El Dr. Andrew Parrott es profesor en el Departamento de Psicología de la Swansea University. Reino Unido.
El pasado 1 de Febrero de 2017 el profesor Andrew Parrot nos presentó una amplia revisión sobre la droga MDMA o éxtasis. En su conferencia señaló que en la actualidad los jóvenes tienen mayor disponibilidad para conseguir diferentes drogas, con las que se está realizando un variado policonsumo. En concreto en sus estudios han puesto de relieve que en la última década, la MDMA que se utiliza es más pura y se consume en mayor cantidad. En los grandes consumidores de éxtasis se produce una potente tolerancia crónica lo que deriva en una menor eficacia de los efectos de la droga y un aumento del número de pastillas que se ingieren en un mismo periodo. Muchos de estos consumidores se inyectan la sustancia, en un intento de aumentar los efectos, cosa que agrava la sintomatología adversa que produce el éxtasis, y que no está suficientemente investigado.
De manera exhaustiva y sincronizada fue realizando una revisión de los estudios realizados desde los años 70-80 hasta el momento presente. Señaló que la hipertermia y la hiponatremia están entre los síntomas que generan la llegada a urgencias y en muchas ocasiones la muerte de la persona, existiendo un mayor riesgo para las mujeres, por lo que es una población donde se debería realizar una investigación adecuada a sus características (p.e. investigar el ciclo menstrual). Señaló que tras el consumo agudo de MDMA se produce un aumento del cortisol en sangre, lo que plantea que es una droga que actúa como un estresor bioenergético. El individuo siente una intensificación de las sensaciones que es muy dependiente del ambiente. Sin embargo el consumo crónico produce neurotoxidad serotoninérgica que correlaciona con la historia de consumo previo que se haya realizado.
Puntualizó que no es fácil observar un claro deterioro conductual tras el consumo ya que la serotonina es un neuromodulador que regula e interviene en múltiples funciones como es el sueño, la agresión, el sexo, el humor o el miedo. A nivel fisiológico interviene en la actividad cardiovascular, el control respiratorio, la ingesta, el inicio de la actividad motora. Y también se relaciona con la consolidación de memoria, presencia de depresión y alteraciones psiquiátricas. Esta intervención general de la serotonina en el funcionamiento del individuo hace que en los consumidores crónicos se vaya produciendo un déficit generalizado que muchos estudios ya han puesto de relieve tanto en alteración cognitiva como funcional.
Para finalizar señaló, que ésta droga, al igual que otras muchas, como la cocaína p.e., tuvo unos inicios en los que se planteaba su inocuidad para posteriormente observarse, tras realizar investigación su peligrosidad.
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