9 de diciembre de 2016
Sara Fita, ex-alumna del Máster Universitario de Profesor/a en Secundaria de la primera promoción 2009-10.
Desde mi infancia he querido ser docente, educar, para tratar de intervenir en la consecución de una sociedad mejor.
Mis estudios en Historia, mi segunda pasión, tenían que ser completados, por lo tanto, con esa formación pedagógica y didáctica tan necesaria. Es por eso que la vía era realizar el Máster de Profesorado. Si bien en el caso de los docentes se convierte en un requisito obligatorio, considero oportuno señalar que hemos de elegir el Máster también por la obligación moral de un buen educador. Por la experiencia de otros compañeros y posteriores investigaciones al respecto, se ha podido observar que la elección de cursar este Máster puede deberse en primer lugar a la salida profesional pero que, finalizado este, puede, además, servir para despertar el interés real por la educación gracias al descubrimiento de otros aspectos.
La Universitat de València ofrece un primer bloque dedicado, en un sentido amplio, a los contextos educativos por lo que respecta a la aproximación hacia el alumnado, pero también a todo el entorno de este, como las familias, la sociedad, etc. Un segundo bloque, optativo y que se identificaría con las especialidades, hace referencia a la didáctica de las materias propias. En el caso de las Ciencias Sociales, hacíamos un recorrido por el arte, la geografía y la historia desde su perspectiva más teórica hasta la aplicación al aula. Un tercer bloque, el que más interés suele despertar, es el Practicum. Respecto a planes anteriores al Máster, se ha conseguido dar un paso hacia delante cualitativo y significativo para la diferencia en la relación entre centro, alumno y universidad. A pesar de tener muchos aspectos a mejorar, está también en las manos del alumno poder disfrutar y aprovechar al máximo ese tiempo de contacto con el aula.
Es hoy cuando dentro del aula real puedo profundizar en todos los aspectos propuestos por nuestros profesores del Máster. Cabe destacar la función de todos ellos ya que, de manera coordinada por su pertenencia al grupo de Innovación Gea Clío, fueron el motor de todos nuestros éxitos.
Antes del inicio del Máster confieso que mis expectativas no eran muy elevadas, ya que fui alumna en la primera edición y la novedad y el desconocimiento sobre lo que me iba a encontrar me hacían dudar de su éxito.
Al acabar, a pesar de ser un año difícil porque tanto alumnos como profesores estuvimos en un periodo de descubrimiento, la sensación fue muy positiva. Ahora, gracias a cursar el Máster, como es un requisito para la tarea de la docencia, he podido acceder a mi trabajo actual.
