sigue siendo precaria. Debido a este motivo, se está tratando de mejorar la calidad de las aguas. Dentro de esta temática, se enmarca la tesis doctoral de Sara Gargallo, investigadora de la IIAMA-UPV. Dicha investigación, utiliza un modelo matemático que pretende aclarar cómo seguir los pasos del humedal del Tancat, para así aplicarlos de forma sostenible, gracias a una fórmula matemática. El modelo desarrollado, consistiría en una eliminación del fósforo, proveniente de aguas eutrofizadas. Esta eliminación de las partículas en suspensión y del fósforo, así como la reducción del fitoplancton, que son la microalgas responsables del color verdoso que posee en la actualidad el agua de l´Albufera, sería un salto cualitativo en la búsqueda de la ecosostenibilidad de la zona. “El modelo desarrollado permite clarificar el funcionamiento físico-químico y biológico del humedal artificial, por lo que es una herramienta de gestión útil de cara a maximizar sus rendimientos de eliminación en distintos escenarios futuros”, explica Gargallo.
A través de esta metodología, se pretende reproducir las condiciones del humedal. Para ello, se han valorado parámetros como el caudal de agua tratada, así como la existencia de aves que puedan resuspender los sedimentos. De hecho, se ha demostrado que, aspectos como la velocidad del viento o la cobertura vegetal, son factores clave para que se vuelvan a ubicar los sedimentos, y, por tanto, en los rendimientos de eliminación de fósforo y sólidos. "Mediante el modelo matemático, se demuestra que una buena cobertura vegetal, dentro del propio Tancat, ayuda a la eliminación, porque evita la resuspensión de los sedimentos por el viento, las aves y los peces", explica Gargallo.
Del mismo modo, dicho estudio, puede ser extendido al resto de humedales que comparten los objetivos del Tancat de la Pipa: la eliminación de nutrientes de las masas de aguas eutrofizadas.
El Tancat de la Pipa, modelo de humedal artificial
El Tancat de la Pipa fue construido en 2008, tras la transformación de unos antiguos campos de arroz en humedales artificiales. Espacio gestionado por Acció Ecologista Agró y SEO-Birdlife, mediante un acuerdo de custodia del territorio con la Confederación Hidrográfica del Júcar, tiene por objeto la recuperación de la calidad del agua en este espacio, de apenas 40 hectáreas, y la atracción de una gran biodiversidad de fauna. Otros proyectos similares de recuperación se aplican en el Tancat de Milia y el de l´Illa, ubicados en los términos municipales de Sollana y Sueca, respectivamente.
