Las nuevas tecnologías han irrumpido de lleno en nuestras vidas. Pero si la aplicación de estas está revolucionando por completo la sociedad postmoderna y su forma de vivir se debe en gran parte a la apuesta por la inteligencia artificial y la monitorización de cada vez más variables. ¿Quieres conocer las potencialidades de las nuevas tecnologías y el Big Data en el campo de la salud?
7 de febrero de 2017
Monitorizar en remoto la salud de una persona es el escenario futuro más que posible al que se dirige la investigación médica en materia de prevención de enfermedades. Y es que obtener datos del estado de las cosas -en este caso, de los cuerpos humanos- da una valiosísima información para tomar decisiones o tratamientos preventivos acertados para frenar el desarrollo de una enfermedad.
Las grabaciones de voz se presentan en este panorama como una muy buena fuente de información sobre la salud, ya que los investigadores sospechan que a través de grabaciones de voz se pueden obtener pistas en busca de biomarcadores de enfermedades.
Una de las dolencias cuyo diagnóstico podría mejorar sustancialmente a partir de las grabaciones de voz es el conocido como Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), según Charles Marmar, jefe del Departamento de Psiquiatría del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York (EEUU).
Al parecer, para este tipo de trastornos psiquiátricos no existen análisis de sangre que ayuden al diagnóstico, por lo que las pruebas de voz podrían ser útiles en este sentido. Por ejemplo, las personas que padecen problemas cognitivos puede que alarguen algunos sonidos o presenten alguna dificultad para pronunciar frases que requieren ciertos movimientos faciales.
Las personas que padecen problemas cognitivos puede que alarguen algunos sonidos o tengan dificultad para pronunciar algunas frases
Por eso, durante cinco años este psiquiatra ha analizado a partir de la recopilación de grabaciones de voz variables como el ritmo, la altura, el tono, la frecuencia o el volumen con el objetivo de conseguir pistas para detectar enfermedades como la depresión, traumatismos craneoencefálicos o el TEPT.
Algunos resultados arrojaron luz a la hipótesis de Marmar y revelaron que el equipo de científicos había logrado una precisión del 77% (en una muestra de 39 hombres) para distinguir, sólo a partir de la voz, si los pacientes sufrían TEPT o estaban sanos.
Estudios como este ponen de relieve que la aplicación del Big Data y el desarrollo de las tecnologías en el campo de la biomedicina está cada vez más en alza y abre un abanico de posibilidades laborales a ingenieros.
