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Francisco Pérez Bayer nació en Valencia en 1711 y murió en la misma ciudad en 1794. Eclesiástico y erudito, estudió en la Universidad de Valencia Filosofía y Teología y en la Universidad de Salamanca Artes y Derecho Civil. Por los conocimientos que tenía de griego y hebreo, así como de historia antigua y diplomática, el Cabildo salmantino le encargó la traducción de la bula de su archivo.

Regresó a Valencia cuando el Arzobispo Mayoral le nombró su secretario; en 1745 obtuvo la cátedra de hebreo de la Universidad de Valencia. En 1746 se hizo cargo de la misma cátedra en la Universidad de Salamanca. En 1750 recibió el encargo real de revisar los archivos de Toledo, y como recompensa el rey le otorgó un canonicato en Barcelona. El mismo rey, Fernando VI, le encargó un viaje por Italia con la finalidad de recoger códices, monedas e inscripciones antiguas. Aunque al principio tuvo facilidad para acceder a la Biblioteca Vaticana, gracias al Cardenal Quirini, muerto éste se le prohibió el acceso, teniendo que intervenir Mayans para obtener un nuevo permiso. Posteriormente, Carlos III le encargó el inventario de los manuscritos griegos, latinos y hebreos de El Escorial.

Igual que otros ilustrados sintió la necesidad de una reforma de los estudios, culpando a los jesuitas y Colegios Mayores de la decadencia de las letras en España.

En 1781 Carlos III le nombró Ministro de su Consejo y Cámara, y en 1783 Bibliotecario Mayor de la Biblioteca Nacional, cargo desde el cual contribuyó a la edición de clásicos con la publicación de la "Bibliotheca hispana vetus, sive hispani scriptores qui ab Octaviani Augusti aevo ad annum Christi MD. floruerunt / Auctore D. Nicolao Antonio hispalensi ... ; Curante Francisco Perezio Bayerio, valentino ... qui et prologum, & Auctoris vitae epitomen, & notulas adiecit … Vol. 1 i Vol. 2” (1788).

Se distinguió por su generosidad, según prueba la donación que hizo a la Biblioteca de la Universitat de València, en 1785, de toda su biblioteca, compuesta por más de 20.000 volúmenes y unos 200 incunables.

En reconocimiento por su donación, la Biblioteca Histórica le ha dado su nombre a una de sus Salas.

 

(G.E.R.V.: J.B.)